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    Pobre Héctor Cúper; el tipo logró el título de la Copa Conmebol del 96 dirigiendo a Lanús cuando era un club realmente chico, hizo el milagro de darle al Mallorca en 1998 su primer trofeo (la Supercopa de España), corona que mantuvo al año siguiente al frente del Valencia, pero aún así su nombre ha trascendido para llamar a una especie de enfermedad falsa que ataca a los entrenadores de fútbol que se especializan en perder finales. Alexis García parece ser el último infectado. No lo voy a negar, estaba convencido de que La Equidad iba a ser campeón, no porque no creyera en la potencia histórica de Nacional y en el peso de su nómina, sino porque Alexis tiene un equipo complicadísimo, muy bien trabajado en lo táctico y, para qué negarlo, mañoso, muy pero muy mañoso, al que hacerle un gol es una odisea. Pero mi fe en La Equidad era más una especie de creencia en que este era el momento de García, un técnico que ha sabido hacer carrera empezando desde arriba, para luego caer, darse varios totazos y comenzar un proceso tremendo con este equipo bogotano al que de veras le está haciendo falta el título. Si miramos la tabla histórica desde el 2007, Equidad está en la parte alta: su única mala campaña fue en su torneo inicial, cuando fue último, pero después de eso ha sido tres veces subcampeón, sólo ha estado ausente de una semifinal y, de ñapa, ganó la Copa Postobón. Pero del título, de la estrella, de lo de verdad, nada: Alexis sufre del síndrome de Héctor Cúper. Para el que no entienda el nombre de esta rara enfermedad, le cuento que el bueno de Cúper ganó esas tres copas, menospreciadas por muchos, pero el verdadero problema es que la lista de las finales que ha perdido en la vida es larga: la Copa del Rey del 98, la Recopa de Europa del 99 (ambas con Mallorca), las Champions de 2000 y 2001 (con Valencia), la Copa de Grecia de 2010 (con el Aris)... eso sin contar que ha sido demasiadas veces subcampeón o tercero de liga, tanto en España como en Italia, y que descendió al Parma. Su colega Alexis ha mostrado síntomas del síndrome hace rato: la humillante derrota en la final de la Copa Sudamericana 2002 cuando dirigía a Nacional (¿se acuerdan de se 0-4 en el Atanasio frente a San Lorenzo?) y el descenso de Centauros en el 2003. Pero estas tres finales perdidas con La Equidad parecen ratificar que García sufre de esa maldición 'cuperiana', la del buen técnico que no está destinado a ganar. Como consuelo (consuelo pendejo, por supuesto), se podría decir que en Colombia hay otros técnicos que tienen mayor grado de afectación: Jorge Luis Pinto se demoró media vida en poder ser campeón en estos lares, y a pesar de tener una hoja de vida tremenda apenas cuenta con el título del Cúcuta en el 2006; Hernán Torres, joven como Alexis, lleva tres años con uno de los mejores equipos del país (irónicamente pelea mano a mano la tabla general de puntos con Equidad), pero nunca gana: el Síndrome de Héctor Cúper lo afecta a él no en las finales sino en las semifinales, lo que es peor. Y está Jorge Luis Bernal. No sé quién pueda decir con seriedad que Jorge Luis Bernal es mal técnico: sus equipos siempre juegan bien, convencen, generan espectáculo... pero nunca ganan. Le pasó con Tolima, con el que perdió la final del 2006 con Cúcuta; le pasó con el cuadro motilón al año siguiente, cuando perdió en semifinales de la Libertadores y, a pesar de una gran campaña, no pudo sumar estrella local; le pasó en Once Caldas con el que perdió la final de la Copa Postobón a manos, curiosamente, de La equidad de Alexis; le pasó con Pasto, con el que perdió otra final de Copa y, para rematar, descendió... No todos pueden ganar, cierto, pero creo que hay técnicos que se lo merecen por su trabajo y su fútbol. El problema es que les pega el síndrome de Héctor Cúper y hasta ahí llegan... Sígame en Twitter: http://twitter.com/PinoCalad PD. Este miércoles por fin vamos a ver a la Selección. El rival no importa, lo que importa es ver cómo está parando el equipo Bolillo, cómo se sienten los jugadores y, por sobre todas las cosas, si al menos hay un esbozo de variantes ofensivas. Además, vamos a debutar en Golcaracol.com con transmisión del partido; pero bueno, el miércoles les cuento cómo vi este ensayo de Colombia...

