Hace aproximadamente 13 millones de años, la región central de Colombia, donde hoy se encuentra el desierto de la Tatacoa, era un lugar muy distinto al que se conoce hoy. En lugar de la aridez actual, el paisaje de esa época se parecía más al Amazonas, caracterizado por ríos, mucha vegetación y animales depredadores gigantes.En este entorno prehistórico, existía una clara jerarquía. Mientras que el agua estaba dominada por el Purussaurus, un cocodrilo que podía medir más de diez metros, en la tierra el jefe era el temible ave del terror, un animal de tres metros de altura.Durante décadas, se tenía evidencia de su existencia solo en lugares como Argentina y Norteamérica. Por ello, encontrar pruebas en la Tatacoa cambió la concepción histórica sobre dónde se ubicó realmente este animal hace 13 millones de años.La pieza clave guardada en el desierto de la TatacoaLa confirmación de la presencia de un ave del terror de tres metros en Colombia no provino de una expedición académica, sino del trabajo de un habitante local.El responsable de este hallazgo paleontológico es César Perdomo, un campesino de 45 años oriundo de la Tatacoa, quien ha dedicado más de 40 años de su vida a coleccionar el patrimonio fósil de estas tierras. La intensidad de su pasión lo llevó a llamar a su centro de exhibición, un museo pequeño, La Tormenta. Perdomo explicó en Los Informantes que el nombre refleja las adversidades que ha enfrentado, afirmando que su vida "sigue siendo un tormento, me imagino hasta que me vaya a este mundo. Si duro 90 años más, 90 años me voy a atormentar buscando fósiles".Perdomo ha desarrollado un profundo vínculo con las más de 5.000 piezas que ha recolectado y que considera su "familia". "Uno lo quiere como cuando uno carga el hijo de uno pequeño y usted lo carga el alzado, así son fósil para uno, si toca arroparlo con la cobija, con la camisa, con el sombrero, con lo que sea", señaló sobre esta pasión.Su vocación comenzó desde niño. A la edad de cinco años, recogió su primer fósil, una vértebra de cocodrilo. Al ver cómo las expediciones extranjeras se llevaban las piezas de la zona, Perdomo comenzó a guardarlas, con la esperanza de que algún día los investigadores volvieran para compartir su conocimiento.El fósil que confirmaría la existencia del ave del terror de tres metros, un fragmento de la pierna, había permanecido más de 15 años en el museo de Perdomo, mezclado entre miles de piezas sin clasificar. Para encontrar y marcar los sitios de excavación en el desierto, Perdomo, sin usar GPS, utilizaba métodos empíricos como "puntos de piedras", recordó.La identificación de esta pieza crucial, que cambió la historia conocida de la Tatacoa, fue el resultado de la colaboración con el biólogo colombiano Andrés Link. Link, que regresó al país tras sus estudios doctorales, se asoció con Perdomo. El descubrimiento se formalizó cuando Link invitó al museo a Rodolfo Salas, un experto mundial en cocodrilos. Salas, al revisar la pieza, notó inmediatamente lo importante que era: "Esto no es un mamífero, esto tampoco es un reptil". Tras un análisis más profundo, propuso la hipótesis que cambiaría lo que se creía hasta el momento habitó el país: "esto va a ser un ave del terror". Este análisis confirmó que este depredador, que antes solo se había encontrado en Argentina y Norteamérica, también habitó la Tatacoa. Al entender la magnitud de su hallazgo, César Perdomo expresó con orgullo: "Aquí está mi fósil famoso para la humanidad".La violenta muerte del ave del terrorEl fragmento óseo no solo sirvió para identificar a la especie en Colombia y confirmar su impresionante tamaño. La pieza también reveló una historia violenta ocurrida hace casi 13 millones de años, con dos perforaciones que indican un ataque o un hecho de depredación.A pesar de ser el depredador terrestre más temido, el ave del terror pudo haber sido atacado por el Purussaurus, el cocodrilo gigante. El biólogo Andrés Link comentó que resulta muy interesante pensar que una "ave de esas también pudo haber sido ya sea depredada por un cocodrilo o que se hubiera muerto por algún motivo, pero que el cocodrilo hubiera podido acceder a ella". Las marcas observadas en el hueso confirmaron que el ave no se recuperó de las heridas. Los científicos concluyeron que este evento marcó "el último momento de ese ave del terror porque no se sanaron esas heridas".Este descubrimiento histórico consolidó una colaboración científica poco común entre el conocimiento de campo de Perdomo, quien no usa computador y trabaja de forma empírica, y la experiencia académica de Link. La alianza resultó tan efectiva que Perdomo fue reconocido formalmente: Link aseguró que su aporte fue "mejor dicho fue una participación científica como la de cualquier otro coautor".El campesino que soñó con que los científicos regresaran, hoy trabaja hombro con hombro con ellos. Esta dupla ya se encuentra preparando otra publicación científica.*Este texto fue realizado con colaboración de un asistente de IA y editado por un periodista que utilizó las fuentes idóneas y verificó en su totalidad los datos. Cuenta con información y reportería propia de Los Informantes.
El caso de Samuel, un bebé de 15 meses que murió ahogado por su madre en una playa de Santa Marta en abril de 2022, volvió a conocerse en detalle tras el nuevo testimonio de su padre, Edwin Guerrero. El hombre relató cómo fueron los últimos meses antes de la muerte del menor y los momentos en los que se enteró de lo que había ocurrido con su hijo.El hombre aseguró que la relación con Jenny comenzó de manera estable, pero con el tiempo la convivencia se vio afectada por discusiones y tensiones constantes. Según contó, la pareja vivió episodios de conflicto que terminaron deteriorando la comunicación entre ambos. Edwin explicó que, pese a los problemas, siempre trató de estar presente para el niño y mantener una relación cercana.Recientemente, dio a conocer nuevas declaraciones en el pódcast 'Más allá del silencio', donde recordó la última vez que vio a su hijo Samuel. Según contó, la madre comenzó a limitar el contacto entre ambos y a impedirle que lo visitara. También señaló que hubo denuncias por violencia intrafamiliar y medidas que finalmente le prohibieron ver a su hijo.Aseguró que Jenny le había rapado la cabeza al bebé, algo que él interpretó como una “señal que no tuve que haber omitido, porque Jenny mostró su primera alerta en que algo le pasaba a mi hijo cuando yo no accedía o no tenía un premio por no ser buen padre”.Asimismo, relató que, debido a las constantes discusiones y a las conductas problemáticas de la mujer, en una de las cuales le arrojó una arepa caliente al rostro, la convivencia se fue deteriorando y volviéndose insostenible.“Mi papá siempre me dijo que cuando en una relación había un irrespeto, así se en palabras o algo, ahí no había nada. Y en eso sí, yo soy muy directo en esas cosas”, dijoEdwin contó que, durante varios meses, intentó llegar a un acuerdo para poder ver a su hijo, pero esto no se logró. “Después de que yo le dije a Jenny que no más, que no quería nada más con ella, fue más difícil ver a mi hijo. Fue como un castigo. No volver con ella significó no ver más a mi hijo”, relató.Guerrero afirmó que intentó en varias ocasiones regular las visitas a través de la comisaría y del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), pero recibió respuestas lentas y procedimientos que, según él, no garantizaron el derecho del menor a mantener un vínculo con su padre.“El mayor miedo de padre es que su hijo lo olvide, que tú pases por el lado de tu hijo y que él no te reconozca. Yo tenía mucho miedo que eso pasara”, aseguró.“El tema económico no era lo que le importaba a ella. El tema más que todo fue que yo viera mi hijo. Yo digo que yo estaba castigado por no volver con ella”, agregó.Desaparición y hallazgo del bebé de 15 mesesTras más de cuatro meses sin poder ver a su bebé, Edwin aseguró que la madre del menor se lo había llevado a Santa Marta. “Llamé a mi abogada y ella me dijo: ‘Tienes que ir, Edwin. Ve con la policía y acércate’. Fui, pero la abuela de Jenny me dijo que mi hijo no estaba y que si algo le pasaba a mi hijo o a ella, todo iba a ser responsabilidad mía. Yo sí sabía que algo malo iba a pasar, pero no lo advirtieron”, reveló.Videos de cámaras de seguridad mostraron el momento en que Jenny Higuera llegó junto con su bebé a un establecimiento público en Santa Marta. Desde entonces, el papá del pequeño denunció la desaparición del niño.Al día siguiente, la Policía de Santa Marta se comunicó con él para ayudarlo a buscar a su hijo. Tras enviarle una fotografía, le dieron una noticia devastadora. “Habían encontrado un cuerpo de un niño de aproximadamente dos años en las playas de Buritaca. Me derrumbé totalmente. Yo lo único que dije fue: ‘Esa bruja lo mató’”, recordó.Al llegar a Medicina Legal le informaron que no podía ver al menor porque debían asegurarse de que él era el padre y, para ello, le solicitaron una prueba de ADN. “Me dijeron que tenía que esperar cuarenta y cinco días y que me volviera a Bogotá. Yo les dije: No me voy a ir. Yo me quedo aquí 45 días en esta ciudad que no conozco, pero aquí me voy a quedar. Todos los días me la pasaba en Medicina Legal”.Sobre los hechos, Edwin afirmó que su hijo fue encontrado por una persona que iba caminando por la playa. Aseguró que al bebé lo dejaron en la playa y no en el mar: “El mar no llega a botar los restos ahí. Ahí fue donde encontraron al niño, boca abajo. Lo que puedo deducir de lo que las autoridades dijeron es que Jenny pudo haber soltado al niño intencionalmente para que él se ahogara. O lo otro es que Jenny cogió al niño y lo mató en sus manos. Creo que es más fácil la segunda”.La madre del niño, Jenny Higuera, fue señalada en el proceso penal como la responsable del hecho. No obstante, la mujer se dio a la fuga. Durante ese tiempo, Edwin afirmó que “nunca volvió a saber de ella ni de su familia, a pesar de que sí sufrió amenazas por parte del padrastro de Jenny y del tío”.Condena por homicidio agravadoEdwin aseguró que a Jenny la internaron en una clínica psiquiátrica donde duró 20 días, luego de nuevo le puso una denuncia por violencia intrafamiliar. “Ella me dijo que había sido un accidente, que algo la había picado y que soltó al niño. Que cuando lo encontró fue demasiado tarde...Yo creo que Jenny hizo esto a mi hijo en un acto de venganza, de una forma egoísta”.Posteriormente, la mujer fue capturada el 6 de junio de 2022 por el delito de homicidio agravado, pero tiempo después quedó en libertad por vencimiento de términos, lo que permitió que volviera a ausentarse del proceso.“Es una mujer muy manipuladora y egoísta, todo lo que ella hizo fue para lastimarme con mi hijo. Solo me quedan las fotos de él, ella sabía que con lo que hizo me iba a destruir en vida”, dijo el padre en Séptimo Día.El 1 de diciembre de 2025, Jenny fue condenada a 36 años y 8 meses de prisión, pero actualmente se encuentra prófuga de la justicia. “Yo pienso que es una historia como de terror. Saber que Samuel no está y que este año tuviera que cumplir cinco años duele mucho, pero duele mucho más la forma en que él murió... Pienso que el egoísmo de Jenny fue muy duro”, dijo.El caso continúa generando impacto debido a las revelaciones hechas por el padre y, especialmente, porque aún se desconoce el paradero de la mujer señalada de haber ahogado a su hijo.
