A finales de 2024, Colombia se conmovió con su historia. Javier Acosta, fanático del fútbol e hincha de Millonarios adquirió un agresivo hongo llamado Candida auris, el cual adquirió tras un raspón en una piscina de Melgar en 2019. Tras cinco años de intenso dolor físico e infecciones permanentes lo llevaron a tomar la decisión más difícil: pedir la eutanasia. Séptimo Día conoció su historia.El joven de 36 años, quien se encontraba en silla de ruedas debido a un accidente tiempo atrás, viajó en junio de 2019 desde Bogotá hasta el Tolima para disfrutar de un fin de semana con amigos en Melgar. En medio de ese viaje, aprovechó para bañarse en una piscina de un centro vacacional. Según su hermana, Geraldine Acosta, la piscina tenía su borde de piedritas de granito. Fue allí donde sufrió una pequeña lesión que, a simple vista, parecía inofensiva."La piscina tenía su borde de piedritas de granito y pues cuando él sale de la piscina, se raspa, pero pues el rasponcito era muy mínimo, como el del tamaño de una lenteja," relató su hermana.Debido a la falta de sensibilidad en el glúteo donde ocurrió la lesión, Javier no pudo dimensionar la gravedad del raspón inmediatamente. Sin embargo, ese pequeño rasguño desencadenó una infección muy complicada. Al regresar a Bogotá, su salud comenzó a deteriorarse rápidamente."Empieza a sentir un olor fétido en su cuerpo," recordó Geraldine Acosta. La herida estaba drenando una secreción, y aunque inicialmente era pequeña, el deterioro fue exponencial. "¡Oh sorpresa! A los tres días parecía un edificio así y ya empezó a llenarse como de materia y le empezó a dar fiebre, ahí fue cuando empezó el karma de mi hijo con las escaras a raíz de ese raspón en esa piscina," añadió su madre, explicando el inicio de los cinco años de sufrimiento.El agresivo hongo que atacó al hincha de MillonariosLa familia de Javier Acosta asegura que la infección fue contraída en esa piscina de Melgar, que presuntamente no contaba con el mantenimiento adecuado. La única agua contaminada en la que estuvo fue en esa piscina. Lo que infectó al hombre de 36 años fue un hongo extremadamente agresivo, identificado posteriormente mediante cultivos como Candida auris.La decana del programa de ingeniería ambiental de la Escuela Colombiana de Ingeniería, Amalia Avendaño, experta en el tema, explicó la gravedad de este patógeno. Ella indicó que el hongo Candida auris puede causar múltiples infecciones y "generalmente todas son graves". Este organismo tiene la capacidad de crecer y propagarse por todo el cuerpo de manera silenciosa. "Las enfermedades que se pueden generar a partir de estos organismos patógenos son muy graves," afirmó Avendaño.El hongo se alojó y avanzó a lo largo de cinco años, dejando una herida abierta permanente. La hermana de Javier describió el impactante tamaño de la lesión: "Cabía mi dedo completamente dentro de la herida que empezó como una simple característica de una lenteja".En agosto de 2024, Javier fue hospitalizado por última vez en el Hospital San Ignacio de Bogotá. Los cultivos realizados a la secreción de la herida volvieron a confirmar la presencia persistente de Candida auris.La existencia de este hongo en ambientes acuáticos está documentada. Amalia Avendaño confirmó que "existe evidencia que confirma la presencia de la levadura en aguas de piscinas".La eutanasia como última opciónLa infección provocada al parecer por la falta de un mantenimiento adecuado en la piscina tuvo un efecto tan irreversible en su cuerpo que Javier, conocido por su pasión por el fútbol y sus deseos de vivir, se vio obligado a tomar una decisión extrema. El joven anunció su elección de manera pública y emotiva, a través de una transmisión en vivo.Llorando, comunicó al mundo su decisión: "El día viernes a las 12 del día tengo programada la eutanasia, me voy de este mundo despidiéndome de todos", dijo entre lágrimas. Relató el sufrimiento que había soportado y la imposibilidad de hallar una solución médica. El médico le había confirmado que "no había nada más qué hacer, ya sus heridas no se le iban a volver a cerrar, que tenía que vivir así ahora en adelante", recordó con profundo dolor su madre.Javier Acosta fue una víctima del problema generalizado del incumplimiento en los protocolos de limpieza de estos establecimientos. La falta de controles puede convertir estos lugares en focos de infección. La ingeniera