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    Acróstico en honor al campeón Asumió la final con jerarquía. Hizo respetar su casa y logró superar, aunque sufriendo, a La Equidad. Pezzuti. El arquero argentino fue sin duda el artífice del undécimo título del cuadro antioqueño. La Equidad fue un rival de peso y es, de lejos, la mejor representación del fútbol bogotano de los últimos años. La estrella les llegará más pronto que tarde si siguen la misma línea de trabajo. Ataque. Nacional contó con Carlos Rentería, el goleador del torneo. Más no se le puede pedir a un delantero de su tipo. Undécimo título para los verdes: 1954, 1973, 1976, 1981, 1991, 1994, 1999, 2005 (Apertura), 2007 (Apertura y Finalización) y 2011 (Apertura). Santiago Escobar no pudo consolidar una buena defensa, pero logró cohesión, les dio confianza a sus jugadores y repitió vuelta olímpica, como en el 2005. Otra vez ante La Equidad. Nacional había ganado su última estrella precisamente contra el conjunto capitalino, en el Finalización 2007. Aquella vez ganó 0-3 en Bogotá y celebró el título en casa con un 0-0. En esta oportunidad tuvo que sudar mucho más. Suerte. Nacional estuvo a segundos de quedar eliminado por el Cali en cuartos de final. Un gol agónico le permitió ir a penaltis y pasar a la semifinal. El título también se quedó en sus manos desde los doce pasos. Presencia. Desde que se juegan torneos cortos en el país (2002), Nacional jugó siete finales. Ganó cuatro. A la Libertadores. El próximo año el equipo verde regresará al campeonato continental, del que fue campeón hace mucho rato, en 1989. Reto: Nacional debe mantener su base, seguir con su D.T. y apuntar a buenos refuerzos en la zaga y al menos conseguir otro delantero si quiere buscar algo serio en la Copa. Atanasio Girardot. Una gran fiesta se vivió en sus tribunas. El fútbol sí se puede jugar sin mallas de protección (aunque fue un gran riesgo en esta oportunidad). Nervioso pareció Nacional al comienzo de la final. Sólo con el paso del tiempo logró asentarse en la cancha, sobre todo al comienzo de la etapa complementaria. Arbitro. El juez Ímer Machado y sus asistentes estuvieron a la altura compromiso. Fue en general limpia la final. Casi llega la fatalidad al conjunto antioqueño por el gol de Roberto Polo. Así, con un tanto de último minuto, Junior obligó a los penaltis en 2004 y se quedó con la estrella en Medellín. Individualidades. Nacional contó a su favor con el talento de Pezzuti, Pabón, Palomino y Rentería. Macnelly Torres no brilló como se esperaba y se irá del equipo. Ochenta y ocho. El número de Dorlan Pabón, fundamental en el tramo final del campeonato y en el choque decisivo. Debe estar en la selección Colombia. No se puede negar que este campeonato fue emocionante. La definición por llaves y no por cuadrangulares puede ser tenida en cuenta para el futuro. A celebrar y trabajar. “Sachi” Escobar apuntó que el reto inmediato es ganar la Copa Postobón y repetir título en el segundo semestre. “Hay que tener ambición”, manifestó. Los aplausos son para Nacional. Algunos podrán ver en este equipo varias flaquezas, sin embargo, ya nunca le podrán quitar esta estrella de su escudo. ¡Felicitaciones! ¿Qué es un acróstico? Es una composición en la cual las letras iniciales, medias o finales forman un vocablo o una frase. En este caso, las letras iniciales. En Twitter: @javieraborda

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    Cuando el tipo se despertó estaba arropado con la bandera de Colombia. La imagen habría sido absolutamente patriótica y gloriosa si no tuviera ese guayabo descomunal, si la harina mezclada con el rocío de la mañana no le hubiese impedido abrir los ojos por el pegote y, claro, si no estuviera acostado en el verde prado que hay en la oreja de la Carrera 7 con Calle 100 en Bogotá. Sí, así había sido la pea... Eran las 6 de la mañana, el tipo temblaba por la resaca y el frío, estaba empapado, sucio a más no poder y no olía particularmente a rosas; pero estaba feliz. La noche anterior, el 29 de julio de 2001, por primera vez en su vida la selección Colombia le había dado una alegría