Un policía le disparó por la espalda y luego varios miembros de la institución encubrieron el hecho y alteraron la escena del crimen. ¿Cómo va el proceso?
Han sido 8 años de dolor, nostalgia y una incansable lucha jurídica para los familiares del joven Diego Felipe Becerra quien tenía 16 años cuando fue asesinado en cercanías a un puente de la Avenida Boyacá con calle 116.
Con una celebración religiosa sus familiares le rindieron un homenaje.
El proceso penal ha estado lleno de falsos testigos, pruebas alteradas y agentes de la fuerza pública evadiendo la justicia. Cuando iniciaron las investigaciones, las autoridades indicaron que Diego Felipe había participado en un robo, razón por la que le habían disparado.
Sin embargo, los amigos de Diego Felipe testificaron que fueron perseguidos por uniformados cuando estaban pintando grafitis y uno de ellos le disparó al joven por la espalda. Versión que fue confirmada tras el dictamen de Medicina Legal.
Por el crimen, un juez de conocimiento condenó en primera instancia al patrullero Wilmer Antonio Alarcón a 37 años y 6 meses de prisión. Alarcón hoy está prófugo de la justicia.
“En el primer momento en el que se escapó de la justicia le pedimos que emitieran la circular roja. Yo sé que en este momento ellos no han hecho ninguna acción para dar con el paradero”, expresa la mamá del grafitero.
Los patrulleros Freddy Navarrete, Nelson Rodríguez y el subintendente Giovanny Tovar, este último señalado de haber puesto un arma en el cuerpo de Diego Felipe, también fueron condenados. Este último se ha convertido en testigo clave, al punto que él y su abogado han recibido varios atentados.
También han sido procesados tres civiles por falso testimonio y diez policías terminaron vinculados por la alteración de la escena del crimen.
En enero del 2018, la Procuraduría destituyó e inhabilitó por doce años al coronel Nelson de Jesús Arévalo Rodríguez, entonces comandante de la Policía de Suba, y al teniente Rosenberg Madrid Orozco, ambos señalados de haber obstaculizado las investigaciones y permitir la alteración de la escena del crimen.
El teniente Madrid hoy tiene un principio de oportunidad y su proceso se encuentra en la etapa de juicio.