
La familia de Tatiana Hernández vive una profunda tragedia tras su desaparición. Desde el 13 de abril, cuando la joven médica salió a tomar aire en los espolones del mar en Cartagena y no regresó, no se ha vuelto a saber de ella. Las autoridades, incluida la Fiscalía y la Armada Nacional, han desplegado múltiples operativos en Cartagena y sus alrededores para dar con su paradero, pero hasta ahora no se han encontrado rastros concluyentes.
El día de los hechos, una llamada telefónica alertó a la familia de Tatiana Hernández, estudiante de Medicina de 23 años. David Espitia, su novio, le informó a la madre de Tatiana que una compañera de la joven le había contado que encontraron sus sandalias y su celular abandonados en un sector de la playa.
La última vez que Lucy Díaz Gordillo vio a Tatiana fue esa tarde cuando fue a llevarle el almuerzo al Hospital Naval, ubicado en el barrio Bocagrande de Cartagena. “Ella salió corriendo, me recibió el paquete y fue de afán”, contó Lucy a Los Informantes.
Desde entonces, no se ha sabido nada más de ella. La familia ha recorrido barrios, repartido volantes, organizado marchas y hablado con medios de comunicación en un intento desesperado por obtener alguna pista sobre su paradero. Sin embargo, la incertidumbre persiste y el silencio se ha vuelto doloroso.

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La última pista de Tatiana Hernández
La única evidencia disponible sobre Tatiana es un video que fue difundido en redes sociales, en el que se ve a la joven sentada sobre los espolones frente al mar. Esa grabación fue entregada por un turista que, sin saberlo, captó el momento en el que ella aún se encontraba con vida.
Tal como lo dijo su amiga Sara, ella le afirmó al novio de Tatiana que había salido a tomar aire. "Tengo entendido que ese lugar donde fue vista por última vez no era la primera vez que lo hacía. Oportunamente, ya lo venía haciendo. Yo percibo y siento que, de pronto, a ella la estaban vigilando”, dijo Lucy, quien aseguró que tanto Tatiana como sus compañeros solían ir a ese espacio.
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Hallan un segundo celular
Tras la desaparición, las autoridades han revisadolas pertenencias de la joven médica. Allí encontraron su computador, su tablet y un segundo celular. El hallazgo sorprendió a los investigadores, quienes preguntaron a Lucy: “¿Tiene conocimiento de que su hija utilizaba dos celulares?”.
La madre explicó que conocía la existencia de ese celular, ya que se lo había dado a su hija después de que la robaran en Bogotá. “Se lo entregué para que no volviera a pasar ese susto”, relató. Aclaró, además, que el dispositivo ni siquiera tenía tarjeta SIM.

Ese celular, que no contaba con tarjeta SIM, también fue entregado a las autoridades como parte de la investigación. Las amigas de Tatiana proporcionaron la clave del primer teléfono que Lucy entregó. Ante la pregunta de por qué las compañeras sabían la contraseña, la madre de Tatiana aseguró desconocerlo.
“Nos preguntan, ‘¿Quién de ustedes tiene el celular de Tatiana?’ Y las dos me señalan: ‘ella’. Y yo le dije, ‘Ah, sí, claro. Sí, señora, aquí está. No conozco su clave, no tengo nada, entonces no sé cómo pueden revisarlo’”, recordó.
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Avances de la investigación
La búsqueda de Tatiana Hernández ha sido una labor titánica por parte de las autoridades, quienes esperan ofrecer pronto respuestas a su familia. En el operativo se ha desplegado apoyo de sensores, radares y tecnología especializada, intensificando los esfuerzos tanto en el mar como en las zonas costeras.
Aunque la hipótesis con mayor fuerza apunta a que Tatiana podría estar en el mar, su familia no descarta la posibilidad de un secuestro. Las autoridades cuentan con cientos de testimonios y diversas pruebas documentales que podrían abrir nuevas líneas de investigación.

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“Tatiana está viva, está en un lugar oculto. Tengo la esperanza y la ilusión que de pronto esté también ayudando a la gente en su estado de médico”, dijo su madre.
“Ella va a volver y todo esto va a ser un capítulo que es una pesadilla, pero que vamos a superar todo esto”, dijo David Espitia, novio de Tatiana Hernández y desde que supo de su desaparición, tomó un vuelo desde Bogotá hasta Cartagena para unirse de inmediato a la búsqueda.
Paradójicamente, en la zona donde desapareció Tatiana no hay cámaras de seguridad, lo que ha dejado un sinsabor en la investigación. La incertidumbre persiste y el dolor de su familia se intensifica cada día, mientras claman por respuestas y anhelan el regreso de la joven.