de verdad. No se trataba de una victoria más, de un triunfo de unos juveniles que él desconocía o de un buen resultado en una campaña larga. No, se trataba del primer título continental del equipo que se vestía con la bandera que él se amarró cual capa para montarse a un bus; se trataba de la gloria de la Copa América que por primera y única vez Colombia ganó en el 2001. Claro, decir que ese título no es válido porque no vino Argentina es lo primero que apunta cualquier amargo, pero estoy seguro de que muchos de los que hoy en día miran por encima del hombro esa Copa protagonizaron con menos o más desmanes escenas similares a la de mi conocido (que lo juro, es cierta, los que conocen al personaje saben de la joya a la que me refiero). Pero bueno, así somos, creemos que tenemos con qué ser campeones del mundo olvidándonos de que sólo dos veces hemos llegado a la final de una Copa América. Porque a los que la menosprecian debo recordarles que la Copa es algo muy grande. Puede que los técnicos como 'Bolillo' no se la tomen en serio y que muchos futbolistas sean tan irresponsables de seguirle la cuerda a su jefe, olvidando que un título continental significa un mejor estatus a la hora de firmar un contrato, pero para el aficionado común la Copa es importante inconscientemente sólo por el hecho de que te hace ver en qué lugar está tu selección, cómo es la cosa en frente de los rivales. A mi me gusta la Copa. Es más, me parece un gran torneo que han estropeado los dirigentes permitiendo que participen invitados que van por compromiso y no por competencia. Además, los colombianos le debemos mucho a este torneo, y no sólo por el título del 2001. Gracias a la Copa América de 1987 Colombia se enamoró de su Selección, la misma que en Argentina sorprendió a todo el continente colándose en semifinales y derrotando a la anfitriona y campeona del mundo en el partido por el tercer lugar. Ese fue el primer torneo de mayores en el que un combinado nacional jugó vistiendo la tricolor, y eso fue muy significativo. La Copa América del 91 nos dejó la última victoria oficial sobre Brasil en selecciones absolutas y la del 93 le mostró al mundo para qué estaba la mejor selección Colombia de todos los tiempos, esa misma que iba camino a la final y que sólo pudo ser eliminada en semifinales por Argentina y desde el punto penal. ¿Cómo olvidar la Copa de 1999 cuando Martín Palermo botó tres penales frente a Miguel Calero o ese tremendo partido frente a Uruguay en el 95? Y estoy seguro de que los más veteranos tienen en la mente esa Copa del 75, cuando ese maravilloso equipo de Zape, Willington, Ernesto Díaz, Cañón, Zárate, Umaña, Retat y compañía por primera vez alejó a Colombia de los últimos lugares y se dio el lujo de eliminar a Paraguay y Uruguay en juegos memorables, violentos y dramáticos (Zape atajó un penal frente a los charrúas con el hombro dislocado, si eso no es heroísmo no sé qué lo sea), para llegar a una final durísima frente al Perú mítico de Cubillas, Sotil y Oblitas. La Copa, insisto, es cosa seria. Para selecciones como la nuestra es la forma más cercana de saborear la gloria, de generar empatía, de recuperar la fe después de tantos años de fracasos. Por eso me saca de quicio que Gómez dijera lo que dijo o que Mario Yepes señale que no van a ir a pelear el título, y por eso mismo me alegra que algunos futbolistas como Falcao García y Teófilo Gutiérrez, conscientes de que el papel simbólico de la Selección es enorme, hayan contradecido a los dos anteriores y llegaran al país diciendo que Colombia va a dar la pelea. Eso es lo que espero de mi Selección. Que en todos los torneos que dispute salga a ganar y ayude a que los colombianos nos sintamos orgullosos. Especialmente en uno que, como la Copa América, tiene muchísimo más peso de lo que algunos creen. ------------------------ PD: A partir de hoy Gotas de veneno estará en Golcaracol.com, un nuevo portal con todo el fútbol del mundo. Es enorme el reto que tenemos los que estamos al frente de esto (Juan Carlos Calderón y yo), pues la avalancha de información que se viene es tremenda: Copa América, Mundial femenino, Mundial