Las vacaciones, ese momento anhelado para conectar con la belleza de los paraísos naturales colombianos, se han convertido en tragedia para varias familias que denuncian graves fallas en los protocolos de emergencia y seguridad de las agencias de turismo. Uno de los casos que más expone esta dolorosa realidad es el de Judy Milena Agredo, una mujer de 43 años, cuya vida terminó abruptamente en las aguas de Santa Marta durante una práctica de buceo. Séptimo Día conoció nuevos detalles del caso.Su esposo, Alejandro Calambas, intendente de la policía de Popayán, asegura que su muerte se pudo haber evitado si la empresa que contrataron, Barracuda Dive Center, hubiera cumplido con los mínimos estándares de seguridad y atención. "Si hubieran tenido los elementos y la idoneidad para la atención en primeros auxilios yo creo que mi esposa la han podido salvar", afirma.Este desgarrador testimonio forma parte de una investigación de Séptimo Día que revela cómo la falta de regulación y la negligencia en el creciente boom del ecoturismo en Colombia están poniendo en riesgo la vida de los visitantes.Trágicas vacaciones en Santa MartaAlejandro y Judy Milena Agredo, licenciada en educación infantil y madre de una niña de 11 años, planearon sus vacaciones para mediados de 2025. El destino elegido fue el Parque Natural Tayrona, considerado por ellos como "lo más bonito y representativo que tiene Santa Marta". Buscaron en internet empresas que ofrecieran el servicio de buceo y encontraron Barracuda Dive Center, con sede en Taganga.La empresa les ofertó un minicurso de buceo por $330.000 por persona, prometiendo dos inmersiones y un instructor certificado por PADI, Asociación Profesional de Instructores de Buceo. Esto le dio confianza a Alejandro, y la familia decidió tomar el curso el 7 de octubre de 2025, el primer día de su estancia en Santa Marta.Llegaron a Taganga, donde fueron atendidos inicialmente por Santiago, el administrador, y luego por el instructor Fernando Waldron. Tras contestar que ninguno tenía complicaciones médicas, recibieron una charla o capacitación que, señala Alejandro, fue "muy mínima". Luego de recibir el equipo, se dirigieron a la embarcación.La primera inmersión, cerca al Parque Tayrona, se realizó en compañía de otros turistas e instructores, y aunque disfrutaron de la belleza del mundo marino, Alejandro notó una actitud inusual en su instructor. Relata que él "se preocupaba mucho por la señorita que estaba con nosotros, quería como impactarla y al momento de hacer eso nos dejaba a nosotros hacia un lado".Los minutos fatalesCerca de las 10 de la mañana llegó el momento de la segunda y última inmersión, que continuó con normalidad. Sin embargo, cuando llegó el momento de regresar a la superficie, el instructor dio las indicaciones de ascenso.Alejandro subió a la superficie con su hija a su lado, pero al mirar a su alrededor, se dio cuenta de la ausencia de Judy Milena. "Yo empecé a mirar a todo lado, entonces le hago (al instructor la seña) que faltaba una persona", cuenta.De inmediato, el pánico se apoderó de su hija, quien preguntó: "Papi, mi mamá no sale, qué le pasó a mi mamá". En ese instante, Alejandro le rogó al instructor Fernando que ingresara a buscar a su esposa, pero este se rehusó a hacerlo. "Él en todo momento me decía 'tranquilo que ya va a salir'", recuerda.Alejandro dice que tuvo que insistir en repetidas ocasiones “‘Fernando, por favor, ingrese’, se lo dije muchas veces".Según el testimonio, pasaron "casi 20 minutos" hasta que el instructor finalmente encontró a Judy y la subió a la superficie. Fue entonces cuando se evidenció la falta de preparación de la empresa: el proceso de reanimación no fue iniciado por el personal de la escuela de buceo, sino por "un extranjero".En medio del desespero por salvar a su esposa, Alejandro se percató de que la empresa Barracuda no contaba con ningún protocolo ni equipo básico para atender una emergencia médica."Ahí es donde yo me doy cuenta de que no tenían botiquín, no tenían máscara, solamente una manguera transparente donde se la introdujeron por un orificio de su nariz para darle oxígeno", denuncia Alejandro. Aunque Judy Milena "reaccionaba y le salía mucha agua", pero la falta de elementos para una atención adecuada era evidente, insistió su esposo.Alejandro sintió que lo habían dejado completamente solo frente a la crisis. Gritaba: "Por favor llamen para que esté una ambulancia pendiente". La embarcación poseía un radio, pero el instructor "nunca utilizó eso, no sé si no le servía".Al llegar a la playa de Taganga, la situación no mejoró, pues no había personal de la empresa para socorrerla. Alejandro tuvo que gritar pidiendo ayuda y fue auxiliado por un turista que lo llevó en su carro al puesto de salud. "Nos dejaron totalmente solos", asegura, añadiendo que "lo único que le importó al señor fue cobrarnos al principio nada más".Tras el esfuerzo, la médico de turno confirmó que Judy Milena Agredo, de 43 años, había llegado "sin signos vitales".Alejandro, bloqueado por el dolor, responsabiliza directamente a los prestadores del servicio por el fallecimiento de su esposa: "yo responsabilizo por la muerte de mi esposa directamente a la empresa Barracuda Deep Center por no tener los protocolos para salvaguardar la vida de una persona y directamente al instructor Fernando que omitió las voces de auxilio que yo le solicité en repetidas ocasiones".La voz de expertosExpertos en buceo consultados por el programa Séptimo Día confirmaron que la actuación de la empresa Barracuda Dive Center incumplió gravemente los protocolos internacionales. Catherine Marroquín, instructora con más de 10 años de experiencia, subraya que los botes de buceo a nivel mundial "tienen que tener unidad de oxígeno botiquín y radio". Además, el protocolo exige que, si una persona está inconsciente, se debe "llamar inmediatamente canal 16 guardacostas".La instructora calificó la demora de 15 a 20 minutos para la búsqueda y la falta de activación de emergencias como "casi que inaceptable".Cuando el equipo de Séptimo Día intentó obtener una declaración de Santiago Moden, el administrador de Barracuda Dive Center en Taganga, este se negó a conceder entrevistas. “Ya les he comunicado dos veces que no estamos concediendo entrevistas en este momento", afirmó. La empresa señaló que esperará a que las autoridades determinen la responsabilidad de la empresa y del instructor.Pese al dolor, Alejandro se compromete a mantener vivo el legado de Judy: "yo le prometo a mi esposa que voy a estar ahí incondicional con mi hija y luchando por el amor que nos tenemos como familia".El caso de Judy Milena Agredo no es aislado. La investigación del programa expone otros incidentes mortales que evidencian la informalidad y la falta de control en la prestación de servicios turísticos en Colombia.*Este texto fue realizado con colaboración de un asistente de IA y editado por un periodista que utilizó las fuentes idóneas y verificó en su totalidad los datos. Cuenta con información y reportería propia de Séptimo Día.
El coltán es mucho más que una simple roca: es la base de la nanotecnología moderna y el corazón invisible que energiza dispositivos de uso cotidiano. Este mineral es altamente codiciado en el mercado global debido a sus componentes clave: el niobio y el tantalio, metales con un punto de fusión excepcionalmente alto. El tántalo, por ejemplo, alcanza su fase líquida alrededor de los 3.000 grados Celsius, mientras que el niobio lo hace cerca de los 2.000 grados Celsius. Estas propiedades lo hacen crucial no solo para celulares, tabletas y carros eléctricos, sino también para la fabricación de armamento militar avanzado.Expertos señalan que el control sobre estos metales estratégicos puede determinar el desarrollo tecnológico de una nación. Esta importancia geopolítica ha convertido su extracción ilegal en Colombia en una "bomba de tiempo" que amenaza con destruir la tierra y agudizar el conflicto interno.Aunque la existencia de coltán en el ancestral escudo guayanés, que atraviesa parte de Colombia, Venezuela, Brasil y las Guayanas, se conoce desde 2009, en la Orinoquía no existe una sola mina legal operando a escala comercial. Este vacío estatal ha sido rápidamente ocupado por estructuras criminales, transformando el negocio en una fuente de ingresos difícil de rastrear, perfecto para financiar actividades ilícitas.En la Orinoquía, la minería ilegal de coltán y oro se ha convertido en el sustento económico del ELN y de estructuras disidentes como la Segunda Marquetalia. Estos grupos armados, según el brigadier general Rafael Olaya, comandante de la Fuerza Naval de la Orinoquía, "están ejerciendo esa actuación criminal sobre todo lo que sea economías ilícitas", señaló en Los Informantes.El modus operandi de la minería ilegalEl negocio del coltán no solo es violento, sino también altamente rentable, comparable con el narcotráfico. Los grupos armados controlan la explotación de los yacimientos, decidiendo quién puede o no extraer el mineral, las rutas de tráfico y la forma en que se mueve la mercancía. El general Olaya afirmó:"Yo creo que la analogía más práctica es con la que más duro hemos vivido durante tantos años de conflicto que es el narcotráfico, pero esa es la mejor analogía para poder hablar de la minería porque los grupos así no estén directamente involucrados con la explotación ilícita de esos yacimientos mineros sí son los que controlan esa explotación".La extracción se realiza de forma manual en los afluentes de los ríos. Los mineros, a menudo instrumentalizados, utilizan bateas para separar el material. Este trabajo es extenuante: de 20 kilogramos de material de río, apenas se obtienen unos 300 gramos de coltán.La desigualdad en la cadena de valor es abismal. Mientras que el minero recibe entre $26.000 y $50.000 pesos colombianos por kilogramo en el sitio de extracción, el acopiador que lo vende en el exterior puede obtener entre 400 y 600 dólares por kilo. Este margen hace que el coltán sea un activo más rentable que la misma coca.La sofisticada ingeniería del contrabandoUna vez extraído, el proceso de blanqueo del coltán es sofisticado y organizado. Para borrar su origen ilícito, las organizaciones criminales nombran el mineral de distintas formas: "arenas negras", "tierras raras" o "polimetales". El objetivo es mezclar el coltán extraído ilegalmente con títulos legales de minería de subsistencia.El mineral es acopiado en puntos calientes de la frontera, como Manabén, y luego emprende rutas fluviales y terrestres. Los cargamentos salen de Inírida y Guaviare, toman carreteras hacia Villavicencio y Bogotá, o son transportados en tractomulas hasta Puerto Gaitán y Puerto López.La carga final viaja a puertos de exportación como Cartagena o Buenaventura. Lo más alarmante es que, al llegar a su destino, la mercancía lleva toda la documentación legal y los papeles en regla. La Fuerza Naval, a pesar de las incautaciones millonarias, que han superado los 1.2 billones de pesos solo en Vichada, y alcanzaron un valor de 4.7 millones de dólares en un solo decomiso de 13.7 toneladas en Manabén en diciembre de 2024, se encuentra con severas limitaciones.El material pasa frente a las fuerzas armadas, que quedan "desarmados jurídicamente ante eso" debido al complejo marco legal y a la justificación de los envíos con documentación aparentemente legal. La única forma de verificar si un cargamento es coltán y determinar su procedencia exacta requiere espectrómetros y equipos de laboratorio especializados que solo existen lejos, en la Facultad de Geología de la Universidad Nacional, a casi 700 kilómetros de Inírida.Impacto invisible: la amenaza a la salud y el ecosistemaLa minería ilegal no solo desangra la economía y financia la guerra, sino que también amenaza la vida humana y el patrimonio natural del país.El coltán es un material peligroso para los mineros debido a que incorpora elementos químicos como el uranio y el torio, haciéndolo radiactivo. La exposición prolongada a esta radiactividad invisible conlleva un alto riesgo de contraer enfermedades graves, como el cáncer. Un exminero, que fue entrevistado sin revelar su identidad por motivos de seguridad, señaló el peligro:"El coltán sí es una piedra que da plata, pero es una piedra muy peligrosa por todos los sentidos tanto como para la gente del monte, como para la ley y para la salud también porque eso bota un químico que el único animal que se le acerca es el murciélago", dijo.A nivel ambiental, la minería ilegal deforesta, destruye y contamina los ríos con mercurio. Esta actividad está desangrando la Reserva Natural Puinawai, un territorio protegido de 1.9 millones de hectáreas en Guainía y Vichada, considerada la madre de la humanidad en lengua puinave, y hogar de docenas de comunidades indígenas y especies emblemáticas."Hay una ambigüedad porque identificamos la necesidad del coltán en la producción de tecnología y de muchos bienes que requiere la sociedad, eso es indudable, pero esa explotación ha conllevado siempre a través de violencias, guerras, sangre y deterioro social", señaló Carlos Martínez, secretario de Gobierno de Guainía.La falta de un ordenamiento minero claro permite que esta "nueva guerra tecnológica" continúe entregando la riqueza natural de la Orinoquía a grupos criminales, mientras el mundo enciende sus pantallas con este material.*Este texto fue realizado con colaboración de un asistente de IA y editado por un periodista que utilizó las fuentes idóneas y verificó en su totalidad los datos. Cuenta con información y reportería propia de Los Informantes.
ARC Raiders entra al 2025 como otro contendiente dentro del género de extracción, un terreno ya saturado y donde títulos como Escape From Tarkov, Hunt: Showdown o incluso el esperado Marathon intentan quedarse con la atención de los jugadores. Sin embargo, por extraño que parezca, este proyecto de Embark Studios termina destacando justo en el contraste: cuanta más competencia tiene, más claro queda qué funciona de verdad dentro del género y qué no.La visión aquí es clara: un mundo postapocalíptico dominado por máquinas donde los humanos sobreviven bajo tierra, saliendo a la superficie solo para extraer recursos, fabricar armas o conseguir materiales valiosos. El juego, con su cámara en tercera persona, empuja más hacia el sigilo que hacia el clásico “corra y dispare”. Y aunque su premisa narrativa es mínima —robots, humanidad escondida, saqueadores en la superficie—, el foco no está en contar una historia, sino en convertir cada incursión en una experiencia llena de decisiones tensas, encuentros impredecibles y riesgo permanente.En ese objetivo, ARC Raiders sorprende. Y muchas veces, brilla.Lo que realmente define a ARC Raiders: tensión puraEl corazón del juego no está en los menús, ni en el lore, ni en las bases subterráneas representadas por interfaces funcionales pero frías. Todo ocurre arriba, en los mapas enormes y expuestos donde cada ruido es una apuesta y cada esquina es una incertidumbre.Arc Raiders entiende que un buen shooter de extracción no es solo combate, sino gestión del miedo.Cada decisión implica un costo:¿Vale la pena abrir un cofre sabiendo que hará ruido?¿Cruzo por ese pasillo con detectores metálicos?¿Corro para escapar o camino lento para no alertar robots ni jugadores?Las máquinas —los ARC— no son jefes diseñados para matar al jugador sí o sí. Son más como tormentas en Fortnite o monstruos en Hunt: obstáculos que puedes evitar, pero que cambian por completo la manera en la que te mueves. Y en ese pequeño detalle es donde el juego acierta: sentirse amenazado, pero nunca obligado a pelear. Eso mantiene la tensión sin caer en frustración constante.Además, la experiencia se vuelve aún más rica gracias al audio. No es solo inmersivo: es útil. Escuchar pasos, ventiladores de drones o el siseo de un robot define la diferencia entre vivir o perderlo todo. Y cuando sumas el comportamiento de otros jugadores —a veces amigables, a veces hostiles, casi siempre impredecibles—, el resultado son situaciones que se sienten más como un experimento social que como un simple shooter.La progresión: una mezcla curiosa entre riesgo, suerte y persistenciaUno de los sistemas que más llaman la atención es su árbol de habilidades permanente. Incluso si mueres, el progreso que obtuviste por contratos, combate o loot no se pierde. Puedes invertir esos puntos en mejoras que hacen cada partida más manejable: más estamina, movimiento silencioso, looteo más rápido, entre otras ventajas.Es un enfoque cercano al espíritu de Hunt: Showdown, donde el progreso no desaparece con la muerte del personaje, sino que te da incentivos para seguir jugando incluso después de perderlo todo.Junto a esto existe otro tipo de progresión: la del campamento y el crafting. Construyes estaciones, abres opciones del mercado negro y hasta entrenas una gallina que te trae chatarra entre incursiones. Sí, suena raro, pero ahí está. El problema es que todo este apartado, aunque amplio, es tremendamente monótono. Entre una raid y otra el juego se vuelve lento, lleno de menús pesados, reciclaje de materiales y una sensación constante de estar farmeando basura para fabricar más basura. Esto reduce el impacto emocional del “progreso” y puede generar la sensación de que la superficie es emocionante, pero la base subterránea es un trámite.El lado más débil: ritmo desigual, armas poco inspiradas y un diseño repetitivoAunque ARC Raiders tiene momentos memorables, también cae en varias trampas del género.Para empezar, la acción en tercera persona a veces se siente lenta y los tiroteos carecen del peso que uno espera. Las armas no destacan, no tienen personalidad y no generan esa sensación satisfactoria que hace que un FPS o un TPS deslumbre.Y aunque los mapas son grandes, su personalidad visual se diluye rápido: desiertos, ruinas, interiores apagados. Sí, son funcionales y amplios, pero rara vez emocionan. Las caminatas largas, acompañadas de una barra de estamina pequeña que se agota con facilidad, terminan apagando el ritmo de exploración.A eso súmale un inventario ridículamente limitado que obliga a regresar a bases o botar objetos a un ritmo desesperante. La mezcla de encumbramiento, limitaciones de espacio y constantes decisiones sobre qué cargar y qué dejar termina haciendo que las partidas se sientan pesadas, más por fricción artificial que por dificultad real.Finalmente, la experiencia está profundamente condicionada por la comunidad. Un encuentro con jugadores puede ser tenso, hilarante o devastador, pero depende casi por completo de cómo actúan ellos, no de un diseño que fomente dinámicas claras. Eso es bueno y malo: hay historias increíbles… y también frustración sin contexto.El verdadero valor de ARC Raiders: lo impredecibleA pesar de todos sus problemas, el juego termina destacando exactamente donde quiere: en lo impredecible.Los mejores momentos no vienen del sistema de crafting ni de sus robots gigantes. Vienen de los encuentros humanos. El jugador que pregunta “¿eres amigable?”, el otro que te responde con un disparo, la tropa improvisada que se forma por instinto, el que cura a un desconocido, el que te traiciona a dos pasos de la extracción. Nada de eso está escrito, y es ahí donde el juego brilla.Una buena partida puede convertirse en una secuencia épica con robots disparando desde los cielos, trampas, players rusheando con emotes amistosos, trampas que salen mal y escapes angustiosos donde el tren de extracción tarda una eternidad en llegar. Cuando sale bien, la sensación es espectacular. Cuando sale mal, es un desastre total.Y aunque perderlo todo duele, también es parte de su ADN. El juego quiere que sientas ese peso, que cada objeto tenga valor y que cada salida sea un riesgo calculado.ConclusiónARC Raiders es un juego extraño: frustrante en sus ratos muertos, caótico cuando todo sale mal, pero increíblemente memorable cuando todo se alinea. No ofrece una narrativa atractiva ni un universo profundo, pero sí ofrece tensión pura, historias emergentes y momentos que difícilmente otro shooter puede replicar.No es para todos.Quien espere acción rápida se aburrirá.Quien odie perder loot lo abandonará rápido.Pero quien disfrute del peligro, del sigilo, de la imprevisibilidad humana y del riesgo total, encontrará aquí una experiencia que vale la pena repetir.¡Volker únete a nuestra comunidad y vive la emoción de nuestros contenidos exclusivos! Síguenos en Instagram, Facebook, Youtube, Tiktok y WhatsApp para no perderte ni un solo detalle de nuestras últimas noticias, eventos y sorpresas especiales.
