Cabify para empresas trabaja en una meta ambiciosa y ecológica: tener flota 100% eléctrica en 2030

Cabify para empresas, la solución líder de transporte corporativo en Colombia, se ha destacado por ser una compañía que le apuesta a la sostenibilidad.

Siendo conscientes de los estragos causados por el cambio climático, y de que el sector transporte es uno de los principales contribuyentes a las emisiones de carbono, ha realizado esfuerzos importantes por asumir con responsabilidad su operación.

Es por esto que Cabify para empresas ha presentado una serie de iniciativas para mitigar su impacto ambiental, que incluyen la compensación de carbono en cada viaje, la reducción de sus emisiones, y la transformación gradual de su flota para que sea completamente eléctrica en el año 2030.

Asimismo, la empresa emite certificados de compensación para que sus usuarios tengan la garantía de que la huella de carbono de su transporte corporativo ha sido neutralizada.

Proyectos ambientales de Cabify para empresas

Cabify para empresas está invirtiendo en proyectos ambientales, como el REDD+ Planeta Agradecido, en el resguardo indígena Bajo Río Guainía y Río Negro, que comenzó en 2018 y tiene como objetivo combatir las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por la deforestación y la degradación forestal.

Además del tema ambiental, este proyecto contiene un componente social, ya que involucra a 29 comunidades y 382 familias comprometidas con la preservación de la tierra.

En la bioregión Chocó-Darién, adelantan un proyecto que busca evitar la tala ilegal y la deforestación, al tiempo que empodera a las comunidades locales para cuidar y proteger sus bosques.

En ese sentido, Cabify para empresas no solo busca ser líder en soluciones de transporte corporativo, sino también en la protección del medio ambiente, con metas ambiciosas y acciones concretas que cobran aún más relevancia considerando las predicciones de la Organización Meteorológica Mundial sobre el aumento de la temperatura del planeta en los próximos cinco años, que traerían consecuencias devastadoras para la salud, el medio ambiente y la seguridad alimentaria.

Por tal razón, la responsabilidad de reducir estas emisiones recae no solo en los gobiernos, sino también en la ciudadanía y las empresas.