Verdugo buscó la forma de ejecutarlo, sin fortuna, durante más de media hora. El reo, de 69 años, no respira bien, tiene una colostomía y camina con asistencia.
Alva Campbell lleva 20 años esperando que se cumpla su pena. El anciano fue condenado a muerte por asesinar a Charles Dials, un joven de 17 años.
El caso en cuestión ocurrió en 1997. Campbell se encontraba en un juicio por robo de armas y se presentó a la corte en silla de ruedas, fingiendo estar enfermo. Allí le arrebató el arma a un Sheriff y secuestró un carro, manejado por Dials. El acusado mantuvo retenido al joven por varias horas, para luego asesinarlo con dos tiros en la cabeza.
Después de una larga espera, el 15 de noviembre de 2017 fue definida como la fecha que se llevaría a cabo la ejecución.
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Todos los procedimientos legales se cumplieron. Incluso el tribunal supremo ignoró los cientos de pedidos de clemencia a favor de Campbell.
Las peticiones de los abogados afirmaban que la pena generaría un dolor innecesario frente al penoso estado de salud de su defendido. Además de los problemas por la edad, este no puede respirar bien por un posible cáncer pulmonar, tiene una colostomía y no puede caminar sin la ayuda de un caminador.
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También advirtieron que cumplir la pena sería imposible. En días pasados, a este le habían intentado realizar un cateterismo, pero no pudieron encontrar una vena de acceso.
Sin importar las advertencias, se procedió a cumplir todos los requerimientos previos para la pena de muerte. Campbell pidió su última cena su gusto (carne de cerdo, macarrones, puré de papa y leche), citaron a la familia de Dials.
Incluso, la cama de ejecuciones fue adaptada con un cojín oblicuo por los problemas pulmonares del condenado.
Todo estaba listo. Lo que no se esperaba, es que la ejecución no se llevara a cabo porque no pudieron encontrar una vena para inyectar la sustancia letal. El equipo médico duró más de 30 minutos buscando una vena en los brazos y la pierna derecha de Campbell.
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“Los intentos por el equipo médico de conseguir un acceso intravenoso fueron infructuosos” contó JoEllen Smith, vocero del departamento de correccionales de Ohio.
La ejecución fue pospuesta para el 5 de junio de 2019. “No nos vamos a afanar a ejecutarlo, vamos a tomarnos nuestro tiempo. Pienso que eso es bueno”, afirmó Gary Mohr, jefe del departamento de correccionales del estado.
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Esta ha sido la tercera vez en la historia estadounidense que una pena de muerte debe ser aplazada por problema en su ejecución. La segunda vez ocurrió 2009 en el mismo estado y por las mismas razones. Al condenado en esa ocasión, Romell Broom, le aplazaron su muerte por término indefinido.