Una falla cardíaca apagó la luz de este artista colombiano, que durante su vida deleitó con su talento para componer música clásica.
"Además de perder a nuestro Blasito, se va el más grande compositor de música erudita colombiana. Era un docente dedicado a trasmitir conocimiento a generaciones de artistas en colombia, un transgresor", dijo sobre el compositor Joaquín Casadiego Arias, su hijastro.
Obras para grupos instrumentales de cámara y muy ligadas al estilo del periodo barroco le permitieron abrirse camino y crear un nombre entre los más destacados en Latinoamérica.
"Decía, usted lo que tiene que hacer es remangarse las manos y quemar papel, ese es todo el misterio. Él no era nada de eso del cielo que me estoy inspirando, porque hay que caminar por encima del piso. Era muy racional", manifestó su esposa Sonia Arias.
Este hijo de Antioquia se radicó hace casi treinta años en Bucaramanga, donde encontró el amor y desde donde siguió trabajando y creando por la música.
Antes de ser llevado al hospital universitario de Santander, donde falleció el domingo, Blas Emilio dedicaba sus jornadas a sacar adelante cuatro composiciones
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“De hecho, el día que enfermó, que fue el 23 de diciembre, estaba escribiendo cuatro obras al tiempo. Una persona muy trabajadora y creadora. Es una música genial, tiene un valor altísimo para todo tipo de formatos", expresó Casadiego.
El maestro Atehortúa deja más de 300 obras orquestales y canciones e importantes premios, como el India Catalina del año 1989 por la banda sonora de la serie Los pecados de Inés de Hinojosa.
Este martes fue despedido en Bucaramanga el artista antioqueño, reconocido en Latinoamérica por su trayectoria como compositor de música clásica.
Updated: enero 07, 2020 04:42 p. m.