química Alexandra Vázquez, Representante a la Cámara, señaló que hay personas que han denunciado haber sufrido infecciones respiratorias, enfermedades gastrointestinales o sarpullidos en la piel por la presencia de microorganismos como E. Coli en este tipo de aguas.La apariencia del agua es engañosa, según los expertos. La ingeniera Vázquez fue enfática al señalar que "el agua clara no nos permite determinar si está limpia o no está limpia".La familia Acosta, en medio del dolor, clama porque se haga justicia y se implementen controles rigurosos. Consideran que el sufrimiento de Javier no habría tenido lugar si se hubiera garantizado el mantenimiento adecuado en la piscina. El caso de Javier Acosta es un ejemplo dramático de las consecuencias mortales que puede acarrear la falta de higiene en los lugares de esparcimiento acuático en Colombia.*Este texto fue realizado con colaboración de un asistente de IA y editado por un periodista que utilizó las fuentes idóneas y verificó en su totalidad los datos. Cuenta con información y reportería propia de Los Informantes.
La extraña desaparición de María Camila Díaz Grajales en México ha encendido las alarmas sobre el creciente y alarmante fenómeno de la trata de personas que afecta a decenas de connacionales en ese país. Esta joven de Medellín, que viajó a la capital azteca en busca de una promesa de "fortuna", habría caído directamente en manos de una poderosa red internacional. Su ausencia, registrada desde el pasado 26 de febrero, refleja un drama colectivo que se suma a la lista de colombianos desaparecidos en México.Los Informantes habló con la hermana mayor de la joven, quien describió el hecho como una tragedia familiar para la que aún esperan respuestas.María Camila Díaz tenía 24 años al momento de su desaparición y era la menor de cinco hermanas. Su hermana mayor, Cristina, de 38 años, quien asumió el rol familiar tras el fallecimiento de sus padres, la describe como la “más loquita, la más extrovertida, la más chispita, como le decíamos nosotros”.Antes de emprender el viaje a México, Camila llevaba una vida independiente, residía sola desde octubre del año anterior y estaba a punto de terminar sus estudios de Mercadeo. Paralelo a su formación académica, trabajaba en agencias de publicidad, enfocándose en la promoción de eventos o productos.El perfil de las víctimas que suelen ser reclutadas por estas redes corresponde, en su mayoría, a jóvenes atractivas, independientes e incautas, a quienes resulta fácil envolver con promesas de grandes sumas de dinero.La incertidumbre generada por la desaparición es el aspecto más doloroso para la familia, según relató Cristina, quien expresó: “Esto es lo más doloroso que puede vivir una familia, lo más doloroso por el tipo de incertidumbre, porque es que vos no sabes si está viva, si está muerta, ¿qué hago? ¿Le hago duelo? ¿No le hago duelo? ¿Sigo insistiendo?”.Un viaje sin aviso y advertencia ignoradaLos días previos a la partida de Camila hacia México fueron sorpresivamente rápidos y carentes de cualquier señal de preparativos. Un día, a las 5 de la tarde, Camila le dijo a su hermana: “Me voy ahora en la noche para México”. Era la primera vez que saldría de Colombia.Inicialmente, intentó justificar el viaje como un compromiso profesional, diciendo que “la agencia de marketing en la que estoy trabajando nos va a llevar a México a impulsar a una marca de whiskys por un mes”. Cristina, quien sospechó de inmediato, no creyó la versión.Ante la insistencia, Camila confesó una versión diferente: “Te voy a decir la verdad y es que me voy a trabajar a un restaurante por un mes. Varias amigas de la universidad lo han hecho. Nos pagan propinas en dólares, entonces por eso es la diferencia”.