Medellín es reconocida por ser un centro de la moda, pero también por contar con decenas de sitios para la práctica de las cirugías estéticas. Esta tendencia exponencial ha provocado que algunos cirujanos inescrupulosos abran en cualquier garaje un centro de belleza.
En uno de estos sitios murió Ximena López Cuervo (foto), una joven de 21 años que quería aumentar el tamaño de sus glúteos.
Su deceso no solo generó reacciones en las redes sociales, sino que puso en el ojo de las autoridades a por lo menos 40 centros estéticos de dudoso profesionalismo, de los cuales, dos meses después, la Policía cerraría diez.
Hay un dato más preocupante: para la fecha, Ximena López era la quinta mujer muerta en un procedimiento estético en Medellín. Para julio de este mismo año, ya eran siete las víctimas. A una de ellas, incluso, la operó un hombre que tenía como título el de chef.
“Ximena ingresa el 17 de marzo al medio día sale a las 5:00 de la tarde, se hace una intervención que es llamada inyección de biopolímeros, en la página de ellos no aparece nada de esos servicios sino que los ofrecen cuando ya las personas están allá”, relata Teresa Villa Giraldo, tía de la víctima.
Según el parte médico, los biopolímeros inyectados comprometieron el 98 por ciento de sus pulmones. Al presentar constante fatiga y dolor acudió a un centro asistencial, donde no fue atendida por tratarse de secuelas de un procedimiento estético.
Sandra Marcela Pérez Hernández, de 27 años, continuaría en la lista luego de Ximena. Ella quiso cambiarse unos implantes mamarios, aumentar sus glúteos y realizarse una abdominoplastia.
Updated: diciembre 21, 2016 10:13 a. m.