En los últimos años, el abandono de los adultos mayores en Colombia dejó de ser una triste rareza para convertirse en una epidemia silenciosa. Es un fenómeno aterrador, pero tan frecuente que a veces, lamentablemente, se vuelve paisaje.El problema es de magnitud global. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada seis adultos mayores en el mundo ha sufrido algún tipo de maltrato durante el último año. Es decir, equivale a unos 220 millones de personas, una población comparable a la de un país enorme como Brasil. Y aunque hablamos de diferentes tipos de vejámenes, desde la violencia física hasta el no darles medicamentos, el abandono es catalogado como una de las formas más comunes y crueles de maltrato.La alarma está encendida en Colombia. La Corte Constitucional ya lanzó una alerta por el aumento de los casos de abandono. Solo en Bogotá, las autoridades reportan 2.800 abandonos en los últimos 4 años. Esto significa que, en la capital, casi dos personas mayores son dejadas a su suerte cada día.Y no es solo un drama moral; el abandono es un delito. Si usted deja desprotegida a una persona mayor que estaba bajo su cuidado, se puede enfrentar a la cárcel.La cruel paradoja de la NavidadCuando pensamos en diciembre, pensamos en familia, abrazos y celebraciones, pero para los adultos mayores que dependen de otros, es justo la época donde más se registra soledad y maltrato.Ana Beiba Lasso, conocida como 'el ángel de los viejitos' en Cali, que cuida a más de 100 personas mayores, lo dice sin rodeos: “Se acerca la época más triste para mí”. Y al preguntarle cuál es, responde: "Navidad es la época que más los abandonan a ellos", dijo en Los Informantes.Este abandono en diciembre tiene varias razones que lo hacen aún más amargo. Las causas incluyen: vacaciones ya que las familias cuidadoras aprovechan la época para salir de viaje o gastos extras en las celebraciones y el inicio del año escolar traen consigo.Muchos de estos adultos mayores son llevados con engaños a hospitales o terminales de transporte, donde simplemente los abandonan. En los terminales, por ejemplo, los dejan con la promesa de que un familiar vendrá a buscarlos, algo que nunca sucede.Abandono de adultos mayores: un problema de salud y economíaEl abandono no ocurre de la noche a la mañana. La directora ejecutiva de la Fundación Saldarriaga Concha, Soraya Montoya, explica que "El abandono no ocurre de un día para otro. Es una herida que se hace a través de la vida".El médico Carlos Ariza, presidente de la Asociación Colombiana de Geriatría y Gerontología, experto en el cuidado de adultos mayores, señala que la enfermedad y la dependencia son factores de riesgo directos: "Por lo menos la persona mayor a medida que tiene más enfermedades y requiere más cuidado, eso es uno de los factores de riesgo para abandono". A esto se suman las enfermedades crónicas, las redes familiares debilitadas y las inseguridades económicas.En las próximas décadas, en Colombia habrá más viejos y menos jóvenes para cuidar a esas personas. Mientras antes cuatro adultos podían cuidar a una persona mayor, pronto será un adulto cuidando a dos.Dos caras de esta realidad son Rosa Adiela Palma y John Jairo Hernández, dos ancianos que terminaron solos.John Jairo, a quien le dicen ‘el paisita’ y tiene 62 años, vive pegado a una bala de oxígeno que lo ayuda a respirar debido a su EPOC. Él está convencido de que lo duro de la tercera edad es llegar sin familiares o amigos que lo acompañan, que lo cuiden.Rosa Adiela, de 83 años, relata un dolor similar, pero con un toque aún más amargo. Trabajó toda su vida, pero el día que dejó de hacerlo, la hermana con la que vivía la echó de la casa: "Si mi hermana me negó un almuerzo, ¿cómo no me iba a negar una posada?".Ana Beiba Lasso, 'el ángel de los viejitos' en CaliPor fortuna, John Jairo y Rosa Adiela hoy no están en la calle. Viven en el hogar de Ana Beiba Lasso, quien, a pesar de estar pasando por su tercer cáncer y su tercera ronda de quimioterapias, se dedica a cuidar a más de 100 ancianos abandonados en Cali.Ana Beiba, con una sonrisa cariñosa, está convencida de que, al llegar a la tercera edad, los humanos se vuelven a convertir en niños chiquitos. Por eso, los llama a todos "mis niños, mis bebés".Su misión comenzó hace 30 años, de la manera más inesperada. Desempleada y con problemas económicos, estaba en un hospital cuando escuchó a una enfermera pedirle a un anciano que se fuera. Él respondió que no tenía a dónde ir. Ana Beiba sintió una señal divina, lo llevó a su casa y así nació el hogar. El requisito para entrar es que no tengan a nadie.John Jairo, por ejemplo, pasó nueve meses en un hospital hasta que lo llevaron con Ana Beiba. Rosa Adiela también llegó llorando, pero Ana Beiba la abrazó: "Aquí no le va a pasar nada, mamita", le dijo. En este hogar, donde han pasado más de 1.000 ancianos, Rosa Adiela y John Jairo, contra todo pronóstico, encontraron una familia.La semilla para una vejez acompañadaLa realidad que rodea a Ana Beiba y sus ancianos es la excepción. La mayoría de los adultos mayores que terminan solos y aislados, sufren de lo que se llama soledad no deseada.Para no llegar a viejos solos, la clave está en el presente. La solución no se encuentra en el nivel socioeconómico, sino en construir lazos fuertes con amigos y familiares.Soraya Montoya y otros especialistas recomiendan enfocarse en las redes sociales reales, que no son las del celular, sino la de ir a tomarse un café, la de conversar, reír en compañía y darse un abrazo.Es fundamental entender que todos vamos para allá. Si no tomamos cartas en el asunto, la soledad y el abandono solo se agravarán. Según el DANE, para 2050, uno de cada cuatro colombianos será mayor de 60 años. La soledad no deseada es una herida que se debe empezar a sanar hoy.*Este texto fue realizado con colaboración de un asistente de IA y editado por un periodista que utilizó las fuentes idóneas y verificó en su totalidad los datos. Cuenta con información y reportería propia de Los informantes.
Karina Rincón Durán, una ingeniera ambiental de Ocaña, Norte de Santander, se convirtió recientemente en víctima de una violenta agresión perpetrada por su expareja, José Urbano Medina Villa, a pesar de que las autoridades habían impuesto una medida de protección que le ordenaba al hombre mantenerse alejado de ella y de su familia. El ataque ocurrió en septiembre de este año, y según el relato de Karina, el agresor utilizó el derecho de visita a la hija que tienen en común como pretexto para acercarse a la vivienda y, finalmente, violentarla con extrema severidad. Diego Guauque, de Séptimo Día, conoció el caso.El dramático desenlace que la dejó con 17 cicatrices en la cabeza y tres en el rostro. En 2014, Karina, entonces de 25 años, conoció a José Urbano, quien era gerente en una multinacional en Colombia y líder de un proyecto en el que ella era practicante. La relación se formalizó después de que Medina la ayudara y la guiara en su proyecto. Ella describe que la atrajo por lo “caballero, por su nivel intelectual, por su profesionalismo y porque proyecté algunas cosas con él”. La relación duró seis años.Episodios de maltrato y violenciaSegún Karina, la luna de miel fue tormentosa. “Extremadamente celoso, hackeaba mi WhatsApp, Facebook y correo. Me celaba con absolutamente, todo. Cuando tomaba sacaba un comportamiento raro y se transformaba porque era en ese momento que quería abusar de mí”, relató.A pesar de un patrón repetitivo de ruptura y reconciliación, en 2020 nació la bebé de la pareja. Karina retornó con él, y los episodios de violencia también regresaron. Ella relató que él cada vez que podía “me gritaba y se me venía encima y se me colocaba muy cerca y yo siempre tenía que retroceder”. Según ella, los primeros tres años de la niña transcurrieron en medio de la violencia.A mediados de 2023, la violencia escaló a un ataque físico severo: “Agredió a mi mamá, agredió a la bebé y me agredió a mí”. Karina relató que el agresor usó su rodilla: “Con la rodilla me lastima el rostro y el rostro me dura inflamado por ahí un mes”, dijo.¿Una medida de protección incumplida?Tras esta agresión, Karina acudió a una comisaría de familia y solicitó una medida de alejamiento. Jennifer Gallón, abogada de Karina, confirmó que “se le había ordenado al señor Urbano Medina que no se le acercara a Karina Rincón ni a su hija ni a su progenitora, a la abuela de la menor”.Sin embargo, en el caso de Karina, la comisaría no tomó medidas “relativas al tema de custodia o de visitas”. Esto significó que, a pesar de la orden de restricción, José Urbano Medina conservó el derecho a ver a su hija.Karina tenía la custodia, pero él tenía derecho a las visitas. Aunque inicialmente se estableció que las visitas eran cada 4 días, “él empezó a llegar todos los días”. Karina explicó que accedía a esto por dependencia económica, pues había perdido su trabajo y él le había asegurado que “’¿Cómo vas a vivir ahora? Yo debo estar ahí para cubrir todo’".Karina Rincón confirmó que el padre de su hija utilizaba este mecanismo para contactarla, infringiendo la orden de alejamiento. Al ser consultada sobre si él utilizaba las visitas como excusa para acercarse, ella declaró enfáticamente: “Fue lo único que usó. Lo que más usó fue las visitas de la niña”. Además, aseguró que él la forzaba a acceder: “Si yo no le abría, si yo no aceptaba que la visitara, no le daba ningún recurso a la niña...No le daba nada”.Un brutal ataqueEl ataque más violento ocurrió el pasado 22 de septiembre, el día en que Karina cumplió 36 años. Ella permitió que su expareja estuviera en su casa desde temprano visitando a la pequeña. Incluso, él le cantó el cumpleaños y le dio un postre. En la noche, tras salir a cenar y regresar en horas de la noche, encontró que él aún seguía en la vivienda.Karina ingresó a su habitación para cambiarse, momento en el que la agresión se desencadenó. El hombre rompió su pantalón, lo que la sorprendió: “Él ingresa rápidamente, rompe el pantalón y yo me quedo sorprendida. Me mira y me dice ‘vagabunda’”.Karina afirmó que su expareja buscó la caja de herramientas y relató el momento exacto del ataque: “Cuando él abre la puerta, en dos pasos estaba enfrente mío y simplemente ya yo tenía un martillazo en la cabeza... Dije ‘yo no voy a morir hoy, yo voy a vivir”.La lucha por sobrevivir fue brutal. Ella intentó defenderse, pero la agresión fue tan violenta que uno de los golpes le fracturó los huesos de la mano.El agresor continuó golpeándole la cabeza con el martillo y con el palo intentó romper el abdomen. Mientras la golpeaba casi contra el piso, ella vio el balcón y consideró lanzarse desde el cuarto piso, pero él la arrastró y siguió con los golpes. Ella perdió el conocimiento. En total, el sujeto le realizó 17 cicatrices en la cabeza y tres en el rostro.El ataque no terminó ahí. Medina usó el alicate para retirarle los dientes de la parte izquierda, aunque esa es una parte de la que ella aseguró ya no tiene recuerdo. Lo último que recuerda es querer ver a su bebé, que estaba dormida en la habitación contigua: “Yo veo a mi bebé dormida, sentí un martillazo y hasta ahí me acuerdo”.¿Qué pasó con el presunto agresor?Karina aseguró que los ladridos de su perro y el auxilio de un vigilante hizo que alertaran sobre lo que estaba ocurriendo. En ese momento, José Urbano abrió la puerta y huyó corriendo.Karina fue trasladada al hospital de Kennedy, donde se evidenciaron múltiples fracturas en cráneo en la región frontal. Requirió una cirugía de unas 10 horas para reconstruir parte de su hueso frontal, hueso occipital y retirar la esquirla ósea.Días después, el agresor llamó a la madre de Karina, diciéndole: "‘Su hija está muerta. Ya quedó muerta en el apartamento. La acabé de matar’". Luego, se entregó a las autoridades.Actualmente, José Urbano Medina está a la espera de la audiencia de acusación. Se le imputaron cargos por el delito de feminicidio agravado en grado de tentativa, pero el hombre no aceptó los cargos. De ser hallado culpable, podría enfrentar una condena de hasta 30 años.Séptimo Día se contactó con él para obtener una entrevista, pero a través de su abogado informó que no iba a dar declaraciones.Karina Rincón Durán continúa con un largo proceso de recuperación física y emocional, enfrentando secuelas como fuertes cefaleas y la necesidad de múltiples tratamientos en su pelo, piel, cráneo, dientes, nariz y manos, además de tratamiento psicológico. Aunque admite que el proceso será largo, afirmó: “Yo tengo mucha fortaleza y todos los días le doy gracias a mi Dios por estar viva y por el milagro de vida. Es lo primero que hago”.*Este texto fue realizado con colaboración de un asistente de IA y editado por un periodista que utilizó las fuentes idóneas y verificó en su totalidad los datos. Cuenta con información y reportería propia de Séptimo Día.
