El amor que tiene por sus estudiantes motiva al profesor Abelardo Duabe Valencia a cruzar quebradas y a caminar por una extensa trocha en medio de la selva, para llegar hasta la comunidad embera en Mondó, Chocó. Su recorrido diario dura cerca de una hora.
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“A mí me toca Ciencias Sociales, Convivencia, Espiritualidad, son tres materias, y Filosofía”, cuenta.
El sonido de la campana alerta a los niños de primaria que su profesor Abelardo ya está en el salón de clases. “Hay niños, hay de varios cursos, por ejemplo, de primero, segundo, tercero, entonces al profesor le toca muy duro”, comenta.
Jhon Duabe Cerezo, líder juvenil indígena de Mondó, asegura que el profesor Abelardo “es un guerrero", pues, "a pesar de todo, él siempre ha estado ahí atendiendo los niños, dictando clases a los niños para que puedan salir adelante”.
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Elías Guaitotó, docente de la institución educativa de Mondó, se encarga de dictarles clases a los niños en español y en su lengua materna, así se preserva la identidad de los embera.
“Todas las culturas se nos están perdiendo, pero queremos recuperar nuevamente, porque eso queremos tenerlo allí en presente”, afirmó.
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En la institución educativa indígena de Mondó, 12 profesores dictan clases a unos 900 estudiantes. A ellos les gustaría entregarles una educación de calidad a estos niños, pero la falta de herramientas no les ha permitido cumplir ese sueño.
“Mi sueño es que todos mis estudiantes sean lo mejor, eso es lo que uno busca, quisiera que los estudiantes aprendan bien”, anota el profesor Elías.
Estos docentes rurales son el ejemplo de la perseverancia y el sacrificio de cientos de profesores que en Chocó educan para lograr formar hombres y mujeres de bien, que aporten a la construcción de una mejor sociedad.