¿Es una solución real para acortar las brechas sociales mezclar estratos en Bogotá?, muchos habitantes de sectores de estratos 5 y 6 en la ciudad se hacen esta pregunta.
Durante tres años, docenas de familias desplazadas mantuvieron ocupada la sede del Comité Internacional de la Cruz Roja, en la exclusiva zona rosa de la capital.
Los vecinos del sector, de estrato seis, debieron convivir día a día, con la forma de vida de familias, que provocaron protestas por la supuesta inseguridad.
Hasta que en diciembre de 2002, el CTI y la Policía, por orden presidencial, los desalojó y capturó a personas buscadas por la ley.
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“Gracias al presidente Uribe seguimos conservando un estado de derecho”, dijo en ese entonces un habitante del sector.
Otro gran conflicto fue en el año 2005 cuando las autoridades acabaron con la calle del Cartucho y cientos de indigentes comenzaron a deambular por la ciudad. Muchos se instalaron en el céntrico barrio Cundinamarca, donde los vecinos denunciaban a diario atracos, robo de contadores y tapas de alcantarilla y consumo de drogas.
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Tras varios meses, la comunidad decidió bloquear dos importantes avenidas, para presionar la salida de los indigentes. Los disturbios dejaron tres heridos.
Ni siquiera el diálogo social fue solución.
“Acá están ingenieros, doctores que van a recaer también. Solo pedimos un poco de paz”.
Finalmente, el Distrito se llevó a los habitantes de calle desde ese sector y los ubicó en hogares de paso.
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Otra mala experiencia, que terminó con la explosión de una bicicleta bomba y tres desmovilizados heridos, fue la ubicación de 700 jóvenes reinsertados en 17 hogares de paz, en la zona residencial de Teusaquillo, en el año 2005.
El malestar de los vecinos surgió por las constantes rumbas de los desmovilizados, el consumo de alcohol y drogas y problemas de inseguridad. Tras la explosión, el Gobierno anunció el fin de estos albergues en Teusaquillo.
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