Sub-20, eliminatorias a Brasil 2014 y, por supuesto, la actualidad de clubes de Colombia, Europa y, como se dará cuenta, de todo el planeta. Por eso le pido que, pensando en que el contenido sea el que usted quiere, el que usted busca, el que le gustaría encontrar, me escriba todos sus comentarios, quejas, reclamos y lo que sea a la cuenta de Twitter http://twitter.com/PinoCalad o a la cuenta oficial de Golcaracol.com: http://twitter.com/Gol_caracol. Mi objetivo es que con Golcaracol.com construyamos entre todos una cultura futbolística, un lugar de encuentro en el que la pasión es protagonista . Ojalá me ayude a lograrlo.

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    Aunque Gaston Pezzuti evita los tantos, hace poco dijo una frase que sirve para hablar del potencial de la actual selección Colombia. El arquero de Atlético Nacional apuntó, sin ego argentino, que algunas comparaciones son odiosas y otras son más bien estúpidas. Es cierto. Colombia tiene hoy, como quisiera siempre, a varios delanteros en alto rendimiento. Reconoce que Falcao es su máxima esperanza, aunque no la única. Sabe que la baraja le muestra buenas cartas con Hugo Rodallega, Adrián Ramos, Teófilo Gutiérrez, Jackson Martínez y Dayro Moreno. Los papeles, sin embargo, vienen siendo los mismos de la historia. Es difícil que sea diferente. Argentina, más como local en esta oportunidad, y Brasil serán para la eternidad los más fuertes gracias a sus estrellas. Y es evidente que Colombia, que no va al Mundial desde el ’98 y figuró por última vez en la Copa América en el 2001, ha perdido en los últimos años mucho terreno frente a Paraguay, Chile, Uruguay y Ecuador. No quiere decir esto que Colombia no pueda soñar y, mucho menos, que los jugadores deban seguir al pie de la letra las palabras de Hernán Darío Gómez acerca de que las Eliminatorias son la prioridad. Este puede ser, de hecho, el inicio verdadero de un camino de renacimiento para la selección. Esa es la cuestión. Pensar en ganar. Comparar una mentalidad ganadora con una mediocre es estúpido, como fue el intento de comparar a Pezzuti con René Higuita; como lo sería comparar a Colombia con Brasil o a Falcao con Tévez. Colombia debe reconocer el potencial de sus jugadores sin sentirse superior ni inferior. Y tiene la misión de hacer varios goles en la primera ronda para quitarse ese inri de pobreza ofensiva. Para eso trabaja el técnico. Para que los jugadores se entiendan. Si es así, se debe derrotar como mínimo a Bolivia y vapulear a una selección costarricense que no despierta temor. ¿Es exagerado pedir que Colombia haga al menos cuatro goles, que son poco, en la primera ronda? El fútbol se trata de eso y nuestra selección no debe ahogarse más en disculpas tácticas y estratégicas en el campo. Hay con quienes anotar. Así unos digan que se va a entrenar a Argentina, muchos entendemos que se puede más. Javier A. Borda Díaz

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    “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Tal como el poema de Antonio Machado, el Gol Caracol empezó a abrirse campo en el corazón de los colombianos desde el año 1993 en pro de convertirse en la marca número uno del fútbol en el país. Y lo consiguió. Los amantes del balompié han vibrado a través de sus pantallas chicas con las transmisiones de los partidos de la Selección y los mejores torneos del mundo. Ahora se emprende un nuevo reto. Un nuevo camino. Una nueva oportunidad. El Gol Caracol encuentra su espacio en la web para llevar, las 24 horas del día, lo mejor del fútbol de élite. Para mí, Juan Carlos Calderón Medina, editor general del portal, es un privilegio hacer parte de este sueño hecho realidad y presentarles “Detrás del Balón”, un espacio de opinión y construcción sobre el espectáculo más pasional y bonito del planeta. El ‘garrote’ al que se lo merezca y el reconocimiento al que entregue títulos, harán parte de nuestra tarea diaria. De antemano, gracias por elegirnos y ayudarnos a construir, a partir de ahora, el portal número uno de Colombia. Bienvenidos a la verdadera pasión, bienvenidos a la realidad del Golcaracol.com.