¿Fue víctima de trata de personas?Con esta explicación, Cristina lanzó una advertencia directa por la peligrosidad de la situación: “Camila, eso es trata de personas”. Pese a ello, la joven no desistió y finalmente viajó, llegando a Ciudad de México el 7 de diciembre.Uno de los indicios de la irregularidad del viaje fue la ruta de ingreso que le gestionaron, al parecer, a la joven le compraron tiquetes hacia un aeropuerto secundario de México, el AIFA, ubicado a una hora de Ciudad de México.La alerta sobre la desaparición de Camila se activó aproximadamente un mes y medio después de su llegada. El novio de la joven en Medellín llamó a Cristina un viernes 28 de febrero manifestando gran inquietud: “Estoy muy preocupado porque hace dos días no hablo con ella”. Cristina había hablado con su hermana por última vez el 26 de febrero. El novio insistió en la anomalía: “Nosotros sí hablamos todos los días. Y por eso me parece extraño que ella no me responda”. Desde ese momento, la familia de Camila no volvió a saber nada de su paradero.Asimismo, los familiares de Camila consideran sospechoso el rol de su novio. Aunque fue él quien alertó sobre su ausencia, posteriormente se reveló que, mientras ella estaba en México, le habría hecho giros “millonarios” de dinero. “No sé realmente si él sabía desde un principio a qué iba a Camila. Eso a mí me causa mucha curiosidad. Es decir, como me dice ‘Ella está sufriendo, está llorando’, pero aun así yo me quedo muy campante en Colombia recibiendo el dinero”, reveló Cristiana, asegurando que fueron “más de 30 millones de pesos”.Incansable búsqueda en MéxicoTras interponer la denuncia por desaparición en la Fiscalía General de la Nación en Medellín, Cristina, administradora de empresas, asumió el rol de investigadora del caso y decidió viajar a México a finales de marzo, al no tener certeza de cómo iban las investigaciones en Colombia.Llegó a Ciudad de México sin conocer, “con la esperanza nada más de buscar, de encontrar, de tener noticias y de hacerse presente ante las autoridades”. En la capital azteca, contrató a un abogado y, a través de sus propias pesquisas, pudo reconstruir los últimos pasos de su hermana.El último registro en cámaras de Camila se observa el 26 de febrero, a las 3:38 de la tarde, cuando sale de su residencia y toma un Uber con destino al Hotel Radisson. Sin embargo, en el hotel Cristina encontró serios obstáculos para la investigación: las cámaras de seguridad ya no tenían registros, pues, según el personal, las grabaciones solo se conservan por siete días. Además, la minuta de visitantes del hotel también desapareció.Cristina lamenta que la falta de celeridad al comienzo de la investigación haya sido crucial: “Si hubiera actuado desde un principio donde se generaron las denuncias, pues seguramente Cami estaría con nosotros”.Pistas en plataformas Zona Divas y La Boutique VIPLas pistas recolectadas por Cristina apuntan a que su hermana fue reclutada por una firma dedicada a someter a mujeres jóvenes a explotación sexual. Detrás de este crimen, hay una empresa o agencia que coordina la llegada de mujeres desde el exterior para explotarlas en México, ofreciéndolas en una página web.Cristina identificó dos plataformas clave: Zona Divas, una plataforma en la que mujeres eran “promocionadas para ofrecer servicios sexuales”, y La Boutique VIP, descrita como el reemplazo de Zona Divas para seguir haciendo la misma actividad, prestar servicios sexuales de mujeres o acompañantes. El cambio de nombre se habría dado porque en “Zona Divas varias personas han resultado sin vida”.Ignacio Antonio Santo Cervantes, alias ‘El soni’, fue identificado como el líder de Zona Divas. Aunque fue detenido y sentenciado a 29 años de cárcel por reclutar mujeres en Latinoamérica para explotarlas sexualmente, la justicia mexicana revocó su condena en 2021 por insuficiencia de pruebas.Cifras alarmantes de desaparecidosEl caso de Camila Díaz no es un hecho aislado, sino parte de algo que se está “sistematizando” en México. Las cifras del fenómeno son alarmantes, pues México tiene 124.000 desaparecidos, registra 30 desapariciones diarias, y hasta la fecha se han descubierto 5.600 fosas clandestinas en el país.En 2025, se han registrado 77 casos de colombianos desaparecidos en ese país, de los cuales 38 aún permanecen sin localización. Es tanta la angustia que Cristina desearía que su tragedia se tratara al menos de un secuestro. “Hasta el momento, silencio absoluto”, relató.En entrevista con Los Informantes, el cónsul de Colombia en Ciudad de México manifestó la preocupación por la situación de los connacionales, señalando que el caso de Camila requiere una "articulación especial entre autoridades" debido a detrás hay una "poderosa red de trata".*Este texto fue realizado con colaboración de un asistente de IA y editado por un periodista que utilizó las fuentes idóneas y verificó en su totalidad los datos. Cuenta con información y reportería propia de Los Informantes.
