Este trastorno silencioso suele despertarse o agravarse en época navideña, donde las apuestas en casinos, bingos y páginas en línea se incrementan.
El negocio es tan rentable que cada año, en promedio, se realizan apuestas por orden de los $15 billones.
Aunque miles de millones de esas ganancias son destinados a la salud, la ludopatía o adicción a los juegos es un problema latente.
Jaime, un exjugador de 55 años, cuenta que su ludopatía lo llevó a perder unos $1.000 millones.
Publicidad
Él no es el único: según cifras de Coljuegos, el 70% de los colombianos alguna vez ha participado en un juego de suerte o azar, y el 55% es un jugador permanente.
Grandes casinos manejan listas de exclusión en donde las familias o los mismos ludópatas pueden bloquear su ingreso. El tema es que existe una línea delgada entre el juego social y el que se define como patológico, que avanza de manera silenciosa y progresiva.
Publicidad
"No es una adicción como la de sustancias que genera unos síntomas específicos; la adicción al juego genera más cosas de tipo comportamental como el alejamiento de la familia, la no participación en las actividades”, explica Belisi Montenegro, psiquiatra de la Clínica Nuestro Señora de la Paz.
Entretanto, la industria del juego está lejos de verse afectada y sigue creciendo. Cada año, en promedio, se hacen apuestas por el orden de los 15,8 billones de pesos y se retorna al jugador en premios aproximadamente el 85%, según Coljuegos.
El negocio de las apuestas en línea también sigue disparado: en 2018 se han realizado más de $129 millones de transacciones electrónicas.