El togado fue ultimado en 1986 por orden del capo. Su esposa Carmelita Valencia y sus hijos Carlos y Ángela María hablan sobre su talante y valentía.
Pero sobre todo de las amenazas y de esos momentos en los que la sociedad parecía obnubilada por el nombre del narcotraficante Pablo Escobar.
“Uno antes iba a un paseo y se subían a los buses a contar la historia de Pablo Escobar, para mí era una indignación grandísima porque contaban la historia de un asesino y las víctimas, por ningún lado”, recuerda doña Carmelita.
Su hijo Carlos, que junto a su mamá y su hermana asistió a lainauguración del Parque Inflexión
, antiguo edificio Mónaco en Medellín, manifiesta: “Recuerdo la valentía, honradez, prefirió morir que claudicar, los ofrecimientos eran de todo tipo, las amenazas también, era insobornable”.
Y su hermana no se quedó atrás a la hora de hablar del magistrado Gustavo Zuluaga, el primero en dictar orden de detención contra Pablo Escobar, padre del que privaron al ser asesinado en 1986.
Ella dijo que lo conoció a través de los relatos de sus familiares.
“Este espacio es muy importante porque lo estamos reconociendo a través de esta estrategia, este es un espacio inigualable para acordarme de quién fue mi padre y otras víctimas que dieron su vida por este país”, dijo.
Doña Carmelita, a su vez, indicó: “Las nuevas generaciones no tienen ni idea de qué sucedió en Medellín, mucha gente nos mira con rencor, odio. A Gustavo le tocaron varios procesos contra Pablo Escobar, entre ellos el primer auto de detención. El más mencionado, porque otros procesos existían pero estuvieron engavetados”.
La valiente mujer también recordó momentos de amenazas, intimidaciones y las inefables palabras del honorable togado: Aquí estamos, seguimos su ejemplo. Él decía, me van a matar, no sé cuándo, pero me van a matar”.