Procuradora del caso dijo que en el cuerpo de la niña había hemorragias, fracturas y otras marcas. La pareja fue condenada por tortura.
Ángela Johana Guerra tendrá que enfrentar una condena mínima de 37 años por los delitos de tortura agravada y homicidio agravado, mientras que su esposo, Edilberto Rojas, enfrentará una pena mínima de 25 años de cárcel por el delito de tortura, en su caso será por omisión.
Durante la audiencia, el fiscal encargado de la acusación no pudo contener su indignación ante los crueles tratos que fue sometida la pequeña. Calificó estaos maltratos de “detestable”, “reprochable”, y se atrevió a llamarlo “absolutamente asquerosos”.
El funcionario confirmó además que expertos demostraron que Sarita Salazar murió producto de sufrir un zarandeo lo cual produjo un trauma encefálico. Esto descarta la versión de la madrina, quien afirmó que todo era producto de un “accidente”.
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Entre tanto, la procuradora del caso dijo que el cuerpo de la niña presentaba “excoriaciones, abrasiones, hemorragias, avulsiones, fracturas; recientes y antiguas, desde la cabeza hasta las uñas de los pies”.
Ante el material probatorio presentado, el juez declaró culpables a los padrinos de Sarita y condenó la desidia que, afirmó, tuvieron con la pequeña. “Es un comportamiento indolente en grado máximo. Ponernos en los pies de Sarita, cuando le levantó la uña, cuando perdió su falange, cuando se le cayeron los dientes no producto de un proceso natural”, lamentó.
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