“Yo sí soy de derecha”, dijo el aspirante presidencial, que enfrenta en consulta interpartidista a Iván Duque y Marta Lucía Ramírez.
Esta fue la entrevista que concedió el aspirante a la periodista María Alejandra Villamizar:
¿Cuál es el país que usted quiere gobernar?, ¿cómo es Colombia?, ¿cómo lo describe?
Es un país que hoy está sumido en la más profunda crisis económica, social e institucional. Un país donde el empleo tiene unos índices que están afectando la credibilidad institucional. Un Gobierno que ha perdido cada vez más confianza, en que el ciudadano ha perdido cada vez más confianza. Un país donde la economía no crece. Tenemos mucha disposición para enfrentar este país, para reorganizarlo, para que vuelva la autoridad, para que vuelva el orden, para reintegrarle la confianza al ciudadano.
Esa definición de país es de gran crisis. De alguna manera es algo muy pesimista…
No es un escenario apocalíptico porque hay esperanza, porque hay futuro. Porque son los retos que se deben asumir. Es necesario decirle al ciudadano, y el ciudadano lo entiende así, que con un gobierno de autoridad y de orden, el ciudadano va a volver a ser lo más importante en las políticas públicas.
La gente que está apostándole a un proceso diferente al de la derecha, está ahí, es de carne y hueso. ¿Qué emocionalidad están moviendo las otras campañas para que usted sea una opción de gobierno?
Desde luego estamos ante el desfondamiento del establecimiento. Ante el desfondamiento del régimen. Hay todos unos esfuerzos de parte de unos sectores que curiosamente son parte del régimen. La izquierda es corresponsable de la elección del gobierno más corrupto de la historia. Petro votó por Santos en Bogotá, el Polo votó por Santos, los Verdes votaron por Santos, las FARC votaron por Santos. Toda la izquierda votó por Santos. Todos son corresponsables de la debacle que estamos viviendo. Tuvieron ministros, realmente cogobiernan al país.
Pero el establecimiento no surgió en estos últimos ocho años…
Ellos son los continuistas de esto. Deterioraron temas esenciales y fundamentales con políticas públicas que ellos prohijaron, que ellos propiciaron. No se pueden presentar ahora como la alternativa de nada, porque ellos son los continuadores de lo que hoy existe. Realmente los verdaderos continuadores, el verdadero continuismo, está ahí. Sí hay alguien santista hoy en el país es la izquierda.
Esta es la Constitución de Colombia, ¿qué es lo que no le gusta a usted de esta para cambiar?
Hay que hacer muchas modificaciones, hay que acudir al pueblo para modificarla. Aquí desapareció la división de los poderes. Hoy el poder Ejecutivo ha subordinado a los restantes órganos del Estado colombiano. Si hubo algo que afectara la justicia fue la Constitución de 1991. Algo que le hizo perder confianza, credibilidad ciudadana, fue el hecho de conferirle facultades electorales a los órganos judiciales, la deslegitimó. Igualmente pasa con el Congreso, desapareció su función de control político. Temas que venían dándose pero que se agudizaron con la Constitución de 1991. El presidente que salga elegido gobernando con la actual institucionalidad sería el primer secuestrado de Colombia.
¿Esas modificaciones hacia dónde llevarían en una eventual Constitución liderada por usted?
Al país, a Colombia en su institucionalidad laica, hay que rehacerla. Hay que reformularla. Es que la mayoría de las instituciones, muchas de las instituciones, han sido tan desnaturalizadas que ya no están al servicio de los colombianos, de los derechos de los colombianos, de la protección, del bien común, de las garantías de los colombianos para que las políticas públicas tengan su finalidad.
De lo conceptual vamos un poco a lo práctico de la política. ¿Usted se siente cómodo siendo vicepresidente de Marta Lucía Ramírez eventualmente?
Yo no me distraigo en eso. El problema de quién va a ser el vicepresidente es un problema de Iván Duque y Marta Lucía, pero realmente no somos candidatos ‘barbie’. Somos diferentes, nos diferenciamos. Nos distinguimos.
¿Usted es más de derecha que Uribe?
Bueno, al presidente Uribe no le gusta mucho que le digan de derecha. Pero yo sí soy de derecha. Incluso en lo que nos parecemos, nos diferenciamos, porque nos podemos parecer en los temas económicos, en políticas públicas y temas de empleo, de pensiones, pero incluso en ello nos diferenciamos. La visión de ellos es una visión capitalista e individualista y todas las propuestas mías las hago con enfoque de familia, en perspectiva de familia. Esa es una primera gran diferencia. Otra segunda gran diferencia es los acuerdos de La Habana. Ellos terminan, con el debido respeto, admitiendo o aceptando los acuerdos de La Habana porque proponen modificaciones cosméticas que eso termina definiéndolo la Corte Constitucional.
De usted dependiera, el acuerdo no tiene ninguna vigencia y ninguna validez.
Eso es espurio, eso es ilegítimo porque desconoció el principio básico de la democracia. Otra gran diferencia es que yo soy de derecha, no me avergüenzo de ser de derecha. Ellos son de centro y de extremo centro. Y desde luego, en decisiones trascendentales que debamos tomar, pues no sé qué tanto o estoy seguro que no las van a tomar. Si a mí la Constituyente me ordena la cárcel para los cabecillas de las FARC yo lo cumplo irremediablemente. Tengo la decisión para hacerlo, yo creo que ellos no.
¿Se ve pasando a la segunda vuelta?
Sí, claro, vamos a ganar. Mire, esa es la chiva que le tenía a usted. Usted la percibió, la chiva es que voy a ganar.
Updated: marzo 05, 2018 09:13 p. m.