
Lo que comenzó como una celebración entre amigos durante los carnavales de Ocaña, Norte de Santander, terminó en una tragedia que conmocionó al país. En la madrugada del 6 de enero de 2025, Camilo Andrés Carrillo, un diseñador gráfico de 27 años, murió tras ser atropellado por una camioneta de alta gama. Aunque en un principio se pensó que fue un accidente, la investigación revelaría que el vehículo era conducido por su amigo, Nicolás Mauricio Gutiérrez Rondón. Este suceso ha sido comparado con el sonado caso Colmenares, por las similitudes en las circunstancias y el trágico giro que tomó la historia tras una salida con amigos.
Para la familia de Camilo Carrillo, su muerte no fue un accidente. Están convencidos de que detrás de este siniestro vial hay algo más. Por eso, decidieron recopilar evidencias como videos y testimonios para reconstruir lo que realmente ocurrió aquella madrugada.
“Fue una muerte trágica, nosotros guardábamos la esperanza de que Camilo estuviera vivo”, recuerda Stella Ortiz, mamá de la víctima, en Séptimo Día, quien se enteró de que su hijo había sido embestido por una camioneta que, además, chocó contra un taxi.
Tragedia en Ocaña
En la madrugada del 6 de enero se conoció la noticia de que un lujoso vehículo se había estrellado contra un taxi y había embestido a un peatón. Al principio, se especuló que la víctima era un vendedor de espuma, pero horas después se confirmó que se trataba de Camilo Carrillo.
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El joven fallecido era diseñador gráfico y, según su familia, tenía un futuro prometedor. Para el momento de los hechos, Camilo Carrillo trabajaba en el equipo del congresista Óscar Villamizar, al que se había vinculado desde agosto de 2024. Fue en ese entorno donde conoció a Nicolás Mauricio Gutiérrez, un joven que empezaba a abrirse camino en la política y que, en 2023, fue candidato al Concejo de Bucaramanga por el partido Centro Democrático.
Desde entonces, la amistad entre ambos jóvenes comenzó a fortalecerse, al punto de que Camilo no dudó en hospedar a Nicolás en la casa de sus abuelos durante los carnavales de Ocaña. Nicolás llegó acompañado de Jorge Steven Guzmán, estudiante de Derecho y compañero suyo en la universidad. Aunque Camilo no conocía a Jorge, accedió a recibirlo con la misma hospitalidad.
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Fatal accidente
Los hechos ocurrieron dos días después de la llegada de Nicolás y Jorge a Ocaña, donde planeaban disfrutar de las fiestas tradicionales. Ese día, los tres jóvenes salieron en una camioneta BMW, propiedad del padre de Jorge Steven.
Tras salir de un bar, los jóvenes continuaron la celebración en la calle. Minutos después, la lujosa camioneta en la que se movilizaban se estrelló, causándole la muerte a Camilo Carrillo. Al hospital llegó rápidamente Darlington Torrado, padre adoptivo de la víctima, quien se enteró del hecho a través de una publicación en redes sociales que indicaba que el vehículo pertenecía a Jorge.

“Llegamos al hospital y comenzamos a preguntar qué había pasado. Nos dijeron que quien iba conduciendo la camioneta era Nicolás. Ahí fue cuando empecé a alarmarme”, dijo Darlington Torrado.
El hombre aseguró que, tras enterarse de lo ocurrido, llamó a la madre de Nicolás para informarle, pero quedó desconcertado con su respuesta. “Tranquilo que yo ya estoy haciendo la gestión con la Defensoría del Pueblo, yo ya tengo allá eso moviéndose”, le dijo la mujer. En ese momento, Darlington desconocía quien era la víctima fatal del siniestro.
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¿Accidente u homicidio?
El secretario de Tránsito de Ocaña, Enrique Armando Noguera, señaló que los agentes de tránsito informaron que Nicolás era el conductor y que la prueba de alcoholemia arrojó tercer grado de embriaguez, por lo que fue detenido en el lugar.
No obstante, la versión de Nicolás era contradictoria, pues afirmó que él no estaba conduciendo la camioneta y que quien manejaba era otro joven que conoció esa noche.
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Debido a las inconsistencias del caso y a la insistencia de la familia de Camilo Carrillo por conocer la verdad detrás de lo ocurrido, decidieron recopilar información por su cuenta. Entre las pruebas reunidas, se encuentran videos de cámaras de seguridad que muestran a Nicolás bajándose del puesto del conductor tras el accidente. Otro clip reveló una discusión entre Nicolás y Jorge apenas 20 minutos antes del siniestro.

Para la familia, estas pruebas eran contundentes para creer que no se trató de un simple accidente, sino de un presunto homicidio. Además, una testigo aseguró que, durante la discusión que ocurrió en la calle, “Jorge quería seguir peleando con Nicolás, pero Camilo no lo dejaba y al final como que lo tranquilizó (…) luego arrancan, se abrazan y empiezan a caminar”.
Chat y testimonios
Según el registro de llamadas de la víctima, segundos antes del accidente, Camilo habló con Nicolás y le envió su ubicación por WhatsApp, luego el señalado responsable arranca la camioneta, a pocos metros, ocasionó el siniestro.
“El conductor de la camioneta venía en un alto grado de excitación por ebriedad, tercer grado exactamente. El haberse comunicado con Camilo Carrillo, mandarle su ubicación, nos permite pensar que cuando la camioneta arranca y arranca en esa velocidad, sí había una intención de dañar la vida”, indicó la abogada de la familia de la víctima.
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Las autoridades entregaron un croquis del accidente y afirmaron que no se encontraron huellas de frenado, ya que el vehículo terminó varios metros adelante del lugar del impacto.
El 8 de enero de 2025, debido a las pruebas recopiladas, la Fiscalía de Ocaña imputó al presunto responsable por el delito de homicidio agravado, una acusación que podría conllevar una pena de entre 33 y 50 años de prisión. Por su parte, la defensa de Nicolás insistió en su inocencia y alegó que no existen pruebas concluyentes que lo señalen como el conductor del vehículo.

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Un caso que recuerda al de Colmenares
Este caso ha sido ampliamente comentado y comparado con el de Luis Andrés Colmenares, el joven cuyo cuerpo fue hallado en circunstancias confusas por los bomberos de Bogotá en un caño la madrugada del 31 de octubre de 2010, luego de haber asistido a una fiesta con unos amigos.
Aunque la investigación inicial concluyó que Colmenares había caído accidentalmente en un canal, las dudas y múltiples hipótesis apuntaban a un posible homicidio. En el proceso fueron implicadas Laura Moreno y Jessy Quintero, las últimas personas con las que fue visto con vida. Sin embargo, ambas fueron absueltas.
Tanto el caso de Luis Andrés Colmenares como el de Camilo Carrillo han despertado fuertes paralelos, pues ambos jóvenes murieron en circunstancias confusas tras salir con amigos. En los dos casos, las primeras versiones apuntaban a un accidente, pero las dudas, contradicciones y pruebas recopiladas por sus familias cambiaron el rumbo de las investigaciones.
Hoy, la familia de Camilo Carrillo continúa luchando incansablemente por esclarecer la verdad y exigir justicia, mientras avanza el proceso judicial contra Nicolás Gutiérrez, quien permanece recluido en la cárcel La Modelo de Bucaramanga.