Este elemento, que les mejorará su estilo de vida, fue donado hace 6 años, pero nadie se los ha instalado.
Más de 1.500 habitantes del resguardo indígena de Puerto Pizario, en Buenaventura, están a la espera de que les pongan en funcionamiento una planta eléctrica, la cual fue donada hace más de seis años a esta comunidad.
Los representantes de esta población aseguran que solo están aguardando la llegada de un técnico para que les ayude a proporcionar fluido eléctrico a las precarias viviendas en las que habitan.
Agustín Málaga, gobernador de este resguardo indígena, habló sobre la situación que vive su comunidad: “Hay un incumplimiento, la alcaldía no ha montado la planta aquí en esta comunidad”.
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Asimismo, 450 niños del colegio del resguardo tienen que acudir a sus clases sin energía eléctrica y con aulas en malas condiciones, así lo relató, Ildo Moña, rector.
“Nos hacen falta aulas educativas, restaurante escolar, espacio para laboratorios, biblioteca, una sala de sistemas. Esto es muy precario”, concluyó.
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Los habitantes de Puerto Pizario esperan una respuesta de la administración municipal de Buenaventura.