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    Ya han hecho su despedida Carlos Valderrama, Mauricio Serna, Víctor Aristizábal, Faustino Asprilla y René Higuita. Y todos han tenido en su cita un aire de grandeza, un reconocimiento merecido con hinchas coreando sus nombres. No será así con el adiós a Adolfo ‘El Tren’ Valencia. El último partido de ‘El Pibe’, en 2004, tuvo mucho color en Barranquilla y contó ilustres personajes. Uno de ellos, Carlos Vives, erró goles increíbles y al final el mejor ‘10’ de Colombia dio una emocionante vuelta olímpica acompañado de allegados y muchos intrusos. Aristizábal sí se fue obligado del fútbol debido a una lesión y en julio de 2008 se marchó como ídolo real de Nacional en Medellín. Algo similar pasó con ‘Chicho’ Serna en enero de 2007. Y hace apenas unas semanas, René Higuita hizo gol y el escorpión para cerrar como se debe una carrera destacada. Asprilla, estrafalario una vez más, se dio en su despedida el lujo (ordinario para mi gusto) de vestir de esmoquin y entrar en limosina al Atanasio Girardot junto a la espectacular modelo Claudia Perlwitz (julio de 2009). ¿En qué ferrocarril entraría Valencia al estadio El Campín? La pregunta, más que mofa, tiene su asidero. El ex goleador del Bayern Munich tendrá un homenaje minúsculo el domingo 28 de febrero. Será un partido preliminar al ‘gran’ juego entre Santa Fe y Deportivo Pereira. Él reconoce estar muy agradecido con el acto y la colaboración recibida. Pero cuántas personas estarán junto a su lado en una fecha tan especial. ¿10 mil? ¿20 mil? El número no mide la calidad, por supuesto, pero más allá de que lo acompañen sus amigos del 5-0 sobre Argentina y otros ex futbolistas parece muy pequeño el punto final para lo que fue su trayectoria. Merece más este hincha de Millonarios, aquel que con el paso del tiempo, según dice, se ha hecho seguidor del equipo que le paga, o sea Santa Fe. No hay que olvidar que Colombia también estuvo muy pendiente de sus pasos y sus goles cuando era estrella en la década del noventa. ‘El Tren’ paró en Múnich para la temporada 1993-94 y a su llegada el entonces técnico del equipo, Franz Beckenbauer, se deslumbró con su talento, a pesar de su falta de aptitudes para aprender el idioma. El de Buenaventura fue figura, tal cual, del fútbol europeo. Luego decayó. El colérico Jesús Gil y Gil, fallecido presidente del Atlético Madrid, aseguró que “al negro hay que cortarle el cuello” por su bajo rendimiento. Entonces, y no por esa fatua amenaza, Valencia empezó a deambular por muchos otros equipos hasta regresar a su casa cardenal, la que lo cobijó durante gran parte de su vida. No se puede creer que con todo lo que hizo la despedida de ‘El Tren’ sea tan tímida y de segundo plano. Lo que está próximo a suceder vale sí como un homenaje y como choque preliminar. Nada más. El camino del delantero Santa Fe (1992) Bayern Munich (1993-94) Atlético de Madrid (1994-95) Santa Fe (1995-96) América de Cali (1997) Reggiana (1997-98) Medellín (1998-99) PAOK Salónica de Grecia (1999) MetroStars (2000-01) Santa Fe (2002) Lucheng de China (2002-03) Maracaibo de Venezuela 2003) Lucheng de China (2004)

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    1. América perdió como local ante Cortuluá y los jugadores asumieron toda la responsabilidad de la crisis deportiva que se asoma tímidamente. ¿Puede hacer mucho más el técnico Juan Carlos Gruesso con este grupo o el hincha americano debe resignarse a sufrir? 2. ¿Y Millonarios? ¿A este conjunto, uno de los más flojos de los últimos años, exigirle más es demasiado? ¿Cuál técnico, si no es el ‘Chiqui’ García, podría sacarlo del atolladero? 3. Ramón Cabrero no alineará más a Edwin Cardona por sus reiteradas convocatorias a la selección Colombia. ¿Nacional se puede dar el lujo de borrar a una promesa, de menguar su patrimonio futbolístico? 4. Medellín tiene prohibido jugar en el Atanasio ante Corinthians y Racing por la Libertadores ya que el estadio estará ocupado con los Juegos Suramericanos. ¿Los directivos del DIM no previeron esto? ¿Acaso esto no es una completa incompetencia de su parte? 5. A propósito de esto último, ¿dónde debería jugar el ‘Poderoso’? ¿Barranquilla? ¿Manizales? ¿Bogotá? 6. ¿Usted cree que la mediocridad de nuestro fútbol se evidencia con el liderato del Real Cartagena? (¿O es de los que piensa que el balompié colombiano es de buen nivel?) 7. ¿Junior podrá levantarse definitivamente en el rentado local tras el duro golpe de quedar eliminado de la Libertadores? 8. ¿Once Caldas le está enfocando sólo al torneo continental como prioridad? 9. ¿Le gusta que al final sólo clasifiquen los cuatro primeros de la tabla a las semifinales? ¿Esto se debería mantener para priorizar la calidad sobre la emotividad? 10. Y lo último. Si le tuviera que apostar a un equipo este semestre, ¿por cuál se iría? ¿Hay alguno de verdad mejor que todos los demás?

