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Cabezote sección COLOMBIA Noticias Caracol 2025 DK

Periodista víctima de atentado con su esposa contó acción que lo salvó de morir: "Estaban aterrados"

El reportero Gustavo Chicangana Álvarez y su esposa, Ana Milena Torres, fueron víctimas de un intento de homicidio en San José del Guaviare. Tras cuatro días del hecho, el comunicador rompió el silencio y habló con Noticias Caracol sobre cómo fueron los minutos del ataque y la atención posterior. La Fiscalía General de la Nación reveló detalles de cómo avanza la investigación. Ya hay dos capturados.

La pareja fue abordada por un hombre en moto
La pareja fue abordada por un hombre en moto
Fiscalía / Redes sociales

Tres impactos de bala cerca a la región de su cuello y brazo. Esas fueron las graves heridas con las que llegó el periodista Gustavo Chicangana, director de la emisora Guaviare Estéreo y colaborador de Caracol Radio, al Hospital San José del Guaviare después de ser víctima de un atentado con arma de fuego.

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El hecho se registró el pasado sábado 5 de junio, hacía las 9 p. m., en el casco urbano del municipio, en el barrio El Dorado, justo en la entrada de su vivienda. En cuestión de segundos su vida dio un vuelco y, como lo cuenta el comunicador, estuvo a pocos centímetros de que los tiros que recibió impactaran con su cabeza.

"Me salvé de los primeros tiros que quizá el sicario arrojó sobre mi cabeza, no sé si Dios estuvo ahí y me ayudó a esquivar. Me ayudó a blindar esos impactos del sujeto", describió. En entrevista con Noticias Caracol, Chicangana reveló cómo fue que logró sobrevivir al ataque y contó detalles de cómo sigue su salud después de cuatro días de atenciones médicas y de ser trasladado a Bogotá a la Clínica Fundación Santa Fe.

Detalles del ataque: periodista Gustavo Chica relata cómo sobrevivió

La noche del sábado 5 de julio comenzó como cualquier otra para el periodista Gustavo Chicangana y su esposa, Ana Milena Torres. Estaban listos para salir en su motocicleta desde su vivienda en el barrio El Dorado. De hecho, ya había encendido el vehículo y ya estaban sentados, cuando, de manera repentina, un hombre armado apareció frente a ellos, a cuatro metros de su residencia.

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"Llegó un sujeto y desenfundó un revólver", recordó Chicangana. En un primer momento pensó que se trataba de un asalto, pero en cuestión de segundos comprendió que el objetivo era él. El atacante disparó directamente a su cabeza. "Me asusté. Pensé que nos iban a asaltar inicialmente, pero fue en cuestión de instantes que disparó de una vez sobre mi cabeza", relató.

Con reflejos de supervivencia, se arrojó al piso de inmediato. Cree que uno de esos primeros disparos fue el que lo impactó en el cuello. A pesar de estar herido, el agresor continuó disparándole. Chicangana intentó protegerse como pudo: "Con mis manos me cubría la cabeza, me movía, me cubría. Veía los destellos del arma cuando la accionaba y hubo un momento de impotencia. Yo decía: '¡No!'".

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Fue en medio de esa situación que su esposa reaccionó instintivamente. Se lanzó sobre él, tratando de protegerlo con su propio cuerpo. En ese momento, ella también fue alcanzada por un proyectil. "Por fortuna de Dios no le causó mayores lesiones", dijo Chicangana. Sin embargo, su reacción fue decisiva: sus gritos alertaron a los vecinos y provocaron que el sicario huyera del lugar.

“El drama de mi mujer generó alarma”, relató el periodista. Los gritos de auxilio y el ruido de los disparos despertaron la solidaridad de los habitantes del sector. Un vecino y un joven que pasaban por la zona se acercaron a ayudar. “Me subieron en la mitad de una motocicleta mientras el otro muchacho me sostenía del abdomen”, recordó.

Gracias a esa rápida acción, llegó en cuestión de minutos al Hospital San José del Guaviare. "El conductor se bajó y me cargó hasta la camilla", relató. Ya dentro del centro médico, los profesionales de la salud actuaron con rapidez pese a las limitaciones del centro médico.

"La médica con unas tijeras rompe mi camibuzo y me limpian rápidamente", contó. Al principio, pensaban que las heridas estaban en el abdomen o el tórax, debido a la cantidad de sangre. Sin embargo, al evaluarlo mejor, notaron que los impactos se ubicaban en el cuello y en el brazo.

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Dado el riesgo de que los proyectiles afectaran zonas sensibles, como las arterias que conducen al cerebro, el cirujano prefirió no intervenir en ese momento. Fue remitido de inmediato a Bogotá, donde fue ingresado en la Clínica Fundación Santa Fe para atención especializada.

Además, según una versión que recibió de la Policía, el primer disparo que iba dirigido a su cabeza no salió por un fallo en el arma. “Dicen que el sujeto confesó que la primera bala se le encasquilló”, reveló el comunicador. Esa falla mecánica, de acuerdo con la información que le compartieron, pudo haber sido clave para evitar una tragedia.

Así avanza su salud y la de su esposa: decidieron dejar las balas dentro de su cuerpo

Tras su traslado a la Clínica Fundación Santa Fe en Bogotá, Gustavo Chicangana comenzó a experimentar una mejoría significativa en su estado de salud. Según sus propias palabras, se siente “muchísimo mejor” y agradece profundamente la atención que ha recibido en la institución médica. “He encontrado un apoyo importantísimo desde la parte asistencial de la Fundación Santa Fe, como también todos sus médicos, toda la gente que me ha dado una ayuda importantísima para mi recuperación. Lo de hoy es realmente satisfactorio”, expresó.

