Con polémicas declaraciones, el expresidente deEcuador Rafael Correa expresó su percepción frente a los medios de comunicación y cuestionó el papel de los periodistas y la libertad de prensa, asegurando que era un “grave problema para la democracia y el desarrollo” en América Latina.
Declaraciones que fueron compartidas por varios funcionarios del actual Gobierno de Colombia, como el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, y la directora del Departamento de Prosperidad Social, Cielo Rusinque.
Correa resume muy bien lo que enfrentamos con algunos sectores de la prensa, reconozco mi error de dejarme enganchar por quien no quiere informar sino destruir reputaciones con tergiversaciónes y falsas noticias, seguiremos concentrados en los resultados! pic.twitter.com/wnbXY1eynu
— Cielo Rusinque Urrego🇨🇴🇫🇷 (@cielo_rusinque) July 16, 2023
De acuerdo con Carlos Rojas, periodista de Ecuavisa, la relación del exmandatario con la prensa siempre ha sido cuestionable, desde la aparición como fenómeno político y no solo como presidente. “Su objetivo fue siempre quitarle espacio a la prensa, mermarle poder, mermarle su capacidad de influencia, de análisis y de equilibrio en el relato sobre el cual se fundamentan los destinos y las historias políticas en el país”, asegura.
Según el periodista, a Rafael Correa siempre “se le dio bien crear relatos alrededor de su desempeño” y se molestaba cuando consideraba que la prensa acotaba las dimensiones de sus acciones.
Rojas recuerda que el exmandatario de Ecuador, enfrascado en desprestigiar a los medios, creó en 2013 una ley de comunicación, conocida como la ley Mordaza, que tenía como objetivo “establecer un control político y burocrático administrativo sobre los medios de comunicación para controlar la prensa”.
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“A través de la creación de una Superintendencia de Comunicaciones y de un Consejo Regulatorio de Comunicación, Correa trató de controlar las agendas periodísticas de los medios tradicionales, vía multas y sanciones”, agrega.
Según comenta el periodista, cada medio de comunicación recibía sanciones de tipo económico, que terminaron por debilitar su músculo financiero, y de tipo penal, ya que eran llamados a juicios.
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Uno de los casos más sonados fue el del periódico El Universo, al cual se le impuso una multa de $40 millones de dólares por un artículo de opinión en el que se cuestionaba el desempeño de Rafael Correa en el 30S, cuando se orquestó una especie de autogolpe de Estado que terminó en un enfrentamiento armado en Quito, en septiembre de 2010.
“El entonces presidente de la República, aduciendo que se le dañó moralmente, le puso una multa al diario El Universo por $40 millones de dólares y luego, cuando toda la crítica pública nacional e internacional se le vino encima, terminó con un discurso de magnificencia perdonando al diario”, señala.
Por otro lado, asegura Rojas, Correa comenzó a destruir la reputación de los periodistas y los medios de comunicación. “Llenaba los canales de televisión de cadenas oficiales para desmentir las notas para imponer su verdad. Lo que se buscaba era evitar que existiera un sector en la sociedad ecuatoriana que contradijera y que vigilara las grandes irregularidades que cometió el gobierno de Correa durante diez años”, sostiene.
Acorde con el periodista, esto hizo que muchos colegas de su profesión desistieran y se autosilenciaran por temor a las represalias. “Algunos terminaron exiliados de sus medios con juicios encima, con vendettas públicas, luego de todo el escarnio que se hacía de ellos en redes sociales. Esto generó un nivel de intolerancia y de autoritarismo sin precedentes en la historia del Ecuador”, expresa.