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    [flv image="http://blogs.golcaracol.com/muchaspelotas/files/2011/06/Techoestadio.jpg"]http://static.caracoltv.com/v/n/2011/06/bc9815c7659e0242f240fa349de950d3.flv[/flv] La tribuna occidental sur del estadio de Techo parecía un trancón camionero en la final ante Nacional. Varios hinchas del equipo bogotano llevaron sus trompetas y las soplaron repetidamente antes, durante y después del partido. Quizá sea el tiempo el que lo vuelve a uno cansón, pero creo que esas ‘vuvuzelas’ colombianas que suenan a pito de carro deberían estar prohibidas. Primero, porque incomodan al espectador y, segundo, porque su ruido lo deja a uno sordo, con dolor de cabeza y le baja estatus al espectáculo que muchas veces no lo es. Hay que estar en contra de ese bochinche. Aunque es pacífico, no es ideal en vivo y tampoco cuando se ve por televisión. Es desesperante. En la reciente final en Techo, por ejemplo, un agradable aficionado de La Equidad intentó muchas veces tocar con su instrumento la ranchera con la que comienzan todas las serenatas. Lo peor es que estas trompetas se oyen también en el Guillermo Plazas Alcid de Neiva, en el Manuel Murillo Toro de Ibagué y otras plazas de Colombia. Alguien me dijo, y creo que con razón, que esa bulla le recordaba el fútbol peruano. ¿A eso nos queremos parecer? En el estadio se puede gritar, cantar y saltar. Es suficiente ya con los tambores como para meterle ahora trompetas. Si va a ser así, que lleguen aficionados con guitarras y maracas. Será mejor que ver violencia en las tribunas, pero entonces ya no iremos a ver fútbol sino a bailar. Puede seguirme en Twitter en: @javieraborda Cuidado si dice groserías en el estadio

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    Manchester United murió de impotencia en la final de la Champions. En la cama de Wembley el equipo inglés se acostó, pero no se levantó. El empate transitorio de Rooney fue solo una caricia a ese orgasmo del fútbol que es Barcelona. El cuadro catalán parece una mujer de bailes eróticos. Danza en la cancha y maneja los ritmos a placer. Los demás parecen mirarlo no más, hipnotizados. Y cuando se le antoja, mata. Con cualquiera. Pedro, Messi y Villa apuntaron en esta oportunidad la victoria. Barcelona tiene valores que seducen. Es grande en todos los sentidos. Abidal levantó la copa como capitán, en un símbolo de solidaridad absoluta tras haber sido intervenido de un tumor de hígado hace dos meses. Sus integrantes, con el técnico a la cabeza, son fieles al compañerismo. A la búsqueda de la victoria basada en principios de juego y la confianza en sí mismo. Ganó el mejor. Es indiscutible y también, sano. Barcelona intentó hacer gol 19 veces en la final. Manchester solo tuvo un poco de testosterona en Van der Sar y Rooney y llegó apenas cuatro veces a la portería de Valdés. Barcelona manejó la pelota 63% del partido. Eso lo dice todo. Los catalanes son amos de este juego. Y son reyes por cuarta vez de la Champions. Están muy alto, mientras otros necesitan Viagra para levantarse. Imágenes de la final En Twitter: @javieraborda