Pacific Drive sorprendió en 2024 por convertir un station wagon viejo en protagonista absoluto. No era un survival cualquiera ni un juego de conducción convencional: era una mezcla extraña que funcionaba. Con Whispers in the Woods, su expansión más grande hasta la fecha, el estudio cambia las reglas de nuevo. El DLC abre una zona completamente nueva, suma ocho a 12 horas de contenido adicional y propone una experiencia más oscura, más impredecible y mucho más hostil que lo visto en el lanzamiento original.Lo interesante es que este contenido puede disfrutarse tanto con una partida avanzada como apenas una hora después de empezar la campaña. El nuevo mapa funciona como un “mundo paralelo” dentro de la Olympic Exclusion Zone, con su propio progreso, sistemas y rutas. Es una expansión robusta que no busca rellenar, sino darle un giro completo a la forma en que entiendes y manejas tu carro.Una invitación que no se siente seguraEl acceso al nuevo contenido llega temprano en la campaña. Luego de completar una de las primeras misiones, el garage —ese refugio que siempre se siente como casa— aparece iluminado solo por velas rojas. Un altar misterioso ocupa la sala lateral, y una voz desconocida por radio te empieza a hablar del bosque y de algo llamado “The Fellowship”. Desde ahí se activa el Whispering Chart, un mapa que se coloca en una nueva máquina y que transforma por completo la interfaz de rutas habitual.Este nuevo mapa es independiente del del juego base. Al principio solo ves unos pocos nodos, pero avanzar depende de ir desbloqueando cintas de audio. Cada cinta abre un recorrido específico, y al completarlo obtienes otra cinta y más rutas disponibles. Es un ciclo de exploración y progresión que reemplaza la estructura tradicional sin perder el ritmo de Pacific Drive.Las cintas narran la historia de Jack, un joven atrapado entre ARDA y The Fellowship. Más que expandir la ciencia detrás de la Zone, este contenido se mete en lo humano, lo ritual y lo oculto, mostrando las consecuencias de crecer dentro de un experimento gubernamental convertido en desastre.Una jugabilidad que se transformaFuera del garage todo se siente extraño. En el juego base, recoges recursos, encuentras energía y al final huyes hacia una columna amarilla antes de que la zona colapse. En Whispers in the Woods, esa dinámica no existe. No hay carreras contra el cierre, no hay acelerones desesperados; hay algo peor: el Tide.En la esquina superior izquierda aparece esta barra que se llena constantemente. Su velocidad depende de tu “sinergia”. Aquí entran en juego los attuned parts, versiones especiales de cada pieza del carro (crude, steel, insulated y demás). Usarlas aumenta tu sinergia, pero para fabricarlas necesitas materiales también attuned… que solo se consiguen dentro del bosque. Esto separa las economías: el progreso del DLC funciona con un árbol de recursos completamente diferente al del juego base.Es una decisión arriesgada, pero bien pensada. Permite empezar el contenido del DLC temprano sin depender de tener un carro súper armado, porque todo lo que importa en el bosque proviene de sus propios materiales.Altares, artefactos y caos controladoEl bosque está lleno de altares, y son la columna vertebral del nuevo sistema. Algunos te dan piezas gratis, lo cual siempre se agradece. Otros te entregan artefactos, objetos que parecen bendiciones pero funcionan más como maldiciones creativas.Las ventajas pueden ser útiles, como aumentar la potencia del motor cuando apagas las luces. Otras son simples molestias, como el pito sonando cada vez que cierras el baúl. Y algunas son peligrosas: descargas eléctricas si no estás sobre agua, por ejemplo. Cada artefacto reduce tu sinergia, por lo que el Tide avanza más rápido. Es un sistema que premia lo arriesgado y castiga lo acumulado.Los altares también sirven para sacrificar artefactos a cambio de recompensas importantes: materiales attuned, piezas nuevas o acceso al pilar azul, la nueva forma de regresar al garage. A diferencia del juego base, aquí no hay timer ni colapso. Pero la tensión sigue ahí porque cada minuto en el bosque aumenta la probabilidad de que todo te salga mal.Otra mirada al horrorPacific Drive nunca fue un juego de terror… pero siempre coqueteó con él. Carreteras a oscuras, sonidos raros, sombras que se movían en los árboles: había atmósfera. Whispers in the Woods decide abrazar ese lado y llevarlo al extremo.El nuevo bosque es más denso, más ruidoso, con brumas que parecen vivas y voces que se cuelan por la radio. La sensación no es de “susto”, sino de presión constante. Es un horror que viene del sistema, no de un jumpscare.El mapa está lleno de anomalías nuevas y más agresivas. Los Tourist Traps aparecen en cadena, los Gloomy Pockets patrullan con sigilo, el Highwayman toma el rol del Abductor y te sacude el carro sin misericordia. Pero el enemigo que realmente marca la diferencia es el Hooligan, una variante del Tourist que funciona como un “ángel llorón”: si lo miras, actúa pasivo. Si te volteas, te golpea sin pensarlo. Da risa y miedo al mismo tiempo, una mezcla que le queda perfecta al juego.Avances, límites y mejorasA nivel técnico, el DLC aprovecha el estado actual del juego, que ya ha corregido la mayoría de problemas de rendimiento del lanzamiento original. Manejar, reparar y sobrevivir se siente más fluido. La expansión no añade contenido al árbol tecnológico, pero sí permite progresarlo usando recursos del bosque.También se añade un refinery, capaz de convertir artefactos en materiales útiles o enseñarte nuevos planos si consumes una pieza attuned. Es una forma práctica de darle valor a todo lo que encuentras, aunque también introduce un problema: el intercambio de recursos es lento y repetitivo, sobre todo con el Harmonizer.La gestión de inventario también se vuelve un dolor de cabeza porque el juego te fuerza a tener dos tipos de materiales completamente separados. Avanzar sin los pneumatic lockers es una tortura.Una experiencia intensa, pero no perfectaAunque la expansión es sólida, hay bordes ásperos. La falta de guía puede ser frustrante, especialmente cuando el juego no deja claro qué ruta o qué acción desbloquea el siguiente paso. Y aunque el nuevo contenido es extenso, muchos de los recursos que encuentras no sirven para fabricar lo que necesitas en esta zona, lo que obliga a reciclar constantemente piezas y artefactos.A pesar de eso, el ritmo es adictivo. El bosque te atrapa, y la capacidad de alternar libremente entre el mapa del DLC y el del juego base es una de las mejores decisiones del estudio. Si quieres susto, lo hay. Si quieres explorar, también. Si te gusta sobrevivir con un carro al borde del colapso, este DLC está hecho para ti.Comparaciones que ayudan a ubicarloWhispers in the Woods sigue una tradición exitosa de expansiones de tono oscuro para juegos que no son de terror. No tiene la vibra desenfadada de Undead Nightmare, pero sí el enfoque introspectivo y casi ritual de Echoes of the Eye. Mientras Pacific Drive base jugaba con las sombras, el DLC las convierte en protagonistas.Es un contenido que respeta la esencia del juego, mientras empuja sus límites hacia lo desconocido y lo incómodo.ConclusiónWhispers in the Woods no es un agregado cosmético ni un capítulo ligero. Es una expansión que reformula la manera de jugar Pacific Drive, que retuerce sus sistemas y expone un lado más siniestro de la Zone. Puede ser frustrante, puede ser confuso y en ocasiones te hará extrañar la claridad del mapa base. Pero también es uno de los contenidos más atmosféricos y creativos que hayan sacado para un juego de conducción-survival.Si te gustó Pacific Drive por su mezcla única de conducción, exploración y tensión, este DLC es una parada obligatoria. Si lo dejaste botado hace meses, es el mejor motivo para volver, encender la radio y dejar que el bosque te hable.¡Volker únete a nuestra comunidad y vive la emoción de nuestros contenidos exclusivos! Síguenos en Instagram, Facebook, Youtube, Tiktok y WhatsApp para no perderte ni un solo detalle de nuestras últimas noticias, eventos y sorpresas especiales.
