El primero de diciembre, las autoridades reportaron la captura de Fredy Armando Valencia Vargas, un habitante de calle que confesó el asesinato de 18 personas. La escena del crimen, un cambuche repleto de basura, ubicado en la falda del cerro de Monserrate, a escasos metros de la avenida Circunvalar en el centro - oriente de Bogotá.
Apodado por la crónica roja como ‘el Monstruo de Monserrate’, Valencia ha reprochado en varias oportunidades que se le llame así. “No sé por qué me disgusta tanto ese apodo de ‘Monstruo’. Yo no soy un monstruo, mi intención en ningún momento fue (…) o si no créame que no serían 20 sino centenares de mujeres”, relató el homicida serial a un periodista de la Revista Semana.
La razón a Valencia Vargas pareció dársela el mismo director de Medicina Legal, Carlos Valdez, quien frente al caso quien sostuvo en una entrevista que los asesinos seriales “son resultados de toda la dinámica y los conflictos sociales. A diferencia de cualquier tipo de homicida, este homicida es producto de la sociedad, no producto de circunstancias particulares”.