El trágico caso que llevó a la muerte de dos niñas de 13 años en Bogotá, después de consumir frambuesas con chocolate impregnadas con talio, ha tomado un giro crucial con la identificación de la presunta responsable y las autoridades analizan si existe relación entre el caso actual y un antecedente de intoxicación en la madre de una de las niñas que falleció.Las intensas investigaciones adelantadas por la Fiscalía señalan que detrás del envío de las frambuesas con chocolate presuntamente estaría la señora Zulma Guzmán Castro. Las autoridades tienen razones suficientes para creer que este no ha sido el único crimen cometido contra la familia afectada, y que la misma sustancia fue utilizada previamente.El envenenamiento, que ocurrió en abril y causó la muerte de dos menores, dejó a otra niña gravemente enferma y a un joven hospitalizado durante meses, aunque hoy está sano y salvo. La gravedad del caso ha requerido una investigación profunda, confirmando que las concentraciones de talio detectadas eran supremamente elevadas.El metal más tóxico del planeta y su detecciónEl talio es considerado el metal más tóxico del planeta, y es conocido debido a su potencia y a la facilidad con la que puede camuflarse con otros males, despistando a los médicos.Una de las características más peligrosas de esta sustancia es que es inolora e insabora, lo que dificulta mucho su detección en el momento del consumo. Una vez ingresa al organismo, el talio es muy liposoluble, lo que significa que es muy afín al tejido graso y se deposita y distribuye rápidamente en el cuerpo.“Todo depende de la dosis, de la concentración y de la vía de administración. El talio es muy liposoluble, eso quiere decir que es muy afín por el tejido graso. Y los seres humanos tenemos muchísimo tejido graso. Entonces, él va y se deposita, se pega en ese tejido graso y así se comienza a distribuir en el organismo”, señaló el toxicólogo Camilo Uribe.El talio puede tardar hasta 30 días con tratamiento en hacer eso. Los síntomas iniciales pueden ser confusos y se pueden confundir con una intoxicación alimenticia, haciendo que cuando se diagnostica, a menudo sea demasiado tarde. Lo primero que produce el talio es un cuadro gastrointestinal, irritando la mucosa gástrica y causando náuseas, vómito, diarrea y ardor en el estómago, lo que lleva a la consulta de urgencias.Posteriormente, la intoxicación entra en una segunda fase caracterizada por una lesión neurológica grave, que se manifiesta como pérdida de fuerza en las piernas y un dolor progresivo muy difícil de controlar. Si el tratamiento no es oportuno, la intoxicación puede derivar en parálisis de los músculos respiratorios y parálisis respiratoria. A dosis muy elevadas, puede producir una lesión fulminante que provoca la pérdida de función del hígado y el riñón, además de cardiotoxicidad, arritmias y fallas cardíacas severas, llevando a la muerte, explicó el toxicólogo Uribe.A pesar de la gravedad de la sustancia, su detección presenta un desafío en Colombia. Aunque el talio se puede detectar en sangre, orina o cabello, “ningún hospital ni ninguna clínica cuenta con la tecnología para practicar este análisis” de forma rutinaria, añadió el experto en Los Informantes.En el caso de las niñas fallecidas, las concentraciones de talio eran letales.En cuanto al tratamiento, si el diagnóstico es oportuno, existen antídotos. Hoy en día, el medicamento de elección es el azul de Prusia. No obstante, este antídoto no se consigue en Colombia ni en la gran mayoría de América Latina.El talio está prohibido para su venta y comercialización en Colombia desde 1970.Nuevos detalles en el caso de las frambuesas con talioLa investigación penal se ha centrado en Zulma Guzmán Castro, una mujer que mantuvo una relación extramatrimonial con el padre de una de las niñas fallecidas.El abogado penalista Fabio Umar, representante legal en el proceso, confirmó la existencia de esa relación. Según explicó, su cliente le manifestó que el vínculo “fue puntual, limitado en el tiempo, la relación terminó y perdió contacto con esta señora; luego ocurrieron estos hechos lamentables”.Basándose en las pruebas recuperadas, presuntamente Zulma Guzmán Castro estaría detrás del envío del paquete de frambuesas envenenadas a la familia. Por esta razón, el 25 de octubre, un juez de control de garantías de Bogotá libró una orden de captura y se emitió una circular roja de Interpol para dar con el paradero de la