Los hechos ocurrieroncuando Israel Hernández, de 18 años, pintaba un grafiti en la pared de un edificio abandonado de Miami Beach y al ser descubierto por la policía echó a correr, ante lo cual los agentes iniciaron una persecución que acabó con el chico tendido en el suelo por un disparo con una pistola eléctrica Taser, según la policía.
"El Ministerio de Relaciones Exteriores ha solicitado a las autoridades pertinentes, a través del Consulado de Colombia en Miami, que se investigue y se esclarezca este lamentable episodio", manifestó la cancillería en un comunicado.
Después de recibir el disparo eléctrico el joven fue transportado al hospital Mont Sinai, donde los médicos intentaron reanimarlo inútilmente.
La familia Hernández acusó a la Policía de hacer uso excesivo de la fuerza para detenerle.
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En el comunicado, la cancillería explica que el consulado en Miami "ha estado en permanente contacto con los familiares del joven, a quienes se les ha suministrado la asistencia social y jurídica requerida para este caso".
El texto agrega que el Ministerio de Relaciones Exteriores pidió a la embajada de Estados Unidos en Bogotá un visado de carácter humanitario para que un hermano de Hernández pueda viajar a su funeral.
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Los padres del joven fallecido han reclamado en declaraciones a medios colombianos que se haga justicia en este caso , mientras que la Unión Americana de Libertades Civiles de Florida (ACLUF) pidió que se investigue el incidente.
"Un adolescente de apenas 18 años con un futuro prometedor está muerto porque un policía de Miami Beach le disparó con una pistola Taser. Su crimen aparente: un grafiti", señaló la ACLUF.
Según el director ejecutivo de esta organización de defensa de las libertades civiles, Howard Simon, "hay muchas preguntas que necesitan respuesta" y "no hay suficiente justificación para el uso del Taser" en este caso.
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