La ciudad está conectada de extremo a extremo y la cultura metro de los usuarios es el pilar de su funcionamiento.
Un valle blindado por majestuosas montañas que desembocan en una gran urbe llamada Medellín, es la ciudad que desde hace 24 años ve cruzar de sur a norte uno de sus mayores orgullos, el metro, un sistema que moviliza por día más de un millón de personas, que pagan 2.450 pesos por viaje.
Con el tiempo, al sistema se fueron integrando cinco metrocables, veinte estaciones de metroplús, decenas de alimentadores, el tranvía y más de cincuenta puntos de bicicletas públicas, conectando a Medellín, de extremo a extremo.
“A comparación de otros países que he viajado, es muy ordenado, muy limpio, tiene muchas facilidades de información y por ejemplo, yo que vengo de otro país, es muy fácil movilizarme”, manifestó Daian Lenzo, turista.
¿Cuál es la clave? La cultura metro es una de los pilares en el funcionamiento del sistema.
Aunque si bien los tiempos de desplazamiento son menores, la economía es notoria y la seguridad permanente, el sistema aún tiene grandes retos.
“Hay que hacer filas hasta de una cuadra y media para poder acceder a la estación, es muy complicado y hay que tener mucha paciencia”, expresó Carlos Mario Marín.
Al sistema integrado se conectan los otros nueve municipios del área metropolitana, permitiendo así recorrer todo el valle en menos de 45 minutos.
Foto: Metro de Medellín
Updated: junio 10, 2019 03:59 p. m.