Ezequiel Chavarría ha vivido casi toda su vida en el barrio Francisco Antonio Zea, de la comuna 5 de Medellín, hace ocho años es presidente de su acción comunal y asegura que, desde hace tres semanas, combos armados lo han amenazado de muerte.
“Que tenía que pagar la vacuna y les dije que vacuna no le pagaba a nadie en el barrio, ni se lo permito a nadie en el barrio que vamos a pagar vacuna”, afirmó la víctima de este delito.
Cobran 40.000 pesos por vigilar el barrio, dice don Ezequiel, quien también relató cómo los hombres aprovechan la noche para hacer los cobros en otros sectores como Castilla y López de Mesa.
“Tocan las puertas, hacen salir los dueños de los carros a que les paguen o si no, hay gente de empresas y cuando van a salir a las dos o tres de la mañana les quitan la plata”.
Como Ezequiel, el temor se apodera de comerciantes, transportadores y habitantes de otros sectores de Medellín que denunciaron situaciones similares. Actualmente hay 224 denuncias, pero el subregistro es más grande.
El secretario de Seguridad de Medellín, Sergio Vargas, aseguró que “hoy la cifras objetivas aunque muestren una disminución puede ser muy posible que frente a esta realidad haya un alto subregistro”.
Las autoridades siguen insistiendo en que la denuncia es la única herramienta para que el Gaula metropolitano actúe en los casos de extorsión, problema con el que distintos sectores de la economía paisa ha tenido que convivir en los últimos años.