Los juegos ambientados en Roma suelen caer en lo mismo: ejércitos, conquistas, legiones en marcha y mapas teñidos de rojo. Anno 117: Pax Romana decide tomar otro camino. Aquí Roma no se expande a punta de espada, sino con lápiz, abaco y decisiones pensadas. El combate existe, claro, pero rara vez es el corazón de la experiencia. La verdadera fuerza del juego está en cómo construyes una colonia que funcione, cómo la mantienes estable y cómo respondes cuando algo se sale de control.El resultado es una experiencia que se siente más íntima que épica, más estratégica que militar, más lógica que ruidosa. Es una invitación a entender la vida en las provincias del Imperio sin caer en el cliché del conflicto constante. Esa apuesta hace que el juego se distinga dentro del género desde los primeros minutos.Una campaña que sorprende por su ritmo y tonoEl modo historia no es un trámite. Empieza con un drama familiar que termina llevándote al mando de un territorio remoto. Desde ahí, el juego te va moviendo de región en región a lo largo de un recorrido que abarca desde zonas luminosas del Mediterráneo hasta tierras frías, húmedas y desafiantes en Albion. Cada mapa introduce nuevos recursos, edificios, personajes y tensiones políticas.Lo mejor es que todo entra de manera natural. No es un tutorial disfrazado: es una historia de traiciones, ambiciones y presiones internas del Imperio que te obliga a adaptarte. Ese diseño hace que la campaña tenga sentido jugarla más de una vez. La primera vuelta es para entender cómo funciona todo; la segunda, para demostrar que ya sabes dominarlo.La construcción como un rompecabezas urbano lleno de capasLa base de Anno 117 es la organización. Cada edificio tiene un impacto sobre su zona cercana, y ese impacto puede ser positivo o negativo dependiendo del barrio. Construir una panadería cerca de casas puede mejorar la economía local, pero también aumenta el riesgo de incendios. Instalar una granja porcina garantiza alimento, aunque baja la felicidad del sector. Levantar templos romanos-célticos influye en la fe, la investigación y la estabilidad social.Todo se convierte en un rompecabezas donde las piezas nunca encajan del todo. Los sistemas se cruzan, chocan y presionan. El reto está en encontrar los puntos de equilibrio que permitan que la ciudad crezca sin colapsar. A medida que la población asciende de nivel, las exigencias aumentan, y mantenerlos contentos se vuelve un acto continuo de vigilancia y ajuste.Es el tipo de diseño que premia mirar el mapa por varios minutos antes de poner un solo edificio. No es para jugadores impulsivos; es para quienes disfrutan pensar cada movimiento.Una economía implacable, pero gratificanteUno de los elementos más fuertes del juego es su sistema económico. Ampliar tu asentamiento sin medir recursos es una sentencia de muerte. El dinero desaparece rápido si no mantienes el ritmo de producción y no cuidas la cadena logística. Las historias de jugadores con la ciudad al borde del caos, sin fondos para reparar incendios o sin comida suficiente para su gente, no son fallas del diseño: son parte de la experiencia.Lo valioso es que siempre hay una salida. Reubicar edificios, reorganizar barrios, eliminar zonas que sobran, cambiar rutas y modificar prioridades son herramientas centrales del progreso. Cuando logras que todo fluya —cuando las granjas producen lo justo, las panaderías entregan a tiempo, la felicidad se mantiene y el ingreso sube— es una satisfacción enorme. Sentís, literalmente, que recuperaste el control.El combate como una extensión de la logísticaAunque Anno 117 no es un juego de guerra, sí permite combatir en tierra y mar. Lo interesante es que no exige microgestión de unidades ni combinaciones complicadas. La clave es la preparación. Tus defensas dependen de qué tan bien manejaste tus recursos: si tienes aserraderos suficientes, si la pesca está en orden, si la población produce lo necesario para sostener soldados.Incluso puedes evitar peleas por completo. Un ejército bien equipado sirve como disuasión y abre puertas a acuerdos diplomáticos. Es un enfoque más administrativo que militar, coherente con el resto del juego.Tecnologías que expanden posibilidades, aunque con decisiones extrañasEl árbol tecnológico es grande, variado y obliga a elegir un camino. No puedes desbloquearlo todo en una sola partida, lo cual le añade rejugabilidad. Sin embargo, algunas rutas no son del todo intuitivas. Encontrar un armadillo detrás de una tecnología vitivinícola o ver conexiones poco temáticas rompe un poco la sensación histórica.Aun así, la variedad de mejoras permite moldear tu colonia y especializarla según tus prioridades: eficiencia agrícola, fuerza militar, producción avanzada o estabilidad social.También está la “Hall of Fame”, una progresión persistente que desbloquea mejoras permanentes entre partidas. Aunque parece un pase de batalla, en realidad funciona como una forma de recompensar tu experiencia acumulada. Algunas de estas mejoras cambian la forma como abordas las campañas, como poder recolectar madera en praderas que antes eran inútiles.Una interfaz que intimida al inicio, pero termina facilitandoLa cantidad de menús, filtros, indicadores y niveles de información puede asustar cuando empiezas. Sin embargo, el diseño está pensado para que la curva se suavice con las horas. Los accesos rápidos son útiles, los agrupamientos por tipo de producto ordenan bien los edificios y la posibilidad de reubicar construcciones evita castigos innecesarios.De todas formas, es un juego que pide paciencia. La interfaz no es un obstáculo, pero sí demanda tiempo para apreciarse.Gráficos y ambientación al nivel de un documental interactivoVisualmente, el juego brilla. Los paisajes romanos se sienten vivos, desde las costas soleadas hasta los pantanos de niebla espesa. Las ciudades se ven llenas de movimiento y detalle; los barcos dejan estelas realistas; las casas respiran con actividad cotidiana. Es un juego que invita a pausar cada tanto solo para observar lo que has construido.El rendimiento también acompaña. Corre bien en pantallas ultrawide, se adapta sin problemas a laptops y tiene opciones suficientes para afinar el desempeño según tu equipo.El modo Endless: donde realmente te atraparáEl verdadero pozo del tiempo está en el modo infinito. Aquí defines el tipo de partida que quieres: facciones, clima, agresividad, recursos, economía inicial. Puedes diseñar desde una aventura tranquila y contemplativa hasta un escenario hostil donde la mínima falla puede colapsarlo todo.Los fans de juegos como Tropico, Civilization y Anno 1800 van a sentirse en casa. La capacidad de crear y perfeccionar una colonia durante horas es la esencia del título.Comparaciones con Anno 1800Es imposible ignorarla. Anno 1800 se convirtió en un gigante después de años de contenido y expansiones. Comparado con ese monstruo, Anno 117 llega más ligero, pero también más enfocado. Tiene una campaña más sólida, un sistema urbano más profundo y una ambientación trabajada con mucho cuidado.No está al nivel de complejidad de Anno 1800 todavía, pero como punto de partida es más que prometedor.ConclusiónAnno 117: Pax Romana es un juego que recompensa la calma, la precisión y la capacidad de corregir errores sin frustrarse. No te da soluciones rápidas ni caminos obvios. Cada éxito es ganado con cabeza, paciencia y análisis.Es ideal para jugadores que disfrutan diseñar ciudades, optimizar recursos y resolver problemas complejos. Quienes quieran acción inmediata o explosiones constantes no lo van a encontrar atractivo. Los que disfruten el pensamiento estratégico, sí.Es un juego que vale la pena, sobre todo para quienes aman sentirse al mando de un sistema vivo donde cada decisión tiene consecuencias.¡Volker únete a nuestra comunidad y vive la emoción de nuestros contenidos exclusivos! Síguenos en Instagram, Facebook, Youtube, Tiktok y WhatsApp para no perderte ni un solo detalle de nuestras últimas noticias, eventos y sorpresas especiales.
Dentro del amplio catálogo de juegos independientes que exploran nuevas formas de contar historias, A Pizza Delivery se destaca como una propuesta atípica y profundamente emocional. Desarrollado por Eric Osuna y publicado por Dolores Entertainment, este título disponible para PlayStation 5, Xbox Series X/S y PC no busca deslumbrar con acción o complejidad, sino con una atmósfera que descoloca, incomoda y, al mismo tiempo, atrapa.El jugador asume el rol de B, una joven repartidora de pizzas que viaja en su motocicleta a través de paisajes vacíos y desordenados. Desde el primer momento, algo se siente fuera de lugar: casas en mitad de campos áridos, farolas torcidas, caminos que no llevan a ningún lado. Todo parece parte de un sueño mal recordado. Esa sensación de desajuste es deliberada; A Pizza Delivery utiliza lo surreal para explorar una realidad emocional muy humana: la de sentirse perdido en un mundo que debería resultarnos familiar.A medida que B avanza en su ruta, se encuentra con una pequeña galería de personajes tan desconectados del entorno como ella. Cada encuentro se convierte en un breve diálogo, un destello de humanidad en medio del vacío. Y aunque los intercambios son escasos y fugaces, están cargados de significado. El juego invita a detenerse, compartir una porción de pizza y, por un instante, establecer un lazo real en medio de un paisaje que parece olvidado por el tiempo.Entre lo real y lo imaginarioEl diseño visual de A Pizza Delivery es quizá su rasgo más distintivo. Los escenarios son extraños pero cautivadores, con una mezcla de realismo y deformidad que evoca un sueño lúcido o una pesadilla amable. Las ciudades parecen ruinas habitadas por ecos del pasado, mientras los campos abiertos transmiten una soledad que se siente en cada paso o en cada trayecto en moto.Los colores contrastan entre la calidez de los personajes y la frialdad de su entorno. Esa decisión estética no solo resalta visualmente, sino que funciona como metáfora de lo que el juego quiere decir: el ser humano, incluso en la rutina más mundana, puede encontrar destellos de vida y significado.A pesar de algunos glitches técnicos y texturas irregulares, el apartado visual logra lo que se propone: crear un mundo incómodo, pero imposible de ignorar. No busca belleza en el sentido tradicional, sino una forma de fealdad poética que acentúa la narrativa.Un viaje lineal, pero cargado de intenciónEn lo jugable, A Pizza Delivery se sitúa dentro del género de los walking simulators, con algunos toques de aventura y resolución de acertijos. Su estructura es lineal y corta, pero deliberadamente introspectiva. No se trata de un juego que busque retar la habilidad del jugador, sino su capacidad de observación y empatía.El núcleo de la experiencia se centra en explorar, entregar y conversar. B puede caminar, conducir su motocicleta, recoger objetos y, en ocasiones, resolver pequeños puzzles que abren el camino hacia la siguiente entrega. Hay elementos de point-and-click muy simples, e incluso minijuegos puntuales —como una competencia de lanzar piedras al agua— que sirven como pausas narrativas más que como desafíos reales.Sin embargo, el control y el movimiento resultan torpes. La motocicleta, aunque clave en el viaje, se siente tosca y poco responsiva, especialmente en terrenos irregulares. Hay también mecánicas que pueden frustrar, como tener que correr bajo la lluvia para evitar que la pizza se arruine, lo que provoca reinicios innecesarios. Son decisiones de diseño que, aunque buscan agregar tensión o simbolismo, terminan entorpeciendo el ritmo.En esencia, A Pizza Delivery funciona mejor cuando se detiene a respirar, no cuando intenta forzar al jugador a actuar rápido. Su fuerza está en la contemplación, en los silencios y en esos pequeños gestos de humanidad que emergen en medio de la rutina.La soledad servida en porcionesNarrativamente, el juego se sostiene sobre una idea potente: la soledad como punto de partida y destino. La figura del repartidor de pizzas, normalmente secundaria en el cine o la literatura, aquí se transforma en protagonista. La persona que siempre entrega algo a otros se enfrenta, por fin, a su propia necesidad de conexión.El guion y los diálogos, aunque breves, son precisos y emotivos. No hay largas conversaciones ni giros dramáticos exagerados; más bien, se presentan pequeñas confesiones, frases que resuenan por su naturalidad. Cada personaje que B encuentra parece representar un fragmento de algo perdido: un recuerdo, un arrepentimiento, una emoción dormida.El juego insinúa, más que explica. Si uno se sienta demasiado tiempo en una banca, el color se desvanece y la protagonista parece olvidar quién es. Es un símbolo claro de cómo la apatía o la inercia pueden vaciarnos poco a poco. No hay necesidad de narración explícita; el entorno habla por sí solo.“A Pizza Delivery” no es una historia sobre entregar comida. Es una reflexión sobre el acto de seguir adelante, incluso cuando no sabemos si el destino vale la pena. Es una oda a las pequeñas interacciones humanas, esas que a veces salvan días enteros sin que lo notemos.Gráficos, sonido y atmósferaDesde el punto de vista técnico, el título cumple con lo justo, pero brilla en su dirección artística. Los gráficos no destacan por su nivel de detalle, sino por su composición surrealista. Hay una intención estética clara: crear un universo que se siente fuera del tiempo, con geometrías imposibles y perspectivas torcidas.El rendimiento puede verse afectado por algunos errores visuales y caídas de cuadro ocasionales, especialmente en las versiones de consola. Nada que rompa la experiencia, pero sí suficientes como para recordarnos que se trata de un desarrollo independiente con recursos limitados.En cuanto al sonido, no hay voces. El peso recae completamente sobre la banda sonora, una mezcla de melodías ambientales que cambian con el estado emocional de la historia. Las piezas son minimalistas, con notas que se repiten como ecos de un pensamiento persistente. El resultado es envolvente y coherente con el tono del juego: introspectivo, melancólico, a ratos inquietante.Una propuesta que divide opinionesA Pizza Delivery no será un juego para todo el mundo. Su ritmo lento, su tono reflexivo y sus mecánicas básicas pueden alejar a quienes busquen acción o complejidad. Pero quienes disfruten de experiencias que apuestan por lo simbólico y emocional encontrarán aquí una joya discreta, imperfecta, pero honesta.El título invita a detenerse, a pensar, a observar. No ofrece recompensas tradicionales ni grandes desafíos, pero deja sensaciones duraderas. Como una conversación inesperada con un desconocido o el olor de una pizza recién horneada que nos recuerda un momento perdido.No todos los juegos necesitan salvar el mundo; algunos solo buscan recordarte que tú sigues en él.ConclusiónA Pizza Delivery es una pequeña pieza de arte interactivo que mezcla lo cotidiano con lo onírico. Su historia sencilla, su atmósfera surreal y su dirección artística consiguen dejar huella, incluso si su ejecución técnica no siempre está a la altura.Es un juego para quienes disfrutan de narrativas introspectivas, para quienes se detienen a contemplar lo que otros pasan por alto. Más que entregar pizzas, este título entrega emociones, silencios y una reflexión sobre lo que significa moverse, conectar y recordar.En una industria llena de ruido, A Pizza Delivery se atreve a susurrar. Y eso, hoy en día, ya es mucho.¡Volker únete a nuestra comunidad y vive la emoción de nuestros contenidos exclusivos! Síguenos en Instagram, Facebook, Youtube, Tiktok y WhatsApp para no perderte ni un solo detalle de nuestras últimas noticias, eventos y sorpresas especiales.
