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Bailarín fue víctima de escalofriante estafa en Risaralda: "pensé que me iban a matar"

La víctima había sido contratada para dar clases en una escuela de la zona rural de Marsella.

Así son las estafas por llamadas internacionales.
Bailarín fue víctima de estafa.
Tomada de redes/Getty Images

En redes sociales, un bailarín denunció ser víctima de una estafaque cada vez es más común en los rincones de Colombia. El hombre identificado como Luis Fernando Aguirre, expresó en un video publicado en Instagram que fue contratado para dictar una clase de baile a unas 30 personas, pero al llegar al lugar donde la lección iba a ser impartida las cosas se empezaron a tornar raras.

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“Fui víctima de malas personas que quisieron atentar contra mi vida, personas inescrupulosas que quisieron acabar con todo y me engañaron a través de una modalidad en donde quieren hacerle daño a las personas. Y yo caí, fui víctima, pasé el peor momento de mi vida, sufrí demasiado y pensé que no iba a volver a casa”, empieza diciendo en el video.

Según explicó, un hombre, supuestamente profesor de una escuela, fue el encargado de cerrar el trato. Se suponía que las clases se llevarían a cabo en una zonal rural del municipio de Marsella ubicado en el departamento de Risaralda, Aguirre no sospechó de ninguna actividad maliciosa dado que en otras ocasiones también había lecciones en centros comerciales y gimnasios.

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El pasado 21 de junio, cuando el instructor emprendió un extenso viaje desde Pereira hasta Marsella fue cuando comenzó la terrorífica experiencia. La víctima manifestó que durante todo el trayecto el contratante estuvo al pendiente de su ubicación, pero este hecho no le despertó sospechas porque se la había compartido con el propósito de guiarlo. "Me decía 'don Fernando ya va muy bien, muestréeme por donde va' y yo tomaba fotos y le mandaba y seguía porque yo iba perdido, iba con GPS".

Le dijeron que estaba en zona de la guerrilla

No obstante, a medida que se fue acercando al punto de encuentro Aguirre empezó notar que se trataba de una zona desolada. "Era puro lodo, yo estaba asustado, pero contento a dar mi clase de baile". Luego, recibió una llamada que encendió un poco las alarmas, en esta el contratante le dijo: “don Fernando, si de pronto lo contacta alguna persona de seguridad de la zona, les dice que viene para donde mí les da el contacto y no pasa nada, tranquilo, acá lo espero’.

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Más adelante, recibió otra llamada telefónica, esta vez de un individuo distinto, quien lo confrontó por encontrarse en ese sector. Le advirtió que se trataba de una zona restringida, supuestamente bajo el control de un grupo armado, en concreto, un frente de las Farc. "Yo le dije '¿qué hago?' y me dijo 'simplemente dígame que está haciendo por acá, tenemos interceptado su teléfono'".

En medio del pánico Aguirre le explicó porque estaba allí y le dio el número de la persona que lo citó. Inmediatamente, el supuesto agente de las Farc llamó al otro implicado y fingió llamarle la atención por sus acciones, pero todo era un montaje para que el bailarín no saliera de su asombro. “Todo fue muy real, yo pensé que mi vida se iba a acabar en ese momento".

Exigían 7 millones de pesos para no matarlo

Tras eso, comenzaron a sacarle información de su vida personal con la excusa de que sus respuestas eran la única forma de que lo dejaran ir, pero la situación se volvió aún peor. Los delincuentes unieron a la llamada al esposo de Aguirre para que este le informara lo que estaba sucediendo y le advirtieron que en caso de que su pareja diera aviso a las autoridades le iban a quitar la vida.

Luego, a los pocos segundos los presuntos ladrones le dijeron que su esposo los había delatado y que tendría que pagar las consecuencias, para no asesinarlo le dieron dos opciones, "una que trabaje una semana con nosotros o dos, que pague una multa por su esposo haberse puesto a hablar". Tal exigencia de dinero, de 7 millones de pesos, supuestamente tenía como propósito pagar un medicamento que el grupo armado no tenía.

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El hombre fue presionado por unos momentos hasta que al fin cedió a pasar una cantidad menor a una cuenta de Nequi. Sin embargo, los asaltantes insistieron en que debía dar más dinero y le dieron un minuto para llamar a su esposo para que lo ayudara. Fueron esos 60 segundos los que evitaron que el robo fuera millonario, pues su pareja ya había dado aviso a las autoridades y estas le confirmaron que se trataba de una estafa, incluso llamaron a la víctima para decirle que nadie lo estaba vigilando y se podía retirar de la zona tranquilamente.

"Yo me eché la bendición, cogí mi moto y salí carretera arriba a lo que más pudiera (...). Yo no conocía esta estafa, pensé que me iban a matar. No reciban llamadas de teléfonos privados ni crean todo lo que les digan", puntualizó Aguirre y pidió a sus seguidores compartir el video para que más personas no caigan en el engaño.
Angélica Yelithssa Morales C.
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