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    “Boca tiene mística copera”. Ese es el cliché que se escucha en repetidas ocasiones cada vez que Boca Juniors gana un partido de Copa Libertadores. Siempre lo dicen, pero más aún este año. Y es que el equipo de Carlos Bianchi está firmando su peor campaña en toda la historia en el campeonato argentino. En 13 fechas, ha ganado un solo partido y está en el penúltimo puesto de la tabla de posiciones. Pero Boca está en octavos de final contra Corinthians, último campeón de la Copa, y ya le ganó el partido de ida. El ‘xeneize’ no puede jugar peor en el torneo local, pero en el campeonato continental le alcanza para vencer al defensor del título. Ahí es que se habla de la mística. Pero la mística no es sólo eso. Los clubes argentinos ya le perdieron el respeto al conjunto de Carlos Bianchi. Incluso en La Bombonera quieren ganarle. Con el resto de los equipos de América no pasa lo mismo. Hay que remontarse al 14 de junio el año pasado. Universidad de Chile era uno de los equipos más temidos del continente… hasta que pisó el gramado del estadio de Boca. Jorge Sampaoli, entrenador del cuadro azul, declaró ser hincha de River y que iba a hacer todo por vencer a su máximo rival. Sus jugadores, al parecer, le entendieron todo al revés. La ‘U’ pareció un equipo del ascenso de Haití y el equipo dirigido por Julio César Falcioni en ese entonces, le pasó por encima. “Los chilenos le jugaron a Boca con los pantalones abajo”, se dijo al otro día en los medios argentinos. Suena vulgar, pero así fue. Anoche, Boca llegó a Brasil con una ventaja. El 1-0 conseguido en Buenos Aires le da la tranquilidad de que con un empate clasificará a cuartos de final. Juan Román Riquelme, máximo ídolo de la historia ‘xeneize’, habló para quitarle la presión de encima a su equipo. “Corinthians es el favorito. Es el último campeón de la Copa”, afirmó el ‘10’. De esta forma, después se podrán excusar que no es un fracaso si llegan a quedar eliminados. Esta noche, además, Riquelme arriesga un trozo de su prestigio. Sin él, Boca venció al ‘Timao’ en La Bombonera. Hoy, lo más probable es que esté desde el arranque. Sin embargo, en caso de una derrota, seguramente la culpa no será de él. Todos los ojos estarán puestos sobre la defensa, punto débil de Boca este semestre. Y ojo, enfrente tendrá a dos delanteros de talla mundial como Alexandre Pato y el peruano Paolo Guerrero. Corinthians tiene un invicto de 18 partidos como local en la Libertadores. Boca, con Bianchi en el banco, nunca ha perdido en suelo brasileño. De seis partidos, ha ganado tres y ha empatados los otros. Más allá de las estadísticas, lo único que cuenta es que Boca está arriba en el resultado. Hoy, a partir de las 8 p.m., hora colombiana, el segundo equipo más ganador de la Copa Libertadores, se jugará la clasificación a cuartos de final frente a Corinthians, un conjunto que a pesar de haberle arrebatado el título en la edición pasada, no deja de respetarlo. Con esa clasificación, el equipo de Bianchi busca salvar el semestre después que en Argentina todos los clubes lo han irrespetado como nunca. Es posible que Boca pase de ronda, pero en caso de hacerlo tendrá una prueba dura. Su próximo rival sería Vélez o Newell’s, dos de los cuadros que menos respeto le tienen en el fútbol argentino. Twitter: @pabloriosg Seguir a @pabloriosg

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    No despierta mayor interés que un hincha muera porque ya solo nos sorprenden las tragedias de grandes proporciones. Un sujeto encapuchado sacó intempestivamente un revólver y disparó contra el carro en el que viajaban hinchas del Once Caldas. Un joven aficionado de 21 años murió y otro de 17 quedó herido. Ese es el resumen de la última historia de la muerte vestida de fútbol. El equipo de Manizales había perdido 2-1 contra Nacional, pero después de esto perdieron todos: Antioquia, la sociedad, la Policía, la familia del fallecido… Pero nada de eso nos aterra y ni siquiera nos sorprende. La verdadera tragedia es la indiferencia y la indolencia. El asesinato de Juan David Atehortúa ocurrió este lunes hacia las 8:00 de la noche en Itagüí y cada minuto que pasa desde entonces es tiempo perdido, camino a la impunidad. La reacción siempre es la misma. Aparece alguna columna simple de rechazo (como ésta); el inicio de exhaustivas investigaciones; la sentencia de que fútbol es el reflejo de una sociedad demacrada; la necesidad de educar y vigilar a las barras bravas; el lamento por las lágrimas ajenas; el pedido de castigo para los violentos; el menosprecio a la ley del Deporte porque aparentemente sirvió para la foto de Santos y Vargas Lleras y poco más; el llamado a las autoridades para que actúen antes, durante y después de los partidos y no solo en los estadios; calificar a Colombia como un país violento… Todos los lugares comunes habidos y por haber… En este país pasa de todo, pero al final no pasa nada. El asesinato de este hincha del Once Caldas no tiene por qué conmovernos. No somos sus allegados, desconocemos lo que fue su vida, si era bueno o andaba en malos pasos, y finalmente muchos podrán pensar, seguramente con razón, que hay cosas más importantes y graves que sentir en estos momentos. Ojalá que este caso sirviera para algo, como debería suceder con cualquier otra muerte, pero no va a ser así. A veces, salen cosas buenas tras la desdicha. “Fue un momento difícil saber que uno de mis primos fue al partido y estaba entre los fallecidos. Ver el dolor de su madre me ha convertido en el jugador que soy hoy”, afirmó Steven Gerrard al ser preguntado por la tragedia de Hillsborough. Nada parecido nos va a pasar. Así los deseos sean todo lo contrario. Si no ha importado que asesinen a un futbolista muchos menos que a un hincha. En Twitter: @javieraborda