Han pasado más de 15 años desde que Plants vs. Zombies se tomó las pantallas táctiles del mundo y demostró que los juegos móviles podían ser más que pasatiempos simples. Replanted llega para recordarnos por qué aquel experimento de PopCap Games se convirtió en una joya inolvidable. Esta nueva versión —disponible en Nintendo Switch 1 y 2, además de otras plataformas— no pretende reinventar la fórmula, sino pulirla, celebrarla y replantarla para una nueva generación de jugadores.El resultado es una mezcla deliciosa de nostalgia y novedad. Plants vs. Zombies: Replanted mantiene la esencia del original, pero con gráficos renovados, animaciones más fluidas, nuevos modos y un sistema de control mejor adaptado a los tiempos modernos. Es un regreso fiel, pero con la madurez de quien ha crecido viendo cómo el mundo del gaming cambió a su alrededor.La fórmula sigue vivaEl corazón del juego sigue siendo el mismo: un tower defense sencillo, adictivo y muy bien balanceado. En un tablero de cinco por nueve casillas, el jugador debe impedir que los zombis crucen el jardín y lleguen a la casa. Para lograrlo, se plantan unidades defensivas y ofensivas que funcionan como pequeños soldados vegetales, cada uno con habilidades únicas.El sistema de recursos, basado en la recolección de luz solar, sigue siendo brillante en su simplicidad. Los girasoles producen energía, los guisantes disparan desde la distancia, las papas explotan, y las plantas carnívoras devoran enemigos de un bocado. Cada partida dura entre tres y cinco minutos, con oleadas cada vez más intensas y un ritmo que te atrapa sin darte cuenta.La adición de un botón de velocidad ajustable hasta 2.5x cambia completamente la experiencia. Es una mejora pequeña, pero transforma el flujo del juego. Permite acelerar las fases iniciales, ralentizar momentos críticos y disfrutar del caos final con una precisión que el original no ofrecía. Este simple detalle hace que Replanted se sienta más dinámico, moderno y menos repetitivo.Noche, piscina y cementerioLa campaña principal conserva los diferentes escenarios del original, pero los actualiza con efectos visuales más nítidos y animaciones revisadas. Los niveles nocturnos, por ejemplo, obligan a usar plantas más baratas que no dependen de la luz solar, lo que cambia por completo la estrategia. En los mapas con piscinas, es necesario colocar nenúfares antes de plantar otras unidades, mientras zombis con flotadores y trajes de buzo intentan abrirse paso bajo el agua.Las tumbas, obstáculos y zombis con escudos improvisados añaden ese toque de variedad que siempre mantuvo viva la experiencia. Y cuando el jugador empieza a sentir que domina el campo, Replanted introduce minijuegos y modos de rompecabezas que funcionan como un descanso sin romper la inmersión: bowling con papas, martillazos tipo whack-a-mole o niveles donde las plantas llegan en cinta transportadora. Todo sigue siendo encantadoramente absurdo y divertido.Una experiencia más completaEl paquete de contenido en Replanted es generoso. Además de la campaña, hay una gran cantidad de modos adicionales —puzles, supervivencia, minijuegos clásicos— y nuevos retos pensados para quienes ya dominan la estrategia del jardín. La curva de dificultad sigue siendo amable, pero el juego premia la experimentación y castiga la pereza.También regresan los modos cooperativo y versus, que por años fueron exclusivos de consolas como Xbox 360 y PlayStation 3. En cooperativo, dos jugadores comparten la responsabilidad de defender el jardín, lo que requiere comunicación y sincronía constante. En versus, uno asume el rol de las plantas y el otro de los zombis, creando partidas tensas y caóticas. Es una inclusión valiosa que amplía las formas de disfrutar el juego, aunque su ausencia de modo online se siente como una oportunidad desperdiciada.Controles para cada tipo de jugadorEn Switch 2, Plants vs. Zombies: Replanted brilla por su versatilidad. Se puede jugar con control tradicional, pantalla táctil o usando el Joy-Con derecho como un puntero tipo “mouse”. Este último método resulta especialmente cómodo: apuntar, plantar y recoger soles es tan rápido y natural como en el móvil o el PC.El control estándar, aunque funcional, es menos preciso. A veces los jugadores terminan colocando una planta en el lugar equivocado o tardan demasiado en seleccionar la semilla adecuada con los gatillos. En un título que exige reflejos y precisión, eso puede ser frustrante, pero no llega a arruinar la experiencia.El rendimiento general es estable, con tiempos de carga mínimos y animaciones suaves incluso durante las oleadas más intensas. PopCap también incorporó un selector de niveles —tomado de las versiones móviles— que permite repetir etapas sin necesidad de crear nuevos perfiles, una mejora de calidad de vida muy agradecida.Un sonido con huecosSi bien el apartado visual recibió un lavado de cara completo, el sonido no corre con la misma suerte. La compositora original, Laura Shigihara, no participó en esta versión, y su ausencia se nota. La banda sonora sigue siendo reconocible, pero la dirección sonora cambió su intensidad. Antes, la música se iba construyendo poco a poco hasta alcanzar un clímax cuando llegaban las hordas. Ahora, en Replanted, muchas fases solo reproducen la melodía de “horda” desde el inicio, rompiendo el encanto progresivo del original.Además, los niveles nocturnos pierden gran parte de su atmósfera: la música calma no logra acompañar la tensión de decenas de zombis rompiendo tu defensa. No es un fallo grave, pero sí un recordatorio de que la nostalgia sonora también necesita cariño.Un homenaje a una eraMás allá de las mejoras técnicas, Plants vs. Zombies: Replanted es un homenaje a una época donde los juegos eran sencillos, completos y sin microtransacciones invasivas. Antes de que los free-to-play y las monedas virtuales dominaran los catálogos móviles, PopCap ofrecía títulos accesibles, creativos y adictivos. Este remake respeta ese espíritu: pagar una vez y disfrutar sin interrupciones.Y aunque algunos menús y elementos de la interfaz del original se sienten anticuados —incluso un poco toscos—, el encanto sigue intacto. Es una cápsula del tiempo bien cuidada, que nos hace sonreír mientras plantamos girasoles y resistimos el apocalipsis zombi con ritmo tropical.ConclusiónPlants vs. Zombies: Replanted no busca reinventar la rueda, sino asegurar que siga girando. Es el mejor punto de entrada posible para nuevos jugadores y una carta de amor para quienes crecieron con PopCap. Sus pequeños defectos —como la falta de juego en línea o ciertos detalles visuales y sonoros— no opacan la calidad general del paquete.En tiempos donde muchos remakes abusan de la nostalgia o añaden contenido irrelevante, Replanted logra algo valioso: revivir el pasado sin traicionarlo. Es el jardín que todos recordamos, solo que ahora florece con un poco más de color y una capa de cuidado moderno.Para los veteranos, es un viaje de regreso a los días de DS, iPhone y tardes enteras esquivando zombis. Para los nuevos, es una lección de diseño clásico: simple, divertido y profundamente satisfactorio. En ambos casos, vale la pena volver a plantar.¡Volker únete a nuestra comunidad y vive la emoción de nuestros contenidos exclusivos! 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El ROG Xbox Ally llega como el resultado de una colaboración que pocos veían venir: ASUS y Xbox uniendo fuerzas para crear una consola portátil con alma de PC. Sobre el papel, suena como una idea ganadora: toda la potencia de Windows 11, acceso a Game Pass, soporte para múltiples plataformas y un diseño inspirado en los mandos de Xbox. Pero cuando uno la tiene en las manos, la historia cambia.La versión que probamos, la ROG Xbox Ally base, es el modelo más económico de la familia —por debajo del Xbox Ally X— y aunque mantiene la promesa de ser una “consola de bolsillo para gamers de PC”, también hereda varios problemas que le impiden brillar como debería.El dispositivo es atractivo, ligero y cómodo, pero está lejos de ser la revolución portátil que muchos esperaban. Más bien, se siente como un experimento interesante, una prueba de concepto que mezcla lo mejor y lo más frustrante de los mundos Xbox y Windows.Diseño: un ADN compartido con Xbox, pero no su resistenciaA simple vista, el ROG Xbox Ally luce premium. Su cuerpo de 11,42 pulgadas combina curvas más suaves que la versión original de ASUS con un aire totalmente Xbox: los joysticks, gatillos y botones ABXY evocan al control de la Series X, aunque con materiales y sensaciones distintas.El resultado visual es excelente, pero en lo táctil la historia cambia. Los gatillos con efecto Hall ofrecen buena precisión, pero los botones se sienten más frágiles y el D-pad es demasiado blando para juegos que exigen movimientos rápidos. Después de varias horas, uno empieza a notar una diferencia clara respecto al control de una consola tradicional: la sensación de durabilidad no es la misma.Eso sí, el peso de apenas 670 gramos lo hace cómodo para sesiones largas, y el agarre es adecuado incluso para manos grandes. La distribución de los botones es intuitiva, y los dos botones traseros programables son un gran acierto, sobre todo para shooters o juegos de acción.Pantalla: 120 Hz de brillo y manchasEl panel IPS de 7 pulgadas es uno de los mejores argumentos del Ally. Con resolución 1080p a 120 Hz, tecnología FreeSync Premium, 500 nits de brillo y protección Gorilla Glass Victus, entrega una imagen fluida, vibrante y con gran nitidez, incluso al aire libre.Sin embargo, hay un detalle molesto: el acabado brillante convierte la pantalla en un imán de huellas. Da igual cuántas veces limpies tus manos; siempre termina con marcas. Es un pequeño sacrificio que se vuelve constante, sobre todo si usas mucho la interfaz táctil de Windows 11 para navegar entre menús o escribir contraseñas.Aun así, el color y contraste son sólidos. No llega al nivel de una pantalla OLED —como la del Steam Deck OLED o la Switch 2—, pero mantiene buena visibilidad y precisión de color, ideal para ver contenido o jugar títulos con estética animada como Hi-Fi Rush o Hollow Knight: Silksong.Rendimiento: potencia justa, pero lejos de lo idealEl ROG Xbox Ally base integra un procesador AMD Ryzen Z2 A, una APU de cuatro núcleos y ocho hilos con gráficos Radeon integrados. Está acompañado por 16 GB de RAM LPDDR5 y 512 GB de almacenamiento SSD NVMe, lo que suena bien para un equipo portátil.Pero en la práctica, su desempeño varía drásticamente dependiendo del tipo de juego. Títulos ligeros como Silksong o Ball X Pit corren a 120 fps estables, incluso con los gráficos al máximo. Pero cuando entramos al terreno de los AAA, la experiencia se desmorona.Final Fantasy XVI, Borderlands 4 o Battlefield 6 se ven bonitos a 1080p, pero el rendimiento rara vez supera los 30 fps, incluso en calidad baja. A 720p la fluidez mejora, aunque los bajones de cuadro siguen apareciendo. Y lo peor es que el Command Center, la app de monitoreo, dejó de funcionar durante las pruebas, así que medir los fps con precisión se volvió imposible.A su favor, el sistema permite usar Cloud Gaming y Remote Play, lo que abre una alternativa para jugar títulos exigentes sin depender tanto del hardware. De hecho, en pruebas con Game Pass, la transmisión fue sorprendentemente fluida, mostrando que el futuro de este dispositivo podría estar más en la nube que en su procesador.Audio y conectividad: una grata sorpresaPocas veces el sonido destaca tanto en una portátil. Los altavoces duales con Smart Amp y Dolby Atmos ofrecen un audio limpio, con separación clara de frecuencias. No hay graves potentes, pero los medios están tan bien ajustados que se distinguen explosiones, disparos y pasos con precisión.El jack de 3.5 mm también se agradece, especialmente para quienes prefieren audífonos con cable o necesitan baja latencia. Y en cuanto a conectividad, los dos puertos USB-C 3.2 Gen 2 y el lector microSD UHS-II amplían mucho sus posibilidades, permitiendo conectar monitores, docks o incluso discos externos.La conectividad Wi-Fi 6E y Bluetooth 5.2 garantizan buena estabilidad para jugar en línea o emparejar mandos adicionales, algo esencial cuando el Ally se usa como mini PC conectado a una TV.Windows 11: el talón de AquilesEl sistema operativo es un arma de doble filo. Tener Windows 11 Home da libertad total: puedes instalar Steam, Epic, Ubisoft Connect, EA App o incluso Netflix y Spotify. Pero esa misma libertad lo convierte en un dolor de cabeza para quienes buscan una experiencia simple tipo consola.La interfaz no está optimizada para pantallas táctiles pequeñas y navegar con los sticks o el D-pad es frustrante. A veces el botón de Xbox no responde, obligando a usar el táctil, y el sistema presenta bugs que requieren reinicios forzados. Incluso la pantalla de PIN puede quedar bloqueada si se enciende el equipo demasiado rápido.Además, los molestos anuncios de Game Pass o Microsoft 365 que aparecen en la interfaz rompen la experiencia. Es un recordatorio de que, más que una consola, este es un PC disfrazado de portátil gamer.Batería y portabilidadLa batería de 60 Wh ofrece entre 2 y 12 horas dependiendo del uso. En juegos exigentes, la realidad está más cerca de las dos horas, pero al hacer streaming o tareas ligeras puede durar hasta diez. El cargador USB-C de 65 W permite cargar rápido, y aunque el equipo se calienta, el sistema de refrigeración mantiene temperaturas seguras.En transporte o viajes, su peso y tamaño lo hacen ideal, pero sin conexión Wi-Fi sufre: configurar juegos offline es un proceso enredado, algo que contradice la idea de “llevar tu Xbox a cualquier parte”.ConclusiónEl ROG Xbox Ally es un intento valiente de mezclar lo mejor de dos mundos: la accesibilidad de Xbox y la potencia abierta del PC. Pero termina siendo un producto de nicho, más pensado para curiosos tecnológicos que para el jugador promedio.Como portátil de entrada al universo del gaming en PC, es una opción sólida: cómoda, versátil y con una pantalla excelente. Pero como “consola Xbox portátil”, no cumple del todo. Los problemas de interfaz, el rendimiento limitado y el enfoque demasiado técnico lo alejan de la experiencia plug-and-play que muchos esperaban.El ROG Xbox Ally es ideal para quien quiere experimentar el mundo del gaming portátil en PC sin pagar una fortuna o para quienes disfrutan cacharrear con configuraciones y emuladores. Pero si buscas una experiencia simple, estable y optimizada, la Switch 2 o el Steam Deck OLED siguen siendo las mejores opciones.¡Volker únete a nuestra comunidad y vive la emoción de nuestros contenidos exclusivos! Síguenos en Instagram, Facebook, Youtube, Tiktok y WhatsApp para no perderte ni un solo detalle de nuestras últimas noticias, eventos y sorpresas especiales.