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    Hay quienes ven a Barcelona como el más fuerte para ganar la final de la Liga de Campeones. Pero al Manchester United no se le derriba tan fácilmente. Puede ser mejor hablar esta vez de preferido, más que de favorito. Barcelona Tricampeón de la Liga local. En la más reciente consiguió la barbaridad, tal como calificó Guardiola, de 96 puntos. Fueron 30 partidos ganados, seis empatados y dos perdidos; uno en casa contra Hércules y uno fuera de ella, frente a la Real Sociedad. ¿Goles a favor? 95, de los cuales 31 fueron de Messi y otros 18 de Villa. ¿Goles en contra? 21. Fue el equipo que menos hizo faltas en los 38 partidos del torneo de su país. Le pitaron 390 infracciones, para un promedio de 10,26 por encuentro. Barcelona tiene 21 títulos de Liga en total, diez menos que Real Madrid. Ha estado siempre en primera división (80 años). Su principal palmarés es de 25 Copas del Rey, 29 Copas Cataluña, nueve Supercopas de España, tres Champions, un Mundial de Clubes, cuatro Recopas europeas y tres Supercopas europeas. En la actual Liga de Campeones, Messi es primero en la lista de artilleros (11) y también es el jugador que más ha recibido faltas (30). Barcelona lleva 27 tantos en el torneo, o sea, 2.25 por choque (Manchester, 18 tantos y 1.5 por encuentro). Su posesión promedio del balón es del 62% por enfrentamiento y en total ha tenido la pelota 487 minutos (Manchester, 58%, 448 minutos). También es el que más ha caído en fuera de lugar: 45 veces (Manchester, 38). El cuadro catalán tiene aproximadamente 200.000 socios. Es el equipo de más seguidores del mundo en Facebook: 15’194,050* (Manchester es segundo, con 14’306,744). En Twitter, Barcelona cuenta 819.033 seguidores (Manchester, 282.063). La web oficial del cuadro catalán es la número 9147** del mundo (Manchester, puesto 2135). Manchester United 23 partidos ganados, 11 empatados y cuatro perdidos en la Liga Premier, de la cual salió campeón por decimonovena ocasión, una más que Liverpool. Registró 80 puntos. Hizo 78 goles y recibió 37. Marcó 49 en casa y 29 como visitante. En Old Trafford, recibió apenas 12. Le sacó nueve puntos al segundo, Chelsea. Berbatov fue su máximo goleador y el de la Liga con 21 dianas (empatado con Tévez, del City). Después apareció Javier Hernández, con 13. Tres importantes veteranos están en la nómina del Manchester: el arquero Van der Sar, quien a los 40 años despide su carrera en la final de este sábado; Giggs, que tiene 37 abriles, se ha llevado a casa 32 títulos y es el jugador con más conquistas de club en el mundo. Y Scholes, de 36 años, el único en haber sido expulsado en Wembley. La mayor asistencia de la última temporada en la Premier le pertenece a Manchester: 75,486 espectadores, en un partido que le ganó 1-0 al Bolton. El equipo fundado en 1878 jugará como en casa la final de la Champions y es fiel desde 1986 al técnico Sir Alex Ferguson, quien brilla 12 ligas y dos Champions con los ‘Red devils’. Manchester cuenta tres títulos en la Liga de Campeones. En la actual, solo recibió cuatro tantos para llegar a la final (0.33 en promedio por juego), no ha visto ninguna expulsión y es el que más ha cobrado tiros de esquina: 76 (Barcelona, 55). Suma, además, 11 FA Cup, cuatro League Cup, 18 Supercopas de Inglaterra, una Recopa europea, una Supercopa europea, una Intercontinental, un Mundial de Clubes y dos vueltas olímpicas en segunda división (1935–36, 1974–75). Eso sin hablar de la potencia de Rooney, la fortaleza de Vidic y Ferdinand y la rapidez de Valencia, Nanni y Park. ¿Y qué con eso? Que apartando el gusto por cualquiera de estos equipos, tal vez sea prudente no hablar a la ligera de favoritos para la final. No caiga en el facilismo de decir Barcelona porque es el que está de moda. Es tan grande el uno como el otro. *Mayo 26 de 2011. *Alexa.com. Mayo 26 de 2011. En Twitter: @javieraborda

