
La vida de Miguel Uribe Turbay, senador y precandidato presidencial, cambió para siempre el pasado 7 de junio de 2025. Ese día, en el barrio Modelia de Bogotá, fue víctima de un atentado armado que lo dejó gravemente herido. Antes del ataque él y su esposa María Claudia Tarazona ya habían hablado sobre los riesgos que enfrentaba en su actividad política por la falta de protección.
Y es que hacer política en Colombia es considerado una profesión de alto riesgo y, para ellos, Miguel Uribe estaba haciendo su campaña sin las condiciones mínimas de seguridad. Creen que estaba muy expuesto y por lo vulnerable era un blanco fácil.
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La pareja había discutido en varias ocasiones sobre los peligros que enfrentaba Miguel. “¿Hablaron antes de los riesgos? ¿Tenían miedo? ¿Lo habían discutido? Mucho, hablamos mucho de eso. Yo le decía, ‘Miguel, estás peleando muy duro y estás muy poco cuidado’. Decía, ‘es que no puedo hacer nada porque es que yo pido, pido y aquí pues no pasa nada’. Nosotros a veces llegábamos a los foros del Centro Democrático y era Miguel con un policía en taxi”, recordó María Claudia Tarazona en una entrevista exclusiva con Los Informantes.
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Aunque no habían recibido amenazas, el temor era constante. “¿Había recibido amenazas concretas? No, nosotros no, nunca”, contó. Sin embargo, el miedo estaba presente, especialmente por su familia y, luego del atentado, se ha incrementado. “¿Tienes miedo? Sí, siento miedo por los niños y por el papá de Miguel, pues porque es lo que yo más amo, no porque haya nada en específico ni porque esté pasando nada, es porque uno siente miedo por lo que quiere”.
Durante la entrevista, María Elvira Arango, directora de Los Informantes, también le consultó si había hablado con el presidente Petro, pero María Claudia señaló que no.
Lo que piensa esposa del Miguel Uribe Turbay del joven que le disparó
Escuchar a María Claudia es sobrecogedor. A pesar del dolor, transmite una serenidad y una fe inquebrantables. Lleva más de un mes aferrada al amor que se prometieron, a su hijo Alejandro y a sus tres hijas, esperando el milagro de ver a Miguel sano y alegre como siempre.
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Tras un poco más de un del atentado, María Claudia Tarazona se refirió por primera vez del joven de 14 años que disparó contra el precandidato presidencial.
"Cuando uno a los 14 años empuña un arma, en vez de estar pateando un balón, consiguiendo su primera novia, aprendiendo matemáticas y tiene más habilidades en matar que empatar un balón, el problema no está en él, el problema está en qué tipo de sociedad somos nosotros”, afirmó.
Asimismo, habló de los sentimientos que tiene hacía el joven. “Yo no siento ninguna rabia, ni siento rencor, ni siento nada, siento dolor. Es un niño. No importa qué hizo, ni cómo lo hizo, ni dónde vino ese odio ni eso que él sentía”.

Las horas más críticas tras el atentado
El ataque con arma de fuego ocurrió en plena vía pública. Miguel recibió un disparo en la cabeza y fue trasladado de urgencia a la Fundación Santa Fe tras ser atendido antes en un hospital en Fontibón. Las primeras 48 horas fueron críticas.
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“Los 15 minutos más largos de mi vida. Cuando llegamos y operan a Miguel y nos dicen, ‘Miguel sobrevivió a la operación’, pues obviamente un alivio, pero en algún momento yo subí a cuidados intensivos y unos médicos me dijeron ‘Miguel entró en muerte cerebral’. Entonces yo dije ‘¿Qué significa eso?’, y me volteé y mira otro médico le dije ‘¿Miguel se va a morir?’ y me dijeron que sí. Le dije ‘¿Qué tantas horas tengo?’, entonces me dijeron ‘es cuestión de horas’”, recordó la esposa del precandidato presidencial.
Con el corazón roto, María Claudia tomó una decisión desgarradora: preparar a sus hijas para despedirse. “Y les dije ‘Miguel no lo logró, Miguel se va a morir. Mándenle un mensaje a Miguel’. Muy importante el poder despedirse”.
El inesperado milagro en Miguel Uribe Turbay
Pero cuando todo parecía perdido, ocurrió lo inesperado, lo que ella describe como un milagro. “Me devolví para la clínica y cuando llegué me dice el doctor Hakim ‘es otro paciente, otro cerebro y Miguel se está recuperando’”. Desde entonces, Miguel permanece en la unidad de cuidados intensivos, luchando por su vida.
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María Claudia ha decidido no dar detalles sobre su estado de salud, respetando el acuerdo con el equipo médico. “Está en las mejores manos, lo he visto. El doctor Hakim es un ser humano impresionante. Tiene la bondad en sus ojos, la firmeza en sus manos y el corazón para que esto haya sido el proceso más amable dentro del caos más absurdo que puede vivir una familia”.
Para tenerlo más cerca, María Claudia lleva la argolla de matrimonio de Miguel colgada al cuello. Es su forma de mantenerlo presente, de no soltarlo, de seguir creyendo.