La llegada de Battlefield 6 representa uno de los intentos más ambiciosos de DICE por devolverle brillo a una franquicia que, tras los tropiezos de 2042, necesitaba con urgencia una redención. Desde su anuncio, las promesas eran grandes: combates más tácticos, mapas más dinámicos y una campaña que volviera a tener protagonismo. Sin embargo, el resultado final es una mezcla de aciertos técnicos, decisiones controvertidas y un experimento de servicio en vivo que ha dividido a la comunidad.El lanzamiento vino acompañado de Battlefield Redsec, un modo battle royale gratuito que rápidamente se ganó elogios por su ritmo y diseño, pero que al mismo tiempo eclipsó al juego principal. Esta dualidad entre dos experiencias distintas ha generado confusión entre los jugadores, sobre todo porque muchos sienten que pagaron 70 dólares por un juego que los empuja constantemente hacia un modo gratuito.Una campaña que intenta, pero no convenceLa historia de Battlefield 6 se sitúa en el año 2028. El jugador asume el papel de varios miembros de una unidad MARSOC en medio del colapso de la OTAN ante una nueva amenaza global: PAX Armata, una organización mercenaria sin nación ni bandera. A simple vista, el planteamiento tiene potencial, pero su ejecución deja mucho que desear.El guion abusa del tecnicismo militar, la narrativa se siente desordenada y los personajes carecen de profundidad. La comparación con Call of Duty es inevitable: Battlefield 6 intenta replicar el estilo cinematográfico de su competencia, pero termina perdiendo su propia identidad. Lo más decepcionante es su abrupto final, que deja la sensación de ser más un tutorial extendido que una campaña memorable.A su favor, las misiones son visualmente espectaculares. En especial, aquella en la que comandas un pelotón de tanques en las afueras de El Cairo. Es puro espectáculo bélico: destrucción, caos y ese toque cinematográfico que la saga siempre supo ofrecer. Si logras desconectarte del argumento y enfocarte en la acción, hay momentos que genuinamente emocionan.Multiplayer: el corazón del campo de batallaDonde Battlefield 6 realmente brilla es en su multijugador, una experiencia que, pese a sus fallos, logra capturar esa sensación de “guerra total” que define la franquicia. Las batallas son intensas, los enfrentamientos caóticos y la destrucción vuelve a ser protagonista. Cada edificio que se derrumba o pared que se rompe añade un grado de inmersión difícil de igualar.Las clases regresan con nuevas libertades: ahora cualquier jugador puede equipar armas sin estar restringido por su rol. Esto permite, por ejemplo, que un Recon use rifles de asalto o que un Support se defienda con un francotirador. Es una idea que divide: para algunos significa flexibilidad y dinamismo; para otros, una ruptura con la esencia táctica de Battlefield.DICE intenta equilibrar esto con listas de juego que restringen las armas por clase, pero el modo por defecto sigue siendo el “libre”. A la larga, el sistema podría generar caos, sobre todo cuando los equipos coordinados explotan combinaciones que rompen el balance.Diseño de mapas y ritmo de juegoUno de los puntos más debatidos es el diseño de mapas. Aunque Battlefield 6 presenta entornos urbanos y naturales visualmente impresionantes, muchos se sienten demasiado pequeños o mal estructurados. Mapas como Manhattan Bridge tienen puntos de aparición frustrantes, y las zonas de combate tienden a convertirse en embudos de fuego constante.Comparado con los clásicos escenarios amplios de Battlefield 1 o Battlefield 4, aquí hay menos espacio para la estrategia y más para el frenesí. El ritmo es vertiginoso, con tiroteos casi constantes, lo que puede atraer a jugadores acostumbrados al estilo Call of Duty, pero alejar a los fanáticos tradicionales del realismo táctico.Aun así, hay momentos que recuerdan por qué esta saga sigue viva: defender un edificio bajo una lluvia de explosivos, mantener un punto con tu escuadrón mientras todo a tu alrededor se desmorona, o planear un asalto coordinado con vehículos. Son instantes donde Battlefield 6 logra ese equilibrio perfecto entre caos y control.La sombra de Redsec y el modelo live-serviceEl lanzamiento simultáneo de Redsec, su modo battle royale, introdujo una nueva polémica. Aunque el modo gratuito ha sido bien recibido, muchos sienten que Battlefield 6 está subordinado a su éxito. Los menús del juego empujan constantemente hacia Redsec, los desafíos semanales solo pueden completarse allí, y el juego principal se ve invadido por anuncios del battle pass.Para quienes pagaron por la experiencia completa, esto se siente como una traición. Redsec ofrece mecánicas que incluso el juego base no tiene, como guerra naval y edificios completamente destructibles, lo que agrava la sensación de desequilibrio.En esencia, DICE está intentando manejar dos juegos distintos bajo un mismo techo, y esa estrategia no está funcionando del todo. El resultado es una comunidad dividida y una recepción mixta en Steam, donde miles de reseñas negativas han bajado la calificación a “Mixed”.Tecnología y desempeñoEn el apartado técnico, Battlefield 6 cumple con creces. Los gráficos son impresionantes, con texturas detalladas, animaciones fluidas y una iluminación que realza cada explosión. El rendimiento es sólido en PC y consolas de nueva generación, aunque las versiones estándar muestran caídas ocasionales de cuadros en partidas masivas.El sonido es, como siempre, un espectáculo. Cada bala, explosión o vehículo tiene un peso auditivo que refuerza la inmersión. Los cascos retumban cuando un tanque pasa cerca o cuando un helicóptero sobrevuela tu posición. En este aspecto, Battlefield 6 sigue siendo un referente.Lo que sí decepciona es la ausencia de servidores dedicados. DICE decidió eliminarlos, dejando a los jugadores con servidores “persistentes” que se eliminan tras siete días sin actividad. Aunque el modo Portal permite crear partidas personalizadas, no reemplaza la estabilidad ni el sentido de comunidad que daban los servidores clásicos.Movimiento, armas y sensacionesLa jugabilidad de Battlefield 6 se siente afinada y precisa. El movimiento es fluido, sin los errores de colisión que plagaban a 2042. Saltar por ventanas, deslizarse, escalar y destruir el entorno es natural y satisfactorio.Las armas, por su parte, son una joya. El nivel de personalización es extenso y el gunplay transmite peso, retroceso y respuesta. Cada arma tiene identidad, y el M277, reinterpretación del clásico M7, es un claro ejemplo de la atención al detalle. Los amantes de los shooters notarán rápidamente lo bien calibrado que está el sistema de disparo.Aunque la inteligencia artificial de los bots es bastante limitada, el modo multijugador brilla con jugadores reales. Durante las pruebas, las partidas grandes —con vehículos, jets, tanques y helicópteros— ofrecieron esa dosis de caos controlado que los fans esperaban desde hace años.ConclusiónBattlefield 6 es un juego contradictorio. Tiene una base sólida, una jugabilidad excelente y un apartado técnico impecable, pero sufre por decisiones de diseño que afectan su identidad. La ausencia de servidores dedicados, el forzamiento hacia Redsec y el enfoque excesivo en monetización empañan lo que de otro modo sería un regreso triunfal.Sin embargo, cuando todo encaja —cuando los jugadores coordinan, los tanques rugen y los edificios se vienen abajo— Battlefield 6 recuerda por qué la franquicia sigue siendo especial. Es una entrega que brilla en su núcleo, pero necesita urgentemente reencontrar su propósito entre la guerra tradicional y el servicio en vivo.Para los fanáticos del caos bélico, vale la pena probarlo. Pero para quienes buscan una experiencia táctica y consistente, tal vez sea mejor esperar a que DICE ajuste su puntería.¡Volker únete a nuestra comunidad y vive la emoción de nuestros contenidos exclusivos! Síguenos en Instagram, Facebook, Youtube, Tiktok y WhatsApp para no perderte ni un solo detalle de nuestras últimas noticias, eventos y sorpresas especiales.
Hablar de Dragon Quest es hablar de los cimientos del RPG japonés. Son juegos que sentaron las bases del género tal como lo conocemos, y aunque sus primeras entregas hoy se sienten primitivas, siguen siendo parte esencial de la historia del gaming. Por eso, cuando Square Enix anunció Dragon Quest I & II HD-2D Remake después del éxito del remake de Dragon Quest III, la expectativa fue inmediata: ¿cómo modernizar dos juegos tan simples sin destruir su esencia?Lo cierto es que Dragon Quest I y II no son títulos que destaquen por su narrativa o complejidad. Ambos fueron revolucionarios en los 80, pero con los años quedaron como curiosidades históricas más que experiencias completas. La decisión de rehacerlos con el espectacular motor HD-2D parecía arriesgada, y muchos pensaban que bastaría con darles un nuevo look. Sin embargo, el equipo de Artdink, bajo la dirección de Square Enix, decidió ir más allá: no solo renovaron el apartado visual, sino que también reimaginaron mecánicas, expandieron historias y ajustaron el ritmo de cada aventura.Una nueva vida para el héroe y sus leyendasEl mayor cambio llega con Dragon Quest I. En su versión original, el juego era un viaje solitario, casi experimental. Ahora, los desarrolladores agregaron un sistema de combate con múltiples enemigos y nuevas habilidades que permiten una mayor profundidad táctica. El héroe tiene más recursos a su disposición, lo que hace que cada batalla se sienta más dinámica. Además, se incorporan pequeñas líneas narrativas adicionales: rivales que también buscan el poder del héroe legendario Erdrick, aldeanos que cargan con el trauma del ataque del Dragonlord y personajes secundarios que dan más contexto al mundo.Estos detalles pueden parecer menores, pero le inyectan personalidad al juego y rompen con la monotonía de la versión original. Los añadidos narrativos no cambian el rumbo del viaje, pero lo enriquecen lo suficiente como para mantenerte interesado en cada conversación y misión secundaria.Por su parte, Dragon Quest II recibe un tratamiento aún más ambicioso. Aunque conserva la estructura clásica del trío de héroes descendientes de Erdrick, ahora cuenta con eventos adicionales, jefes inéditos y nuevas zonas que amplían el mapa. También se siente más coherente con Dragon Quest III HD-2D, completando mejor la llamada “Trilogía de Erdrick”. El resultado es un juego que, sin perder su alma retro, se adapta con naturalidad a los tiempos modernos.Una jugabilidad pulida y accesibleLos remakes traen consigo mejoras sustanciales de calidad de vida. Ambas entregas incluyen minimapas, marcadores de objetivos, nuevas habilidades, una navegación más fluida y la posibilidad de viajar con el hechizo Zoom sin limitaciones. Además, los jugadores pueden activar o desactivar varias de estas ayudas, lo que permite ajustar la experiencia: desde una más clásica y desafiante, hasta una más ágil y moderna.El sistema de progresión sigue siendo simple —subir niveles, aprender hechizos, mejorar equipo—, pero ahora hay un componente estratégico adicional gracias a los “pergaminos de habilidades”, objetos de un solo uso que otorgan técnicas especiales. Esto agrega un pequeño toque de táctica al decidir qué personaje obtiene cada habilidad.En combate, Dragon Quest I brilla más que antes gracias al rediseño de su estructura. Aunque sigue siendo posible sufrir una derrota por un golpe crítico aleatorio, el balance general es más justo. En Dragon Quest II, el ritmo también mejora, aunque su dificultad puede sentirse irregular en algunos tramos. Lo mejor es que ambos juegos, pese a su antigüedad conceptual, se sienten sorprendentemente frescos al jugar.Una belleza en movimiento: el poder del HD-2DSi algo distingue a esta nueva trilogía de remakes es su motor visual. El estilo HD-2D, ya visto en Octopath Traveler y Triangle Strategy, alcanza un nuevo nivel de refinamiento aquí. Las luces, sombras y efectos de profundidad transforman cada pueblo y mazmorra en una pequeña obra de arte. Las animaciones de los monstruos son adorables y fluidas —especialmente los icónicos Slimes y Drackys— y las batallas lucen con una elegancia que mezcla nostalgia y modernidad.Lo curioso es que los enemigos siguen siendo pequeños sprites, algo que al principio puede parecer una limitación. Pero con el tiempo se vuelve parte del encanto: hay tanta expresividad en sus animaciones que no hace falta más. En conjunto, el estilo visual logra lo que pocos remakes consiguen: hacer que algo antiguo se sienta nuevo sin perder su identidad.Una banda sonora entre la nostalgia y el refinamientoLa música de Dragon Quest es parte del ADN de la saga, y aquí no decepciona. Las composiciones orquestales clásicas de Koichi Sugiyama suenan majestuosas en HD-2D, con arreglos y grabaciones que ya habían sido usadas en lanzamientos recientes, pero que se integran de forma impecable. Cada pueblo, cueva y combate respira ese tono épico y melancólico tan propio de la saga.Sin embargo, no hay demasiadas sorpresas en este aspecto. No hay nuevas piezas musicales destacables ni una reinterpretación radical de los temas originales, lo que puede dejar con ganas de más a quienes esperaban algo más arriesgado. Aun así, la presentación sonora es sólida y cumple con creces.Problemas de traducción y ritmo narrativoNo todo en estos remakes es perfecto. Una de las decisiones más discutidas ha sido el uso de un inglés “arcaico” en la localización, con expresiones como “thou”, “thee” o “-eth” que buscan imitar el tono medieval de los juegos originales de NES. Al principio puede parecer simpático, pero con el tiempo se vuelve pesado y hasta distractor. Muchos fans de la saga prefieren el estilo humorístico y juguetón de las localizaciones más recientes, por lo que esta elección se siente un paso atrás.También hay momentos donde la narrativa se siente forzada, especialmente en Dragon Quest II, donde algunos eventos adicionales no logran integrarse del todo bien con el material original. No arruinan la experiencia, pero sí se nota una falta de ritmo en ciertos tramos, como si el remake intentara estirar historias que en realidad funcionaban mejor por su simplicidad.Una lección de cómo modernizar sin traicionarLo más valioso de Dragon Quest I & II HD-2D Remake es que entiende perfectamente qué debe modernizar y qué debe conservar. Las bases del JRPG siguen intactas: explorar, luchar, subir de nivel, guardar en la iglesia y lanzarse otra vez a la aventura. Pero ahora todo está envuelto en una presentación preciosa y acompañada de mecánicas modernas que mejoran la experiencia sin romperla.Square Enix y Artdink no se limitaron a “maquillar” los juegos, sino que les dieron una nueva razón de ser. Y aunque hay errores de tono y algunos tramos repetitivos, el resultado es un homenaje respetuoso y funcional a los orígenes del género.Para los veteranos, es una oportunidad de redescubrir dos clásicos con una mirada fresca; para los nuevos jugadores, una puerta de entrada perfecta al universo de Dragon Quest. Si este es el camino que seguirá la saga con futuros remakes, el legado de Erdrick está en muy buenas manos.ConclusiónDragon Quest I & II HD-2D Remake no solo reaviva la nostalgia, sino que logra que los juegos fundacionales de la saga vuelvan a ser relevantes. Es un ejemplo de cómo reinterpretar clásicos con respeto y visión. No todo funciona a la perfección, pero cuando un remake logra que dos títulos de los 80 se sientan actuales, algo se está haciendo bien.Si alguna vez quisiste saber por qué Dragon Quest definió al RPG japonés, este par de remakes es el mejor punto de partida.¡Volker únete a nuestra comunidad y vive la emoción de nuestros contenidos exclusivos! 