Durante generaciones sus familias han vivido de esta industria. Pero ahora no pueden competir con los precios de estos productos ilegales.
Fabricar zapatos ha sido la pasión y el único sustento familiar desde hace 14 años de Jhon Ángel y su familia, quienes crearon su empresa en el barrio Restrepo, al sur de Bogotá.
“Llegamos a tener 22 empleados cuando inició esto hace unos 14 años; ahorita tenemos 10”, relata.
El declive que presenta el negocio se debe a la llegada del zapato chino de contrabando.
“Yo empecé vendiendo una baleta a 25 mil pesos cuando iniciamos hace 14 años, ahorita usted consigue baleta desde 12 y 13 mil pesos, ¿quién compite contra eso? Esta situación ha obligado a muchas familias a cerrar sus negocios”, dice Jhon Ángel.
Mientras los fabricantes colombianos de calzado viven esta crisis, la Policía Fiscal y Aduanera incauta miles de zapatos que llegan de contrabando desde China.
Algunos empresarios aseguran que en lo corrido del año, como consecuencia del contrabando de zapatos chinos a Colombia, más de 10 mil familias han quedado afectadas por el desempleo en ese sector.