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    TEST MILLOS 1-2013 Mucho se ha hablado de Millonarios en este semestre. El equipo más grande de Colombia llegó a defender su título y a volver a la Copa Libertadores de América. La parte futbolística ha ido de menos a más. Las lesiones e irregularidad siguen acosando al equipo más veces campeón junto con los chismes y errores arbitrales. Ofrezco a mis lectores un TEST¡¡ (Léase con voz de Jaime Garzón, hincha de millos, en Zoociedad), sobre lo que ha ocurrido este semestre y ver qué tan enterado está usted del acontecer azul. Diviértase y relájese un poco porque se viene el momento de apretar dientes para conseguir los puntos necesarios para estar en los cuadrangulares. Seguro que lo lograremos: La Tusa es: Algo de la mazorca. Con lo que Hernán Torres golpea a sus jugadores. Falta contra Omar Pérez. Algo que no vale ni $ 100 El Ring Tone de mi teléfono. Frente a Nacional, para su opinión, perdimos por: Porque no jugamos a atacar. Porque no se hablan los jugadores. 3 puntos para nacional eso es lo importante no? En la mitad de tiempo Mayer no le quiso prestar una toalla a otro jugador. Tuvimos muchas ganas pero nos faltó suerte. Gamarra vendido. La pareja ideal de volantes de marca para ud es: Jhonny Ramirez y señor que era mechudito. El que pelea por la sopa con el que pelea por los guayos. Falta contra Omar Pérez. El que se gana 5 millones con el que gana inmerecidamente más. Jhonny Ramirez y el que este en buen nivel. El Robayo de Patriotas o el Elkin Blanco que comenzó el torneo. Batman es: Una caricatura? No revelamos las fuentes por favor. Un tipo vestido de negro. Como nuestros buenos muchachos. Un tipo que tiene mucha plata. El nuevo central de los vecinos. Mayer Cándelo llego a cuantos goles este semestre como profesional: 98 No tenemos las fuentes para dar un concepto claro. Falta contra Omar Pérez y Roja para Román Torres. $100.000 Cien goles, #MayerCrack La causa de las lesiones, para usted son por: Solo han sido 2 lesiones. No hay que armar drama. Las disputas internas de los jugadores. No lo sabemos, pero nos hace el trabajo más fácil. El salario del preparador físico, gana mucho. El poco tiempo entre un torneo y otro. Tal vez no se planeó bien la pretemporada. Millonarios, para usted, clasificara a la siguiente ronda de copa postobon y a los cuadrangulares finales? Esta difícil, tal vez solo a una de las dos. Están divididos y peleados. No lo harán. Falta contra Omar Pérez, roja para Román Torres y 3 puntos para Nacional. Necesito saber los suelos de las secretarias y celadores para contestar. Clasificamos y lograremos la 15 y el otro semestre vamos por el tricampeonato. Si la mayoría de respuestas es 1: Usted es hincha de Millos, pero va poco al estadio. Madrea a los jugadores y no se pierde clásico. Le gusta Millonarios pero no lo ama. Le recomiendo más amor por el equipo, abonarse y dejar de escuchar Antena 2. Si la mayoría es 2: Usted hace parte de la unidad investigativa del tiempo. Tenga cuidado que el jefe Sarmiento Angulo pidió reducir personal. Sus fuentes son Wikipedia y lo que hablan en la panadería de la esquina, donde le fían. A propósito acérquese a cancelar los dos meses que debe. Yo también investigo. Si la mayoría es 3: usted es presidente de la Dimayor o la comisión arbitral. No le gusta ver a Millos arriba y hace lo que sea para que el equipo del patrocinador gane. Sus compañeros de trabajo están cansados de decirle que vaya a trabajar sin la camiseta verde y blanco. Ante cualquier caída de un alopécico en la calle le dan ganas de pitar falta. Si la mayoría es 4: Gracias Norbey Quevedo por llenar este Test. Me ganó el mínimo. Si la mayoría es 5: Nos volveremos abrazar en el estadio gritando un gol de nuestro Millos amado, Vamos por la 15 carajo¡¡¡¡¡¡ MINUTO FINAL: Que bueno es ver a Wason Renteria marcando y sobre todo jugando bien. Ante los putazos lo mejor es jugar bien y marcar. Siempre al lado suyo campeón. MAURICIO GORDILLO @MAUGOR

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    Barcelona, Bayern Munich y el Dortmund acabaron con el Real Madrid de Mourinho en las semifinales de las últimas tres Ligas de Campeones. El técnico portugués no logró el trofeo para el que lo contrataron y tendrá que irse. Los millones de euros que pagaron por él dejaron de ser una inversión. Mourinho es pasado. Y un pasado doloroso. Barcelona, en cambio, no tiene por qué sentir una explosión en sus entrañas. Algunos hablan del fin de su ciclo, pero se debería hablar más bien de una transición con Buscapina. Es así porque saldrán varios jugadores para la próxima temporada. Valdés partirá y Puyol pronto se despedirá, pero seguirán los que han marcado esta historia fascinante. Messi, Xavi e Iniesta son tinta indeleble en este equipo. La base y la idea permanecerán, incluso a pesar de la reciente y vergonzosa eliminación. Tal cual dijo Iniesta, “Es muy injusto hablar de un fin de ciclo del Barcelona” porque falta tiempo para probarlo. También porque esta escuadra lleva seis años seguidos llegando mínimo a las semifinales de la Liga de Campeones; porque ha ganado dos de ellas en el último lustro, además de dos mundiales de clubes, dos Copas del Rey y porque pronto volverá a ganar la Liga local, la cuarta de las últimas cinco. Eso no es ningún declive. Al contrario. Y nadie puede asegurar que el Barcelona del mañana se quedará con las manos vacías. No hay pruebas que lo demuestren. Eso es lo que tal vez quiere el Real Madrid, un equipo que invirtió muchísimo dinero para opacar a su archirrival. Pagó así por Mourinho, que logró lo que en un momento parecía imposible: hacerle frente a un Barcelona en éxtasis permanente. Consiguió arrebatarle la Liga con un rendimiento histórico de 100 puntos y emanciparse del yugo catalán con el consuelo de la Copa del Rey y la Supercopa. Sin embargo, no pudo conquistar la Décima, el gran objetivo. Se quedó en tres semifinales, al igual que le pasó a Leo Beenhakker en la década del ochenta, cuando el equipo blanco cayó de manera consecutiva ante el Bayern, el PSV y el Milan. Típico de su gran personaje, Mourinho alegó tras la eliminación que el Real no era ni siquiera cabeza de serie cuando él tomó las riendas y que el Madrid recuperó su prestigio en el mundo. Es verdad. Tampoco se puede negar la imprenta que deja el entrenador portugués. Mourinho le dio bríos a un merengue que se estaba derritiendo en verano y en invierno. Fue él quien pudo cambiar algo del rumbo. El problema es que todo le salió muy caro al Real