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Cada año, Just Dance llega como un ritual que anuncia el fin de año, los bailes familiares y las reuniones donde todos —del tío al sobrino— terminan dando vergüenza y risa por igual. En 2026, Ubisoft repite la fórmula con una entrega que mantiene el espíritu del juego intacto, pero que también deja claro que la franquicia ya alcanzó su punto de madurez. Just Dance 2026 Edition no reinventa nada, pero sí pule algunos detalles, recupera el carisma de sus primeras entregas y, sobre todo, ofrece una experiencia más fluida gracias a la integración de cámara como método principal de detección.Después de años de depender del teléfono como control improvisado, esta nueva edición introduce un sistema de puntuación por cámara que permite bailar sin tener que sostener el dispositivo. El cambio, aunque sutil, transforma por completo la experiencia: se siente más natural, más libre y mucho menos torpe. No hay miedo a lanzar el celular por la ventana ni excusas para no moverse. Es, sin duda, la mejora técnica más significativa del juego.El ritmo de siempre, con un toque de novedadComo es costumbre, Just Dance 2026 Edition llega con un catálogo de unas 40 canciones nuevas que van desde el pop y el hip-hop hasta el reguetón, pasando por colaboraciones curiosas y clásicos infaltables. La selección de este año tiene una variedad que brilla especialmente por su inclusión: hay espacio para artistas LGBTQIA+, temas latinos, hits recientes y hasta colaboraciones inesperadas como el medley de Bluey, que es pura ternura animada para los más pequeños.Las coreografías siguen siendo el corazón del juego. Ubisoft no se duerme ahí: los movimientos están diseñados con precisión y carisma, y cada video musical tiene una estética única. Desde la animación tipo claymation de Born to Be Alive (Reborn Version) hasta los tonos coloridos y energéticos de It’s ok I’m ok de Tate Rae, hay un trabajo visual impresionante detrás de cada pista. Aunque la jugabilidad no cambia drásticamente, sí se siente un refinamiento técnico, con un reconocimiento de movimientos más preciso y estable.Cuando la diversión tropieza en el menúPero no todo es ritmo y color. La navegación del menú en Just Dance 2026 se siente un poco torpe, sobre todo cuando se mezclan los controles entre el celular y el mando. Por ejemplo, se puede usar el teléfono para moverse entre opciones, pero al buscar una canción el juego exige cambiar al control físico. Es un detalle menor, pero en un título que depende de la inmediatez y del ritmo, esos segundos rompen el flujo y frustran a más de uno.Más grave, sin embargo, es la desaparición del modo Online Dance Floor, uno de los modos más queridos por la comunidad. Esta modalidad permitía conectarse con jugadores de todo el mundo y competir en salas globales de baile. En su lugar, el juego ofrece playlists y tablas de clasificación, pero la sensación de conexión y competencia en tiempo real se perdió. En una era donde los juegos viven de sus comunidades, esta ausencia pesa más de lo que parece.El salto técnico que libera los brazosLa gran novedad de Just Dance 2026 —y su principal mérito técnico— está en su sistema de detección por cámara. Gracias al reconocimiento por IA a través del celular, el juego ahora analiza el movimiento corporal completo. Es un sistema intuitivo y que funciona sorprendentemente bien: basta con apoyar el teléfono en una superficie estable y dejar que la cámara haga su trabajo. En pruebas, la detección fue rápida, estable y sin lag perceptible, incluso en espacios reducidos.El beneficio más claro es la comodidad. Ya no hay que bailar sosteniendo nada, lo que mejora la postura, el rango de movimiento y la sensación de libertad. Para los que usan Just Dance como rutina de ejercicio, esta actualización se agradece enormemente. El juego también incorpora un contador de calorías que vuelve a medir la intensidad de los movimientos y permite llevar un registro del esfuerzo físico, ideal para quienes ven en este título una forma divertida de entrenar.Modo Fiesta: diversión garantizada (con limitaciones)Una de las adiciones más notorias de este año es el Party Mode, un formato pensado para grupos grandes de hasta seis jugadores. Este modo propone partidas rápidas de 10 minutos con versiones resumidas de distintas canciones, donde se mide la precisión y se agregan condiciones especiales, como pantallas parcialmente cubiertas o instrucciones invertidas. Es un modo ideal para fiestas o reuniones familiares, aunque no tiene demasiada profundidad.En esencia, es un mini-juego dentro del juego, con espíritu de “modo fiesta” literal: sirve para romper el hielo y hacer reír a todos, pero no para sesiones largas. Aun así, su presencia refresca la experiencia y ayuda a mantener viva la esencia multijugador local que ha hecho de Just Dance un clásico.Una presentación visual que no deja de brillarGráficamente, Just Dance 2026 Edition luce mejor que nunca. Los fondos y animaciones muestran un salto notable en producción, con estilos artísticos variados que van desde lo hipercolorido hasta lo experimental. Ubisoft sigue demostrando que, aunque su fórmula no cambie demasiado, hay mucho amor y detalle en cada coreografía y en la dirección de arte. Es un espectáculo visual incluso para quienes solo miran.El rendimiento, además, es sólido en todas las plataformas. No hay caídas de cuadros ni retrasos perceptibles en el reconocimiento, incluso en consolas de generación pasada. En Switch, por ejemplo, el juego mantiene una fluidez constante, aunque la cámara del teléfono sigue siendo el punto más débil para algunos entornos con poca luz.El sonido, por su parte, mantiene el estándar de la franquicia: limpio, potente y con mezclas que resaltan cada tema. Eso sí, algunas canciones sufren de censura excesiva —como “Thrift Shop” de Macklemore y Ryan Lewis— que, aunque entendible por la clasificación familiar del juego, corta parte del ritmo y la autenticidad de la canción original.Más de lo mismo, pero sigue funcionandoEs cierto: Just Dance 2026 Edition no cambia radicalmente nada. Es otra entrega dentro de un modelo de servicio continuo que cada año agrega nuevas canciones y modos temporales. Pero eso no es necesariamente malo. Ubisoft ha entendido que Just Dance no necesita reinventarse, solo mantenerse fresco y funcional. Su éxito sigue radicando en su accesibilidad y en su capacidad de reunir a la gente, sin importar la edad o la habilidad.Comparado con Just Dance 2025, los cambios son pequeños pero significativos: el sistema de cámara es una mejora real, el nuevo modo Fiesta aporta aire fresco y las coreografías mantienen un nivel de calidad admirable. Aun así, se extraña la conexión social en línea, que daba ese sentido global al baile que tanto encantaba en entregas pasadas.ConclusiónJust Dance 2026 Edition no sorprende, pero tampoco decepciona. Es el tipo de juego que cumple exactamente con lo que promete: una excusa para moverse, reírse y pasarla bien con familia o amigos. Para veteranos de la saga, la ausencia del modo online será una espina difícil de ignorar, pero las mejoras en la detección por cámara compensan parte de esa pérdida.Para nuevos jugadores, es una excelente puerta de entrada: accesible, divertido y visualmente impecable. Ubisoft no se arriesga, pero mantiene viva una tradición que, año tras año, sigue siendo sinónimo de alegría y comunidad.¡Volker únete a nuestra comunidad y vive la emoción de nuestros contenidos exclusivos! Síguenos en Instagram, Facebook, Youtube, Tiktok y WhatsApp para no perderte ni un solo detalle de nuestras últimas noticias, eventos y sorpresas especiales.
Por años, Sega ha intentado competirle a Mario Kart sin dar con la fórmula ideal. Pero Sonic Racing: CrossWorlds logra finalmente lo que parecía imposible: crear un juego de karts que no solo se siente fiel al espíritu del erizo azul, sino que también se sostiene por mérito propio. Rápido, técnico, visualmente vibrante y con una energía arcade que recuerda los días de gloria de Out Run y Daytona USA, este título demuestra que el género puede tener más de un rey.En PlayStation 5, CrossWorlds brilla con potencia. La velocidad, los reflejos, las luces de neón y los efectos visuales se funden en una experiencia que, por momentos, parece más un espectáculo que una simple carrera. Pero, como buen juego de Sonic, no se trata solo de ir rápido: aquí la precisión, la estrategia y la personalización marcan la diferencia entre cruzar primero la meta o quedar atrapado en el caos del pelotón.Una base sólida y bien afinadaLa gran virtud de CrossWorlds es que entiende qué hace divertido a un buen juego de karts. La sensación de control es impecable: cada derrape se siente justo, cada salto tiene su ritmo, y el impulso del turbo responde con precisión. A diferencia de entregas anteriores, los distintos tipos de vehículos aquí importan de verdad. Hay clases más pesadas que te permiten golpear y abrir camino, otras más ágiles que se cuelan por atajos imposibles, y las enfocadas en velocidad pura, que premian la técnica y el riesgo.Lo interesante es que ningún tipo de vehículo se siente inútil. Todos tienen una razón de ser y, sobre todo, invitan a experimentar. Esa variedad hace que cada partida sea distinta y que los jugadores busquen la configuración que más se adapte a su estilo. Además, el sistema de Gadgets introduce una capa extra de estrategia: pequeñas mejoras pasivas que alteran la experiencia de carrera, como aumentar la frecuencia de ciertos ítems o reducir el tiempo de animación en los trucos aéreos.En CrossWorlds se siente esa esencia Sega: pura energía arcade, jugabilidad rápida y recompensas constantes. No intenta reinventar la rueda, pero pule hasta el brillo lo que ya funciona.El multiverso como combustibleEl concepto de los “CrossWorlds” es el gran gancho del juego. En lugar de limitarse a un solo tipo de pista, las carreras pueden saltar entre distintos mundos dentro de una misma competencia. Un segundo estás en el Radical Highway de Sonic Adventure 2, y al siguiente caes en un tramo acuático del Water Palace de Sonic Rush. Esa transición entre mundos no solo es visualmente impresionante, sino que cambia dinámicamente el ritmo de la carrera.El resultado son pistas con múltiples rutas, atajos y terrenos que mantienen la emoción de principio a fin. Además, la alternancia entre tierra, agua y aire mantiene el ritmo vertiginoso y da lugar a momentos realmente espectaculares. Incluso cuando crees dominar una pista, siempre hay un nuevo atajo o una estrategia que probar.Si bien el juego no incluye un modo historia —una ausencia que algunos extrañarán—, el contenido es robusto. El modo Grand Prix cumple con lo esperado, mientras que Race Park propone desafíos alternativos, como golpear enemigos o trabajar en equipo para acumular puntos. Son modos secundarios que refrescan la experiencia y ofrecen recompensas útiles para mejorar tus vehículos.Una fiesta audiovisual digna de SegaEn lo técnico, la versión de PlayStation 5 es un deleite. Sonic Racing: CrossWorlds corre a 60 fotogramas por segundo estables, con tiempos de carga mínimos y una fidelidad visual que no tiene nada que envidiarle a Mario Kart World. Los reflejos, las explosiones y el diseño de escenarios transmiten esa estética entre futurista y retro que define al universo de Sonic.El trabajo de sonido merece mención aparte. La banda sonora está repleta de energía, mezclando guitarras eléctricas, sintetizadores y voces que acompañan el frenesí de cada carrera. Desde el tema principal, interpretado por James Bourne, hasta los temas específicos de cada pista, todo suena con una potencia que invita a subir el volumen. Es el tipo de música que te hace sonreír incluso cuando te lanzan un proyectil justo antes de la meta.El diseño sonoro también cumple con precisión milimétrica: el rugido de los motores, el zumbido de los turbos, el característico “cling” de los anillos y las reacciones de los personajes crean un ambiente envolvente y caótico, pero perfectamente controlado.Comparaciones inevitables con Mario KartEs imposible hablar de Sonic Racing: CrossWorlds sin mencionar a su eterno rival. Y lo curioso es que Sega no busca esconderlo; lo abraza. En muchos sentidos, CrossWorlds toma prestadas las mejores ideas de Mario Kart, pero las combina con el ADN propio del erizo azul. No hay miedo en admitir que el juego se inspira en su competidor directo, pero también es lo suficientemente audaz para aportar su propio sello.Las carreras son más rápidas, las curvas más amplias y los derrapes más agresivos. Mientras Mario Kart World apuesta por la precisión y la física detallada, CrossWorlds prefiere la velocidad pura y el espectáculo visual. Es una diferencia de estilo más que de calidad. Nintendo sigue teniendo la corona en diseño de pistas, pero Sega brilla en ritmo y emoción.Donde CrossWorlds realmente marca la diferencia es en su sistema de personalización. En lugar de simplemente escoger un personaje y un vehículo, el juego te invita a crear combinaciones únicas entre pilotos, partes, gadgets y clases. Esto le da una profundidad inusual al género y convierte cada victoria en un reflejo de tu estilo de juego.El toque Sega: caos, color y nostalgiaMás allá de la competencia directa, Sonic Racing: CrossWorlds tiene algo que muchos juegos modernos han perdido: identidad. Este título destila nostalgia, pero sin vivir de ella. Recupera la esencia de los juegos de carreras arcade de Sega, con esa mezcla de velocidad desmedida, color explosivo y música que parece sacada de un salón recreativo japonés de los noventa.Incluso los cameos y referencias, como la presencia de Hatsune Miku o los escenarios inspirados en clásicos de la franquicia, se sienten naturales, no forzados. Todo tiene el tono desenfadado y divertido que caracteriza a Sonic y compañía.El modo multijugador online, además, funciona a la perfección. Las partidas mantienen la fluidez del modo local y permiten conectar con jugadores de otras plataformas gracias al crossplay, lo que extiende enormemente su vida útil. En partidas de ocho jugadores, el caos es absoluto, pero también tremendamente divertido.Un futuro prometedor para el géneroAunque CrossWorlds podría beneficiarse de más contenido narrativo o una campaña con cinemáticas, lo que ofrece es más que suficiente para considerarlo un referente moderno del género. Sega confirmó que llegarán pistas y personajes adicionales como DLC, incluyendo colaboraciones con Sonic Prime, y aunque el primer lote no es especialmente memorable, sienta las bases de un ecosistema vivo que puede seguir creciendo.Lo más importante es que este juego devuelve la confianza en Sonic como marca. Después de años de tropiezos y altibajos, Sega logra un equilibrio perfecto entre nostalgia y modernidad. CrossWorlds no solo es una gran experiencia de carreras, sino una declaración de que Sonic volvió a ser sinónimo de calidad.ConclusiónSonic Racing: CrossWorlds no intenta destronar a Mario Kart; lo desafía con respeto. Es rápido, divertido, accesible y visualmente impresionante, con una jugabilidad tan pulida que dan ganas de seguir corriendo solo por el placer de dominar cada curva. En PlayStation 5, el rendimiento impecable y el acabado técnico lo convierten en la mejor versión posible del juego.Para los fans de Sonic, es una celebración. Para los amantes de los juegos de karts, es una alternativa real al trono de Nintendo. Y para el resto, una sorpresa de esas que recuerdan por qué los videojuegos son, ante todo, diversión pura.¡Volker únete a nuestra comunidad y vive la emoción de nuestros contenidos exclusivos! Síguenos en Instagram, Facebook, Youtube, Tiktok y WhatsApp para no perderte ni un solo detalle de nuestras últimas noticias, eventos y sorpresas especiales.
