El DANE asegura que pasaron del 11% al 18% en 2018. Estos consumidores demandan productos, y hasta viviendas, especialmente para ellos.
Por asuntos como el divorcio, la decisión de no casarse, la independencia de los hijos y hasta los hechos de violencia, ente otros, cada vez existen más hogares unipersonales en Colombia.
Eso ha provocado que las prioridades y necesidades de estos hogares sean diferentes a los de las familias tradicionales.
"Aquellos jóvenes que entran al mercado laboral consideran vivir solos y eso implica una reestructuración de gastos, darse ciertos lujos, tener un gato, etc", dice Samir Campo, vicepresidente de la consultora Raddar.
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Por eso, el gasto de dinero también cambia, obligando a los establecimientos comerciales a ampliar la oferta de productos dirigidos a estas personas. Por ejemplo, alimentos en cantidades más pequeñas, artículos de aseo dosificados, paquetes con menos unidades y botellas de menor tamaño, además de muchas otras modalidades dirigidas a satisfacer las necesidades propias de los hogares unipersonales.
"Racionalizamos el gasto porque comemos menos, entonces ese dinero me lo llevo a la salud y cuidado personal”, dice Campo.
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Incluso hasta las unidades habitacionales cada vez son más pequeñas, porque así lo demanda el mercado.
Para estos consumidores unipersonales el comercio también se ha adaptado y son muchas las cadenas de supermercados y tiendas de barrio en la que se pueden adquirir alimentos y productos como aceite, azúcar o café por unidad o a granel.