
Star Overdrive no pierde tiempo en contarte quién es. Desde el primer momento, se siente como si Tony Hawk hubiera tomado su tabla, le hubiese puesto cohetes y se hubiera lanzado a un nuevo mundo. El resultado: una experiencia que fusiona exploración, combate y música rock en un viaje intergaláctico de pura adrenalina, todo sobre una hoverboard.
Desarrollado por el estudio independiente Caracal Games (Roma, Italia), Star Overdrive es su proyecto más ambicioso hasta la fecha. El juego se sitúa en el misterioso y colorido planeta Cebete, donde controlamos a Bios, un protagonista amante de la música que busca a su antigua pareja, Nous, tras recibir un mensaje de auxilio. Aunque parece una típica aventura espacial, rápidamente demuestra que tiene una personalidad muy marcada, construida a partir de la movilidad fluida, un universo visualmente llamativo y un sistema de juego que premia la experimentación.
Historia: una misión personal en el vacío estelar
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La narrativa de Star Overdrive no es su punto más fuerte, pero sorprende por lo bien que se integra con el tono del juego. Controlamos a Bios, quien tras estrellarse en Cebete por un misterioso ataque energético, debe recorrer el planeta para encontrar a Nous. El relato, aunque sencillo, mantiene el interés gracias a un buen ritmo y toques emocionales que contrastan con la vibra punk del universo.

Eso sí, hay un par de cosas que podrían mejorarse: Bios no tiene muchas expresiones faciales, lo que le quita impacto a algunas escenas importantes. Aunque el juego intenta construir una atmósfera melancólica y solitaria —y lo logra en buena parte—, los momentos más emotivos no terminan de aterrizar del todo por este detalle. Aun así, para un juego donde la acción y el movimiento son prioridad, la historia cumple sin estorbar.
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Jugabilidad: flotar, volar, triturar
Aquí es donde Star Overdrive brilla con fuerza. Lo primero que notarás al recorrer Cebete es lo divertido que es moverse. La hoverboard no es solo una herramienta de transporte, es el núcleo de toda la experiencia. Puedes hacer trucos, ganar impulso, usarla en combate y explorar grandes extensiones del mapa a toda velocidad.
El control es preciso, y aunque hay una curva de aprendizaje, la sensación de dominio progresivo es muy gratificante. Cada truco, cada salto bien ejecutado, se siente como una victoria personal. Las físicas están bien calibradas y permiten mucha creatividad al momento de explorar. Pequeños trucos como soltar la tabla en el punto justo de un salto para ganar más altura son detalles que enriquecen la experiencia.

Además, la integración del combate con la música y la movilidad le da un toque especial. La keytar que usa Bios no solo sirve para atacar, sino que desbloquea habilidades nuevas conforme avanzamos. Estas se obtienen en zonas subterráneas con mecánicas tipo shrine, que recuerdan a Zelda: Breath of the Wild. Aquí resolverás acertijos que te obligan a combinar bien tus poderes con las físicas del juego.
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Diseño del mundo y exploración: entre lo desolado y lo hermoso
Cebete es un planeta gigante, variado en paisajes, pero con cierta sensación de vacío. Algunos sectores están claramente más trabajados que otros, con detalles visuales más ricos y enemigos más variados. Sin embargo, este vacío no molesta tanto como uno pensaría. De hecho, refuerza el tono de soledad y le da fuerza al propósito de la búsqueda de Bios.
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Las zonas están bien diferenciadas: hay desiertos, zonas acuáticas, vegetación exuberante, e incluso ruinas alienígenas. Aunque se echa de menos un poco más de vida o actividad en ciertos espacios, la recompensa está en la exploración misma. Hay muchos secretos por descubrir, coleccionables que mejoran tu tabla y puntos de interés que te impulsan a desviarte del camino principal.
Gráficos: cel-shading con estilo punk
Para ser un juego indie, Star Overdrive luce bastante bien, incluso corriendo en Nintendo Switch. La dirección de arte apuesta por un estilo cel-shaded que ayuda a ocultar ciertas limitaciones técnicas y resalta muy bien los colores y contrastes del mundo. La mezcla entre sci-fi y estética punk-rock es atractiva y refrescante, aunque en algunas secciones parece que pudieron explotar más ese estilo visual.
Los efectos de luz, los trucos en cámara lenta y los colores neón resaltan especialmente durante las secuencias de combate o cuando estás realizando combos en el aire. Eso sí, hay algunos bugs visuales menores y caídas de frame ocasionales, pero nada que arruine la experiencia.
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Audio: menos ruido, más atmósfera
Uno podría pensar que Star Overdrive estaría repleto de riffs constantes y explosiones sonoras, pero no. Curiosamente, el juego apuesta por una banda sonora más ambiental en la mayoría de sus secciones, lo que refuerza la sensación de vastedad y aislamiento. Cuando el rock entra en escena, lo hace con fuerza y con sentido, subrayando los momentos clave de acción.

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La música y los efectos están bien balanceados, y el diseño de sonido destaca especialmente en los poderes de la keytar, que suenan como si fueran sables de luz musicales. Además, se pueden encontrar casetes coleccionables con canciones nuevas que puedes usar durante tus recorridos, añadiendo un componente de personalización musical que no es común en este tipo de juegos.
Progresión y personalización: tunea tu hoverboard
El sistema de progresión de Star Overdrive está dividido en dos ramas principales: habilidades para Bios y mejoras para la hoverboard. Aunque el árbol de habilidades no tiene demasiada profundidad (se puede terminar el juego sin desbloquear ni la mitad), la personalización de la tabla compensa eso con creces.
Podrás mejorar velocidad, aceleración, impulso, entre otros. Además, puedes fabricar piezas nuevas en bancos de trabajo repartidos por el mapa. Esto te permite adaptar tu estilo de juego, ya sea para ir más rápido, tener más control en el aire, o mejorar tu capacidad de combate mientras te desplazas.
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También hay desafíos de tiempo y obstáculos que invitan a perfeccionar tus habilidades, una adición que alarga la vida útil del juego si eres de los que disfruta romper récords y optimizar rutas.
Duración y rejugabilidad: justo lo necesario
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Star Overdrive no es un juego largo, pero sabe cuándo retirarse. Un recorrido promedio puede durar entre 10 y 15 horas, dependiendo de cuánto explores y cuántos coleccionables quieras encontrar. Una vez terminado, no hay mucho incentivo para rejugarlo a menos que quieras completarlo al 100%. El contenido post-game es casi inexistente, y la historia no cambia.
No obstante, lo que ofrece es suficiente. La experiencia se siente redonda y no se extiende innecesariamente. El diseño de los niveles y la forma en la que se introducen las mecánicas hacen que el tiempo invertido valga la pena.
Conclusión: una joya indie con identidad
Star Overdrive es una muestra de lo que puede lograr un estudio pequeño cuando tiene una visión clara y ganas de arriesgar. No reinventa el género, pero toma influencias de grandes títulos como Breath of the Wild, Hi-Fi Rush y Sonic Riders para construir algo que se siente único. Su fortaleza está en el movimiento, la física y la creatividad del jugador.
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Si te gustan los juegos con movilidad fluida, una estética marcada y un enfoque en la exploración sin prisas, esta es una apuesta segura. No es perfecto, pero tiene suficiente corazón, estilo y diversión para dejar una buena impresión.

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