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Cabezote Los Informantes

La conmovedora historia de Diana Baloy y su retorno al ICBF: del abandono a la dirección

Tras pasar una infancia marcada por el abandono, Diana Baloy encontró su propósito de vida. Pasó se ser protegida por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, a convertirse en su directora de Protección. Una historia de resiliencia y determinación.

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La vida de Diana Baloy es un testimonio de resiliencia y determinación. Desde una infancia marcada por el abandono y la tutela del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ha superado innumerables obstáculos para convertirse en una profesional comprometida con el bienestar de los niños. Regresó al ICBF, donde pasó gran parte de su vida, pero ahora como directora de Protección con la noble tarea de velar por el cuidado de los pequeños más vulnerables de Colombia.

“Llega una policía de infancia adolescencia y me dice que me tengo que ir con ella, entonces yo le decía que no, que yo no me iba a ir con ella, que yo tenía que esperar a mi mamá porque mi mamá iba a volver y bueno, la policía quería que yo saliera como por mis propios medios, pero pues yo no salí nunca así y me sacaron”, recordó Diana Baloy en Los Informantes sobre el día que se convirtió en una hija del sistema.

En ese momento, su madre había salido y no había vuelto, por lo que ella, quien apenas tenía 9 años, llevaba semanas viviendo sola. Baloy creía con todas sus fuerzas que su mamá regresaría, por lo cual no quería que la Policía se la llevara, pero era inevitable.

“Me tiré al piso, me agarraba de cuanta reja había. Supremamente difícil ese día. Llegué al ICBF, al centro zonal Suba”, relató Diana sobre su llegada al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.

Tres décadas después llegó a una posición única para un caso como el suyo: se convirtió en la directora de Protección de la misma entidad que la cuidó. Baloy encabeza el equipo que protege los derechos de 69.000 niños que están bajo la tutela del Estado, muchas veces solos, sin familia ni redes de apoyo como lo estuvo ella misma tiempo atrás.

La hoy directora de Protección del ICBF hasta salía en el boletín que los colombianos reconocemos más, el de los niños buscan su hogar: “Yo quiero tener un nombre… yo salía ahí con mi sudadera azul, porque le ponían en ese entonces una sudadera azul y uno salí diciendo ‘hola, me llamo Diana Baloy, busco a mi mamá, a mi papá, que vengan por mí”, recuerda Baloy.

Pero Diana no tenía papá, murió según su madre y de su mamá tampoco sabía nada. Años después del abandono, tuvo noticias de ella y convirtió el bienestar de los niños sin hogar en el propósito de su vida. El talante y la fuerza de la mujer que vela por los niños del Estado.

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