En diciembre de 1993, la noticia de la muerte de Pablo Escobar Gaviria y las imágenes de su cuerpo sobre un tejado le dieron la vuelta al mundo. Fue el final del narco que había instalado el sicariato y el terrorismo para intimidar al país. Su rastro sigue reapareciendo en los momentos más trágicos de la historia colombiana, especialmente cuando se conmemoran los 40 años de la toma del Palacio de Justicia.El asalto, ejecutado por el grupo guerrillero M-19 en noviembre de 1985, no fue solo un ataque político; se convirtió en el punto de quiebre donde se sospecha que las agendas del narcotráfico y la insurgencia se unieron, impulsadas por un objetivo común: detener la extradición de criminales a Estados Unidos. La investigación de años apunta a que Pablo Escobar no solo deseaba el caos, sino que lo financió con una suma millonaria para garantizar que la justicia colombiana colapsara.El pánico a la extradición y las amenazas de EscobarEn aquellos años, el tema de la extradición era el gran terror de la élite criminal. El exmagistrado José Roberto Herrera, quien hizo parte de la Comisión de la Verdad en 1992 para investigar lo sucedido en el Palacio de Justicia, ha sido clave en revelar detalles.Los magistrados de la Corte Suprema, específicamente los de la sala penal y la sala constitucional, estaban constantemente amenazados por los extraditables. El pánico de los narcos a ser enviados a Estados Unidos era bastante. La intimidación no se quedaba en comunicados o notas periodísticas; era directa y personal. El exmagistrado recordó en Los Informantes cómo el capo ejercía una presión imposible sobre las cabezas de la justicia:"Pablo Escobar llamaba directamente a los magistrados de la Corte diciéndole dónde estaban sus hijos", relató.La toma del Palacio de Justicia y Pablo EscobarEl 6 de noviembre de 1985, el día en que el M-19 asaltó el Palacio de Justicia, ocurrió una "coincidencia": la única sala que estaba reunida era la sala constitucional. ¿Y qué tema discutían? Estaban reunidos porque esa sala debía decidir la constitucionalidad de la ley aprobatoria del tratado de extradición con los Estados Unidos.Este hecho no pasó desapercibido para los investigadores. Aunque existía una división dentro del M-19, pues algunas personas no eran partidarios ni del narcotráfico ni de la lucha contra la extradición, pero otros sí, el interés de Escobar en frenar el tratado y la presencia del M-19 en el Palacio se entrelazaron. La evidencia recopilada por la Comisión de la Verdad y los testimonios de exnarcos, guerrilleros y militares señalaron el contacto frecuente con el jefe mafioso de Medellín.¿El patrocinio millonario de Pablo Escobar?La investigación del exmagistrado Herrera, basada en el rigor de años de trabajo, apunta a que el dinero de Pablo Escobar sirvió para garantizar el ataque. La toma del Palacio de Justicia por parte de la guerrilla M-19 tenía como uno de sus objetivos principales la inconstitucionalidad del tratado de extradición.Herrera afirmó que existen elementos suficientes para señalar a Escobar como el principal financiador del asalto."Está la versión directa de que ellos financiaron la toma para que tuvieran armas o tuvieran algún apoyo en ese sentido y se dice que la suma fueron 2 millones de dólares", señaló.Esta inyección de dinero, que según los reportes alcanzó los 2 millones de dólares, habría servido para comprar armas o apoyo logístico al grupo guerrillero.Más allá de los testimonios, la presunta conexión entre el Cartel de Medellín y el M-19 quedó registrada en un objeto físico: una libreta.El periodista Andrés Carmona en su libro ‘Palacio de Justicia desclasificado’ descubrió que una libreta hallada en un allanamiento contenía los nombres de varios de los magistrados que terminaron muertos en esa triste tarde de noviembre hace 40 años.La toma del Palacio de Justicia fue uno de los puntos más oscuros de su guerra contra el Estado.EL legado de horror de Pablo EscobarEl capo fue el responsable de la matanza indiscriminada de jueces, magistrados, policías, periodistas, y pasajeros de aviones, además de ordenar el asesinato de candidatos presidenciales.Su influencia y su fortuna fueron inmensas. La revista Forbes estimó su riqueza en $3.000 millones de dólares en 1987, lo que le permitió comprar la Hacienda Nápoles y llenarla de animales exóticos, así como llegar a ser congresista. Imponía sus propias reglas, incluyendo un impuesto de guerra a sus socios.El fin de su reinado de terror llegó el 2 de diciembre de 1993, hace 32 años. Aunque llegó a amasar una gran riqueza, se afirma que murió pobre después de haber gastado su fortuna en la guerra contra el Estado. Escobar pretendía tomarse la sociedad entera, pero terminó cooptado por el Estado y abatido con un tiro en la cabeza sobre un tejado en Medellín, dejando un amargo legado.
Jaqueline García Gómez, inspectora de seguridad industrial en Cali, vivió una pesadilla que se convirtió en una tragedia nacional en 2021, un drama que expuso la falla crítica del sistema de protección en Colombia. Diego Guauque, de Séptimo Día conoció su historia con Miguel Ángel Mesa Arteaga, un ayudante de construcción, comenzó como una novela que parecía romántica: se conocieron en 2015, se casaron en 2016 y tuvieron dos hijos, la niña nació en el 2018 y en 2020 el pequeño Salvador.Sin embargo, tras la fachada de la familia se escondía un patrón de control. Jaqueline narró que Miguel Ángel era muy celoso. Él revisaba su celular, incluso llegando a pedirle que dejara su empleo bajo la excusa de que "si yo trabajaba era porque me gustaba ver a los hombres", señaló la mujer en Séptimo Día. Lo más preocupante era el control económico: "Él me manejaba mi dinero siempre. Yo tenía que decirle cuánto ganaba, que lo iba a gastar y a quién le iba a prestar".La relación tocó fondo cuando, tras una discusión, él le arrojó un vaso, lo que la llevó a tomar la decisión de separarse, pero a las dos semanas se dio cuenta que estaba embarazada de Salvador.La orden de restricción que alimentó el acosoAunque se reconciliaron temporalmente por el embarazo de Salvador, los problemas regresaron tan pronto como Jaqueline terminó su licencia de maternidad y volvió al trabajo. Un día regresó a su casa y la encontró vacía: "Muebles, nevera, televisor, cama, todo, todo lo de la casa, la ropa de él, mi ropa. Lo único que estaba en mi casa era la pieza de la niña y la ropa del niño".Él se fue un mes y cuando volvió Jaqueline se negó a regresar con él. Miguel Ángel, entonces, pasó del ruego al acoso constante. Empezó a llamarla tarde, a la una de la mañana, y a vigilarla en su lugar de trabajo, preguntándole a qué hora entraba y salía.En febrero de 2021, Jaqueline se vio obligada a recurrir a las autoridades. "Yo en febrero del 2021 puse la denuncia con la Fiscalía, con la Comisaría de Familia," relatando que él la perseguía "con el pretexto de ver a los niños iba a cualquier hora a mi casa". La Comisaría de Familia en Cali impuso una orden de restricción y alejamiento que prohibía a Miguel Ángel acercarse a Jaqueline.Por un lado, la orden le decía a la Policía que él no se podía acercar, pero, por otro lado, le entregaron un papel donde decía que Miguel tenía derecho a ver a los niños tres días a la semana, una hora cada día.Esta ventana legal fue utilizada por el agresor para mantener el control. Jaqueline afirmó que la medida no sirvió de nada, pues él se acercaba "y quería buscar problemas, se me acercaba a besarme, obligarme a estar con él y cosas así". Cuando se le preguntó si la medida de alejamiento le había servido, su respuesta fue tajante: "No, nada, absolutamente nada. Él siguió con las mismas amenazas, siguió buscándome, siguió llamándome, siguió persiguiéndome, todo igual", dijo."Esta es mi venganza por no querer volver conmigo"El hombre aseguró que se iría a vivir a Tumaco y ya no respondería por los niños, pero cinco meses después de haberse ido, Miguel Ángel reapareció en la vida de Jaqueline con la misma excusa. El sábado 23 de octubre de 2021, él le solicitó llevarse al bebé, Salvador, de solo 14 meses. Jaqueline accedió, dándole dos horas.Cuando Miguel Ángel no regresó a la hora acordada, Jaqueline lo llamó. Él le dijo que el niño se quedaría con él porque hacía mucho que no lo veía. A las 5 de la mañana del día siguiente, Jaqueline le escribió para reclamar. La respuesta de Miguel Ángel fue una declaración de intenciones macabra: "No se lo va a llevar. Esta es mi venganza por no querer volver conmigo. Olvídese del niño para siempre".Alarmada, Jaqueline sintió que su hijo estaba en grave peligro y decidió buscar ayuda. Sin embargo, en cada entidad encontró una respuesta desalentadora. En la Fiscalía, le dijeron: "No le va a pasar nada porque él está con el papá y nosotros aquí no podemos hacer nada. Váyase para la casa que cuando el señor se aburra con el niño se lo va a llevar".En la Policía de Infancia y Adolescencia, el trato no fue diferente: "No, el niño no está desaparecido. El niño no le va a pasar nada, está con su papá. Eso es normal".Jaqueline recuerda el dolor de esos días: "Yo duré una semana buscando a mi hijo. Íbamos a la Policía, a la Comisaría, a Fiscalía, al Gaula, a la Personería, mejor dicho, yo fui a un poco a instituciones y en todas me decían que mi hijo estaba bien y que a mi hijo no le iba a pasar nada", recordó.El miedo de Jaqueline se hizo realidad el domingo 31 de octubre de 2021. Siete días después de que el padre se llevara al bebé, las autoridades confirmaron el hallazgo de un cuerpo en zona rural de Palmira, Valle del Cauca. El cuerpo, según Medicina Legal, llevaba al menos seis días en estado de descomposición.Poco después, Miguel Ángel Mesa fue capturado en zona rural de Tumaco. El hombre confesó ser el asesino de su hijo.Miguel Ángel fue rápidamente condenado a 33 años de prisión por los delitos de violencia intrafamiliar, homicidio agravado y desaparición forzada. "Él decía que había hecho eso con el niño porque ya no sabía qué más hacerme para que yo no estuviera bien. Él ya sabía que yo no lo iba a perdonar nunca y que él no podía permitir que yo fuera feliz sin él", señaló.
ARC Raiders entra al 2025 como otro contendiente dentro del género de extracción, un terreno ya saturado y donde títulos como Escape From Tarkov, Hunt: Showdown o incluso el esperado Marathon intentan quedarse con la atención de los jugadores. Sin embargo, por extraño que parezca, este proyecto de Embark Studios termina destacando justo en el contraste: cuanta más competencia tiene, más claro queda qué funciona de verdad dentro del género y qué no.La visión aquí es clara: un mundo postapocalíptico dominado por máquinas donde los humanos sobreviven bajo tierra, saliendo a la superficie solo para extraer recursos, fabricar armas o conseguir materiales valiosos. El juego, con su cámara en tercera persona, empuja más hacia el sigilo que hacia el clásico “corra y dispare”. Y aunque su premisa narrativa es mínima —robots, humanidad escondida, saqueadores en la superficie—, el foco no está en contar una historia, sino en convertir cada incursión en una experiencia llena de decisiones tensas, encuentros impredecibles y riesgo permanente.En ese objetivo, ARC Raiders sorprende. Y muchas veces, brilla.Lo que realmente define a ARC Raiders: tensión puraEl corazón del juego no está en los menús, ni en el lore, ni en las bases subterráneas representadas por interfaces funcionales pero frías. Todo ocurre arriba, en los mapas enormes y expuestos donde cada ruido es una apuesta y cada esquina es una incertidumbre.Arc Raiders entiende que un buen shooter de extracción no es solo combate, sino gestión del miedo.Cada decisión implica un costo:¿Vale la pena abrir un cofre sabiendo que hará ruido?¿Cruzo por ese pasillo con detectores metálicos?¿Corro para escapar o camino lento para no alertar robots ni jugadores?Las máquinas —los ARC— no son jefes diseñados para matar al jugador sí o sí. Son más como tormentas en Fortnite o monstruos en Hunt: obstáculos que puedes evitar, pero que cambian por completo la manera en la que te mueves. Y en ese pequeño detalle es donde el juego acierta: sentirse amenazado, pero nunca obligado a pelear. Eso mantiene la tensión sin caer en frustración constante.Además, la experiencia se vuelve aún más rica gracias al audio. No es solo inmersivo: es útil. Escuchar pasos, ventiladores de drones o el siseo de un robot define la diferencia entre vivir o perderlo todo. Y cuando sumas el comportamiento de otros jugadores —a veces amigables, a veces hostiles, casi siempre impredecibles—, el resultado son situaciones que se sienten más como un experimento social que como un simple shooter.La progresión: una mezcla curiosa entre riesgo, suerte y persistenciaUno de los sistemas que más llaman la atención es su árbol de habilidades permanente. Incluso si mueres, el progreso que obtuviste por contratos, combate o loot no se pierde. Puedes invertir esos puntos en mejoras que hacen cada partida más manejable: más estamina, movimiento silencioso, looteo más rápido, entre otras ventajas.Es un enfoque cercano al espíritu de Hunt: Showdown, donde el progreso no desaparece con la muerte del personaje, sino que te da incentivos para seguir jugando incluso después de perderlo todo.Junto a esto existe otro tipo de progresión: la del campamento y el crafting. Construyes estaciones, abres opciones del mercado negro y hasta entrenas una gallina que te trae chatarra entre incursiones. Sí, suena raro, pero ahí está. El problema es que todo este apartado, aunque amplio, es tremendamente monótono. Entre una raid y otra el juego se vuelve lento, lleno de menús pesados, reciclaje de materiales y una sensación constante de estar farmeando basura para fabricar más basura. Esto reduce el impacto emocional del “progreso” y puede generar la sensación de que la superficie es emocionante, pero la base subterránea es un trámite.El lado más débil: ritmo desigual, armas poco inspiradas y un diseño repetitivoAunque ARC Raiders tiene momentos memorables, también cae en varias trampas del género.Para empezar, la acción en tercera persona a veces se siente lenta y los tiroteos carecen del peso que uno espera. Las armas no destacan, no tienen personalidad y no generan esa sensación satisfactoria que hace que un FPS o un TPS deslumbre.Y aunque los mapas son grandes, su personalidad visual se diluye rápido: desiertos, ruinas, interiores apagados. Sí, son funcionales y amplios, pero rara vez emocionan. Las caminatas largas, acompañadas de una barra de estamina pequeña que se agota con facilidad, terminan apagando el ritmo de exploración.A eso súmale un inventario ridículamente limitado que obliga a regresar a bases o botar objetos a un ritmo desesperante. La mezcla de encumbramiento, limitaciones de espacio y constantes decisiones sobre qué cargar y qué dejar termina haciendo que las partidas se sientan pesadas, más por fricción artificial que por dificultad real.Finalmente, la experiencia está profundamente condicionada por la comunidad. Un encuentro con jugadores puede ser tenso, hilarante o devastador, pero depende casi por completo de cómo actúan ellos, no de un diseño que fomente dinámicas claras. Eso es bueno y malo: hay historias increíbles… y también frustración sin contexto.El verdadero valor de ARC Raiders: lo impredecibleA pesar de todos sus problemas, el juego termina destacando exactamente donde quiere: en lo impredecible.Los mejores momentos no vienen del sistema de crafting ni de sus robots gigantes. Vienen de los encuentros humanos. El jugador que pregunta “¿eres amigable?”, el otro que te responde con un disparo, la tropa improvisada que se forma por instinto, el que cura a un desconocido, el que te traiciona a dos pasos de la extracción. Nada de eso está escrito, y es ahí donde el juego brilla.Una buena partida puede convertirse en una secuencia épica con robots disparando desde los cielos, trampas, players rusheando con emotes amistosos, trampas que salen mal y escapes angustiosos donde el tren de extracción tarda una eternidad en llegar. Cuando sale bien, la sensación es espectacular. Cuando sale mal, es un desastre total.Y aunque perderlo todo duele, también es parte de su ADN. El juego quiere que sientas ese peso, que cada objeto tenga valor y que cada salida sea un riesgo calculado.ConclusiónARC Raiders es un juego extraño: frustrante en sus ratos muertos, caótico cuando todo sale mal, pero increíblemente memorable cuando todo se alinea. No ofrece una narrativa atractiva ni un universo profundo, pero sí ofrece tensión pura, historias emergentes y momentos que difícilmente otro shooter puede replicar.No es para todos.Quien espere acción rápida se aburrirá.Quien odie perder loot lo abandonará rápido.Pero quien disfrute del peligro, del sigilo, de la imprevisibilidad humana y del riesgo total, encontrará aquí una experiencia que vale la pena repetir.¡Volker únete a nuestra comunidad y vive la emoción de nuestros contenidos exclusivos! Síguenos en Instagram, Facebook, Youtube, Tiktok y WhatsApp para no perderte ni un solo detalle de nuestras últimas noticias, eventos y sorpresas especiales.
