¿Arte o vandalismo? El debate sobre el grafiti se abrió esta vez en Medellín.
Una pintada en uno de los vagones del metro de la capital antioqueña, que apareció en la madrugada del domingo, tiene a algunos habitantes de la ciudad ‘parados en el pelo’ y a otros exigiendo espacios para este oficio.(Lea también: Grafiteros pintan vagón de la Línea A del Metro de Medellín).
Uno de los que reclamó por el hecho es Federico Gutiérrez, el alcalde de Medellín, quien lo hizo desde su perfil de Twitter:
Una cosa es el grafiti como arte y otra muy diferente como vandalismo. #CuidemosNuestroMetro es de todos. Que la Cultura Metro continúe.
— Fico Gutiérrez (@FicoGutierrez) March 7, 2016
En esa misma línea, la del rechazo, se pronunció el Representante a la Cámara por el Centro Democrático, Federico Hoyos:
Graffiti en Metro Medellín: Irrespeta un símbolo de cohesión y cultura de la ciudadanía. Necesario sanciones que evite repetición de hechos.
— Federico Hoyos (@FedericoHoyos) March 7, 2016
Pero otra cosa piensan artistas urbanos y expertos en el tema.
Por ejemplo, Jeison Castaño –más conocido como Jeihhco-, cantante de hip hop, líder juvenil, cultural y uno de los gestores de Casa Kolacho y Graffitour en Medellín, cuestionó en su cuenta de Instragram a quienes rechazan el que alguien haya pintado el metro.
“Ya todos opinaron y la gran mayoría cataloga a los graffitis en el Metro como vandalismo y bueno, que gane la mayoría, digamos que sí es vandalismo. Ahora les tengo otra pregunta: ¿la siguiente imagen es arte o vandalismo y por qué?” dijo y agregó la imagen de un autógrafo del artista colombiano Fernando Botero, que fue puesto en algunos vagones del metro:
Por ahora, no solo el alcalde de Medellín y el representante a la cámara piensan que es vandalismo.
El comandante de la Policía del Metro de Medellín, el coronel Javier Parra, lo explica en los siguientes términos: “Se dio una vulneración a la seguridad y se dio una afectación al patrimonio de Medellín”.
Y según Claudia Restrepo, gerente del Metro de Medellín, se hizo un peritazgo del tren pintado y se calculó que los daños al sistema superan los 50 millones de pesos (unos 15 mil dólares), que tendrán que ser devueltos por quienes ‘dejaron su huella’ en el vagón.
“Nosotros queremos precisar que no hay una discusión entre grafiti y arte urbano, que consideramos de gran valor. No podemos igualar el grafiti con el vandalismo. Acá hubo vandalismo, se vulneró la seguridad de la estación”, dijo en una rueda de prensa en la que explicó que los daños tienen que ver con la suspensión de los recorridos que tenía programados ese vagón y volverlo a pintar.
En cuanto a la identidad de los responsables, el oficial Parra aseguró que hay un grupo de Policía Judicial recolectando pruebas para llegar a la captura de “estos individuos por daño en bien ajeno y vandalismo en el Metro de Medellín”.
Quienes pintaron el vagón del Metro, explicó, ingresaron al sistema al vulnerar una de las rejas de protección, se ubicaron en la plataforma y pintaron. “Tenemos imágenes de cámaras, se está manejando una parte (de la información) con grupos que se dedican a esta actividad y que están en contra de las conductas que generan vandalismo”, agregó el coronel Parra, sobre los datos que tienen para dar con los responsables.
La gerente del Metro también manifestó que se reforzarán las medidas de seguridad para evitar que este tipo de hechos, que ya se habían presentado en 2012 y 2014, no vuelvan a ocurrir.
Noticias Caracol habló con el gestor cultural experto en grafitis Camilo Fidel López.
“Más allá de polarizar si estuvo bien o mal, si es vandalismo o un acto artístico, se debe reflexionar por qué se hacen estas cosas. Eso representa una manifestación de expresión en unos espacios públicos que son los espacios más adecuados para la comunicación”, dijo.