señalada.La coincidencia que abrió una nueva línea de investigaciónLas pesquisas de la Fiscalía no solo se enfocaron en el envenenamiento de las niñas, sino que encontraron una coincidencia que obligó a abrir otra línea de investigación: el envenenamiento previo con talio de la madre de una de las niñas.La mujer empezó a sentirse muy mal en diciembre de 2020. Después de haber superado un cáncer de seno años atrás, consultó a varios especialistas que descartaron el regreso de la enfermedad, pero no lograron encontrar la razón de sus fuertes dolores y malestar.El hallazgo llegó de la mano del endocrino Julio Portocarrero. Cuando ella llegó a su consultorio, presentaba dos síntomas críticos: una caída severa del pelo y una neuropatía periférica terriblemente dolorosa, que es una afección de los nervios de las piernas que produce dolores violentos.El Dr. Portocarrero relató su diagnóstico inicial: "Mire si esto no es una intoxicación por talio yo no sé qué será".Las pruebas de sangre y orina ordenadas por el doctor resultaron positivas para talio. Mientras que los niveles normales en humanos son de menos de 2 microgramos, los resultados de la mujer mostraban niveles altos. Se sometió a un tratamiento basado en medicamentos que ligan el talio en el organismo para ser eliminado por la orina. La familia confirmó que mejoró.Sin embargo, la pesadilla regresó. Tras mejorar y viajar a Europa con su esposo, experimentó una recaída con los mismos malestares y una nueva caída del cabello. Aunque la familia creyó en su momento que había sido una reactivación de un tumor previo, la coincidencia del envenenamiento anterior y la posterior muerte de su hija con la misma sustancia activaron todas las alarmas cuatro años después.La mujer falleció y su cuerpo fue cremado, lo que hace difícil saber exactamente qué ocurrió en su deceso.*Este texto fue realizado con colaboración de un asistente de IA y editado por un periodista que utilizó las fuentes idóneas y verificó en su totalidad los datos. Cuenta con información y reportería propia de Los Informantes.
El rastro del talio, un veneno infalible conocido como el metal más tóxico del planeta, marcó la tragedia de una familia en Bogotá en dos episodios separados por cuatro años, lo que llevó a la Fiscalía a abrir una nueva línea de investigación. El más reciente ocurrió en abril de 2025, cuando dos niñas de 13 años murieron y otras dos personas resultaron gravemente intoxicadas tras consumir frambuesas con chocolate impregnadas con esta sustancia letal. El otro antecedente es la muerte de la madre de una de las menores, quien años antes también habría sufrido una intoxicación por talio.Detrás del envío de este paquete envenenado, que llegó como un supuesto regalo a la casa de la familia, estaría la señora Zulma Guzmán Castro. La Fiscalía ha reunido pruebas que la señalan de estar detrás de los crímenes, y por este motivo, el 25 de octubre, el juez 13 de Control de Garantías de Bogotá libró una orden de captura y emitió una circular roja de Interpol para dar con su paradero.La letalidad del talioEl talio es un elemento particularmente peligroso porque es muy difícil de percibir su presencia, debido a que no tiene olor ni sabor. Además, posee propiedades que lo hacen muy afín al cuerpo humano: “El talio es muy liposoluble. Eso quiere decir que es muy afín por el tejido graso y los seres humanos tenemos muchísimo tejido graso, entonces, él va y se pega en ese tejido graso y así se comienza a distribuir en el organismo”, explicó el toxicólogo Camilo Uribe en Los Informantes.Debido a su alta toxicidad en el sistema nervioso, la venta y comercialización del talio está prohibida en Colombia desde el año 70. Salieron del mercado plaguicidas y otros productos a base de este metal.La intoxicación por este metal es muy difícil de identificar oportunamente, pues sus síntomas son tan confusos que es probable que se confunda con los efectos de una intoxicación alimenticia. La primera fase de la intoxicación produce “un cuadro gastrointestinal, él irrita la mucosa gástrica y lo que va a producir es náuseas, vómito, diarrea, ardor en el estómago y un cuadro gastrointestinal que generalmente llevaba a consultar a los servicios de urgencias. La segunda fase de la intoxicación es donde ya hay esa lesión neurológica, comenzaban a presentar, pérdida de fuerza en sus piernas, un dolor bastante difícil de