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Colombia, famosa por adornar con sus flores el mundo entero, en particular en San Valentín, no se conforma con ponerlas en el jarrón: ya hay productores que las venden con fines comestibles y chefs que las utilizan para dar color y sabor a sus platos.<

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En Guasca, unos 50 km al noreste de Bogotá, Daniel Aristizábal cultiva este fino manjar. Su empresa nació con la idea de potenciar un mercado alternativo a la producción de flores ornamentales, de la que Colombia es líder, con ventas anuales de más de

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"A partir de esa hipótesis nos topamos con que existía esa gama de las flores comestibles, que son entre 250 a 300 en el mundo y de las que Colombia puede producir casi que las 300 por los pisos térmicos que tiene", explicó a la AFP mientras

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De geografía generosa, Colombia se ufana de contar con diversos ecosistemas, que van desde la montaña y el páramo hasta la sabana tropical y la selva amazónica, otorgándole una gran riqueza floral.

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El cultivo de Aristizábal es orgánico. Días atrás, el constante revoloteo de abejas y colibríes convertían su invernadero en una especie de helipuerto. "La cosecha de las flores comestibles es importante que se haga en la mañana muy temprano, para

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A uno de los empleados, Oliver Prieto, que toda su vida cultivó flores ornamentales, al principio le parecía una locura que los pétalos entraran a la cocina.

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"Pero vale la pena. Porque las flores son para adornos, pero éstas se consumen, es comida para reyes diría yo. Son exquisitas y tienen aceites esenciales, (son) deliciosas", dijo.

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Hay flores que se comen habitualmente sin pensar que son flores, quizás porque son ricas, pero lucen muy feas, como el brócoli, la coliflor o la alcachofa. Y hay otras, como la flor de calabacín o la de romero, que además de verse hermosas saben bien.<

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Usarlas no es algo nuevo en la historia culinaria: la cocina ancestral de Japón y Tailandia ya empleaba flores. También la de México. Pero la actual tendencia a incluir este delicado ingrediente en la alta gastronomía surgió en España y Francia. <

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Las flores comestibles y los germinados se pueden preparar de muchas maneras. Con ensaladas, acompañando alguna proteína. Incluso se pueden deshidratar para hacer infusiones o prepararlas en tempura.

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En su cocina en el restaurante Salvo Patria en Bogotá, el chef Alejandro Gutiérrez usa capuchinas, flores de mostaza y de ajo para preparar una ensalada de papas en varias texturas. Para él, no se trata solo de dar color y belleza a sus creaciones culi

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"Todos los pigmentos tienen una cantidad de vitaminas y minerales y sirven como un elemento nutricional. Además, tienen un poquitín de proteína y de fibra, que funciona como regulador del cuerpo", dijo a la AFP este biólogo y elogiado cociner

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Salvo Patria no es el único restaurante colombiano que incluye flores en sus platos. Prestigiosos templos del buen comer en Bogotá, como Criterion y Leo -ambos incluidos esta semana en la lista de los 50 Best, que reúne a los 50 mejores de Latinoaméric

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Crisantemos, hibiscos, madreselvas, violetas, alimonadas, dulces, ácidas, anisadas: las hay para todos los gustos.

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A Gutiérrez le gusta servirlas deshojadas y alentó a los comensales a probarles, incluso más allá de las sofisticadas propuestas de los restaurantes. ¿Su consejo? No teman agregar unos pétalos a sus platos.
Crisantemos, hibiscos, madreselvas, violetas, alimonadas, dulces, ácidas y anisadas, son algunos de los finos manjares.
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