Para él, este tipo de hechos suceden en todo el mundo. “Esto tiene antecedentes históricos en los metros de todo el mundo. El metro de Roma está lleno de tags, firmas, robots, piezas. No se trata de algo que sucede exclusivamente en Medellín, es un fenómeno mundial, una cultura que se afilia a una serie de cánones que incluye la pintada de trenes”.
Y explicó que “no se trata de dañar el tren. El tren no se va a descarrilar, el Metro no va a dejar de prestar su servicio, lo que sucede es que se entabla una conversación no literal entre lo que propone el practicante de grafiti y lo que propone la ciudad”.
Además, se refirió a lo dicho por Jeihhco en su cuenta de Twitter:
Lo realmente malo es que ningún graffitero se apellida "Botero".
— Jeihhco (@Jeihhco) March 7, 2016
“Se plantea que existen para ciertos artistas unos espacios que siempre se abren y que hay una necesidad de expresión de miles y miles y jóvenes que se ve reflejada en el grafiti”.
También, Camilo Fidel manifestó que “durante mucho tiempo se ha pensado que esas prácticas son dañinas, menoscaban a las ciudad, pero la realidad ha demostrado que cuando se crean políticas públicas, espacios, como Medellín lo ha hecho, hay un desarrollo cultural, humano, económico, a través del grafiti”.
Para este experto en grafiti, Medellín necesita conversar sobre este tema y la pintada del tren en la madrugada del domingo es una gran posibilidad de abrir la discusión.
“Como colombiano me parece un orgullo el Metro, pero si lo veo pintado con arte, me parece más interesante que un metro cualquiera”, expresó frente a la posibilidad de que la ciudad le pueda brindar un espacio a los grafiteros para que pinten otros vagones sin necesidad de retar los esquemas de seguridad del sistema.
“El Metro tiene un color definido, pero si queremos hacer un ejercicio de autenticidad, se puede convertir ese metro en una obra de arte. Lo que hay es una oportunidad, pero lo más fácil, el discurso más sencillo, es prohibir y criminalizar. Ya están diciendo que es un criminal”, añadió y hizo referencia a lo peligroso de este tipo de señalamientos.
“Ya en Bogotá hubo un homicidio de un grafitero (el caso de Diego Felipe Becerra), en el que se ha visto involucrada la policía. Esos señalamiento y calificativos de delictivo pueden volverse graves”, dijo Camilo Fidel, quien asegura haber trabajado en los más importantes proyectos muralísticos de Colombia, de la mano de la empresa y algunas instituciones públicas.
¿Qué dice el grafiti?
Según Camilo Fidel, que tiene más de 3 mil seguidores en su cuenta @camilofidel en Twitter, son unas letras, modificadas por los artistas. “Se nota que fue una cosa muy rápida, no se tomaron mucho tiempo y lo que dice es el nombre de los artistas o el crew (grupo)”.
“Es un ejercicio caligráfico de lo que se presenta en todo el mundo, es una tendencia mundial que debe ser comprendida y Medellín no le puede dar la espalda. Ya fue comprendida en Miami, Montreal y Bogotá. Es un estilo en el que se cuentan por miles los grafiteros de Medellín”, agregó.
Lo que se vio en el tren que fue pintado cuando estaba parqueado (fuera de servicio) entre las estaciones de Industriales y Exposiciones, en el centro de Medellín, “es una pieza con los nombres, la misma firma de los grafiteros, con estilo definido, detalles, profundidades y volúmenes”, dijo el experto.
Ese tipo de escritos, aseguró, están inspirados en la escuela de grafiti norteamericana, que tiene como principales influencias artísticas el expresionismo abstracto, la publicidad y que tiene que ver con las portadas y carátulas de los comics en los años 60 y 70.
Finalmente, dijo que los grafiteros que rayaron el Metro de Medellín se pudieron haber inspirado en Jakson Pollock y Jasper Johns, dos artistas norteamericanos reconocidos en el arte pop urbano.