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A pesar de haber sido impactado por tres proyectiles, dos de ellos permanecen alojados en su cuerpo: uno cerca a la tráquea y otro en el cuello, muy próximo a la columna. “Los médicos en San José del Guaviare estaban aterrados”, relató el periodista, al recordar la reacción del equipo médico que lo atendió inicialmente. Pensaban que podía haber lesiones en órganos vitales como los pulmones, dada la cantidad de sangre que perdió en el momento del ataque.

Sin embargo, los estudios posteriores en Bogotá confirmaron que, a pesar de la gravedad de las heridas, los proyectiles no causaron daños internos comprometedores. Por ello, los cirujanos determinaron que extraer las balas no era recomendable. “Extraerlos en este momento no sería conveniente, me causaría un problema”, explicó, basándose en el criterio médico que recibió en la Fundación.

Los análisis también mostraron que las esquirlas no comprometen directamente la tráquea ni los vasos sanguíneos mayores, aunque sí le provocaron una fuerte inflamación. “Ayer tenía la tráquea obstruida, presionada por el dolor, no podía tragar saliva. Pero decían que el proyectil genera un calor y esto un hematoma, lo que genera una inflamación, y eso provoca que la tráquea esté en esa condición”, narró. Gracias al tratamiento con medicamentos, esa inflamación ha cedido paulatinamente.

En cuanto al estado de su esposa, quien también resultó herida durante el ataque, Chicangana contó que se encuentra en recuperación en casa. Aunque no sufrió heridas de gravedad, el impacto emocional ha sido profundo. “Ella está ya mejor, le dieron autocuidado en su casa, está recuperándose también de su herida. Está muy adolorida porque ella es una mujer muy nerviosa y está llena de mucha incertidumbre, mucho dolor”, explicó.

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El periodista lamentó profundamente que su pareja haya quedado expuesta: “Lamentablemente mi esposa, que uno nunca quisiera que ella estuviera inmiscuida en estos asuntos, le tocó. Le tocó un pedazo de esta violencia que nos arrastra todos los días”.

Las hipótesis del crimen: ¿quiénes fueron los actores intelectuales? Ya hay dos capturados

Según explicó, a lo largo de su carrera como periodista, Gustavo Chicangana ha narrado con rigor los hechos más difíciles que ocurren en el Guaviare. De hecho, en los días previos al atentado, cubría temas sensibles relacionados con orden público y presencia de grupos armados ilegales en la región. “Allá hay varios actores armados y allá se adelanta con bastante rigor el tema del orden público y la parte política”, explicó en entrevista con Noticias Caracol.

Entre los eventos que venía reportando se encuentra el asesinato de siete militares en una emboscada presuntamente atribuida a alias Calarcá, el hallazgo de campesinos asesinados en una fosa común en Calamar y, posteriormente, la explosión de una motobomba. “Veníamos narrando una situación delicada”, reconoció.

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El comunicador también había denunciado la aparición de un grupo armado conocido como Erpac. Según relató, esa organización pretendía difundir sus mensajes a través de los medios de comunicación. Sin embargo, Chicangana se negó a prestarles tribuna. “Decía que no íbamos a hacer ni apología ni divulgación de ningún comunicado de ningún grupo delincuencial”, afirmó. Solo aceptaría hacerlo, dijo, si la fuente oficial lo autorizaba.

Ese grupo, aseguró, llegó a enviarle amenazas. Le exigían que leyera un comunicado en el que se declaraban objetivos militares. “Decían que si no, pues nos visitarían a nuestras propias casas”, contó. Aunque no incluía nombres, el mensaje había sido enviado directamente a la emisora.

Pese a estas amenazas, el periodista insistió en su postura de no colaborar con intereses ilegales. Ahora, las autoridades investigan si existe una relación directa entre ese contexto de presión y el atentado en su contra. “En diálogo con el coronel de la Policía me decían que aún puede haber cabos sueltos para saber si es por ahí o cuál fue el determinador intelectual que pagó la cifra para ejecutar el atentado”, explicó Chicangana.

Mientras tanto, la justicia avanza en el proceso penal contra los presuntos responsables. La Fiscalía General de la Nación informó que, por solicitud suya, un juez de control de garantías impuso medida de aseguramiento en centro carcelario a Alberto Antonio Araújo Rivera, por su presunta participación en el ataque armado contra el periodista.

 Este hombre fue capturado en una diligencia de registro y allanamiento adelantada en un inmueble del barrio Primero de Octubre de San José del Guaviare.
Este hombre fue capturado en una diligencia de registro y allanamiento adelantada en un inmueble del barrio Primero de Octubre de San José del Guaviare.
FISCALÍA

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Según las investigaciones, Araújo Rivera habría sido el encargado de contactar al autor material del atentado y ofrecerle dos millones de pesos para ejecutar el crimen. Además, se estableció que horas antes le entregó el arma de fuego y, tras los hechos, lo esperó en un punto acordado para facilitar su huida.

Araújo Rivera fue capturado durante una diligencia de registro y allanamiento realizada en un inmueble del barrio Primero de Octubre de San José del Guaviare. En el procedimiento, liderado por el CTI de la Fiscalía y la Policía Nacional, fue incautada el arma con la que presuntamente se perpetró el atentado.

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En audiencias concentradas, el procesado no aceptó los cargos. Sin embargo, el juez determinó que debía permanecer privado de la libertad en un centro carcelario. Junto a él también fue judicializado Wilmer Alexander Perea Babativa, señalado como el autor material de los disparos que hirieron al periodista y a su esposa. Esta decisión fue adoptada el lunes 7 de julio. Por razones de seguridad, ambos imputados serán "recluidos en cárceles ubicadas fuera de San José del Guaviare".

LAURA NATHALIA QUINTERO.
NOTICIAS CARACOL DIGITAL.