Pacific Drive sorprendió en 2024 por convertir un station wagon viejo en protagonista absoluto. No era un survival cualquiera ni un juego de conducción convencional: era una mezcla extraña que funcionaba. Con Whispers in the Woods, su expansión más grande hasta la fecha, el estudio cambia las reglas de nuevo. El DLC abre una zona completamente nueva, suma ocho a 12 horas de contenido adicional y propone una experiencia más oscura, más impredecible y mucho más hostil que lo visto en el lanzamiento original.Lo interesante es que este contenido puede disfrutarse tanto con una partida avanzada como apenas una hora después de empezar la campaña. El nuevo mapa funciona como un “mundo paralelo” dentro de la Olympic Exclusion Zone, con su propio progreso, sistemas y rutas. Es una expansión robusta que no busca rellenar, sino darle un giro completo a la forma en que entiendes y manejas tu carro.Una invitación que no se siente seguraEl acceso al nuevo contenido llega temprano en la campaña. Luego de completar una de las primeras misiones, el garage —ese refugio que siempre se siente como casa— aparece iluminado solo por velas rojas. Un altar misterioso ocupa la sala lateral, y una voz desconocida por radio te empieza a hablar del bosque y de algo llamado “The Fellowship”. Desde ahí se activa el Whispering Chart, un mapa que se coloca en una nueva máquina y que transforma por completo la interfaz de rutas habitual.Este nuevo mapa es independiente del del juego base. Al principio solo ves unos pocos nodos, pero avanzar depende de ir desbloqueando cintas de audio. Cada cinta abre un recorrido específico, y al completarlo obtienes otra cinta y más rutas disponibles. Es un ciclo de exploración y progresión que reemplaza la estructura tradicional sin perder el ritmo de Pacific Drive.Las cintas narran la historia de Jack, un joven atrapado entre ARDA y The Fellowship. Más que expandir la ciencia detrás de la Zone, este contenido se mete en lo humano, lo ritual y lo oculto, mostrando las consecuencias de crecer dentro de un experimento gubernamental convertido en desastre.Una jugabilidad que se transformaFuera del garage todo se siente extraño. En el juego base, recoges recursos, encuentras energía y al final huyes hacia una columna amarilla antes de que la zona colapse. En Whispers in the Woods, esa dinámica no existe. No hay carreras contra el cierre, no hay acelerones desesperados; hay algo peor: el Tide.En la esquina superior izquierda aparece esta barra que se llena constantemente. Su velocidad depende de tu “sinergia”. Aquí entran en juego los attuned parts, versiones especiales de cada pieza del carro (crude, steel, insulated y demás). Usarlas aumenta tu sinergia, pero para fabricarlas necesitas materiales también attuned… que solo se consiguen dentro del bosque. Esto separa las economías: el progreso del DLC funciona con un árbol de recursos completamente diferente al del juego base.Es una decisión arriesgada, pero bien pensada. Permite empezar el contenido del DLC temprano sin depender de tener un carro súper armado, porque todo lo que importa en el bosque proviene de sus propios materiales.Altares, artefactos y caos controladoEl bosque está lleno de altares, y son la columna vertebral del nuevo sistema. Algunos te dan piezas gratis, lo cual siempre se agradece. Otros te entregan artefactos, objetos que parecen bendiciones pero funcionan más como maldiciones creativas.Las ventajas pueden ser útiles, como aumentar la potencia del motor cuando apagas las luces. Otras son simples molestias, como el pito sonando cada vez que cierras el baúl. Y algunas son peligrosas: descargas eléctricas si no estás sobre agua, por ejemplo. Cada artefacto reduce tu sinergia, por lo que el Tide avanza más rápido. Es un sistema que premia lo arriesgado y castiga lo acumulado.Los altares también sirven para sacrificar artefactos a cambio de recompensas importantes: materiales attuned, piezas nuevas o acceso al pilar azul, la nueva forma de regresar al garage. A diferencia del juego base, aquí no hay timer ni colapso. Pero la tensión sigue ahí porque cada minuto en el bosque aumenta la probabilidad de que todo te salga mal.Otra mirada al horrorPacific Drive nunca fue un juego de terror… pero siempre coqueteó con él. Carreteras a oscuras, sonidos raros, sombras que se movían en los árboles: había atmósfera. Whispers in the Woods decide abrazar ese lado y llevarlo al extremo.El nuevo bosque es más denso, más ruidoso, con brumas que parecen vivas y voces que se cuelan por la radio. La sensación no es de “susto”, sino de presión constante. Es un horror que viene del sistema, no de un jumpscare.El mapa está lleno de anomalías nuevas y más agresivas. Los Tourist Traps aparecen en cadena, los Gloomy Pockets patrullan con sigilo, el Highwayman toma el rol del Abductor y te sacude el carro sin misericordia. Pero el enemigo que realmente marca la diferencia es el Hooligan, una variante del Tourist que funciona como un “ángel llorón”: si lo miras, actúa pasivo. Si te volteas, te golpea sin pensarlo. Da risa y miedo al mismo tiempo, una mezcla que le queda perfecta al juego.Avances, límites y mejorasA nivel técnico, el DLC aprovecha el estado actual del juego, que ya ha corregido la mayoría de problemas de rendimiento del lanzamiento original. Manejar, reparar y sobrevivir se siente más fluido. La expansión no añade contenido al árbol tecnológico, pero sí permite progresarlo usando recursos del bosque.También se añade un refinery, capaz de convertir artefactos en materiales útiles o enseñarte nuevos planos si consumes una pieza attuned. Es una forma práctica de darle valor a todo lo que encuentras, aunque también introduce un problema: el intercambio de recursos es lento y repetitivo, sobre todo con el Harmonizer.La gestión de inventario también se vuelve un dolor de cabeza porque el juego te fuerza a tener dos tipos de materiales completamente separados. Avanzar sin los pneumatic lockers es una tortura.Una experiencia intensa, pero no perfectaAunque la expansión es sólida, hay bordes ásperos. La falta de guía puede ser frustrante, especialmente cuando el juego no deja claro qué ruta o qué acción desbloquea el siguiente paso. Y aunque el nuevo contenido es extenso, muchos de los recursos que encuentras no sirven para fabricar lo que necesitas en esta zona, lo que obliga a reciclar constantemente piezas y artefactos.A pesar de eso, el ritmo es adictivo. El bosque te atrapa, y la capacidad de alternar libremente entre el mapa del DLC y el del juego base es una de las mejores decisiones del estudio. Si quieres susto, lo hay. Si quieres explorar, también. Si te gusta sobrevivir con un carro al borde del colapso, este DLC está hecho para ti.Comparaciones que ayudan a ubicarloWhispers in the Woods sigue una tradición exitosa de expansiones de tono oscuro para juegos que no son de terror. No tiene la vibra desenfadada de Undead Nightmare, pero sí el enfoque introspectivo y casi ritual de Echoes of the Eye. Mientras Pacific Drive base jugaba con las sombras, el DLC las convierte en protagonistas.Es un contenido que respeta la esencia del juego, mientras empuja sus límites hacia lo desconocido y lo incómodo.ConclusiónWhispers in the Woods no es un agregado cosmético ni un capítulo ligero. Es una expansión que reformula la manera de jugar Pacific Drive, que retuerce sus sistemas y expone un lado más siniestro de la Zone. Puede ser frustrante, puede ser confuso y en ocasiones te hará extrañar la claridad del mapa base. Pero también es uno de los contenidos más atmosféricos y creativos que hayan sacado para un juego de conducción-survival.Si te gustó Pacific Drive por su mezcla única de conducción, exploración y tensión, este DLC es una parada obligatoria. Si lo dejaste botado hace meses, es el mejor motivo para volver, encender la radio y dejar que el bosque te hable.¡Volker únete a nuestra comunidad y vive la emoción de nuestros contenidos exclusivos! Síguenos en Instagram, Facebook, Youtube, Tiktok y WhatsApp para no perderte ni un solo detalle de nuestras últimas noticias, eventos y sorpresas especiales.
Los juegos ambientados en Roma suelen caer en lo mismo: ejércitos, conquistas, legiones en marcha y mapas teñidos de rojo. Anno 117: Pax Romana decide tomar otro camino. Aquí Roma no se expande a punta de espada, sino con lápiz, abaco y decisiones pensadas. El combate existe, claro, pero rara vez es el corazón de la experiencia. La verdadera fuerza del juego está en cómo construyes una colonia que funcione, cómo la mantienes estable y cómo respondes cuando algo se sale de control.El resultado es una experiencia que se siente más íntima que épica, más estratégica que militar, más lógica que ruidosa. Es una invitación a entender la vida en las provincias del Imperio sin caer en el cliché del conflicto constante. Esa apuesta hace que el juego se distinga dentro del género desde los primeros minutos.Una campaña que sorprende por su ritmo y tonoEl modo historia no es un trámite. Empieza con un drama familiar que termina llevándote al mando de un territorio remoto. Desde ahí, el juego te va moviendo de región en región a lo largo de un recorrido que abarca desde zonas luminosas del Mediterráneo hasta tierras frías, húmedas y desafiantes en Albion. Cada mapa introduce nuevos recursos, edificios, personajes y tensiones políticas.Lo mejor es que todo entra de manera natural. No es un tutorial disfrazado: es una historia de traiciones, ambiciones y presiones internas del Imperio que te obliga a adaptarte. Ese diseño hace que la campaña tenga sentido jugarla más de una vez. La primera vuelta es para entender cómo funciona todo; la segunda, para demostrar que ya sabes dominarlo.La construcción como un rompecabezas urbano lleno de capasLa base de Anno 117 es la organización. Cada edificio tiene un impacto sobre su zona cercana, y ese impacto puede ser positivo o negativo dependiendo del barrio. Construir una panadería cerca de casas puede mejorar la economía local, pero también aumenta el riesgo de incendios. Instalar una granja porcina garantiza alimento, aunque baja la felicidad del sector. Levantar templos romanos-célticos influye en la fe, la investigación y la estabilidad social.Todo se convierte en un rompecabezas donde las piezas nunca encajan del todo. Los sistemas se cruzan, chocan y presionan. El reto está en encontrar los puntos de equilibrio que permitan que la ciudad crezca sin colapsar. A medida que la población asciende de nivel, las exigencias aumentan, y mantenerlos contentos se vuelve un acto continuo de vigilancia y ajuste.Es el tipo de diseño que premia mirar el mapa por varios minutos antes de poner un solo edificio. No es para jugadores impulsivos; es para quienes disfrutan pensar cada movimiento.Una economía implacable, pero gratificanteUno de los elementos más fuertes del juego es su sistema económico. Ampliar tu asentamiento sin medir recursos es una sentencia de muerte. El dinero desaparece rápido si no mantienes el ritmo de producción y no cuidas la cadena logística. Las historias de jugadores con la ciudad al borde del caos, sin fondos para reparar incendios o sin comida suficiente para su gente, no son fallas del diseño: son parte de la experiencia.Lo valioso es que siempre hay una salida. Reubicar edificios, reorganizar barrios, eliminar zonas que sobran, cambiar rutas y modificar prioridades son herramientas centrales del progreso. Cuando logras que todo fluya —cuando las granjas producen lo justo, las panaderías entregan a tiempo, la felicidad se mantiene y el ingreso sube— es una satisfacción enorme. Sentís, literalmente, que recuperaste el control.El combate como una extensión de la logísticaAunque Anno 117 no es un juego de guerra, sí permite combatir en tierra y mar. Lo interesante es que no exige microgestión de unidades ni combinaciones complicadas. La clave es la preparación. Tus defensas dependen de qué tan bien manejaste tus recursos: si tienes aserraderos suficientes, si la pesca está en orden, si la población produce lo necesario para sostener soldados.Incluso puedes evitar peleas por completo. Un ejército bien equipado sirve como disuasión y abre puertas a acuerdos diplomáticos. Es un enfoque más administrativo que militar, coherente con el resto del juego.Tecnologías que expanden posibilidades, aunque con decisiones extrañasEl árbol tecnológico es grande, variado y obliga a elegir un camino. No puedes desbloquearlo todo en una sola partida, lo cual le añade rejugabilidad. Sin embargo, algunas rutas no son del todo intuitivas. Encontrar un armadillo detrás de una tecnología vitivinícola o ver conexiones poco temáticas rompe un poco la sensación histórica.Aun así, la variedad de mejoras permite moldear tu colonia y especializarla según tus prioridades: eficiencia agrícola, fuerza militar, producción avanzada o estabilidad social.También está la “Hall of Fame”, una progresión persistente que desbloquea mejoras permanentes entre partidas. Aunque parece un pase de batalla, en realidad funciona como una forma de recompensar tu experiencia acumulada. Algunas de estas mejoras cambian la forma como abordas las campañas, como poder recolectar madera en praderas que antes eran inútiles.Una interfaz que intimida al inicio, pero termina facilitandoLa cantidad de menús, filtros, indicadores y niveles de información puede asustar cuando empiezas. Sin embargo, el diseño está pensado para que la curva se suavice con las horas. Los accesos rápidos son útiles, los agrupamientos por tipo de producto ordenan bien los edificios y la posibilidad de reubicar construcciones evita castigos innecesarios.De todas formas, es un juego que pide paciencia. La interfaz no es un obstáculo, pero sí demanda tiempo para apreciarse.Gráficos y ambientación al nivel de un documental interactivoVisualmente, el juego brilla. Los paisajes romanos se sienten vivos, desde las costas soleadas hasta los pantanos de niebla espesa. Las ciudades se ven llenas de movimiento y detalle; los barcos dejan estelas realistas; las casas respiran con actividad cotidiana. Es un juego que invita a pausar cada tanto solo para observar lo que has construido.El rendimiento también acompaña. Corre bien en pantallas ultrawide, se adapta sin problemas a laptops y tiene opciones suficientes para afinar el desempeño según tu equipo.El modo Endless: donde realmente te atraparáEl verdadero pozo del tiempo está en el modo infinito. Aquí defines el tipo de partida que quieres: facciones, clima, agresividad, recursos, economía inicial. Puedes diseñar desde una aventura tranquila y contemplativa hasta un escenario hostil donde la mínima falla puede colapsarlo todo.Los fans de juegos como Tropico, Civilization y Anno 1800 van a sentirse en casa. La capacidad de crear y perfeccionar una colonia durante horas es la esencia del título.Comparaciones con Anno 1800Es imposible ignorarla. Anno 1800 se convirtió en un gigante después de años de contenido y expansiones. Comparado con ese monstruo, Anno 117 llega más ligero, pero también más enfocado. Tiene una campaña más sólida, un sistema urbano más profundo y una ambientación trabajada con mucho cuidado.No está al nivel de complejidad de Anno 1800 todavía, pero como punto de partida es más que prometedor.ConclusiónAnno 117: Pax Romana es un juego que recompensa la calma, la precisión y la capacidad de corregir errores sin frustrarse. No te da soluciones rápidas ni caminos obvios. Cada éxito es ganado con cabeza, paciencia y análisis.Es ideal para jugadores que disfrutan diseñar ciudades, optimizar recursos y resolver problemas complejos. Quienes quieran acción inmediata o explosiones constantes no lo van a encontrar atractivo. Los que disfruten el pensamiento estratégico, sí.Es un juego que vale la pena, sobre todo para quienes aman sentirse al mando de un sistema vivo donde cada decisión tiene consecuencias.¡Volker únete a nuestra comunidad y vive la emoción de nuestros contenidos exclusivos! Síguenos en Instagram, Facebook, Youtube, Tiktok y WhatsApp para no perderte ni un solo detalle de nuestras últimas noticias, eventos y sorpresas especiales.