Madrid. En números y en moral. “Cuando el Madrid le contrató en 2010 tuvo que compensar al Inter con el mayor traspaso jamás pagado por un entrenador: unos 18 millones de euros. A ese gasto el club añadió el sueldo más cuantioso abonado a un técnico madridista, cerca de 15 millones brutos, más los emolumentos de sus numerosos ayudantes. En total, hasta ahora la operación ha supuesto para el Madrid más de 60 millones de euros”, cuestionó el diario El País. Allende de esta situación, Mourinho se ensimismó en el Real. Hizo que su figura fuera más importante que el mismo club, lo que es absolutamente imperdonable para los madridistas. Del juego prístino de la historia blanca, con el técnico portugués llegaron manchas, insultos, provocaciones, pellizcos, quejas de niño contra los árbitros, la malsana soberbia y el 5-0 que le propinó el dream team culé. El “puto amo”, como lo llamó Guardiola, borró a Iker Casillas, peleó con Sergio Ramos, con Valdano y acabó con Kaká, por quien se habían pagado 60 millones de euros. Cruel ironía: con dos millones menos, la actual plantilla del Dortmund alcanzó la final. Desde que Real Madrid ganó su última Copa de Europa, en 2002, el club ha gastado casi 1.000 millones de euros en jugadores. Lo de Mourinho se suma a la larga cuenta. Tanto dinero sin vuelta olímpica es una completa pérdida. En fichajes se fueron 180 millones de euros en las tres últimas temporadas. Una barbaridad deportiva y social mientras España llora su economía. El ciclo de Mourinho finalizó, sin duda. “Aquí hay gente que me odia”, dijo el propio entrenador. Y es que él se ha encargado de producir esos sentimientos, incluso entre la gente que lo rodea. En la otra orilla, la gente se pregunta si el ciclo del Barcelona finalizó. Y aunque el cuadro catalán fue un hazmerreír contra el Bayern, no es así. Barcelona tiene un libreto claro que seguir con el recambio natural de su plantilla. Eso le ha traído éxito, no tiene por qué cambiarlo. Es muy triste que ahora el Real Madrid sienta consuelo en el pésame actual de su archirrival. Ambos quedaron en deuda, ambos fracasaron en su intento de ganar esta Champions. Es tiempo de pasar la página. Siempre hay revancha en este juego. El quid es el futuro y en eso el equipo con el mejor jugador del mundo cuenta con la fortuna del ahorro y el terreno abonado. El Madrid casi que tiene que empezar de cero, otra vez. En Twitter: @javieraborda

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    Hablemos de la pelota. Dejemos a un lado los árbitros, los chismes de camerino, la lloradera de los empleados de Luis Carlos Sarmiento Angulo y concentrémonos en los 3 partidos en línea que ha perdido Millonarios. 9 puntos que se nos han ido, saliendo así de los 8 primeros de la tabla de clasificación. Nada está perdido pero si hay que mejorar mucho para volver a los lugares de privilegio. Lo primero que hay que decir es que no hemos sido blanco de ataques permanentes durante estos partidos. Las oportunidades de los rivales son escasas generando juego ellos. En el clásico el rival presionó 10 minutos y un error infantil de Martinez y fue suficiente para ganarnos y no tuvimos fuerza en el ataque. Contra el equipo del patrocinador de la Liga, controlamos el primer tiempo sacrificando tenencia y ataque y ya lo ocurrido en el segundo tiempo pues lo sabe Gamarra y Cia Ltda. Frente a Itagüi se tuvo la pelota con 0 profundidad. Muy buen arranque del segundo tiempo y luego la relajación que tuvimos entregándole el balón al oponente y después la desesperación que llevo a errores como el contragolpe final. Cosas comunes en todo esto y la gran falla de este Millos modelo 2013-1: Tenencia del balón sin profundidad y errores que nos cobran. Tener el balón hace que nos lleguen poco y eso me parece correcto. Pero desafortunadamente Millonarios no hace uso correcto de esa posición y terminamos chocando siempre con los defensas rivales. Primero porque los delanteros de Millos no volvieron a tirar diagonales constantemente. Si revisan el último clásico que ganamos, en los dos primeros goles hay diagonales de los delanteros, Wason para anotar y Montero para asistir en el segundo gol. Esa era la razón por la que Cosme quedaba en muchas ocasiones pelotas de gol. MOVILIDAD. Y como no abrimos la cancha terminamos repitiéndonos por el medio y haciéndole las cosas fáciles a los rivales. Lewis Ochoa que era quien siempre desenredaba un poco el cuento está siendo doblado y perdimos ese desfogue. Por la izquierda las cosas no marchan bien y esperamos el regreso de Alex Díaz a ver si le da un nuevo aire a esa banda. Los mejores momentos de Millos al ataque en este año, han tenido movilidad de los delanteros y rapidez en la transición del balón. Hay que ser más explosivos al llegar al marco contrario y que los delanteros busquen más diagonales y menos hacer de volantes. Creo que ese apoyo debe venir de los laterales y los volantes de marca. Lo bueno es que Millos sabe hacer eso. Vimos un semestre completo de esa aplicación a la hora de proponer fútbol. Recuperemos esa memoria de ataque y seguro los triunfos y goles vendrán. En cuanto a los errores va con el nivel de los jugadores. La "roca" Martinez pasa por un mal momento y en los momentos que ha fallado se han ido los puntos. En general Millos no está en buen nivel. La cruda realidad es que perdemos porque jugamos mal. Así de duro y sencillo. La ventaja es que este equipo ha jugado bien y sabe remontar en momentos complicados. Quindío y luego Patriotas son oportunidades para salir del bache y sumar los puntos que nos mantengan en carrera. Ni somos los más malos, ni estamos eliminados, ni estamos en crisis. El bajón futbolístico se puede superar y tenemos con qué. Veo a los jugadores y al profesor Hernán Torres comprometidos con que clasifiquemos. Recuperemos lo bueno que hacíamos en el 2012-2 y la pelota dejara de estar en pelea con nosotros. Este Millonarios sabe cómo hacer que la pelota sea azul. MINUTO FINAL: Reconforta el triunfo ayer en copa Postobon. Somos líderes y vamos en amino de clasificar a la siguiente ronda. Bien por el equipo alterno que es el que ha mantenido los buenos resultados en ese torneo. Vamos Millos.

