El robo sucedió en el sector de Morato, en el noroccidente de Bogotá.
Los ladrones llegaron a la droguería, arrinconaron a los empleados, se dirigieron a la caja registradora, hurtaron el dinero y tomaron también un celular.
Luego abandonaron el sitio, se fueron a celebrar y se tomaron fotos con el teléfono móvil robado.
Los ladrones no sabían que el aparato tenía una aplicación que envió al correo del propietario las imágenes tomadas.
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Así las cosas, la víctima del robo obtuvo las fotografías y las puso a disposición de las autoridades para ayudar a dar con el paradero de los delincuentes.
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