Dentro del amplio catálogo de juegos independientes que exploran nuevas formas de contar historias, A Pizza Delivery se destaca como una propuesta atípica y profundamente emocional. Desarrollado por Eric Osuna y publicado por Dolores Entertainment, este título disponible para PlayStation 5, Xbox Series X/S y PC no busca deslumbrar con acción o complejidad, sino con una atmósfera que descoloca, incomoda y, al mismo tiempo, atrapa.El jugador asume el rol de B, una joven repartidora de pizzas que viaja en su motocicleta a través de paisajes vacíos y desordenados. Desde el primer momento, algo se siente fuera de lugar: casas en mitad de campos áridos, farolas torcidas, caminos que no llevan a ningún lado. Todo parece parte de un sueño mal recordado. Esa sensación de desajuste es deliberada; A Pizza Delivery utiliza lo surreal para explorar una realidad emocional muy humana: la de sentirse perdido en un mundo que debería resultarnos familiar.A medida que B avanza en su ruta, se encuentra con una pequeña galería de personajes tan desconectados del entorno como ella. Cada encuentro se convierte en un breve diálogo, un destello de humanidad en medio del vacío. Y aunque los intercambios son escasos y fugaces, están cargados de significado. El juego invita a detenerse, compartir una porción de pizza y, por un instante, establecer un lazo real en medio de un paisaje que parece olvidado por el tiempo.Entre lo real y lo imaginarioEl diseño visual de A Pizza Delivery es quizá su rasgo más distintivo. Los escenarios son extraños pero cautivadores, con una mezcla de realismo y deformidad que evoca un sueño lúcido o una pesadilla amable. Las ciudades parecen ruinas habitadas por ecos del pasado, mientras los campos abiertos transmiten una soledad que se siente en cada paso o en cada trayecto en moto.Los colores contrastan entre la calidez de los personajes y la frialdad de su entorno. Esa decisión estética no solo resalta visualmente, sino que funciona como metáfora de lo que el juego quiere decir: el ser humano, incluso en la rutina más mundana, puede encontrar destellos de vida y significado.A pesar de algunos glitches técnicos y texturas irregulares, el apartado visual logra lo que se propone: crear un mundo incómodo, pero imposible de ignorar. No busca belleza en el sentido tradicional, sino una forma de fealdad poética que acentúa la narrativa.Un viaje lineal, pero cargado de intenciónEn lo jugable, A Pizza Delivery se sitúa dentro del género de los walking simulators, con algunos toques de aventura y resolución de acertijos. Su estructura es lineal y corta, pero deliberadamente introspectiva. No se trata de un juego que busque retar la habilidad del jugador, sino su capacidad de observación y empatía.El núcleo de la experiencia se centra en explorar, entregar y conversar. B puede caminar, conducir su motocicleta, recoger objetos y, en ocasiones, resolver pequeños puzzles que abren el camino hacia la siguiente entrega. Hay elementos de point-and-click muy simples, e incluso minijuegos puntuales —como una competencia de lanzar piedras al agua— que sirven como pausas narrativas más que como desafíos reales.Sin embargo, el control y el movimiento resultan torpes. La motocicleta, aunque clave en el viaje, se siente tosca y poco responsiva, especialmente en terrenos irregulares. Hay también mecánicas que pueden frustrar, como tener que correr bajo la lluvia para evitar que la pizza se arruine, lo que provoca reinicios innecesarios. Son decisiones de diseño que, aunque buscan agregar tensión o simbolismo, terminan entorpeciendo el ritmo.En esencia, A Pizza Delivery funciona mejor cuando se detiene a respirar, no cuando intenta forzar al jugador a actuar rápido. Su fuerza está en la contemplación, en los silencios y en esos pequeños gestos de humanidad que emergen en medio de la rutina.La soledad servida en porcionesNarrativamente, el juego se sostiene sobre una idea potente: la soledad como punto de partida y destino. La figura del repartidor de pizzas, normalmente secundaria en el cine o la literatura, aquí se transforma en protagonista. La persona que siempre entrega algo a otros se enfrenta, por fin, a su propia necesidad de conexión.El guion y los diálogos, aunque breves, son precisos y emotivos. No hay largas conversaciones ni giros dramáticos exagerados; más bien, se presentan pequeñas confesiones, frases que resuenan por su naturalidad. Cada personaje que B encuentra parece representar un fragmento de algo perdido: un recuerdo, un arrepentimiento, una emoción dormida.El juego insinúa, más que explica. Si uno se sienta demasiado tiempo en una banca, el color se desvanece y la protagonista parece olvidar quién es. Es un símbolo claro de cómo la apatía o la inercia pueden vaciarnos poco a poco. No hay necesidad de narración explícita; el entorno habla por sí solo.“A Pizza Delivery” no es una historia sobre entregar comida. Es una reflexión sobre el acto de seguir adelante, incluso cuando no sabemos si el destino vale la pena. Es una oda a las pequeñas interacciones humanas, esas que a veces salvan días enteros sin que lo notemos.Gráficos, sonido y atmósferaDesde el punto de vista técnico, el título cumple con lo justo, pero brilla en su dirección artística. Los gráficos no destacan por su nivel de detalle, sino por su composición surrealista. Hay una intención estética clara: crear un universo que se siente fuera del tiempo, con geometrías imposibles y perspectivas torcidas.El rendimiento puede verse afectado por algunos errores visuales y caídas de cuadro ocasionales, especialmente en las versiones de consola. Nada que rompa la experiencia, pero sí suficientes como para recordarnos que se trata de un desarrollo independiente con recursos limitados.En cuanto al sonido, no hay voces. El peso recae completamente sobre la banda sonora, una mezcla de melodías ambientales que cambian con el estado emocional de la historia. Las piezas son minimalistas, con notas que se repiten como ecos de un pensamiento persistente. El resultado es envolvente y coherente con el tono del juego: introspectivo, melancólico, a ratos inquietante.Una propuesta que divide opinionesA Pizza Delivery no será un juego para todo el mundo. Su ritmo lento, su tono reflexivo y sus mecánicas básicas pueden alejar a quienes busquen acción o complejidad. Pero quienes disfruten de experiencias que apuestan por lo simbólico y emocional encontrarán aquí una joya discreta, imperfecta, pero honesta.El título invita a detenerse, a pensar, a observar. No ofrece recompensas tradicionales ni grandes desafíos, pero deja sensaciones duraderas. Como una conversación inesperada con un desconocido o el olor de una pizza recién horneada que nos recuerda un momento perdido.No todos los juegos necesitan salvar el mundo; algunos solo buscan recordarte que tú sigues en él.ConclusiónA Pizza Delivery es una pequeña pieza de arte interactivo que mezcla lo cotidiano con lo onírico. Su historia sencilla, su atmósfera surreal y su dirección artística consiguen dejar huella, incluso si su ejecución técnica no siempre está a la altura.Es un juego para quienes disfrutan de narrativas introspectivas, para quienes se detienen a contemplar lo que otros pasan por alto. Más que entregar pizzas, este título entrega emociones, silencios y una reflexión sobre lo que significa moverse, conectar y recordar.En una industria llena de ruido, A Pizza Delivery se atreve a susurrar. Y eso, hoy en día, ya es mucho.¡Volker únete a nuestra comunidad y vive la emoción de nuestros contenidos exclusivos! Síguenos en Instagram, Facebook, Youtube, Tiktok y WhatsApp para no perderte ni un solo detalle de nuestras últimas noticias, eventos y sorpresas especiales.
Han pasado más de 15 años desde que Plants vs. Zombies se tomó las pantallas táctiles del mundo y demostró que los juegos móviles podían ser más que pasatiempos simples. Replanted llega para recordarnos por qué aquel experimento de PopCap Games se convirtió en una joya inolvidable. Esta nueva versión —disponible en Nintendo Switch 1 y 2, además de otras plataformas— no pretende reinventar la fórmula, sino pulirla, celebrarla y replantarla para una nueva generación de jugadores.El resultado es una mezcla deliciosa de nostalgia y novedad. Plants vs. Zombies: Replanted mantiene la esencia del original, pero con gráficos renovados, animaciones más fluidas, nuevos modos y un sistema de control mejor adaptado a los tiempos modernos. Es un regreso fiel, pero con la madurez de quien ha crecido viendo cómo el mundo del gaming cambió a su alrededor.La fórmula sigue vivaEl corazón del juego sigue siendo el mismo: un tower defense sencillo, adictivo y muy bien balanceado. En un tablero de cinco por nueve casillas, el jugador debe impedir que los zombis crucen el jardín y lleguen a la casa. Para lograrlo, se plantan unidades defensivas y ofensivas que funcionan como pequeños soldados vegetales, cada uno con habilidades únicas.El sistema de recursos, basado en la recolección de luz solar, sigue siendo brillante en su simplicidad. Los girasoles producen energía, los guisantes disparan desde la distancia, las papas explotan, y las plantas carnívoras devoran enemigos de un bocado. Cada partida dura entre tres y cinco minutos, con oleadas cada vez más intensas y un ritmo que te atrapa sin darte cuenta.La adición de un botón de velocidad ajustable hasta 2.5x cambia completamente la experiencia. Es una mejora pequeña, pero transforma el flujo del juego. Permite acelerar las fases iniciales, ralentizar momentos críticos y disfrutar del caos final con una precisión que el original no ofrecía. Este simple detalle hace que Replanted se sienta más dinámico, moderno y menos repetitivo.Noche, piscina y cementerioLa campaña principal conserva los diferentes escenarios del original, pero los actualiza con efectos visuales más nítidos y animaciones revisadas. Los niveles nocturnos, por ejemplo, obligan a usar plantas más baratas que no dependen de la luz solar, lo que cambia por completo la estrategia. En los mapas con piscinas, es necesario colocar nenúfares antes de plantar otras unidades, mientras zombis con flotadores y trajes de buzo intentan abrirse paso bajo el agua.Las tumbas, obstáculos y zombis con escudos improvisados añaden ese toque de variedad que siempre mantuvo viva la experiencia. Y cuando el jugador empieza a sentir que domina el campo, Replanted introduce minijuegos y modos de rompecabezas que funcionan como un descanso sin romper la inmersión: bowling con papas, martillazos tipo whack-a-mole o niveles donde las plantas llegan en cinta transportadora. Todo sigue siendo encantadoramente absurdo y divertido.Una experiencia más completaEl paquete de contenido en Replanted es generoso. Además de la campaña, hay una gran cantidad de modos adicionales —puzles, supervivencia, minijuegos clásicos— y nuevos retos pensados para quienes ya dominan la estrategia del jardín. La curva de dificultad sigue siendo amable, pero el juego premia la experimentación y castiga la pereza.También regresan los modos cooperativo y versus, que por años fueron exclusivos de consolas como Xbox 360 y PlayStation 3. En cooperativo, dos jugadores comparten la responsabilidad de defender el jardín, lo que requiere comunicación y sincronía constante. En versus, uno asume el rol de las plantas y el otro de los zombis, creando partidas tensas y caóticas. Es una inclusión valiosa que amplía las formas de disfrutar el juego, aunque su ausencia de modo online se siente como una oportunidad desperdiciada.Controles para cada tipo de jugadorEn Switch 2, Plants vs. Zombies: Replanted brilla por su versatilidad. Se puede jugar con control tradicional, pantalla táctil o usando el Joy-Con derecho como un puntero tipo “mouse”. Este último método resulta especialmente cómodo: apuntar, plantar y recoger soles es tan rápido y natural como en el móvil o el PC.El control estándar, aunque funcional, es menos preciso. A veces los jugadores terminan colocando una planta en el lugar equivocado o tardan demasiado en seleccionar la semilla adecuada con los gatillos. En un título que exige reflejos y precisión, eso puede ser frustrante, pero no llega a arruinar la experiencia.El rendimiento general es estable, con tiempos de carga mínimos y animaciones suaves incluso durante las oleadas más intensas. PopCap también incorporó un selector de niveles —tomado de las versiones móviles— que permite repetir etapas sin necesidad de crear nuevos perfiles, una mejora de calidad de vida muy agradecida.Un sonido con huecosSi bien el apartado visual recibió un lavado de cara completo, el sonido no corre con la misma suerte. La compositora original, Laura Shigihara, no participó en esta versión, y su ausencia se nota. La banda sonora sigue siendo reconocible, pero la dirección sonora cambió su intensidad. Antes, la música se iba construyendo poco a poco hasta alcanzar un clímax cuando llegaban las hordas. Ahora, en Replanted, muchas fases solo reproducen la melodía de “horda” desde el inicio, rompiendo el encanto progresivo del original.Además, los niveles nocturnos pierden gran parte de su atmósfera: la música calma no logra acompañar la tensión de decenas de zombis rompiendo tu defensa. No es un fallo grave, pero sí un recordatorio de que la nostalgia sonora también necesita cariño.Un homenaje a una eraMás allá de las mejoras técnicas, Plants vs. Zombies: Replanted es un homenaje a una época donde los juegos eran sencillos, completos y sin microtransacciones invasivas. Antes de que los free-to-play y las monedas virtuales dominaran los catálogos móviles, PopCap ofrecía títulos accesibles, creativos y adictivos. Este remake respeta ese espíritu: pagar una vez y disfrutar sin interrupciones.Y aunque algunos menús y elementos de la interfaz del original se sienten anticuados —incluso un poco toscos—, el encanto sigue intacto. Es una cápsula del tiempo bien cuidada, que nos hace sonreír mientras plantamos girasoles y resistimos el apocalipsis zombi con ritmo tropical.ConclusiónPlants vs. Zombies: Replanted no busca reinventar la rueda, sino asegurar que siga girando. Es el mejor punto de entrada posible para nuevos jugadores y una carta de amor para quienes crecieron con PopCap. Sus pequeños defectos —como la falta de juego en línea o ciertos detalles visuales y sonoros— no opacan la calidad general del paquete.En tiempos donde muchos remakes abusan de la nostalgia o añaden contenido irrelevante, Replanted logra algo valioso: revivir el pasado sin traicionarlo. Es el jardín que todos recordamos, solo que ahora florece con un poco más de color y una capa de cuidado moderno.Para los veteranos, es un viaje de regreso a los días de DS, iPhone y tardes enteras esquivando zombis. Para los nuevos, es una lección de diseño clásico: simple, divertido y profundamente satisfactorio. En ambos casos, vale la pena volver a plantar.¡Volker únete a nuestra comunidad y vive la emoción de nuestros contenidos exclusivos! Síguenos en Instagram, Facebook, Youtube, Tiktok y WhatsApp para no perderte ni un solo detalle de nuestras últimas noticias, eventos y sorpresas especiales.
