Manning se enfrentaba a un máximo de 90 años tras ser encontrado culpable a finales de julio de 20 de los 22 cargos de que le imputaba el Gobierno de EE. UU., incluidas varias violaciones de la ley de espionaje, robo de información gubernamental o abuso de su posición de analista en Irak, aunque fue exculpado del cargo más serio, el de ayuda al enemigo.
La jueza militar del caso, la coronel Denise Lind, leyó la sentencia en poco menos de dos minutos y Manning no mostró reacción visible ante la lectura de la condena que se verá reducida en 1.294 días por el tiempo ya pasado en prisión desde su detención en mayo de 2010 en Irak y por el trato abusivo que recibió en sus casi nueves meses de reclusión y aislamiento en Quantico (Virginia).
Además, Lind ordenó que Manning sea expulsado con deshonor de las Fuerzas Armadas por sus delitos, que ahora pasarán automáticamente a un tribunal de apelaciones del Ejército.
La Fiscalía, que representa al Gobierno estadounidense, pidió esta semana que Manning pase al menos 60 años en una cárcel militar, mientras que la Defensa consideraba que su condena no debe exceder los 25 años que serían necesarios para que los documentos que filtró sean desclasificados.
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Previsiblemente, el soldado, que durante el juicio se inculpó de los cargos más graves y pidió perdón y una segunda oportunidad, deberá cumplir un tercio de la condena antes de poder optar a la libertad condicional.
La lectura de la sentencia pone fin a casi tres meses de juicio castrense y casi año y medio de preparación de un complejo proceso que es visto como un precedente único ante futuros intentos de denunciar abusos militares ante la opinión pública.
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Además, los abogados de WikiLeaks consideran que el juicio contra Manning intenta poner las bases para procesar eventualmente al fundador del portal de revelación de secretos gubernamentales, Julian Assange, que ha sido presentado por la acusación como cómplice en las filtraciones.
Desde su puesto de analista de inteligencia en Irak, que ocupó durante algo más de medio año hasta su detención, Manning recopiló y transfirió a WikiLeaks casi medio millón de registros de las guerras de Irak y Afganistán, más de 250.000 cables diplomáticos o el vídeo "Collateral Murder", en el que una patrulla aérea mató en 2007 a al menos 9 civiles, incluido un fotógrafo de Reuters y su conductor.