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    Es en el campo de juego donde todas las declaraciones, predicciones y opiniones quedan atrás. Cuando se da el pitazo inicial no hay otro momento que el ahora, la toma de decisiones en cada una de las acciones, es la que orientará las posteriores conclusiones. Dicen que los médicos conocen mejor que nadie los riesgos de su profesión, por lo que actúan conforme a su ética y capacidad sabiendo que la toma de sus decisiones puede ser la vida o la muerte. Gabriel Ochoa Uribe, ‘El Médico’ como le decían, inició su carrera como jugador en el América, donde se dio a conocer como portero de poca estatura pero de gran destreza, posteriormente fue transferido a Millonarios donde encontró un lugar entre las grandes figuras en la época del Dorado. Como entrenador fue el artífice de la obtención de los primeros títulos de Millonarios, En 1966 paso a dirigir al rival de patio, Santa Fe. En 1979 llego al América de Cali, equipo que logró sacar campeón por primera vez en el fútbol colombiano, título que sería solo el comienzo de una época llena de gloria, figuras y controversias. El profe Ochoa, es considerado uno de los entrenadores más importantes en la historia del fútbol colombiano, es el entrenador con más títulos conseguidos en un mismo equipo. Llevó al América a la cúspide del balompié nacional, cosechando en 1986 seis títulos, cinco de ellos de manera consecutiva (82, 83, 84, 85, 86), record que todavía ostenta la escuadra escarlata, además de ser tres veces subcampeón de la Copa Libertadores. En su nómina se encontraban figuras de la talla de Juan Manuel Battaglia, Willington Ortiz, Roberto Cabañas, Ricardo Gareca, Julio César Falcioni entre otros. Justamente ellos, el ‘Tigre’ Gareca: pieza fundamental en el ataque del América multicampeón de Ochoa; y Falcioni: Su hombre de confianza en el campo y referente dese la portería, posición que ‘El Médico’ conocía muy bien, han sido sus pupilos más queridos y que mejor han interpretado sus enseñanzas. Al punto que previo a las eliminatorias de 1986, ya como entrenador de la selección Colombia, Ochoa le propuso a Falcioni que se nacionalizara para que pudiera jugar para Colombia, algo que finalmente no sucedió por la presión del periodismo de la época. Ya como entrenadores, los dos supieron abrirse camino por medio de su trabajo. ‘El Tigre’ Gareca empezó su carrera con un exitoso paso por Talleres de Córdoba, lugar donde hoy en día es recordado con agradecimiento, luego regresó a Colombia donde dirigió al América en 2005 y a Santa Fe en el 2006. Finalmente encontró su lugar en el mundo en su actual equipo: Vélez Sarsfield. Muchos le dicen: El Ferguson del fútbol argentino, ya que en la vorágine del mundo actual, es el único técnico en primera división con más de 4 años en su cargo, donde ha obtenido tres títulos locales. Por su parte Julio César Falcioni empezó su periplo como entrenador justamente en Vélez, donde no obtuvo buenos resultados, en 2005 llegó a Independiente con quien hizo muy buenas campañas además de promover a jugadores como el ‘Kun’ Agüero. Su primer título como entrenador llegaría en el 2009, con James Rodríguez en su mejor momento llevó a Banfield a la obtención de su primer campeonato en primera división. Este logro le permitió en 2011 hacerse cargo del primer equipo de Boca Juniors, con quien obtuvo en ese mismo año el campeonato local, y en 2012 la primera edición de la Copa Argentina. Luego de una seguidilla de malos resultados fue injustamente despedido por una disputa con el máximo referente del plantel: Juan Román Riquelme. El 2011 fue el año en que dos discípulos de los principios y enseñanzas del profe Ochoa se consagraron campeones con sus equipos de manera consecutiva en el fútbol argentino: Gareca en el clausura y Falcioni el Apertura. Al finalizar el año y demostrando su amistad que ha perdurado a lo largo de los años, los dos concedieron juntos varias entrevistas, donde hablaban de sus grandes recuerdos de Colombia y de Ochoa Uribe. Falcioni solo tuvo elogios para quien fue su maestro dentro y fuera de la cancha, hablo de él como persona y entrenador: “Era un hombre que desde su capacidad y su trabajo hacia que las cosas salieran bien, hizo un equipo multicampeón” afirmó luego de que Gareca recordara algunas anécdotas de la época. Muchos recordaban y los alababan por su gran triunfo como entrenadores, además de ser grandes amigos ahora eran los dos mejores entrenadores del fútbol argentino. Lo que muy pocos reconocían es que sus conocimientos futbolísticos y gran parte de su estilo de juego se lo debían al profe Ochoa, fue él quien los formó y perfeccionó en aquel imbatible América de Cali de la década del 80’. Los que recuerdan la manera de jugar de Ochoa, se dieron cuenta que él Boca de Falcioni no era otra cosa que la interpretación de lo que había aprendido en Colombia, muchas veces criticados por lo mismo, eran equipos que primero aseguraban el cero en su propia puerta como principal arma para lograr el triunfo, la diferencia estaba en las figuras de la época del América, quienes en un contragolpe definían un partido por su capacidad individual. Viendo al Boca de hoy, es fácil darse cuenta que Falcioni hizo magia con esa defensa, los que lo echaron de manera desagradecida, ahora si valoran haber salido campeones con la valla menos vencida y de manera invicta, habiendo conseguido una efectividad del 60% de los puntos y un promedio de goles en contra de 0,894 por partido, con el mismo plantel que le acaban de meter 6 goles en un mismo encuentro. Gareca, como atacante de aquel equipo pentacampeón, interpretó el juego ofensivo del profe Ochoa, asegurando siempre la posesión del balón y la técnica de jugadores de mitad de cancha para adelante. Respaldado por una institución modelo del fútbol argentino, con una estructura de divisiones inferiores que nada tiene que envidiarle a los mejores clubes de Europa, ‘El Tigre’ supo darle estabilidad a jugadores discutidos y seguridad a las jóvenes promesas de la entraña del club para cuando tuvieran una oportunidad. Conocí muchas personas que vienen a Buenos Aires encantados por la idea de aprender los conceptos para ser un buen entrenador, con varias escuelas de renombre sin duda que este es un buen lugar para nutrirse y respirar fútbol. Anonadados por la idea de conocer más sobre la doctrina de Bilardo o de Menotti, se aventuran con la necesidad de tener una mejor preparación que la que se brinda en Colombia. Para Gareca y Falcioni, la mejor escuela quedaba en Cali, el mejor recinto era el vestuario y a su gran maestro le decían ‘El médico’, aquel que les enseño el valor de la vida y el trabajo con principios. Bien dicen que las palabras mueren en el campo de juego, pero las grandes enseñanzas perduran a través del tiempo. Por: Daniel Santamaría Jaramillo. Twitter: @danielsaja03