El ROG Xbox Ally llega como el resultado de una colaboración que pocos veían venir: ASUS y Xbox uniendo fuerzas para crear una consola portátil con alma de PC. Sobre el papel, suena como una idea ganadora: toda la potencia de Windows 11, acceso a Game Pass, soporte para múltiples plataformas y un diseño inspirado en los mandos de Xbox. Pero cuando uno la tiene en las manos, la historia cambia.La versión que probamos, la ROG Xbox Ally base, es el modelo más económico de la familia —por debajo del Xbox Ally X— y aunque mantiene la promesa de ser una “consola de bolsillo para gamers de PC”, también hereda varios problemas que le impiden brillar como debería.El dispositivo es atractivo, ligero y cómodo, pero está lejos de ser la revolución portátil que muchos esperaban. Más bien, se siente como un experimento interesante, una prueba de concepto que mezcla lo mejor y lo más frustrante de los mundos Xbox y Windows.Diseño: un ADN compartido con Xbox, pero no su resistenciaA simple vista, el ROG Xbox Ally luce premium. Su cuerpo de 11,42 pulgadas combina curvas más suaves que la versión original de ASUS con un aire totalmente Xbox: los joysticks, gatillos y botones ABXY evocan al control de la Series X, aunque con materiales y sensaciones distintas.El resultado visual es excelente, pero en lo táctil la historia cambia. Los gatillos con efecto Hall ofrecen buena precisión, pero los botones se sienten más frágiles y el D-pad es demasiado blando para juegos que exigen movimientos rápidos. Después de varias horas, uno empieza a notar una diferencia clara respecto al control de una consola tradicional: la sensación de durabilidad no es la misma.Eso sí, el peso de apenas 670 gramos lo hace cómodo para sesiones largas, y el agarre es adecuado incluso para manos grandes. La distribución de los botones es intuitiva, y los dos botones traseros programables son un gran acierto, sobre todo para shooters o juegos de acción.Pantalla: 120 Hz de brillo y manchasEl panel IPS de 7 pulgadas es uno de los mejores argumentos del Ally. Con resolución 1080p a 120 Hz, tecnología FreeSync Premium, 500 nits de brillo y protección Gorilla Glass Victus, entrega una imagen fluida, vibrante y con gran nitidez, incluso al aire libre.Sin embargo, hay un detalle molesto: el acabado brillante convierte la pantalla en un imán de huellas. Da igual cuántas veces limpies tus manos; siempre termina con marcas. Es un pequeño sacrificio que se vuelve constante, sobre todo si usas mucho la interfaz táctil de Windows 11 para navegar entre menús o escribir contraseñas.Aun así, el color y contraste son sólidos. No llega al nivel de una pantalla OLED —como la del Steam Deck OLED o la Switch 2—, pero mantiene buena visibilidad y precisión de color, ideal para ver contenido o jugar títulos con estética animada como Hi-Fi Rush o Hollow Knight: Silksong.Rendimiento: potencia justa, pero lejos de lo idealEl ROG Xbox Ally base integra un procesador AMD Ryzen Z2 A, una APU de cuatro núcleos y ocho hilos con gráficos Radeon integrados. Está acompañado por 16 GB de RAM LPDDR5 y 512 GB de almacenamiento SSD NVMe, lo que suena bien para un equipo portátil.Pero en la práctica, su desempeño varía drásticamente dependiendo del tipo de juego. Títulos ligeros como Silksong o Ball X Pit corren a 120 fps estables, incluso con los gráficos al máximo. Pero cuando entramos al terreno de los AAA, la experiencia se desmorona.Final Fantasy XVI, Borderlands 4 o Battlefield 6 se ven bonitos a 1080p, pero el rendimiento rara vez supera los 30 fps, incluso en calidad baja. A 720p la fluidez mejora, aunque los bajones de cuadro siguen apareciendo. Y lo peor es que el Command Center, la app de monitoreo, dejó de funcionar durante las pruebas, así que medir los fps con precisión se volvió imposible.A su favor, el sistema permite usar Cloud Gaming y Remote Play, lo que abre una alternativa para jugar títulos exigentes sin depender tanto del hardware. De hecho, en pruebas con Game Pass, la transmisión fue sorprendentemente fluida, mostrando que el futuro de este dispositivo podría estar más en la nube que en su procesador.Audio y conectividad: una grata sorpresaPocas veces el sonido destaca tanto en una portátil. Los altavoces duales con Smart Amp y Dolby Atmos ofrecen un audio limpio, con separación clara de frecuencias. No hay graves potentes, pero los medios están tan bien ajustados que se distinguen explosiones, disparos y pasos con precisión.El jack de 3.5 mm también se agradece, especialmente para quienes prefieren audífonos con cable o necesitan baja latencia. Y en cuanto a conectividad, los dos puertos USB-C 3.2 Gen 2 y el lector microSD UHS-II amplían mucho sus posibilidades, permitiendo conectar monitores, docks o incluso discos externos.La conectividad Wi-Fi 6E y Bluetooth 5.2 garantizan buena estabilidad para jugar en línea o emparejar mandos adicionales, algo esencial cuando el Ally se usa como mini PC conectado a una TV.Windows 11: el talón de AquilesEl sistema operativo es un arma de doble filo. Tener Windows 11 Home da libertad total: puedes instalar Steam, Epic, Ubisoft Connect, EA App o incluso Netflix y Spotify. Pero esa misma libertad lo convierte en un dolor de cabeza para quienes buscan una experiencia simple tipo consola.La interfaz no está optimizada para pantallas táctiles pequeñas y navegar con los sticks o el D-pad es frustrante. A veces el botón de Xbox no responde, obligando a usar el táctil, y el sistema presenta bugs que requieren reinicios forzados. Incluso la pantalla de PIN puede quedar bloqueada si se enciende el equipo demasiado rápido.Además, los molestos anuncios de Game Pass o Microsoft 365 que aparecen en la interfaz rompen la experiencia. Es un recordatorio de que, más que una consola, este es un PC disfrazado de portátil gamer.Batería y portabilidadLa batería de 60 Wh ofrece entre 2 y 12 horas dependiendo del uso. En juegos exigentes, la realidad está más cerca de las dos horas, pero al hacer streaming o tareas ligeras puede durar hasta diez. El cargador USB-C de 65 W permite cargar rápido, y aunque el equipo se calienta, el sistema de refrigeración mantiene temperaturas seguras.En transporte o viajes, su peso y tamaño lo hacen ideal, pero sin conexión Wi-Fi sufre: configurar juegos offline es un proceso enredado, algo que contradice la idea de “llevar tu Xbox a cualquier parte”.ConclusiónEl ROG Xbox Ally es un intento valiente de mezclar lo mejor de dos mundos: la accesibilidad de Xbox y la potencia abierta del PC. Pero termina siendo un producto de nicho, más pensado para curiosos tecnológicos que para el jugador promedio.Como portátil de entrada al universo del gaming en PC, es una opción sólida: cómoda, versátil y con una pantalla excelente. Pero como “consola Xbox portátil”, no cumple del todo. Los problemas de interfaz, el rendimiento limitado y el enfoque demasiado técnico lo alejan de la experiencia plug-and-play que muchos esperaban.El ROG Xbox Ally es ideal para quien quiere experimentar el mundo del gaming portátil en PC sin pagar una fortuna o para quienes disfrutan cacharrear con configuraciones y emuladores. Pero si buscas una experiencia simple, estable y optimizada, la Switch 2 o el Steam Deck OLED siguen siendo las mejores opciones.¡Volker únete a nuestra comunidad y vive la emoción de nuestros contenidos exclusivos! Síguenos en Instagram, Facebook, Youtube, Tiktok y WhatsApp para no perderte ni un solo detalle de nuestras últimas noticias, eventos y sorpresas especiales.
