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El sistema educativo en Colombia batalla entre la calidad y la falta de oportunidades

Desde distintas esquinas, los jóvenes cuentan sus historias con miras hacia el futuro y los expertos sus propuestas para que aprendamos a pensar, a convivir y a transformar realidades.

Sistema educativo en Colombia, entre la calidad y la falta de oportunidades

En Colombia se calcula que hay 12.5 millones de jóvenes, que representan el 25% de la población, y para tener una primera idea de lo que pasa en el sistema educativo hay que remitirnos a los datos, que para los expertos se traducen en una especie de embudo: solo el 67% de los estudiantes consigue el título de bachiller y, en el 202, solo el 51 accedió a la universidad.

Maik Torres entra en esas estadísticas. “En pocas palabras nos están robando todos los sueños a muchos jóvenes. No nos dan oportunidades, ellos nos dicen vagos a nosotros por no estudiar, pero ¿hay las posibilidades?”, cuestiona este joven, de 19 años, que sueña con estudiar fotografía, pero por ahora trabaja en un puesto en las calles.

Recurrió a ese colchón de la informalidad al que muchos jóvenes acuden, a eso que llamamos casi con heroísmo, el rebusque.

“No niego que me fascinaría estudiar y amo estar en un aula de clase aprendiendo, porque me fascina aprender, pero también me pongo a pensar: estudiar un cierto tiempo y salir y no encontrar trabajo, también es duro”, dice.

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La otra cara de la moneda es Gabriela Morgan, también de 19 años, quien ha podido estudiar en el colegio y la universidad sin afanes y antes de graduarse empezó a trabajar.

Sin embargo, sus privilegios no le han impedido ver hacia afuera. Desde el colegio comenzó a crear estrategias para que los jóvenes conocieran otras realidades del país y tomarán acción.

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Con el movimiento ‘Revolución en marcha’ varios jóvenes de su edad fomentan la participación política pensando en lo colectivo. “La indiferencia es el virus que nos está matando", enfatiza.

Falta de oportunidad

Los jóvenes de los estratos 1 y 2 son, en su mayoría, los que no logran culminar la universidad. El educador Julián de Zubiría explica por qué.

“Si un joven que nació en un hogar muy pobre no tiene estudios, vivirá en la pobreza. Entonces, la pobreza se reproduce, en Colombia se calcula que para que una familia abandone la pobreza, deben pasar 200 años, es decir, son once generaciones”, dice con preocupación el pedagogo y economista.

Calidad de la educación

La baja calidad en la educación es el otro problema. a mitad de los estudiantes de 15 años, que están en grado noveno, no entienden ninguna de las ideas que leen porque están en nivel 0 o 1 de lectura, según las pruebas PISA 2018, y el nivel 1 de lectura es el nivel que debería tener un niño de 7 años.

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El escritor Mario Mendoza, quien también ha sido docente en distintas universidades, es muy cercano a los jóvenes y cree saber por qué falla el sistema.

La élite gobernante tiene un problema muy serio y es que en su mayoría son analfabetas funcionales, es decir, gente que sabe leer y escribir en teoría, pero es gente que nunca pasa por una librería y nunca compra un libro. Hemos votado por incompetentes y por personas profundamente ignorantes que no entienden la dimensión del libro y la dimensión de la lectura, por eso no lo fomentan, por eso no lo apoyan, por eso no lo defienden
Mario Mendoza

Como la vida misma, llena de contrastes, a pesar de la crudeza de las cifras, lo que une la historia de estos jóvenes es que, pese a todo, tienen la esperanza de cambiar el país.

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En Colombia los planes decenales para garantizar una buena formación en los niños y jóvenes siguen aplazando desde 1994.

“No hay librerías en Mocoa, no hay librerías en el Amazonas, No hay librerías en el Chocó, no hay librerías en el Vaupés, no hay librerías en La Guajira, ¿cómo es posible?”, cuestiona Mario Mendoza.

¿Qué hacer?

En un contexto de poca cobertura en la educación, de falta de espacios de formación para el trabajo y de oportunidades para el primer empleo, ¿qué podemos hacer?

“Ser conscientes de que los procesos de formación deben estar más enfocados en competencias y habilidades para el nuevo mundo”, es la clave para Iván Jaramillo, investigador del laboratorio laboral de la U del Rosario.