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    “Hoy (17 de mayo) comienza la cruzada para hacer de nuestro país el mejor anfitrión, con el mejor campeonato Sub-20 en la historia del mundo”, dijo Juan Manuel Santos en una frase de héroe cinematográfico estilo William Wallace y típica de político colombiano. Sucede, sin embargo, que un comentario ilusorio como ese rompe con el pronóstico y el deseo. Del campeonato ya han sido sede países como Holanda (2005); Malasia (1997); Qatar (1995), que albergará el Mundial de mayores de 2022; Australia (1993) y, entre varios otros, Portugal (1991). Todos estos países siempre han tenido mejor estructura y organización que nosotros. Hay que reconocerlo. En cualquier sentido, no sólo futbolístico. A poco del inicio del torneo (29 de julio), hay varios estadios remendados, pero lejos de estar arreglados definitivamente. No es bueno engañarse. Colombia está nadando hoy en la tragedia. La Dirección Nacional de Gestión de Riesgo indicó que hasta ahora han muerto 448 personas por la ola invernal y hay 3´321.199 personas damnificadas. Se presentan otros lunares. Bogotá, donde se jugará la final del Mundial, el 20 de agosto, no tendrá al alcalde electo para la fecha por su pésima gestión. Una vergüenza. En general, el país sufre en la actualidad por la inseguridad, el desempleo y la peor corrupción imaginable, lo cual contrasta con el espíritu del fútbol. Además, habría que tener un poco más de cuidado con la idea de Santos de convertirnos en “guías turísticos de los miles de visitantes extranjeros que llegarán al país”. Al menos en Bogotá, se consta que hay muchos lugares por donde es imposible andar. Del aeropuerto al centro es un buen ejemplo. Puras ruinas. Más allá de esas losas de lamentos, se han vendido para el Mundial algo más de 250.000 boletas (incluida la número 12 millones en los 34 años de historia del certamen) para 52 partidos, casi cinco mil por encuentro. Poco, aun cuando sea válida la salvedad de que habrá jornadas dobles. El Mundial es muy bienvenido, pero es difícil que sea el mejor de la historia, Presidente. La coyuntura lo impide. Podrá ser inolvidable, increíble o fantástico, si se quiere buscar un adjetivo más apropiado y si pasa algo extraordinario en la cancha. Su éxito dependerá en gran medida de lo que rinda el equipo de Eduardo Lara, de una aceptable organización y de que no pase nada raro de orden público. Colombia ya perdió el Mundial de mayores de 1986 gracias a un lamentable accionar de Belisario Betancur, que renunció al campeonato justificando otras prioridades para la Nación, y a unas buenas artimañas de directivos y patrocinadores. Tampoco era para hacerse a un lado esta vez esgrimiendo dificultades. Colombia sí puede salir avante ante la mirada de mil millones de televidentes que, se espera, vean el torneo. Esta es una maravilla de país. Para bien y para mal. Tal como lo dijo el optimista, el Presidente. En Twitter: @javieraborda

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    La Ley del Deporte, sancionada ya por el presidente Juan Manuel Santos, tiene un punto que preocupa, aun cuando sea muy difícil que se cumpla. Se establece en el papel, donde todo se puede, que la “Agresión verbal” se castigará con trabajo social. Hasta ahí, todo perfecto. Sin embargo, “En caso de reincidencia, la multa será de uno a veinte salarios mínimos legales mensuales vigentes (de $535.600 a $10´712.000) y prohibición de acudir a escenarios deportivos por un período entre un año hasta tres años”. Eso puede convertirse en una exageración, en un abuso, más en un país en el que se saluda con un “marica” o “guevón” sin problema o se expresa un HP a toda hora y por cualquier razón. Además, si los hinchas son capaces de entrar un ataúd, armas, botellas de licor, pólvora y otros peligrosos artículos a los estadios, ¿serán capaces las autoridades de detener a un agresor verbal, de