La llegada de Battlefield 6 representa uno de los intentos más ambiciosos de DICE por devolverle brillo a una franquicia que, tras los tropiezos de 2042, necesitaba con urgencia una redención. Desde su anuncio, las promesas eran grandes: combates más tácticos, mapas más dinámicos y una campaña que volviera a tener protagonismo. Sin embargo, el resultado final es una mezcla de aciertos técnicos, decisiones controvertidas y un experimento de servicio en vivo que ha dividido a la comunidad.El lanzamiento vino acompañado de Battlefield Redsec, un modo battle royale gratuito que rápidamente se ganó elogios por su ritmo y diseño, pero que al mismo tiempo eclipsó al juego principal. Esta dualidad entre dos experiencias distintas ha generado confusión entre los jugadores, sobre todo porque muchos sienten que pagaron 70 dólares por un juego que los empuja constantemente hacia un modo gratuito.Una campaña que intenta, pero no convenceLa historia de Battlefield 6 se sitúa en el año 2028. El jugador asume el papel de varios miembros de una unidad MARSOC en medio del colapso de la OTAN ante una nueva amenaza global: PAX Armata, una organización mercenaria sin nación ni bandera. A simple vista, el planteamiento tiene potencial, pero su ejecución deja mucho que desear.El guion abusa del tecnicismo militar, la narrativa se siente desordenada y los personajes carecen de profundidad. La comparación con Call of Duty es inevitable: Battlefield 6 intenta replicar el estilo cinematográfico de su competencia, pero termina perdiendo su propia identidad. Lo más decepcionante es su abrupto final, que deja la sensación de ser más un tutorial extendido que una campaña memorable.A su favor, las misiones son visualmente espectaculares. En especial, aquella en la que comandas un pelotón de tanques en las afueras de El Cairo. Es puro espectáculo bélico: destrucción, caos y ese toque cinematográfico que la saga siempre supo ofrecer. Si logras desconectarte del argumento y enfocarte en la acción, hay momentos que genuinamente emocionan.Multiplayer: el corazón del campo de batallaDonde Battlefield 6 realmente brilla es en su multijugador, una experiencia que, pese a sus fallos, logra capturar esa sensación de “guerra total” que define la franquicia. Las batallas son intensas, los enfrentamientos caóticos y la destrucción vuelve a ser protagonista. Cada edificio que se derrumba o pared que se rompe añade un grado de inmersión difícil de igualar.Las clases regresan con nuevas libertades: ahora cualquier jugador puede equipar armas sin estar restringido por su rol. Esto permite, por ejemplo, que un Recon use rifles de asalto o que un Support se defienda con un francotirador. Es una idea que divide: para algunos significa flexibilidad y dinamismo; para otros, una ruptura con la esencia táctica de Battlefield.DICE intenta equilibrar esto con listas de juego que restringen las armas por clase, pero el modo por defecto sigue siendo el “libre”. A la larga, el sistema podría generar caos, sobre todo cuando los equipos coordinados explotan combinaciones que rompen el balance.Diseño de mapas y ritmo de juegoUno de los puntos más debatidos es el diseño de mapas. Aunque Battlefield 6 presenta entornos urbanos y naturales visualmente impresionantes, muchos se sienten demasiado pequeños o mal estructurados. Mapas como Manhattan Bridge tienen puntos de aparición frustrantes, y las zonas de combate tienden a convertirse en embudos de fuego constante.Comparado con los clásicos escenarios amplios de Battlefield 1 o Battlefield 4, aquí hay menos espacio para la estrategia y más para el frenesí. El ritmo es vertiginoso, con tiroteos casi constantes, lo que puede atraer a jugadores acostumbrados al estilo Call of Duty, pero alejar a los fanáticos tradicionales del realismo táctico.Aun así, hay momentos que recuerdan por qué esta saga sigue viva: defender un edificio bajo una lluvia de explosivos, mantener un punto con tu escuadrón mientras todo a tu alrededor se desmorona, o planear un asalto coordinado con vehículos. Son instantes donde Battlefield 6 logra ese equilibrio perfecto entre caos y control.La sombra de Redsec y el modelo live-serviceEl lanzamiento simultáneo de Redsec, su modo battle royale, introdujo una nueva polémica. Aunque el modo gratuito ha sido bien recibido, muchos sienten que Battlefield 6 está subordinado a su éxito. Los menús del juego empujan constantemente hacia Redsec, los desafíos semanales solo pueden completarse allí, y el juego principal se ve invadido por anuncios del battle pass.Para quienes pagaron por la experiencia completa, esto se siente como una traición. Redsec ofrece mecánicas que incluso el juego base no tiene, como guerra naval y edificios completamente destructibles, lo que agrava la sensación de desequilibrio.En esencia, DICE está intentando manejar dos juegos distintos bajo un mismo techo, y esa estrategia no está funcionando del todo. El resultado es una comunidad dividida y una recepción mixta en Steam, donde miles de reseñas negativas han bajado la calificación a “Mixed”.Tecnología y desempeñoEn el apartado técnico, Battlefield 6 cumple con creces. Los gráficos son impresionantes, con texturas detalladas, animaciones fluidas y una iluminación que realza cada explosión. El rendimiento es sólido en PC y consolas de nueva generación, aunque las versiones estándar muestran caídas ocasionales de cuadros en partidas masivas.El sonido es, como siempre, un espectáculo. Cada bala, explosión o vehículo tiene un peso auditivo que refuerza la inmersión. Los cascos retumban cuando un tanque pasa cerca o cuando un helicóptero sobrevuela tu posición. En este aspecto, Battlefield 6 sigue siendo un referente.Lo que sí decepciona es la ausencia de servidores dedicados. DICE decidió eliminarlos, dejando a los jugadores con servidores “persistentes” que se eliminan tras siete días sin actividad. Aunque el modo Portal permite crear partidas personalizadas, no reemplaza la estabilidad ni el sentido de comunidad que daban los servidores clásicos.Movimiento, armas y sensacionesLa jugabilidad de Battlefield 6 se siente afinada y precisa. El movimiento es fluido, sin los errores de colisión que plagaban a 2042. Saltar por ventanas, deslizarse, escalar y destruir el entorno es natural y satisfactorio.Las armas, por su parte, son una joya. El nivel de personalización es extenso y el gunplay transmite peso, retroceso y respuesta. Cada arma tiene identidad, y el M277, reinterpretación del clásico M7, es un claro ejemplo de la atención al detalle. Los amantes de los shooters notarán rápidamente lo bien calibrado que está el sistema de disparo.Aunque la inteligencia artificial de los bots es bastante limitada, el modo multijugador brilla con jugadores reales. Durante las pruebas, las partidas grandes —con vehículos, jets, tanques y helicópteros— ofrecieron esa dosis de caos controlado que los fans esperaban desde hace años.ConclusiónBattlefield 6 es un juego contradictorio. Tiene una base sólida, una jugabilidad excelente y un apartado técnico impecable, pero sufre por decisiones de diseño que afectan su identidad. La ausencia de servidores dedicados, el forzamiento hacia Redsec y el enfoque excesivo en monetización empañan lo que de otro modo sería un regreso triunfal.Sin embargo, cuando todo encaja —cuando los jugadores coordinan, los tanques rugen y los edificios se vienen abajo— Battlefield 6 recuerda por qué la franquicia sigue siendo especial. Es una entrega que brilla en su núcleo, pero necesita urgentemente reencontrar su propósito entre la guerra tradicional y el servicio en vivo.Para los fanáticos del caos bélico, vale la pena probarlo. Pero para quienes buscan una experiencia táctica y consistente, tal vez sea mejor esperar a que DICE ajuste su puntería.¡Volker únete a nuestra comunidad y vive la emoción de nuestros contenidos exclusivos! Síguenos en Instagram, Facebook, Youtube, Tiktok y WhatsApp para no perderte ni un solo detalle de nuestras últimas noticias, eventos y sorpresas especiales.
Hablar de Dragon Quest es hablar de los cimientos del RPG japonés. Son juegos que sentaron las bases del género tal como lo conocemos, y aunque sus primeras entregas hoy se sienten primitivas, siguen siendo parte esencial de la historia del gaming. Por eso, cuando Square Enix anunció Dragon Quest I & II HD-2D Remake después del éxito del remake de Dragon Quest III, la expectativa fue inmediata: ¿cómo modernizar dos juegos tan simples sin destruir su esencia?Lo cierto es que Dragon Quest I y II no son títulos que destaquen por su narrativa o complejidad. Ambos fueron revolucionarios en los 80, pero con los años quedaron como curiosidades históricas más que experiencias completas. La decisión de rehacerlos con el espectacular motor HD-2D parecía arriesgada, y muchos pensaban que bastaría con darles un nuevo look. Sin embargo, el equipo de Artdink, bajo la dirección de Square Enix, decidió ir más allá: no solo renovaron el apartado visual, sino que también reimaginaron mecánicas, expandieron historias y ajustaron el ritmo de cada aventura.Una nueva vida para el héroe y sus leyendasEl mayor cambio llega con Dragon Quest I. En su versión original, el juego era un viaje solitario, casi experimental. Ahora, los desarrolladores agregaron un sistema de combate con múltiples enemigos y nuevas habilidades que permiten una mayor profundidad táctica. El héroe tiene más recursos a su disposición, lo que hace que cada batalla se sienta más dinámica. Además, se incorporan pequeñas líneas narrativas adicionales: rivales que también buscan el poder del héroe legendario Erdrick, aldeanos que cargan con el trauma del ataque del Dragonlord y personajes secundarios que dan más contexto al mundo.Estos detalles pueden parecer menores, pero le inyectan personalidad al juego y rompen con la monotonía de la versión original. Los añadidos narrativos no cambian el rumbo del viaje, pero lo enriquecen lo suficiente como para mantenerte interesado en cada conversación y misión secundaria.Por su parte, Dragon Quest II recibe un tratamiento aún más ambicioso. Aunque conserva la estructura clásica del trío de héroes descendientes de Erdrick, ahora cuenta con eventos adicionales, jefes inéditos y nuevas zonas que amplían el mapa. También se siente más coherente con Dragon Quest III HD-2D, completando mejor la llamada “Trilogía de Erdrick”. El resultado es un juego que, sin perder su alma retro, se adapta con naturalidad a los tiempos modernos.Una jugabilidad pulida y accesibleLos remakes traen consigo mejoras sustanciales de calidad de vida. Ambas entregas incluyen minimapas, marcadores de objetivos, nuevas habilidades, una navegación más fluida y la posibilidad de viajar con el hechizo Zoom sin limitaciones. Además, los jugadores pueden activar o desactivar varias de estas ayudas, lo que permite ajustar la experiencia: desde una más clásica y desafiante, hasta una más ágil y moderna.El sistema de progresión sigue siendo simple —subir niveles, aprender hechizos, mejorar equipo—, pero ahora hay un componente estratégico adicional gracias a los “pergaminos de habilidades”, objetos de un solo uso que otorgan técnicas especiales. Esto agrega un pequeño toque de táctica al decidir qué personaje obtiene cada habilidad.En combate, Dragon Quest I brilla más que antes gracias al rediseño de su estructura. Aunque sigue siendo posible sufrir una derrota por un golpe crítico aleatorio, el balance general es más justo. En Dragon Quest II, el ritmo también mejora, aunque su dificultad puede sentirse irregular en algunos tramos. Lo mejor es que ambos juegos, pese a su antigüedad conceptual, se sienten sorprendentemente frescos al jugar.Una belleza en movimiento: el poder del HD-2DSi algo distingue a esta nueva trilogía de remakes es su motor visual. El estilo HD-2D, ya visto en Octopath Traveler y Triangle Strategy, alcanza un nuevo nivel de refinamiento aquí. Las luces, sombras y efectos de profundidad transforman cada pueblo y mazmorra en una pequeña obra de arte. Las animaciones de los monstruos son adorables y fluidas —especialmente los icónicos Slimes y Drackys— y las batallas lucen con una elegancia que mezcla nostalgia y modernidad.Lo curioso es que los enemigos siguen siendo pequeños sprites, algo que al principio puede parecer una limitación. Pero con el tiempo se vuelve parte del encanto: hay tanta expresividad en sus animaciones que no hace falta más. En conjunto, el estilo visual logra lo que pocos remakes consiguen: hacer que algo antiguo se sienta nuevo sin perder su identidad.Una banda sonora entre la nostalgia y el refinamientoLa música de Dragon Quest es parte del ADN de la saga, y aquí no decepciona. Las composiciones orquestales clásicas de Koichi Sugiyama suenan majestuosas en HD-2D, con arreglos y grabaciones que ya habían sido usadas en lanzamientos recientes, pero que se integran de forma impecable. Cada pueblo, cueva y combate respira ese tono épico y melancólico tan propio de la saga.Sin embargo, no hay demasiadas sorpresas en este aspecto. No hay nuevas piezas musicales destacables ni una reinterpretación radical de los temas originales, lo que puede dejar con ganas de más a quienes esperaban algo más arriesgado. Aun así, la presentación sonora es sólida y cumple con creces.Problemas de traducción y ritmo narrativoNo todo en estos remakes es perfecto. Una de las decisiones más discutidas ha sido el uso de un inglés “arcaico” en la localización, con expresiones como “thou”, “thee” o “-eth” que buscan imitar el tono medieval de los juegos originales de NES. Al principio puede parecer simpático, pero con el tiempo se vuelve pesado y hasta distractor. Muchos fans de la saga prefieren el estilo humorístico y juguetón de las localizaciones más recientes, por lo que esta elección se siente un paso atrás.También hay momentos donde la narrativa se siente forzada, especialmente en Dragon Quest II, donde algunos eventos adicionales no logran integrarse del todo bien con el material original. No arruinan la experiencia, pero sí se nota una falta de ritmo en ciertos tramos, como si el remake intentara estirar historias que en realidad funcionaban mejor por su simplicidad.Una lección de cómo modernizar sin traicionarLo más valioso de Dragon Quest I & II HD-2D Remake es que entiende perfectamente qué debe modernizar y qué debe conservar. Las bases del JRPG siguen intactas: explorar, luchar, subir de nivel, guardar en la iglesia y lanzarse otra vez a la aventura. Pero ahora todo está envuelto en una presentación preciosa y acompañada de mecánicas modernas que mejoran la experiencia sin romperla.Square Enix y Artdink no se limitaron a “maquillar” los juegos, sino que les dieron una nueva razón de ser. Y aunque hay errores de tono y algunos tramos repetitivos, el resultado es un homenaje respetuoso y funcional a los orígenes del género.Para los veteranos, es una oportunidad de redescubrir dos clásicos con una mirada fresca; para los nuevos jugadores, una puerta de entrada perfecta al universo de Dragon Quest. Si este es el camino que seguirá la saga con futuros remakes, el legado de Erdrick está en muy buenas manos.ConclusiónDragon Quest I & II HD-2D Remake no solo reaviva la nostalgia, sino que logra que los juegos fundacionales de la saga vuelvan a ser relevantes. Es un ejemplo de cómo reinterpretar clásicos con respeto y visión. No todo funciona a la perfección, pero cuando un remake logra que dos títulos de los 80 se sientan actuales, algo se está haciendo bien.Si alguna vez quisiste saber por qué Dragon Quest definió al RPG japonés, este par de remakes es el mejor punto de partida.¡Volker únete a nuestra comunidad y vive la emoción de nuestros contenidos exclusivos! Síguenos en Instagram, Facebook, Youtube, Tiktok y WhatsApp para no perderte ni un solo detalle de nuestras últimas noticias, eventos y sorpresas especiales.
