Lo amenazaron con un arma de fuego y escaparon. Pero su castigo, no divino sino humano, estaba cerca. ¡Terminaron viviendo un infierno!
Los dos jóvenes fueron capturados solo minutos después por policías de la estación de Usaquén, cuando pretendían huir por el barrio Villa Nidia.
Al ser requisados les encontraron los elementos que le habían quitado al cura y, además, el arma de fuego.
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