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    Todo comenzó hace años en el ya desaparecido Diario Deportivo cuando, en un humilde intento por explicarle a los lectores a qué carajos se referían ciertos comentaristas cuando decían "andarivel izquierdo", empecé a hacer "traducciones" del español hablado en ciertas transmisiones de fútbol a esa lengua que a nosotros supuestamente nos enseñaron en la casa y el colegio. Una versión ampliada la publicamos tiempo después en Fútbol Total con Nicolás Samper y, ya que estamos en Feria del Libro y én la víspera del Día del Idioma, retomo la idea. Si usted es de los que no entiende de qué le hablan cuando le hablan de fútbol en Colombia, acá está su diccionario: A - Achicar: cuando el narrador/comentarista diga esto, no quiere decir que los jugadores de la defensa se encogieron o que se sintieron inferiores cuando el equipo rival atacó. Todo lo contrario, quiere decir que redujeron el campo de acción del contrario, haciéndole más difícil generar una jugada de peligro. Cuando una defensa achica bien, figurativamente se "agranda". - Amasar: verbo por el cual a algunos jugadores los llaman 'panaderos'. Claro, el jugador que amasa la pelota no necesariamente le echa harina, pero suele hacer cosas con ella que son más aplaudidas que un buen palito de queso. Eso sí, a veces de tanto amasar la pecosa (ver: 'Pecosa'), se les queda pegada. - Andarivel: no se sabe cuál fue el primer narrador que creyó que una cuerda gruesa que sirve para cruzar ríos cuando no hay puentes podía equipararse a un sector del campo, pero todos los domingos escuchamos el término. - Arrugar: escatológica expresión que hace referencia al órgano sexual masculino en estado de ninguna excitación. Así, arrugados, sin sangre, parecen algunos futbolistas en ciertos momentos (ver: Sangre'e yuca). B - Barrer: cuando un jugador barre a otro no utiliza una escoba. generalmente se trata de una acción en la que un futbolista se lanza al piso para quitarle la pelota o derribar a su rival. En el primer caso es muestra de talento, en el segundo lo se se suele mostrar es la tarjeta amarilla. - Bartolo: descachado. Es un término muy bogotano que se refiere al jugador que patea la pelota sin mayor dirección. Su origen es curioso: en los años 10 el mejor equipo de fútbol en Bogotá era el del equipo del colegio San Bartolomé, que había patentado una jugada particular en la que el último defensa paraba el balón, lo pisaba y luego lo pateaba con fuerza hacia el área rival buscando que alguno de los atacantes aprovechara la confusión o el rebote. Un bartolazo al pie de la letra... - Bocajarro: en español es usual utilizar este término para un disparo a quemarropa, desde muy cerca. Claro, la definición aplica para armas de fuego, pero como pasa con casi todo lo referente a lo militar, ya hace parte del léxico del fútbol. - Buñuelo: dícese de esa masa blanda y débil que a veces se encuentra uno en los campos de juego. Se caracteriza porque es fácil de comer, ya sea a punta de amagues o por intimidación. C - Canchero: dícese del jugador que muestra tener tanta experiencia que no se intimida en ninguna cancha. Eso sí, hay unos cancheros que a la hora de la verdad terminan siendo grandes pechifríos (ver: Pechifrío). - Cuca: colombianismo cuyo diminutivo es 'cuquita', que refiere a una jugada en la que un futbolista pasa el balón entre las piernas de su rival. En el resto del mundo se le dice 'túnel' y en los Santanderes le dicen 'virgo'. Por algo será. Ch - Chalaca: es la chilena para los peruanos, ya que en el país del sur dicen que la jugada de rematar el balón tirando el cuerpo hacia atrás para patearlo a la altura de lo que sería la cabeza se vio por primera vez en el puerto del Callao, en donde la gente se llama chalaca. - Chanfle: aunque es fácil creer que es un término inventado por el Chapulín Colorado, los personajes de Roberto Gómez Bolaños simplemente utilizan una palabra que hizo carrera en hispanoamérica para referirse a la curva que toma el balón cuando se le patea con efecto. Por eso, cuando la pelota toma una curva incomprensible, a veces muchos dicen como el Chavo del 8: ¡chanfle! - Chilena: es la chalaca para el resto del mundo. Usted sabe, cuestiones nacionalistas... - Chutar: otra maravillosa apropiación del inglés 'to shoot', que traduce disparar. No está claro en qué momento nacieron acepciones como el 'enchutarse el pelo' o 'pegarse un chutazo', aunque si uno mira las tendencias capilares de los futbolistas en los 80's y las malas mañas de algunos jugadores desde esa época, se entiende perfectamente. D - Derbi: sí, es con 'y' porque la RAE ya lo aceptó. Inicialmente, y en inglés, derby se refería a una gran prueba hípica, pero con el tiempo en Inglaterra, país de larga tradición de apuestas, estas pasaron de la pista a las canchas y por eso los grandes partidos entre equipos de una misma ciudad pasaron a denominarse "derby" o, en español, "derbi". - Diez: número que por tradición distingue al mejor jugador del equipo, generalmente un media punta, volante de armado o segundo delantero. Los arqueros no llevan el número 10, y el único defensa que mereció portarlo fue Lottar Matheus. Por supuesto, a veces el 10 lo lleva cualquiera. - Dijes: cuando un futbolista dice "a los dijes" no está enviando una señal para que sus compañeros atraquen al portador o portadora de una cadena (bueno, en la medida de lo posible esto nunca pasa); se refiere a que espera que le pasen la pelota a la altura del pecho para controlarla y buscar una opción de gol. - Dimayorada: dícese de esa situación increíble, ridícula o absurda que sucede en el fútbol profesional colombiano (para más información, ver este enlace). - Driblar: del inglés 'to dribble', palabra ya acepatada por la RAE que significa regatear, esquivar a los rivales sin perder el control del balón (ver: Gambeta). - Dupleta: la tripleta existe en la RAE y se refiere a un trío, en fútbol generalmente de goles. De ahí que algunos comentaristas crean que cuando alguien hace dos en un partido hizo una dupleta, pero no, no existe... G - Gambeta: danza autóctona de Uruguay y Argentina que, al implicar un movimiento continuo de las piernas sin dejarse caer nunca, se convirtió en el término que utilizan en el Mar del Plata para los dribles y regates. - Griffin: famoso betún blanco utilizado en los 90 por algunos futbolistas colombianos para pintar sus guayos negros antes de salir a jugar un partido. Era delicioso ver cómo al final del juego el guayo volvía a su color negro original, a menos claro que se tratase de un pechifrío (ver: Pechifrío). La moda del Griffin se acabó cuando a Colombia llegaron los guayos de colores, incluyendo los blancos. - Guamazo: la guama es una fruta que tiene por dentro unas semillas grandes. Ahora bien, cuando un narrador dice que el delantero 'pegó un guamazo' se refiere a que el balón salió disparado con una potencia similar a la de esas semillas cuando uno trata de sacarlas de la guama. Mejor dicho, que el balón salió disparado como pepa'e guama. - Guanábana: cuando un arquero se estira con poca gracias y cae sobre el césped sin mayor gloria, dejando la idea de que si fuera una piscina todos en el estadio habrían quedado mojados, como cuando una guanábana madura se viene abajo del árbol, hablamos de un guanabanazo. Se ve seguido; más de lo que uno cree. H - Hincha: así se le dice al espectador que, ante el televisor o en la tribuna del estadio, hincha el pecho tomando aire para poder tirar una larga sarta de insultos al rival, el árbitro o el jugador de su equipo que meta la pata. - Hueco: suele decirse del espacio que aprovecha el rival para pasar libremente, generalmente dejado por un tronco (ver: Tronco) o un pechifrío (ver: Pechifrío) del propio equipo. I - Isquiotibial: músculo que se lesionan todos los futbolistas y que casi nadie puede decir en