Cada año, Just Dance llega como un ritual que anuncia el fin de año, los bailes familiares y las reuniones donde todos —del tío al sobrino— terminan dando vergüenza y risa por igual. En 2026, Ubisoft repite la fórmula con una entrega que mantiene el espíritu del juego intacto, pero que también deja claro que la franquicia ya alcanzó su punto de madurez. Just Dance 2026 Edition no reinventa nada, pero sí pule algunos detalles, recupera el carisma de sus primeras entregas y, sobre todo, ofrece una experiencia más fluida gracias a la integración de cámara como método principal de detección.Después de años de depender del teléfono como control improvisado, esta nueva edición introduce un sistema de puntuación por cámara que permite bailar sin tener que sostener el dispositivo. El cambio, aunque sutil, transforma por completo la experiencia: se siente más natural, más libre y mucho menos torpe. No hay miedo a lanzar el celular por la ventana ni excusas para no moverse. Es, sin duda, la mejora técnica más significativa del juego.El ritmo de siempre, con un toque de novedadComo es costumbre, Just Dance 2026 Edition llega con un catálogo de unas 40 canciones nuevas que van desde el pop y el hip-hop hasta el reguetón, pasando por colaboraciones curiosas y clásicos infaltables. La selección de este año tiene una variedad que brilla especialmente por su inclusión: hay espacio para artistas LGBTQIA+, temas latinos, hits recientes y hasta colaboraciones inesperadas como el medley de Bluey, que es pura ternura animada para los más pequeños.Las coreografías siguen siendo el corazón del juego. Ubisoft no se duerme ahí: los movimientos están diseñados con precisión y carisma, y cada video musical tiene una estética única. Desde la animación tipo claymation de Born to Be Alive (Reborn Version) hasta los tonos coloridos y energéticos de It’s ok I’m ok de Tate Rae, hay un trabajo visual impresionante detrás de cada pista. Aunque la jugabilidad no cambia drásticamente, sí se siente un refinamiento técnico, con un reconocimiento de movimientos más preciso y estable.Cuando la diversión tropieza en el menúPero no todo es ritmo y color. La navegación del menú en Just Dance 2026 se siente un poco torpe, sobre todo cuando se mezclan los controles entre el celular y el mando. Por ejemplo, se puede usar el teléfono para moverse entre opciones, pero al buscar una canción el juego exige cambiar al control físico. Es un detalle menor, pero en un título que depende de la inmediatez y del ritmo, esos segundos rompen el flujo y frustran a más de uno.Más grave, sin embargo, es la desaparición del modo Online Dance Floor, uno de los modos más queridos por la comunidad. Esta modalidad permitía conectarse con jugadores de todo el mundo y competir en salas globales de baile. En su lugar, el juego ofrece playlists y tablas de clasificación, pero la sensación de conexión y competencia en tiempo real se perdió. En una era donde los juegos viven de sus comunidades, esta ausencia pesa más de lo que parece.El salto técnico que libera los brazosLa gran novedad de Just Dance 2026 —y su principal mérito técnico— está en su sistema de detección por cámara. Gracias al reconocimiento por IA a través del celular, el juego ahora analiza el movimiento corporal completo. Es un sistema intuitivo y que funciona sorprendentemente bien: basta con apoyar el teléfono en una superficie estable y dejar que la cámara haga su trabajo. En pruebas, la detección fue rápida, estable y sin lag perceptible, incluso en espacios reducidos.El beneficio más claro es la comodidad. Ya no hay que bailar sosteniendo nada, lo que mejora la postura, el rango de movimiento y la sensación de libertad. Para los que usan Just Dance como rutina de ejercicio, esta actualización se agradece enormemente. El juego también incorpora un contador de calorías que vuelve a medir la intensidad de los movimientos y permite llevar un registro del esfuerzo físico, ideal para quienes ven en este título una forma divertida de entrenar.Modo Fiesta: diversión garantizada (con limitaciones)Una de las adiciones más notorias de este año es el Party Mode, un formato pensado para grupos grandes de hasta seis jugadores. Este modo propone partidas rápidas de 10 minutos con versiones resumidas de distintas canciones, donde se mide la precisión y se agregan condiciones especiales, como pantallas parcialmente cubiertas o instrucciones invertidas. Es un modo ideal para fiestas o reuniones familiares, aunque no tiene demasiada profundidad.En esencia, es un mini-juego dentro del juego, con espíritu de “modo fiesta” literal: sirve para romper el hielo y hacer reír a todos, pero no para sesiones largas. Aun así, su presencia refresca la experiencia y ayuda a mantener viva la esencia multijugador local que ha hecho de Just Dance un clásico.Una presentación visual que no deja de brillarGráficamente, Just Dance 2026 Edition luce mejor que nunca. Los fondos y animaciones muestran un salto notable en producción, con estilos artísticos variados que van desde lo hipercolorido hasta lo experimental. Ubisoft sigue demostrando que, aunque su fórmula no cambie demasiado, hay mucho amor y detalle en cada coreografía y en la dirección de arte. Es un espectáculo visual incluso para quienes solo miran.El rendimiento, además, es sólido en todas las plataformas. No hay caídas de cuadros ni retrasos perceptibles en el reconocimiento, incluso en consolas de generación pasada. En Switch, por ejemplo, el juego mantiene una fluidez constante, aunque la cámara del teléfono sigue siendo el punto más débil para algunos entornos con poca luz.El sonido, por su parte, mantiene el estándar de la franquicia: limpio, potente y con mezclas que resaltan cada tema. Eso sí, algunas canciones sufren de censura excesiva —como “Thrift Shop” de Macklemore y Ryan Lewis— que, aunque entendible por la clasificación familiar del juego, corta parte del ritmo y la autenticidad de la canción original.Más de lo mismo, pero sigue funcionandoEs cierto: Just Dance 2026 Edition no cambia radicalmente nada. Es otra entrega dentro de un modelo de servicio continuo que cada año agrega nuevas canciones y modos temporales. Pero eso no es necesariamente malo. Ubisoft ha entendido que Just Dance no necesita reinventarse, solo mantenerse fresco y funcional. Su éxito sigue radicando en su accesibilidad y en su capacidad de reunir a la gente, sin importar la edad o la habilidad.Comparado con Just Dance 2025, los cambios son pequeños pero significativos: el sistema de cámara es una mejora real, el nuevo modo Fiesta aporta aire fresco y las coreografías mantienen un nivel de calidad admirable. Aun así, se extraña la conexión social en línea, que daba ese sentido global al baile que tanto encantaba en entregas pasadas.ConclusiónJust Dance 2026 Edition no sorprende, pero tampoco decepciona. Es el tipo de juego que cumple exactamente con lo que promete: una excusa para moverse, reírse y pasarla bien con familia o amigos. Para veteranos de la saga, la ausencia del modo online será una espina difícil de ignorar, pero las mejoras en la detección por cámara compensan parte de esa pérdida.Para nuevos jugadores, es una excelente puerta de entrada: accesible, divertido y visualmente impecable. Ubisoft no se arriesga, pero mantiene viva una tradición que, año tras año, sigue siendo sinónimo de alegría y comunidad.¡Volker únete a nuestra comunidad y vive la emoción de nuestros contenidos exclusivos! Síguenos en Instagram, Facebook, Youtube, Tiktok y WhatsApp para no perderte ni un solo detalle de nuestras últimas noticias, eventos y sorpresas especiales.
Por años, Sega ha intentado competirle a Mario Kart sin dar con la fórmula ideal. Pero Sonic Racing: CrossWorlds logra finalmente lo que parecía imposible: crear un juego de karts que no solo se siente fiel al espíritu del erizo azul, sino que también se sostiene por mérito propio. Rápido, técnico, visualmente vibrante y con una energía arcade que recuerda los días de gloria de Out Run y Daytona USA, este título demuestra que el género puede tener más de un rey.En PlayStation 5, CrossWorlds brilla con potencia. La velocidad, los reflejos, las luces de neón y los efectos visuales se funden en una experiencia que, por momentos, parece más un espectáculo que una simple carrera. Pero, como buen juego de Sonic, no se trata solo de ir rápido: aquí la precisión, la estrategia y la personalización marcan la diferencia entre cruzar primero la meta o quedar atrapado en el caos del pelotón.Una base sólida y bien afinadaLa gran virtud de CrossWorlds es que entiende qué hace divertido a un buen juego de karts. La sensación de control es impecable: cada derrape se siente justo, cada salto tiene su ritmo, y el impulso del turbo responde con precisión. A diferencia de entregas anteriores, los distintos tipos de vehículos aquí importan de verdad. Hay clases más pesadas que te permiten golpear y abrir camino, otras más ágiles que se cuelan por atajos imposibles, y las enfocadas en velocidad pura, que premian la técnica y el riesgo.Lo interesante es que ningún tipo de vehículo se siente inútil. Todos tienen una razón de ser y, sobre todo, invitan a experimentar. Esa variedad hace que cada partida sea distinta y que los jugadores busquen la configuración que más se adapte a su estilo. Además, el sistema de Gadgets introduce una capa extra de estrategia: pequeñas mejoras pasivas que alteran la experiencia de carrera, como aumentar la frecuencia de ciertos ítems o reducir el tiempo de animación en los trucos aéreos.En CrossWorlds se siente esa esencia Sega: pura energía arcade, jugabilidad rápida y recompensas constantes. No intenta reinventar la rueda, pero pule hasta el brillo lo que ya funciona.El multiverso como combustibleEl concepto de los “CrossWorlds” es el gran gancho del juego. En lugar de limitarse a un solo tipo de pista, las carreras pueden saltar entre distintos mundos dentro de una misma competencia. Un segundo estás en el Radical Highway de Sonic Adventure 2, y al siguiente caes en un tramo acuático del Water Palace de Sonic Rush. Esa transición entre mundos no solo es visualmente impresionante, sino que cambia dinámicamente el ritmo de la carrera.El resultado son pistas con múltiples rutas, atajos y terrenos que mantienen la emoción de principio a fin. Además, la alternancia entre tierra, agua y aire mantiene el ritmo vertiginoso y da lugar a momentos realmente espectaculares. Incluso cuando crees dominar una pista, siempre hay un nuevo atajo o una estrategia que probar.Si bien el juego no incluye un modo historia —una ausencia que algunos extrañarán—, el contenido es robusto. El modo Grand Prix cumple con lo esperado, mientras que Race Park propone desafíos alternativos, como golpear enemigos o trabajar en equipo para acumular puntos. Son modos secundarios que refrescan la experiencia y ofrecen recompensas útiles para mejorar tus vehículos.Una fiesta audiovisual digna de SegaEn lo técnico, la versión de PlayStation 5 es un deleite. Sonic Racing: CrossWorlds corre a 60 fotogramas por segundo estables, con tiempos de carga mínimos y una fidelidad visual que no tiene nada que envidiarle a Mario Kart World. Los reflejos, las explosiones y el diseño de escenarios transmiten esa estética entre futurista y retro que define al universo de Sonic.El trabajo de sonido merece mención aparte. La banda sonora está repleta de energía, mezclando guitarras eléctricas, sintetizadores y voces que acompañan el frenesí de cada carrera. Desde el tema principal, interpretado por James Bourne, hasta los temas específicos de cada pista, todo suena con una potencia que invita a subir el volumen. Es el tipo de música que te hace sonreír incluso cuando te lanzan un proyectil justo antes de la meta.El diseño sonoro también cumple con precisión milimétrica: el rugido de los motores, el zumbido de los turbos, el característico “cling” de los anillos y las reacciones de los personajes crean un ambiente envolvente y caótico, pero perfectamente controlado.Comparaciones inevitables con Mario KartEs imposible hablar de Sonic Racing: CrossWorlds sin mencionar a su eterno rival. Y lo curioso es que Sega no busca esconderlo; lo abraza. En muchos sentidos, CrossWorlds toma prestadas las mejores ideas de Mario Kart, pero las combina con el ADN propio del erizo azul. No hay miedo en admitir que el juego se inspira en su competidor directo, pero también es lo suficientemente audaz para aportar su propio sello.Las carreras son más rápidas, las curvas más amplias y los derrapes más agresivos. Mientras Mario Kart World apuesta por la precisión y la física detallada, CrossWorlds prefiere la velocidad pura y el espectáculo visual. Es una diferencia de estilo más que de calidad. Nintendo sigue teniendo la corona en diseño de pistas, pero Sega brilla en ritmo y emoción.Donde CrossWorlds realmente marca la diferencia es en su sistema de personalización. En lugar de simplemente escoger un personaje y un vehículo, el juego te invita a crear combinaciones únicas entre pilotos, partes, gadgets y clases. Esto le da una profundidad inusual al género y convierte cada victoria en un reflejo de tu estilo de juego.El toque Sega: caos, color y nostalgiaMás allá de la competencia directa, Sonic Racing: CrossWorlds tiene algo que muchos juegos modernos han perdido: identidad. Este título destila nostalgia, pero sin vivir de ella. Recupera la esencia de los juegos de carreras arcade de Sega, con esa mezcla de velocidad desmedida, color explosivo y música que parece sacada de un salón recreativo japonés de los noventa.Incluso los cameos y referencias, como la presencia de Hatsune Miku o los escenarios inspirados en clásicos de la franquicia, se sienten naturales, no forzados. Todo tiene el tono desenfadado y divertido que caracteriza a Sonic y compañía.El modo multijugador online, además, funciona a la perfección. Las partidas mantienen la fluidez del modo local y permiten conectar con jugadores de otras plataformas gracias al crossplay, lo que extiende enormemente su vida útil. En partidas de ocho jugadores, el caos es absoluto, pero también tremendamente divertido.Un futuro prometedor para el géneroAunque CrossWorlds podría beneficiarse de más contenido narrativo o una campaña con cinemáticas, lo que ofrece es más que suficiente para considerarlo un referente moderno del género. Sega confirmó que llegarán pistas y personajes adicionales como DLC, incluyendo colaboraciones con Sonic Prime, y aunque el primer lote no es especialmente memorable, sienta las bases de un ecosistema vivo que puede seguir creciendo.Lo más importante es que este juego devuelve la confianza en Sonic como marca. Después de años de tropiezos y altibajos, Sega logra un equilibrio perfecto entre nostalgia y modernidad. CrossWorlds no solo es una gran experiencia de carreras, sino una declaración de que Sonic volvió a ser sinónimo de calidad.ConclusiónSonic Racing: CrossWorlds no intenta destronar a Mario Kart; lo desafía con respeto. Es rápido, divertido, accesible y visualmente impresionante, con una jugabilidad tan pulida que dan ganas de seguir corriendo solo por el placer de dominar cada curva. En PlayStation 5, el rendimiento impecable y el acabado técnico lo convierten en la mejor versión posible del juego.Para los fans de Sonic, es una celebración. Para los amantes de los juegos de karts, es una alternativa real al trono de Nintendo. Y para el resto, una sorpresa de esas que recuerdan por qué los videojuegos son, ante todo, diversión pura.¡Volker únete a nuestra comunidad y vive la emoción de nuestros contenidos exclusivos! Síguenos en Instagram, Facebook, Youtube, Tiktok y WhatsApp para no perderte ni un solo detalle de nuestras últimas noticias, eventos y sorpresas especiales.
Miguel Uribe Londoño, papá del exsenador fallecido Miguel Uribe Turbay, aseguró que no ha renunciado a su precandidatura presidencial, tan solo minutos después de que el Centro Democrático afirmara que había decidido salir de la contienda, para supuestamente "apoyar al Dr. de la Espriella".Noticia en desarrollo...