controlar, progresivo y, si no se trata, pues va a llegar incluso a producir parálisis de los músculos y parálisis respiratoria”.En el caso más grave, si la dosis es muy elevada o la lesión es fulminante, “el hígado pierde su función. Lo mismo el riñón, produce cardiotoxicidad. Y a dosis muy elevadas, pues va a producir arritmias cardíacas y fallas cardíacas severas que lo pueden llevar a la persona a la muerte”, relató.En la tragedia de abril de 2025, los niveles de talio en las víctimas fueron excepcionalmente altos. El toxicólogo Uribe reportó que: “Esas concentraciones de talio no las teníamos reportadas, son niveles supremamente elevados”. Los análisis mostraron que la concentración de talio era tan alta que “la máquina no fue capaz de detectar, es decir, estamos hablando de niveles por encima de 3.000. Son concentraciones letales”.Las presuntas coincidencias del envenenamientoEl rastro de la sustancia mortal hallado en abril de 2025 llevó a la Fiscalía a investigar un episodio anterior contra la misma familia. En diciembre de 2020, la madre de una de las niñas fallecidas ese año comenzó a presentar un grave deterioro de salud. Aunque había superado un cáncer de seno años atrás, los especialistas descartaron una recaída de la enfermedad.La mujer consultó a varios médicos sin encontrar diagnóstico hasta que el endocrino e internista Julio Portocarrero dio con la posible causa. El médico recordó que la paciente tenía “entre otros síntomas, dos que son críticos cuando están juntos, que era una caída severa del pelo y una neuropatía periférica terriblemente dolorosa”. Ante el cuadro, el doctor Portocarrero le dijo: “Si esto no es una intoxicación por talio, yo no sé qué será”.Las pruebas de sangre y orina de talio resultaron positivas, registrando niveles de “80 y 90, claramente no dejaba ninguna duda”.La mujer recibió el respectivo tratamiento y mejoró “significativamente”, hasta que durante un viaje tuvo una recaída porque “se le había reactivado un tumor que tenía previamente”. Murió el 17 de agosto de 2021 y fue cremada, por lo que hoy no pueden saber exactamente lo que le pasó.“Con la certeza que puede hablar uno en Medicina, que nunca hay nuncas, ni siempre hay siempre, puedo decir que la probabilidad de que el talio haya sido la causa de ese tumor o de ese cáncer es cercana a cero”, dijo.No obstante, el médico apuntó a un posible efecto indirecto del envenenamiento. “Lo que sí es posible es que cuando la persona tiene un cáncer y tiene un estrés de esa magnitud, como es una intoxicación por talio, ese estrés reduce significativamente la capacidad del sistema inmunológico y ese sistema inmunológico debilitado facilita la reactivación de un tumor”, enfatizó.Muerte de niñas por talioEn abril de 2025, esta misma sustancia fue impregnada en unas frambuesas con chocolate que llegaron como un supuesto regalo a la casa de una familia en Bogotá, desatando una tragedia: dos niñas de 13 años murieron, otra quedó gravemente enferma y el hermano de una de ellas permaneció hospitalizado durante varios meses, aunque logró sobrevivir.El foco de la investigación se centró en Zulma Guzmán Castro, la mujer señalada por la Fiscalía. El penalista Fabio Humar, abogado de la familia afectada, enfatizó que “aquí hay una persona que envió un paquete de frambuesas envenenadas a una familia y todo parece indicar que se trata de un crimen pasional”.El abogado señaló que, aunque la relación extramatrimonial que Zulma Guzmán Castro sostuvo con el esposo de la mujer fallecida en 2021 y padre de una de las niñas víctimas fue “puntual” y “limitada en el tiempo”, la Fiscalía considera que, por la contundencia de las pruebas, fue suficiente para abrir una nueva línea de investigación en su contra.El apoderado de la familia de la otra niña fallecida, por su parte, cree que hay más de una persona implicada y ha solicitado a la Fiscalía llegar hasta las últimas consecuencias de la investigación. La contundencia de las pruebas que habría recuperado la Fiscalía señala a Zulma Guzmán Castro como la persona detrás del envenenamiento de las frambuesas, pero aún hay muchas preguntas sobre lo que pudo motivar semejante atrocidad.*Este texto fue realizado con colaboración de un asistente de IA y editado por un periodista que utilizó las fuentes idóneas y verificó en su totalidad los datos. Cuenta con información y reportería propia de Los Informantes.