“Nos preocupan y nos duelen los asesinatos de los líderes sociales y de los defensores de derechos humanos”, dijo el jefe de Estado.
“Rechacemos las agresiones, rechacemos los saboteos a los candidatos”, manifestó el mandatario desde la población caucana de Mercaderes, durante un acto de entrega de títulos de tierras y en el que se hizo el lanzamiento del Conpes para el Macizo Colombiano.
Esta fue la alocución del Jefe de Estado:
“La paz necesita de la democracia. Y la democracia necesita de la paz.
Por eso, en estas semanas previas a dos elecciones cruciales, quiero convocar a la moderación, a la prudencia, a la convivencia, para que nuestra democracia salga más fortalecida que nunca.
Si queremos la paz, la paz verdadera, tenemos que acostumbrarnos, como colombianos, como hijos de una misma nación, a respetarnos las diferencias y a debatir sin violencia.
Por supuesto, a quienes ataquen a los colombianos, a quienes practiquen el terrorismo, hay que enfrentarlos con la acción contundente de nuestra fuerza pública.
Pero a quienes renuncien a las armas, a quienes debaten y protestan por medios pacíficos, a quienes obran dentro de la democracia, a quienes trabajan por los derechos de las víctimas, debemos protegerlos. Y debemos protegerlos como protegemos a todos los colombianos.
Nos preocupan y nos duelen los asesinatos de los líderes sociales y de los defensores de derechos humanos.
El Estado en pleno, al igual que la sociedad, debe movilizarse, y lo está haciendo, para prevenir estos ataques. También para identificar a los responsables y llevarlos a la justicia.
No vamos a claudicar en la misión de proteger a quienes trabajan en la construcción de la paz en todo el territorio nacional.
Y estamos avanzando en este propósito…
Creamos la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad –que yo mismo presido– para diseñar y poner en marcha estrategias que impacten a las organizaciones criminales causantes de estos ataques.
En esta comisión participan el Vicepresidente, el Fiscal, el Procurador, el Defensor del Pueblo, el Comandante de las Fuerzas Militares, el Director de la Policía, varios ministros de Estado, representantes de organizaciones sociales y de la academia, entre otros integrantes. Nos hemos reunido ya varias veces, y estamos actuando.
Gracias a un trabajo conjunto con la Defensoría, expedimos un decreto que fortalece el sistema de alertas tempranas para tener una reacción rápida, y otro decreto que establece la obligación de gobernadores y alcaldes de priorizar la protección de líderes sociales en sus propios territorios.
Próximamente expediremos un decreto más –cuyo proyecto ya está publicado– que reglamenta y da más herramientas y más recursos al Programa Integral de Seguridad y Protección de los líderes sociales y los defensores de derechos humanos.
El Cuerpo Élite de la Policía y la Fiscalía –dedicado a investigar estos casos– ha consolidado ya 51 equipos de investigación.
Hasta la fecha hay 68 casos esclarecidos y 116 personas capturadas por estos crímenes. Tenemos que seguir avanzando hasta que caigan todos los responsables.
También se han atendido cientos de amenazas y se han realizado cerca de 6 mil actividades de prevención.
Es un trabajo arduo y constante, pero quiero asegurarles a los colombianos que nos tomamos muy en serio la protección de quienes trabajan por sus comunidades, por las víctimas, por los derechos de los más vulnerables.
Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos desplegados, en algunos departamentos siguen asesinando a líderes sociales.
Por eso, hoy hago un llamado vehemente a todas las fuerzas políticas, sin excepción, para que rechacen y condenen con absoluta contundencia estos infames homicidios.
Y debemos ir más allá…
Tenemos que rechazar y condenar también las agresiones contra candidatos –al Congreso o a la Presidencia, de cualquier fuerza política que sean–, y los saboteos que les impiden exponer sus ideas y programas.
Pusimos fin a un doloroso conflicto armado con las FARC. No podemos ni debemos reemplazarlo ahora por un camino de odio y de exclusión.
Tenemos que demostrar al mundo, tenemos que demostrarnos a nosotros mismos, que somos capaces de avanzar hacia un mejor futuro y que no vamos a cerrar las puertas de la democracia a quienes están dispuestos a participar según las reglas del juego.
Lo dije durante el proceso de paz, y lo repito hoy –recordando una frase que le atribuyen a Voltaire, ese gran pensador francés–:
Puedo no estar de acuerdo –y quizás nunca estaré de acuerdo– con lo que dicen, pero daría mi vida por defender su derecho a decirlo.
Quien esté en contra o a favor de un candidato o de una ideología, tiene en sus manos la mejor arma para mostrar su rechazo o su apoyo: su voto, su voto.
Solo con votos, solo con ideas, solo con argumentos –no con violencia, no con insultos, no con odio– podemos y debemos avanzar en democracia.
No repitamos la historia. Antes de que estallara la violencia política en el siglo pasado, se vivía un ambiente similar al de ahora: una aguda polarización, y agresiones verbales y físicas entre liberales y conservadores.
Ese fue el preludio de una violencia que nos dejó cientos de miles de muertos.
Que no se repita el ciclo del odio, y a eso –precisamente a eso– invito a todas las fuerzas políticas de la nación.
Rechacemos las agresiones, rechacemos los saboteos a los candidatos.
Hagamos de estas elecciones escenarios de convivencia y de debate pacífico, y empecemos a ser el país que debemos y podemos ser:
Una Colombia nueva donde nunca más –¡nunca más!– la violencia tome el lugar de la palabra.”
Updated: febrero 16, 2018 08:27 p. m.