La gala de premiación al ‘Deportista del Año El Espectador 2025’ se llevó a cabo en Bogotá, donde no solo se exaltaron a las estrellas del presente, ya que también hubo distinciones y homenajes especiales.El trofeo principal fue para Yeison López, campeón del mundo en levantamiento de pesas 88 kg. con doble récord orbital.La segunda casilla correspondió a Natalia Linares, bronce en salto largo durante el Mundial de Atletismo de Tokio, Japón. Mientras que el tercer lugar quedó en manos de Gabriela Rueda, patinadora de velocidad con múltiples medallas de oro en Juegos Mundiales y en el Mundial de Carreras.Ganadores, ‘Deportista del Año El Espectador 2025’Acá, todos los premiados:⦁ Deportista del año 2025 - Primer puesto: Yeison López (pesas): campeón del mundo en 88 kg. con doble récord orbital. - Segundo puesto: Natalia Linares (atletismo): bronce en salto largo en el Mundial de Tokio, Japón. - Tercer lugar: Gabriela Rueda (patinaje): multicampeona en Juegos Mundiales y en el Mundial de Carreras⦁ Deportista paralímpico del año - Primer puesto: María Angélica Bernal (tenis en silla de ruedas): top 10 del mundo y subtítulo en Wimbledon. - Segundo puesto: Karen Palomeque (atletismo): récord orbital de 200 metros planos en el Mundial. - Tercer lugar: Francisco Sanclemente (atletismo en silla de ruedas): campeón de varias maratones internacionales.⦁ Equipo del año - Selección Colombia de Patinaje de Carreras: título absoluto en el Mundial de Pista y Ruta.⦁ Revelación del año- Isabella Bedoya (natación): oro en 50 metros libres en Panamericanos Juveniles.⦁ Juvenil del año- Primer puesto: Tomás Restrepo (golf): ganador de la Copa Mundo Junior. - Segundo puesto: Kollin Castro (patinaje): multicampeona internacional. - Tercer puesto: Sebastián Olivares: triple oro y récord del mundo en envión.⦁ ‘Gamer’ del año - Samuel Felipe Ruiz ‘Sorumi’.⦁ Entrenador del año- Luis Arrieta (pesas): seleccionador nacional por múltiples títulos internacionales de sus dirigidos.⦁ Dirigente del año - Ramón Jesurún: presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, por 5 clasificaciones de las selecciones nacionales a diferentes Mundiales.⦁ Premio vida y obra- Alfonso Cañón (fútbol): leyenda y multicampeón con Santa Fe y goleador histórico del club.⦁ Reconocimiento especial - Olga Barona, exdirectora del galardón ‘Deportista del Año El Espectador’, y Guillermo Ordoñez, periodista del mismo diario.⦁ Premio Guillermo Cano al juego limpio- Organización Epopeya (montañismo) por escalar las cumbres de los Andes para promover la donación de órganos en Colombia.⦁ Premio al más votado por el público- Tomás Restrepo (golf)
A través de un reciente comunicado, el partido Centro Democrático anunció la salida de Miguel Uribe Londoño de la contienda electoral. El padre del exsenador y precandidato asesinado Miguel Uribe Turbay ya no continuará en su proceso como precandidato de esta agrupación política por, según el oficio divulgado, haber tomado la decisión de "apoyar al Dr. de la Espriella". "El Dr. Abelardo de la Espriella acaba de informar al expresidente Álvaro Uribe que ayer el Dr. Miguel Uribe Londoño lo llamó a expresarle que renunciaba al Centro Democrático para apoyar al Dr. De la Espriella", se lee en una parte del comunicado. Producto de lo anterior, el partido expresó que agradecía la franqueza de De la Espriella y que continuaría con el proceso de precandidaturas para las demás integrantes del partido, entre las que se encuentran María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y Paola Holguín. "El Centro Democrático agradece la franqueza del Dr. De la Espriella, y continuará el proceso con las precandidatas María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y Paola Holguín", se lee al final del pronunciamiento.Las conversaciones previas con Álvaro UribeEl Centro Democrático anunció que el expresidente Álvaro Uribe había recibido mensajes previos de Uribe Londoño; este úlitmo le habría solicitado conversar con él durante algunos minutos ya que "estaba por tomar una decisión muy seria con su familia". "En la noche del sábado, el expresidente Álvaro Uribe recibió un mensaje del doctor Uribe Londoño que, en síntesis, le decía que estaba por tomar una decisión muy seria con su familia, que se excusaba de participar en el foro del domingo y que le pedía una reunión de 10 minutos el lunes", se lee en el documento. Aunque, tiempo después, el expresidente le manifestó que no iba a poder atender la reunión, el director del Centro Democrático, Gabriel Vallejo, se comunicó con el padre del recientemente asesinado exsenador, quien "le anticipó que le enviaría unas preguntas al WhatsApp". Así lo explicó el partido:"En la noche del domingo el expresidente Álvaro Uribe le comunicó al Dr. Uribe Londoño que por problemas personales no podía atender la reunión solicitada y que cualquier tema lo atendería por mensajes. En la mañana de este lunes, el Dr. Gabriel Vallejo, director del Centro Democrático, habló con el Dr. Uribe Londoño quien le anticipó que le enviaría unas preguntas al WhatsApp".Noticia en desarrollo...
River Plate pasó a depender de que su clásico rival, Boca Juniors, obtenga el título del Torneo Clausura del campeonato de Primera División del fútbol de Argentina para alcanzar su clasificación a la Copa Libertadores de 2026, a partir de los resultados de este domingo en los cuartos de final del certamen local.El 'Millonario' se ubicó en el cuarto lugar de la tabla anual clasificatoria a los torneos internacionales del año próximo, por lo que hasta el momento jugará la Copa Sudamericana, segunda competición en importancia de Sudamérica.En Argentina, dos de los cinco cupos para la Copa Libertadores corresponden a los equipos campeones del Apertura y el Clausura: el primero fue para Platense, y el segundo se definirá a medidados de diciembre cuando se resuelvan las semis y la final.River quedó fuera de carrera por el título tras su derrota 2-3 ante Racing Club de Avellaneda en un partido que se definió en el último minuto, con el gol del uruguayo Gastón Martirena.Los otros tres cupos para la Libertadores son para los tres primeros en la tabla anual donde Rosario Central, Boca y Argentinos Juniors lograron completar el podio.Si alguno de esos tres equipos festeja el título del Clausura, libera un cupo que beneficia a River, ya que subiría del cuarto al tercer puesto de la tabla anual.Rosario Central fue eliminado en octavos por Estudiantes de La Plata, y Boca hizo lo propio este domingo en el cruce por cuartos con Argentinos, en un partido cerrado que se definió 1-0 a favor del 'Xeneize' con gol del defensor central Ayrton Costa.Ahora el equipo de Marcelo 'Muñeco' Gallardo deberá apostar a que el archirrival, conducido por el entrenador Claudio Úbeda, supere la semifinal en la que enfrentará al ganador del duelo entre Racing y Tigre para llegar al partido definitorio, a disputarse el sábado 13 de diciembre en el estadio Madre de Ciudades de la ciudad de Santiago del Estero.Por el otro lado del cuadro del Clausura, Estudiantes triunfó en cuartos ante Central Córdoba y espera a su rival en semis que emergerá del partido entre Gimnasia de La Plata y Sportivo Barracas.Liberado de competiciones tras un 2025 gris en lo deportivo, River planifica su próximo año con incorporaciones que jerarquicen su plantel mientras apuesta a la consagración del otro integrante del superclásico argentino para volver a disputar la Libertadores, que ganó en 1986, 1996, 2014 y 2018.
Este lunes primero de diciembre inicia la mesa de concertación para fijar el incremento del salario mínimo de 2026. Desde hoy y hasta el próximo 15 de diciembre, representantes del empresariado, Gobierno y trabajadores se reunirán para decidir este esperado aumento para los trabajadores colombianos. El cronograma ya fue publicado previamente por el Ministro del Trabajo, Antonio Sanguino, quien explicó a través del mismo cómo se harán las sesiones para concertar los ajustes al pago mínimo que recibirán los trabajadores colombianos en 2026. Una de las novedades más importantes del inicio de esta etapa fue la del anuncio que dio el presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, quien dejó claro que esta federación no iba a participar en la mesa de concertación laboral debido a que, afirma, el "Gobierno ya tiene definida su carta de incremento del salario mínimo"; y añadiendo que esto "no es serio con la mesa de concertación". "Es una payasada prestarse a asistir cuando ya el Gobierno sabe lo que quiere hacer;a tiene definida su carta, que además es una carta populista. Un incremento de dos dígitos, dos veces más que la inflación, no tiene sentido para Colombia. El escenario inflacionario que hoy tenemos seguramente continuará al alza con una decisión como la presente", afirmó Cabal. La cifra de la que habla Cabal hace referencia a la que ha dado a conocer el Gobierno durante los últimos meses. Y es que tanto el presidente Petro como algunos de sus ministros han dejado claro que la apuesta por parte del oficialismo para el incremento del mínimo en 2026 le apunta al aumento del 11 por ciento, un número que se distancia en gran medida de los límites que han dado a conocer los gremios empresariales de Colombia. ¿Qué proponen trabajadores, Gobierno y empresarios?Propuesta de trabajadoresEl presidente de la central sindical, Fabio Arias, apoyándose en un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ha defendido que el aumento debería ser de al menos 11%.Para sustentar esta cifra, el líder sindical citó el concepto de "salario vital" de la OIT, que equipara los ingresos necesarios con el costo de la canasta familiar para un hogar promedio de cuatro personas con 1.5 trabajadores. Según este cálculo, el salario vital en Colombia debió ser de $2 millones de pesos en 2024. El vocero de la CUT argumentó que esta cifra debe ajustarse para 2025 y servir de base para determinar la propuesta de incremento salarial de 2026.El presidente de la CUT, Arias, justificó la exigencia de un aumento en ese rango al señalar un retraso significativo en el poder adquisitivo del salario mínimo nacional. Aunque el Gobierno había sugerido inicialmente un 11%, la CUT ha manifestado su intención de presentar una cifra aún mayor, buscando cerrar esta brecha.El líder sindical admitió que, si no se alcanza la meta en una sola negociación, se podría pactar un plan plurianual de incrementos ascendentes. A modo de ejemplo hipotético, si la CUT propusiera un aumento del 15% (sin incluir el auxilio de transporte), el salario mínimo ascendería a $1.636.450 pesos para 2026.Propuesta del empresariadoLos gremios empresariales han presentado una postura cautelosa en la mesa de concertación salarial, proponiendo un incremento del salario mínimo para 2026 que no exceda el 7%. Esta propuesta se distancia notablemente de las cifras que barajan el Gobierno y los sindicatos, y busca alinear estrictamente el ajuste salarial con los indicadores macroeconómicos del país. El 7% se calcula siguiendo la fórmula tradicional de concertación, sumando la inflación proyectada (aproximadamente 5%) y la estimación de productividad (cercana al 1%).De ser aceptado, este porcentaje elevaría el salario mínimo de $1.423.500 a cerca de $1.523.000. Los empresarios y sus técnicos advierten que cualquier aumento superior al 7% resultaría "contraproducente" para la economía nacional. Argumentan que un incremento excesivo podría desestabilizar la situación financiera actual y socavar los esfuerzos gubernamentales para mantener la inflación bajo control.Propuesta del Gobierno NacionalIncluyendo al presidente Gustavo Petro y figuras clave como el exministro Armando Benedetti y el Ministerio de Hacienda, el Gobierno ha consolidado su postura frente al salario mínimo de 2026, proponiendo un incremento cercano al 11%. Esta propuesta gubernamental busca utilizar el ajuste salarial como una herramienta estratégica para reducir las brechas de desigualdad económica en el país.Si se llegara a aplicar este porcentaje por decreto, el salario base pasaría de aproximadamente $1.423.500 a unos $1.580.085 (cifra que no incluye el auxilio de transporte).Fechas y momentos clave en concertación del salario mínimo para 2026 en ColombiaEl ministro del Trabajo, Antonio Sanguino, ha publicado el cronograma con las fechas clave para acordar el incremento del salario mínimo en Colombia para 2026 de la siguiente manera: Inicio de las concertaciones (lunes 1 de diciembre): Durante esta fecha se pretende instalar la mesa de concertación para fijar el salario mínimo. En este primer espacio, el DANE presentará las respectivas cifras económicas del país, a través de las cuales se expondrán las variaciones del PIB hasta el tercer trimestre de 2025, las cuentas nacionales de transferencias o la presentación del mercado laboral. A partir de estos datos suministrados, los negociadores podrán dar inicio al respectivo procedimiento para fijar el aumento del mínimo.Presentación de la cifra del IPC en Colombia (jueves 5 de diciembre): Durante este día, el DANE también intervendrá en la mesa de concertación para dar a conocer la cifra del IPC; posteriormente, entidades como el Banco de la República o el Ministerio de Hacienda y Crédito Público tendrán espacio para su respectiva presentación sobre la coyuntura macroeconómica. Finalmente, todas las partes de la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales (CPCPSL) harán la respectiva presentación de ofertas de incremento del salario mínimo.Jornadas de concertación (del 11 al 15 de diciembre): Durante este periodo, los integrantes de la CPCPSL tendrán los respectivos espacios para intentar concertar el aumento del salario mínimo. El último día de este plazo (15 de diciembre), acorde con la normativa, es considerado el primer vencimiento legal para la respectiva concertación.Presentación de salvedades (del 16 al 18 de diciembre): Durante los días martes 16 y miércoles 17 de diciembre, cada parte de la mesa de concertación podrá presentar sus respectivos escritos de salvedades para que, el jueves 18 de diciembre, se estudien.Jornadas de concertación extraordinarias (19 al 29 de diciembre): En caso de que se convengan y no exista acuerdo previo, entre el 19 y el 29 de diciembre las partes de la CPCPSL contarán con jornadas de concertación extraordinarias para debatir el porcentaje de aumento del mínimo.Fecha límite de expedición de decreto del salario mínimo (30 de diciembre): En caso de que no se llegue a una concertación, el 30 de diciembre de 2025 el presidente Gustavo Petro tendrá la obligación de establecer el aumento en el salario mínimo vía decreto.JULIÁN CAMILO SANDOVALNOTICIAS CARACOL DIGITALJSANDOVAL@CARACOLTV.COM.CO