qué parte del cuerpo queda. Entre los isquiotibiales está el bíceps femoral, el músculo semitendinoso y el semimembranoso, pero como suenan menos científicos y tampoco se sabe muy bien dónde quedan, es preferible decir siempre: se lesionó los isquiotibiales de la pierna izquierda. Nadie va a preguntar más. J - Jugón: término español para referirse a los jugadores que gustan del buen trato a la pelota y tienen grandes condiciones técnicas. Los jugones, por supuesto, se refiere al grupo de jugadores de un mismo equipo con esas característica y en palabras de un colombiano, generalmente, quiere decir que consumimos medios españoles en exceso. K - Killer: en Inglaterra le empezaron a decir así a los goleadores en los 70, desde los 90 el término se volvió popular entre los narradores argentinos y, gracias a la televisión por cable, algunos en Colombia ya utilizan el término. L - Liga: es el sistema de competición básico del fútbol en el cual los equipos de una categoría o torneo se enfrentan todos contra todos. Sin embargo, a pesar de que el campeonato colombiano se llama Liga Postobón, acá a la Liga le salieron cuadrangulares hace años. M - Media inglesa: según la tradición, es la sumatoria de puntos que hace un equipo que gana todos sus partidos en casa y empata los que juega por fuera. Hace referencia al poderío de los equipos británicos de finales de los 70 y comienzos de los 80 que dominaron Europa. N - Negocio: uno de los términos más complejos del idioma fútbol. Un buen negocio puede ser perder por un solo gol cuando el rival fue infinitamente superior, pero un mal negocio puede ser ganar un partido en el que tu delantero estrella se lesionó. Eso sí, para negocios (especialmente chimbos), ver Dimayorada. O - Off side (también se dice a veces 'orsay'): ´término inglés para el "fuera de lugar" y lo primero que le piden que explique a alguien que se supone que entiende de fútbol. Un jugador está en fuera de lugar cuando se encuentra más cerca de la línea de meta que el balón y el penúltimo defensor. Esto quiere decir que, a la hora de recibir la pelota, entre él y el arco tiene que haber al menos dos jugadores (los dos pueden estar sobre la misma línea, uno de ellos suele ser el arquero), o de lo contrario estará en 'orsay´'. P - Palo' e mango: expresión popularizada por William Vinasco Ch., que no sólo narra con caché sino que evidentemente tiene un árbol de mango altísimo en su casa pues decía esta frase para referirse a todos los balones que patean lejos del arco. - Pechifrío: dícese de ese jugador que en los momentos claves o en los partidos definitivos no muestra lo que se espera de él y se "arruga" (ver: Arrugar). Sinónimo de 'Sangre'e yuca'. - Pecosa: cuando aparecieron las pelotas de fútbol con hexágonos negros y blancos, ese fue uno de los apelativos que en Suramérica se le dio al nuevo balón. Hoy, con balones dorados, azules oscuro, plateados, llenos de logos y líneas, decirle pecosa al esférico no tiene mayor sentido. - Pito: colombianismo que se refiere al silbato del árbitro o al árbitro mismo, que generalmente hace que los extranjeros, sobre todo los españoles, se sonrojen al escuchar las narraciones colombianas. Frases como: 'a ese equipo sí que le dieron pito' o 'González no ha hecho más que llevarse el pito a la boca', causan verdadera conmoción en un madrileño. - Profe: apócope de profesor. Término con el que los jugadores de fútbol se refieren a sus entrenadores, y con el que algunos comentaristas deportivos se refieren a sí mismos o a sus jefes. Q - Quiniela: tradicional apuesta en la que el apostador elige marcar en una ficha si gana el local (generalmente representado por un 1), si gana el visitante (que aparece en la tarjeta como el 2) o si empatan (para lo cual se utiliza una X). R - Recepcionar: no existe en la RAE, pero etimológicamente debería ser la acción que hace una recepción... lo que por supuesto no tiene ningún sentido. Parece que decir 'recibir' es muy difícil para algunos... - Repentizar: según la RAE, es la acción de un cantante o músico para improvisar o interpretar sin ensayo alguna melodía. Según nuestros comentaristas, es la capacidad que tiene un futbolista para responder rápidamente a una acción de juego. S - Saltabilidad: para muchos narradores y comentaristas es claro que uno de los grandes problemas de un defensa es no tener saltabilidad. Lástima que la palabra no exista. - Sangre'e yuca: la yuca no tiene sangre. Como ciertos jugadores que evidentemente no viven para el fútbol. - Suaistinga: colombianismo para referirse a Bastian Schweinsteiger, figura del Bayern y la selección alemana que se hizo popular gracias a un popular comentarista. T - Tanque: desde los 40 se le dice así a todo jugador de corpulencia y musculatura superiores. El apodo puede ser regional (Valeriano López, 'El Tanque de Casma'), tierno ('Tanquecito' Hurtado) o especializado ('Pánzer' Carvajal). - Tenencia: es el cargo u ocupación de alguien, pero también se refiere a posesión corporal de algo y, en fútbol, es casi sagrado el término: la tenencia de la pelota es incluso una estadística que se entrega al final de los partidos. - Tronco: objeto rígido, pesado y generalmente de madera. Por eso el balón siempre le rebota y es buenísimo dando leñazos. U - Uno: en la numeración tradicional, es el número que distingue al arquero titular así como al suplente lo distingue el doce. Sin embargo, con el auge de la televisión aparecieron arqueros con el 99, el 28, el 33, y se supo que un golero en la India quería llevar el 3,14159265 en honor a Pi. - Uñazo: delicioso término no aprobado por la Academia, pero aún así utilizado por algunos narradores para describir un puntapié descarado al balón. Viene del potrero, en donde al responsable de esta atrocidad suelen decirle: ¡uy, pero sáquele la uña! V - Vértice: en geometría se trata de ese punto en el que convergen dos ángulos; por eso en fútbol, en donde las líneas del campo y los palos del arco suelen formar ángulos, se refieren constantemente al "vértice del área" o "vértice del arco". Eso sí, si alguien dice vórtice ya está hablando de otra vaina y está un poco perdido, pues vórtice es el centro de un huracán o torbellino W - Williamcito: gracias a las transmisiones de Gol Caracol a lo largo de los 90, nos enteramos de este pobre niño cuyo padre solía amenazar con no llegar a la casa en días de fútbol y que solía contarle a todo el país los simpáticos errores de pronunciación de su pequeño. Z - Zaga: si es con Z se refieren a la defensa, haciendo una analogía con el sinónimo de retaguardia en la terminología militar. Si es con S está como mal escrito, a menos de que se trate la saga de los Maldini, una familia llena de grandes defensas. ¿Quiere contribuir con el Diccionario? Escríbame a @PinoCalad PD. Ya que estamos de Feria del Libro, siempre es bueno recordar la lista de libros sobre fútbol que publiqué en la Feria pasada. A esta le agregaría '1001 anécdotas de Millonarios' (especial para hinchas embajadores) y hay que echarle ojo a 'El 5-0' de un periodista que respeto como Mauricio Silva. Recomiendo de verdad 'Juego sucio: fútbol y crimen organizado' (Declan Hill), aunque puede romperle el corazón a más de un inocente que piensa que el fútbol es sólo bello. En ese orden también hay que leerse 'Historias negras del fútbol argentino' de otro señor periodista, Alejandro Fabbri.

