Cola es un perro tailandés que sufrió la inclemencia de la barbarie e intolerancia de un ser humano. Cuando tenía nueve meses de edad mordió los zapatos de un hombre que vivía junto a la casa de su amo, situación normal en un cachorro.
Lastimosamente quien no comprendió la naturaleza juguetona del can fue el vecino, quien a pesar de ser recompensado por los daños, tomó una espada y le cortó las extremidades delanteras.
La ley de bienestar animal fue aplicada, pero el sujeto tan solo recibió una condena de un mes de encarcelamiento. Mientras tanto, la Fundación Soi Dog se encargó de cubrir los gastos para la recuperación del animal.
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Un perro feliz
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No hace falta describir el momento para observar la inmensa felicidad que invadió a Cola cuando le colocaron las prótesis. No dudó un instante en utilizar las patas nuevas con tranquilidad.
Los movimientos de su cola, sus pequeños pero pronunciados saltos y una ‘sonrisa’ en su hocico son inspiración sobre historias de superación.
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La fundación Soi Dog todo el tiempo recibe donaciones para causas como esta. https://ert.soidog.org/