probarlo? ¿Sería justo? El que va al estadio generalmente increpa. Carecemos de una cultura de respeto. Tal vez ahora toque decir las groserías en voz baja en el estadio. O dejar de insultar, lo que parece una verdadera fantasía. En el fútbol se dicen malas palabras. Al igual que se ven malos partidos. Lo más importante de la Ley del Deporte "Los clubes deberán organizarse o como corporaciones o asociaciones deportivas, de las previstas en el Código Civil, o como Sociedades Anónimas, de las previstas en el Código de Comercio. "En seis meses, ninguna persona, natural o jurídica, tendrá derecho a más de un voto en un equipo. Tampoco podrá tener más de un club del mismo deporte. "Equipos conformados como sociedades anónimas deberán tener mínimo cinco accionistas. El número mínimo de asociados dependerá del dinero inicial de aportes. "Los clubes de fútbol, organizados como corporaciones o asociaciones, deberán tener como mínimo 500 afiliados o aportantes. "Accionistas deben acreditar procedencia de capitales ante el club, que a su vez remitirá la información a Coldeportes. "Los clubes deben entregar a la Unidad de Información y Análisis Financiero del Ministerio de Hacienda reportes de operaciones sospechosas; reportes de transferencia y derechos deportivos de jugadores y reportes de accionistas o asociados. "Se les suspenderá el reconocimiento deportivo a los clubes que incumplan el pago de obligaciones laborales, pago de aportes a la seguridad social, pagos parafiscales u obligaciones impositivas por un período superior a 60 días. La reincidencia conllevará a la pérdida del reconocimiento deportivo. "Responsabilidad de vigilancia, control y prevención a los integrantes de las barras, aficionados y asistentes a los eventos deportivos, será compartida entre los clubes deportivos y las autoridades pertinentes. "Ningún club deportivo podrá financiar o patrocinar a barras o cualquier tipo de organización de hinchas reunidos con el fin de apoyar el espectáculo deportivo. En el caso de incumplirse esta norma, el club perderá su reconocimiento deportivo". Los castigos "Multa de cinco a diez salarios mínimos legales mensuales vigentes y prohibición de acudir a escenarios deportivos por un periodo entre seis meses a tres años para quien: "1. Pretenda ingresar, o esté en posesión o tenencia de cualquier tipo de arma de fuego, arma blanca, u objetos peligrosos. "2. Pretenda ingresar, o esté en posesión o tenencia de cualquier tipo de estupefacientes. "3. Promueva o cause violencia contra miembros de la fuerza pública, con el fin de evitar que esta ejecute un acto propio del servicio. "4. Invada el terreno de juego. "Habrá multa de ocho a quince salarios mínimos legales mensuales vigentes y prohibición de acudir a escenarios deportivos por un periodo entre un año a seis años si la persona es: "1. Organizador o protagonista en el evento deportivo. "2. Dirigente de un club con deportistas profesionales. "3. Actúa bajo los efectos de bebidas alcohólicas, estupefacientes, psicotrópicos, estimulantes o sustancias análogas". *Si es un menor de edad, a los padres se les hará solidarios de las sanciones y se iniciará pérdida de la potestad". ¿Y a los que les gusta tirar monedas a la cancha? "El que dentro de un espectáculo deportivo, estadio, cancha, tribuna, en el entorno de éste, o con ocasión del evento deportivo emplee, envíe, o lance contra persona, edificio o medio de locomoción, sustancia u objeto peligroso, incurrirá en prisión de uno a cinco años, siempre que la conducta no constituya otro delito". Toda la Ley del Deporte En Twitter: @javieraborda

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