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    Callar no siempre es bueno, menos cuando el silencio es impuesto. Hernán Torres, en sus buenas intenciones, se equivoca al intentar hacerle una gambeta al diario más importante del país. Lo que se hace es un autogolazo. Decidir vetar a El Tiempo porque publicó que hay jugadores que están cansados del (mal)trato del técnico no es una buena salida en este momento. Así Millonarios se parece a una tortuga que esconde la cabeza cuando alguien la asusta. La inquisición interna es evidente. El cuerpo técnico no se cansará hasta saber quién es su Judas. En esa misma tarea anda el Gobierno, que quiere saber los nombres de los uniformados que le dieron información a Álvaro Uribe sobre las coordenadas secretas de una operación militar. En el caso menos importante, saldrá sacrificado como mínimo un jugador y, a la postre, el grupo. ¿De qué sirve no hablarle a El Tiempo en estos momentos? ¿Mejora el presente del equipo?¿Es esta la mejor respuesta a lo que el técnico cree una mentira por parte del periódico? ¿Es la forma ideal de controlar al grupo? ¿No es mejor debatir, intentar una publicación que afirme sus planteamientos en lugar de optar por un silencio improductivo? Y es que es improductivo porque los periodistas, sea cual sea el medio para el que trabajen, podrán ver dificultado su trabajo en estos casos, pero el veto no hace ni una barrera de tres hombres para impedir publicar conveniencias. Para eso están las columnas de opinión. De los partidos también se podrá hablar tranquilamente. ¿O es que no dejarán entrar a El Tiempo al estadio? ¿Impedirán que un periodista vea un entrenamiento? ¿No le darán la “chiva” de la alineación titular contra Quindío? Pelear contra la prensa, como contra un policía, significa empezar perdiendo. Ese no es el camino, Hernán. El carácter no es agresividad y el liderazgo no es imposición. Hace siete años, cuando trabajaba en Futbolred.com, el Millonarios de Miguel Augusto Prince, ese que logró seis triunfos en línea y se esfumó poco a poco, quiso vetar a una de nuestras periodistas porque supuestamente su presencia en los entrenamientos les traía mala suerte. El ídolo Gabriel Fernández, entre varios otros, defendía esta oscurantista posición. El título de aquella columna fue “La ridícula cábala de Millonarios”. Más de un lustro después escribo “El ridículo veto de Millonarios”. Y la respuesta sigue siendo la misma. Hay que dedicarse a jugar. A trabajar. Los verdaderos problemas pasan con los guayos puestos. Porque Wason Rentería, Freddy Montero y Jarol Martínez no juegan a nada y no demuestran sentido de pertenencia por el actual campeón. Porque Mayer Candelo tiene talento, aunque ya no tantas fuerzas. Y porque, como pasa en casi todos los equipos colombianos, después de un título disminuye el esfuerzo, gracias a un conformismo por desgracia inagotable y capaz de enfurecer a cualquier hincha, por más calmado que sea. En Twitter: @javieraborda

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    Jorge Valdano, presidente vitalicio de los verseros de fútbol, criticaba a los hinchas de hoy porque preferían el coraje a la habilidad; que no entendía como pedían primero una camiseta de su equipo preferido antes que un balón. La pasión, la entrega y el respeto con que los futbolistas salen a la cancha son la base del profesionalismo de cada uno de ellos. Siendo igual de importantes a la habilidad de cada uno con la pelota. Leonidas I, Rey de Esparta, acudió al coraje y valentía de sus guerreros para acudir a una batalla que era derrota segura. Seguro en esa época los verseros estaban prohibidos en Grecia. El martes en una cancha en pésimo estado, como si los espartanos hubieran luchado allí, Millonarios validó el coraje como arma en el futbol. Para cualquier equipo es un tremendo golpe ver como sus compañeros, amigos salen heridos del terreno. Jorge Perlaza y Juan Esteban Ortiz sufrieron sendas lesiones que los dejan por fuera de este torneo y parte del II semestre de 2013. Ante un planteamiento de orden que propuso el profesor Hernán Torres, Millonarios estaba sacando el resultado que buscaba. En las caras de nuestros guerreros azules se veía el desconcierto y la impresión de lo que acababa de ocurrir. Pero como en las tragedias griegas todo tendía a complicarse. Un gol en un error de posición de marca, la expulsión boba de Leonard Vasquez y otro amigo que por esas cosas del futbol tenía que dejar el terreno de juego. Así con 9 hombres en el terreno, Millonarios se multiplico para cubrir todas las zonas del campo. Ese coraje, que Valdano minimiza y que Leonidas admira, llevo a nuestros muchachos a empatar el partido. Con un potente disparo Harrison Otalvaro puso a gritar a la hinchada más grande de Colombia. La ilusión de conseguir un punto ante tanta adversidad, ante tanta mala suerte parecía una realidad. Efialtes traiciono a Leonidas ante los Persas. Las mismas fuentes “confiables” de El Tiempo con las que hacen sus notas sobre peleas en Millos, me confirmaron que Efialtes tuvo descendencia y hoy están dirigiendo la Dimayor y que una hija suya tuvo un affaire con un lugareño de apellido Gamarra. Con estos antecedentes (gracias al El Tiempo por la fiabilidad de sus datos), Millonarios volvió a jugar en contra del establecimiento y el equipo del patrocinador. Una injusta expulsión de Román Torres y el acomodo descarado del árbitro al dar 4 minutos de adición, dieron al traste con el empate azul, que era más que justo por todo lo sucedido. La batalla de las Termopilas fue para el rey Jerjes y el imperio Persa. Los griegos perdieron a un rey valioso y guerrero. Sin embargo, esta batalla los inspiró y en Salamina y Platea vencieron al invasor tramposo. Perdimos en Medellín, pero demostramos cuan unido está el grupo para lo que se viene. Sus amigos lesionados serán una inspiración más para salir a la cancha y ganar hoy ante Itagüi. Y todos, unidos apoyando, llevaremos a nuestros guerreros el aliento para que no desfallezcan y al final en junio todos gritemos como lo harían 300 espartanos juntos: ¡¡¡CAMPEONES CARAJO¡¡¡¡¡ MINUTO FINAL: Orgulloso de Millonarios. MAURICIO GORDILLO GUEVARA @MAUGOR