Leandro Cabrera (Uruguay): El Espanyol consiguió mantenerse en la zona europea una semana más gracias al triunfo ante Getafe (1-0).El defensor central Leandro Cabrera fue la gran figura al firmar la única diana del encuentro.El futbolista uruguayo sentenció (53') de un cabezazo desde el manchón penal a un saque de esquina de Edu Expósito.Cabrera, que volvió a portar el gafete de capitán y disputó el partido completo, sumó su segundo tanto en lo que va de la temporada de Liga.Por el cuadro local vio acción el también uruguayo Mauro Arambarri.El Espanyol de Barcelona hiló su cuarta victoria en el torneo ibérico, algo que no conseguía desde la campaña 2008-09, y llegó a 30 puntos, afianzándose en la quinta posición de la tabla.Luis Javier Suárez (Colombia) y Maximiliano Araújo (Uruguay): El Sporting de Lisboa se impuso por goleada al AFS (6-0) y recortó la distancia con respecto al liderato a sólo dos unidades.El atacante colombiano Luis Suárez y el carrilero uruguayo Maximiliano Araújo contribuyeron con un doblete cada uno.El atacante cafetero inauguró el electrónico (32') de un potente disparo desde el borde del área.Araújo duplicó la ventaja local tan sólo tres minutos después (35') de un remate a un servicio de Georgios Vagiannidis que dejó sin opciones al arquero rival.Apenas dio inicio la segunda mitad (47'), apareció de nuevo el futbolista charrúa con un disparo de primera desde el corazón del área para firmar el cuarto tanto lisboeta.Luis Suárez aumentó la cuenta a 5-0 poniendo el broche de oro a una jugada a balón parado después de que Matheus Reis bajara el balón poniéndolo en los pies del colombiano que sólo tuvo que empujarlo al fondo de la red.Araújo, quien jugó en una posición más adelantada, se estrenó como goleador en la presente temporada del campeonato luso y completó 55 minutos en el terreno de juego antes de salir de cambio.Suárez, por su parte, se mantiene como el máximo realizador del campeonato luso con once dianas y dos asistencias.Fijo en el esquema de Borges, disputó 73 minutos antes de ser sustituido por el brasileño Allisson Santos.El defensor brasileño Matheus Reis ingresó de cambio tras el descanso (46') y firmó su segundo pase a gol en la campaña.El Sporting de Lisboa hiló diez partidos sin conocer la derrota y se mantiene en la segunda posición con 35 unidades, dos menos que el líder, Oporto (37).Mauro Icardi (Argentina): El Galatasaray cosechó una importante victoria ante el Antalyaspor (4-1) para ampliar su ventaja en la cima de la tabla a cinco unidades.El delantero argentino Mauro Icardi entró de cambio en la segunda mitad (67') para firmar el tanto de la sentencia.El ex del Inter de Milán puso el 4-1 definitivo en el marcador (90+3') de un disparo a una esquina de la portería a un servicio de Leroy Sané.El futbolista albiceleste llegó así a ocho dianas en lo que va de la temporada de la Superliga turca y se mantiene como el máximo goleador de su equipo en la presente edición del torneo.También vieron acción el colombiano Davinson Sánchez, el uruguayo Lucas Torreira y el brasileño Gabriel Sara.Por el cuadro local gozó de minutos el defensor argentino Lautaro Giannetti.El Galatasaray sumó su cuarto partido sin conocer la derrota para llegar a 39 unidades.
El joropo es una de las expresiones musicales y dancísticas más representativas de la región de los Llanos, un territorio compartido por Colombia y Venezuela donde el canto, la danza y la poesía se funden al ritmo del arpa, el cuatro y las maracas. Este género, profundamente arraigado en la vida cotidiana de las comunidades llaneras, ha trascendido fronteras hasta convertirse en un símbolo de identidad cultural.(Síganos en Google Discover y conéctese con las noticias más importantes de Colombia y el mundo)Por eso, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró recientemente al joropo venezolano como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. El anuncio se realizó el martes 9 de diciembre de 2025, durante la vigésima sesión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, celebrada en Nueva Delhi, India.Este nombramiento resalta el valor del joropo no solo como manifestación artística, sino como una tradición viva que se mantiene vigente gracias a la transmisión de saberes entre generaciones.¿Por qué la Unesco declaró al joropo Patrimonio Cultural de la Humanidad?De acuerdo con la Unesco, el joropo "es una tradición festiva que surge del encuentro histórico entre poblaciones indígenas, africanas y europeas", dando origen a una expresión cultural compleja que integra música, canto, poesía y danza. Su riqueza se manifiesta tanto en los instrumentos que lo acompañan como el arpa, el cuatro, las maracas, el violín y el acordeón, como en sus letras, que relatan historias de amor, la naturaleza, el humor y la vida cotidiana del llano.Además la música del joropo se interpreta a lo largo de todo el año, en diferente regiones del país de manera espontánea o en eventos organizados, y está presente en celebraciones familiares, reuniones comunitarias y festividades religiosas y culturales. Esta tradición no solo es musical, pues está acompañada de la danza, en la que en pareja, hombre y mujer, ejecutan pasos precisos adornados con "zapateos", que marcan el compás de la melodía, acompañados con trajes de colores, floreados y alpargatas.La Unesco también destacó el papel de artesanos, músicos, compositores, sastres y cocineros, quienes contribuyen a preservar esta manifestación cultural. El conocimiento del joropo se transmite a través de la observación y la imitación, y se refuerza mediante escuelas especializadas y "casas de la cultura" donde niños y jóvenes aprenden música, danza, vestimenta tradicional y los valores asociados a esta expresión cultural.Más allá de su valor artístico, el joropo fue reconocido como una fuente de identidad, orgullo y unidad comunitaria. La tradición fortalece los lazos familiares y sociales desde los artesanos que hacen los instrumentos y confeccionan los trajes, hasta los artistas que la interpretan, la danzan y la acompañan con la gastronomía, convirtiéndose en un eje fundamental de la vida cultural de las comunidades llaneras.El reconocimiento internacional busca garantizar la protección, difusión y salvaguardia de esta expresión, asegurando que las futuras generaciones continúen encontrando en el joropo una forma de narrar su historia y su relación con el territorio.Ante este reconocimiento, Nicolás Maduro, líder del régimen venezolano manifestó: "Aquí se baila joropo profundo y auténtico, porque nosotros no venimos de las castas de los apellidos, somos del Pueblo joropero. ¡A ponerse las alpargatas que lo que viene es triunfo de nuestra cultura!".Por su parte los usuarios en redes sociales no se quedaron atrás y mostraron su orgullo. "Este título mundial demuestra que nuestra verdadera riqueza es intangible: está en el repicar del arpa, en el zapateo firme y en la poesía del coplero. Es la esencia de lo que somos", afirmó una persona en un comentario.¿En qué se basa la Unesco para nombrar sus patrimonios culturales?La Unesco cuenta con diez criterios para la inclusión de bienes en la Lista del Patrimonio Mundial, divididos en dos grandes categorías: cultural y natural. En el caso del patrimonio cultural, se evalúan aspectos como la representatividad de una tradición viva, el intercambio de valores humanos, el testimonio de una identidad cultural y su asociación con prácticas, creencias y expresiones artísticas de relevancia universal.Estos criterios permiten identificar manifestaciones que no solo tienen un valor histórico o estético, sino que siguen vigentes y cumplen un papel esencial en la vida de las comunidades que las practican, como ocurre con el joropo venezolano.HEIDY ALEJANDRA CARREÑO BELTRANNOTICIAS CARACOL
Dos personas murieron y otras ocho se encuentran gravemente heridas por un tiroteo ocurrido este sábado en el campus de la Universidad de Brown, en Estados Unidos, informaron las autoridades. "Confirmo que dos personas murieron esta tarde y que otras ocho se encuentran graves", declaró en una conferencia de prensa el alcalde de Providence, en Rhode Island, Brett Smiley.(Síganos en Google Discover y conéctese con las noticias más importantes de Colombia y el mundo)El ataque ocurrió en el edificio Barus and Holley, sede de los departamentos de ingeniería y física, donde se realizaban varios exámenes en ese momento. El sospechoso del ataque sigue prófugo. Las autoridades describieron al atacante como un hombre vestido completamente de negro."Estamos utilizando todos los recursos posibles para encontrar a este sospechoso. La orden de refugiarse sigue vigente y exhorto a las personas a que la tomen muy en serio. Por favor, no vengan al área", dijo el subjefe de policía Timothy O'Hara.El sospechoso fue visto por última vez saliendo del edificio y no se ha hallado ningún arma, dijeron las autoridades. La Universidad de Brown reportó la presencia de un "atacante activo" y alertó: "Cierren las puertas, silencien sus teléfonos y permanezcan ocultos hasta nueva orden".La Policía y los equipos de socorro se agolparon en el lugar, y la cadena local WPRI informó que había ropa y sangre en la acera.El testimonio de testigo del tiroteoEl presidente Donald Trump dijo en su red social Truth Social que fue informado del tiroteo y que el FBI se encontraba en el lugar. "Qué cosa tan terrible", escribió. "Todo lo que podemos hacer ahora mismo es rezar por las víctimas".Katie Sun le dijo al periódico universitario Brown Daily Herald que estaba estudiando cerca del edificio cuando escuchó un disparo. Corrió a su dormitorio, dejando sus pertenencias atrás. "Honestamente, fue bastante aterrador. Parecía que los disparos venían de... donde están las aulas", dijo.La prestigiosa universidad de la Ivy League está ubicada en Providence, Rhode Island, cerca de Boston y tiene alrededor de 11.000 estudiantes.Armas de fuego en Estados UnidosEste es el más reciente en una larga serie de ataques armados en centros educativos en Estados Unidos, país en el que los intentos de restringir el fácil acceso a las armas de fuego se enfrentan a un bloqueo político.Con más armas de fuego en circulación que número de habitantes, Estados Unidos presenta la tasa de mortalidad por armas más alta de todos los países desarrollados.Las matanzas son un flagelo recurrente que los sucesivos gobiernos no han logrado contener hasta ahora, ya que muchos estadounidenses siguen muy apegados al porte de armas, garantizado por la Constitución.En 2024, más de 16.000 personas, sin contar los suicidios, murieron por arma de fuego, según la ONG Gun Violence Archive.AFP
Atlético Nacional buscó, pero no pudo, al encontrarse con el guardameta, Washington Aguerre, quien se lució con varias atajadas. Por eso, la final de ida de la Copa BetPlay finalizó 0-0 y el campeón se definirá el próximo miércoles 17 de diciembre, a las 7:30 de la noche, en el estadio Atanasio Girardot. Mientras que ese momento llega, se conocieron las primeras reacciones del juego que se disputó este sábado y hablaron el entrenador, Diego Arias, y el delantero, Alfredo Morelos.¿Por qué se vieron dos equipos diferentes?"En el primer tiempo, nos costó porque Medellín tuvo a sus once jugadores atrás, en su propia área. Posteriormente, en la segunda, se crearon cinco o seis opciones claras, pero no entró. La forma de disputar el partido nos deja con la ilusión de poder conseguir el título en la vuelta".¿Qué pasó con Jorman Campuzano y Juan Rengifo?"Juan Manuel tuvo un golpe en el rostro y Campuzano tuvo una sensación en la parte posterior y esperaremos los partes médicos para saber si estarán en el siguiente juego".¿Se imaginaba este partido de esa manera?"Sí porque en los últimos enfrentamientos hicieron algo similar, así que nos costó identificar cómo hacerlo, pero hubo un equipo que se fue al frente y otro que jugó como lo hizo, perdiendo tiempo, el arquero botándose al piso, el árbitro ayudó mucho porque ese tipo de acciones no son penalizadas. Los jugadores fingieron faltas y eso afectó el espectáculo. Iremos al partido de vuelta con la intención de jugar como lo hicimos hoy, ya que se hizo bien y nos permitirá estar cerca de lograr el objetivo".Declaraciones de Alfredo Morelos, tras la final de ida de Copa BetPlay¿Cuál fue la mentalidad del equipo?"La ambición era ganar el partido. Salimos a buscarlo desde el inicio, más allá de que la primera parte no fue buena. Tuvimos las ganas en el segundo tiempo, buscando y queriendo el resultado arriba. Sin embargo, el arquero del rival sacó unos balones difíciles. Ahora, se vio que fuimos ambiciosos a la hora atacar y crear, pero no se nos dio. Ahora, vamos con la mentalidad de ganar en el segundo juego".¿Por qué es tan difícil marcar?"Nosotros nunca vamos a querer fallar una opción de gol, solo que son cosas de fútbol. Además, nos debemos preocupar cuando no se creen opciones, pero si sigue así, en algún momento se nos va a dar. Es una final que todos queremos y se está luchando. Luchamos y se generaron oportunidades de gol, por lo que sabemos de las capacidades que tenemos y lo que podemos conseguir".Rueda de prensa de Atlético Nacional, tras 0-0 con Medellín, en Copa BetPlay
En Valledupar hay conmoción por el ataque del cual fue víctima Jorge Mario Gutiérrez, compositor de música vallenata. Los hechos se registraron en la mañana de este 13 de diciembre cuando el artista estaba a las afueras de su casa, en el barrio Los Ángeles.(Síganos en Google Discover y conéctese con las noticias más importantes de Colombia y el mundo)De acuerdo con las versiones preliminares del caso, Gutiérrez fue abordado por tres hombres quienes se movilizaban en dos motocicletas. Al parecer, los atacantes buscaban robarle una cadena de oro, situación a la cual el músico se opuso, comenzó un forcejeo y le dispararon.De inmediato, el vallenato -de 44 años- fue trasladado con ayuda de sus vecinos a la Clínica Erasmo luego de recibir dos impactos de bala, uno en el rostro y otro en el abdomen. Se conoció que el pronóstico de Gutiérrez es reservado.También trascendió que se está solicitando donantes de sangre de manera urgente debido a que la herida le provocó abundante pérdida. Por estos hechos, la Alcaldía de Valledupar ofreció una recompensa de 15 millones de pesos como recompensa para capturar a los tres delincuentes señalados de cometer el ataque.En un mensaje a través de X, el alcalde de Valledupar, Ernesto Orozco, lamentó el ataque contra el empresario y compositor Jorge Mario Gutiérrez. “Este hecho es inaceptable y no puede quedar en la impunidad. Desde la Alcaldía ofrecemos hasta $15 millones de recompensa por información concreta que permita identificar y capturar a los responsables. Hacemos un llamado a la ciudadanía para que suministre información a la Policía y a la Fiscalía”, apuntó el mandatario local.Algunos de los éxitos de Gutiérrez son ‘Me quedé esperando’, Poncho Zuleta; ‘Pa’ que te enamores’, de Iván Villazón; y ‘Mi premio mayor’, de Peter Manjarrez.NOTICIAS CARACOL