Ya son cuatro las personas que han ocupado ese cargo y que salen por la puerta giratoria del Gobierno Trump.
Hicks, una de las más cercanas colaboradoras del presidente Donald Trump, anunció el miércoles que dejará su puesto como directora de Comunicaciones de la Casa Blanca, en una nueva deserción en el seno del gobierno estadounidense.
La joven de 29 años, que se volvió una figura clave de la campaña del magnate inmobiliario tras sumarse desde el principio sin ninguna experiencia política, ocupaba el cargo desde septiembre.
Elegante y discreta -rechazaba sistemáticamente las solicitudes de entrevistas- pero influyente tras bambalinas, esta exmodelo que trabajó para la hija del presidente Ivanka Trump en Nueva York se había convertido en confidente del mandatario.
"No hay palabras para expresar adecuadamente mi gratitud al presidente Trump", señaló Hicks en una declaración.
Su partida no se producirá de manera inmediata. "Será en algún momento en las próximas semanas", dijo la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders.
El puesto de director de comunicaciones está tradicionalmente menos expuesto que el de portavoz, verdadero rostro del ejecutivo estadounidense que Sanders, de 35 años, ocupa desde la partida de Sean Spicer en julio.
Muestra de la gran rotación dentro del equipo de Trump, Hicks fue la cuarta persona en ocupar el cargo de director de comunicaciones después de Anthony Scaramucci, un personaje que sorprendió con su lenguaje soez y que tuvo un fugaz pasaje a finales de julio.
"Sobresaliente" y "sabia"
La partida de Hicks se suma a una larga lista de deserciones del gobierno de Trump, que incluyen al exestratega Steve Bannon, al exjefe de gabinete Reince Priebus, al exconsejero de seguridad nacional Michael Flynn y al exsecretario de Salud, Tom Price, entre otros.
"Hope es sobresaliente y ha hecho un gran trabajo durante los últimos tres años", dijo Trump, al comentar el anuncio.
"Extrañaré tenerla a mi lado, pero cuando se acercó a mí para buscar otras oportunidades, lo entendí totalmente", agregó. "Estoy seguro de que trabajaremos juntos de nuevo en el futuro".
Su hija Ivanka la despidió afectuosamente: "Hope Hicks es querida y admirada por todos los que la conocen", tuiteó.
Hicks, que según la Casa Blanca gestionó los mensajes estratégicos para las prioridades de la administración Trump, como la aprobación de la reforma fiscal, también era apreciada por el jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly.
"Es estratégica, equilibrada y sabia más allá de su edad", dijo al enterarse de la renuncia. "Sirvió a su país con gran distinción. Decir que la extrañaremos es poco".
Rusia y Porter
La dimisión de Hicks se produce un día después de su comparecencia a puertas cerradas en el Congreso en una audiencia sobre la posible intromisión de Rusia en la elección de Trump.
Ante la comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes el martes, la directora de comunicaciones de Trump se limitó a responder preguntas previamente aprobadas.
Según la prensa, durante la audiencia habría reconocido haber dicho en ocasiones mentiras inocentes durante su trabajo en la Casa Blanca, pero que jamás mintió cuando fue interrogada por el caso de la injerencia rusa en la campaña electoral.
Hicks quedó en la mira de la investigación ante su conocimiento sobre una reunión de junio de 2016 entre altas figuras de la campaña y una abogada rusa que ofrecía datos para ensuciar a la candidata demócrata Hillary Clinton.
Sanders descartó, sin embargo, que la decisión de Hicks esté vinculada a este tema.
El bajo perfil que Hicks había mantenido desde que Trump asumió el cargo hace poco más de un año cambió a principios de este mes cuando Rob Porter, un alto asesor de Trump con el que según trascendidos Hicks se había involucrado sentimentalmente, se vio envuelto en un escándalo de violencia doméstica y debió renunciar a su puesto de secretario de personal de la Casa Blanca.
Porter niega las acusaciones renunció luego de las denuncias de agresión física y abuso psicológico de sus exesposas.
Updated: marzo 01, 2018 03:02 p. m.