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    Todo fue una vergüenza y todos debemos sentir vergüenza. Si usted se precia de ser hincha de Nacional, si usted alguna vez ha jugado fútbol y se ha preocupado por conocer más a fondo este deporte; incluso si usted conoce algo de lo que significa el equipo verde de Antioquia: usted, después de lo visto ayer en el Atanasio Girardot debe sentir vergüenza. La victoria ante Millonarios no debe generar alegría, ganar así solo tiene el sabor de la frustración, triunfar de esa manera solo indica mediocridad, ignorancia y el tufillo rancio del conformismo. Si usted hoy saca pecho por esa pírrica conquista, no siga leyendo este texto. Yo siento vergüenza por el cuerpo técnico, siento vergüenza e impotencia por esos dirigentes, siento vergüenza y mucha rabia con el 85 % de los jugadores, siento vergüenza, pesar y pena ajena por los hinchas que se regocijaron con esa triste victoria. Sí, en eso nos hemos convertido como institución, pido excusas y meto la cabeza entre la tierra, como el avetruz, por lo que hoy puedan estar pensando de nosotros apellidos como: Zubeldía, Cueto, Navarro, Moncada, Higuita, Asprilla, Aristizábal y muchos, muchos más. Porque afortunadamente nos queda la historia para soportar esta vergüenza que atenta contra la misma, contra lo que nos ha hecho grandes. Y ese mismo atentado se viste de verde, tiene ese bello escudo en el pecho y se pavonea como si nada por las redes sociales, en las tribunas, en la dirigencia, en el cuerpo técnico y en la gran mayoría de los jugadores. El mal que hoy nos carcome y nos tiene en la mediocridad no está en Millonarios, América, el DIM o el que ustedes quieran elegir. El mal de Nacional está en el mismo Nacional y, repito, no queda nadie eximido dentro de lo que forma una institución. Lo de ayer no tiene un análisis más sencillo: un equipo que cuenta con una nómina de lujo, armada para ser protagonista, enfrentó a un equipo que se vio debilitado por lesiones y expulsiones. Lo vimos todos, y salvo que su lógica sea la de un abducido por un extraterrestre, o que usted sea un obtuso (cosas respetables), lo que se vio fue un equipo de once jugadores contra uno de ocho. El de once tuvo la inmensa oportunidad de golear, arrasar y pasar por encima de su malherido rival. Era la forma de demostrarle respeto a ese rival tradicional del que se jactan en la tribuna con coros que dicen que: “Lo odian porque el papito así se los ha enseñado”. Pero no pasó, Nacional en lugar de aplastar a Millonarios, se replegó, le dio el balón, no aprovechó esa premisa sagrada que se aplica en cualquier deporte: “La de aprovechar la superioridad numérica”. Desde el banco el señor Osorio decidió mantener a un solo delantero, dejó a cuatro defensores cuidando a un sólo atacante azul, incluso por varios pasajes no tenían a quién marcar. Denigrante ver eso desde la tribuna ¡Qué impotencia de verdad! Muy pocos le gritamos “burro”. La gente cayó en la misma apatía, no era una cuestión de que llovieran insultos, era una cuestión de hacer sentir que la pobreza de Nacional era evidente. Pero en el campo de juego se reflejó lo más patético: los jugadores. Salvo lo de Sherman, Medina, Nájera (que terminó jugando de delantero) y de ñapa meto a Murillo, nadie se salva. Apáticos, fríos, sin la entereza y la berraquera que debe tener un jugador de fútbol al que se le paga millones por su trabajo. Fueron unos auténticos mediocres que al final celebraron una victoria indigna en medio de abrazos, aplausos y gestos que indicaban que habían ganado “la final de la Champions League” ¡No señores! No celebren esa victoria ante un equipo que era un muerto en vida con solo ¡ocho jugadores! A eso hemos llegado en Nacional, a que jugadores e hinchas celebren victorias de este tipo. Respetable pero les pido que me respeten que considero eso una auténtica mediocridad. Y yo felicito a Millonarios. Aplaudo su entrega, su vocación ofensiva con 10 jugadores, con 9 y con 8. Y les admiro esa valentía. Fue un equipo de valientes. Y ojalá en Nacional se copiara hoy un 10% de eso. Yo canté el gol de Sherman Cárdenas. Pero lo cante por él. Lo canté por el gran partido que hizo, por su profesionalismo y actitud. Resistido desde que se anunció su llegada (me incluyo en esa lista, fui muy crítico con él) y hoy le doy gracias porque le escribo estas letras: ¡Gracias Sherman! Y ya para terminar, estamos en el limbo. Lo de Juan Carlos Osorio no tiene ya justificación por desgaste, resultados y ambiente: se tiene que ir. Y con los jugadores: le exijo, a nuestra también mediocre dirigencia, que se tomen medidas de preaviso, multas y en algunos casos licenciamientos por bajo rendimiento. Y a los hinchas que ayer celebraron esa pírrica victoria, que se burlaron de Millonarios y que se sienten satisfechos con eso: respetable pero no lo comparto, yo me crié con un Nacional diferente, un equipo con un signo de grandeza, no de mediocridad, por eso de nuevo lo repito: ¡Vergüenza! *Este texto también está publicado en www.blogverdolaga.com Seguir a @poterios

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