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    “Americanos, va la madre si no llenamos el estadio”. Eso decía la cartulina y la invitación del técnico Diego Edison Umaña para que los aficionados acompañaran al cuadro vallecaucano en el estadio Pascual Guerrero el año pasado. Algo de esa frase-amenaza la recuerdo ahora con la intención que tiene Junior de sacar al portero uruguayo Adrián Berbia, debido a su mala actuación en la Copa Libertadores, como si él fuera responsable excluyente de la eliminación. ¿Es Umaña quien quiere echarlo? ¿Son los directivos? ¿Acaso el entrenador se está prestando al sucio juego de sus jefes? ¿Es justa una decisión de este tipo? Umaña ha sido bastante pintoresco en su carrera. Recientemente permitió que jugara Anthony de Ávila a sus 45 abriles. También se postuló para ser el D.T. de Colombia en reemplazo de Eduardo Lara. Ha sido irrespetuoso: le pegó a su colega Daniel Carreño en un clásico ante Cali, equipo del que fue recogebolas. En 2006, cuando dirigía al Quindío y se mostraba inquieto por supuestas amenazas de muerte en su contra, sufrió un paro cardiaco. Al América lo sacó campeón en 2008-II (con Berbia bajo los tres palos) y lo dejó después de varias renuncias inconclusas. Así llegó Umaña a Junior, equipo que pisó en falso al despedir desagradecidamente a Julio Comesaña, el técnico que lo sacó subcampeón en el Apertura 2008 y que consiguió el tiquete (ya usado y desechado) a la actual Copa Libertadores por haber sido el mejor de la Reclasificación. Ahí comenzó el error del cuadro de Barranquilla. El cambio de estratega fue un desaguisado. Umaña tomó después las riendas de un conjunto que cuesta mucho dinero mensual y que, por ende, tenía mucha expectativa en la Copa. Nada bueno ha resultado el experimento hasta ahora. Junior quedó por fuera de la Libertadores contando, claro que sí, una paupérrima presentación de Berbia. Pero sacarlo de esta manera del equipo –como quieren así hayan echado atrás la determinación- hubiera sido malsano y enviaría un pésimo anuncio a la afición y al resto de jugadores. “Uno es socio para el éxito o para el fracaso”, reclamó Berbia, quien además cuestionó que “parece que no se equivocó nadie más” en Junior durante el torneo internacional. Giovanni Hernández sacó la cara y explicó que el arquero uruguayo merece respeto, más allá de lo futbolístico. Martín Arzuaga le dedicó el triunfo del domingo ante La Equidad. Valdría la pena preguntarse si acaso fue sólo Berbia el culpable de la dolorosa eliminación. Como mínimo también lo es Umaña, al decirle a su portero que la situación en Barranquilla es insostenible (como si no tuviera carácter para defenderlo y dejarlo como suplente) y también porque nunca vio que su pupilo no merecía ser titular. Si de salidas se habla, no debería ser una sola. El mismo mensaje que plasmó Umaña en la cartulina se puede hacer otra vez con todos los que propenden por la salida indigna del uruguayo. Ojalá la afición entienda que Junior es literalmente un equipo y que hay mejores decisiones que castigar sólo a un jugador de los muchos que perdieron la batalla. La última posición oficial del equipo "La Corporación Popular Deportiva Junior precisa lo siguiente, con respecto a las informaciones relacionadas con las conversaciones sostenidas por el Director Técnico Diego Umaña con el jugador Adrián Berbia: “La comunicación que tuvo con el jugador el Director Técnico Diego Umaña el pasado sábado en Montevideo, fue exclusivamente orientada a manifestarle al jugador su preocupación por el ambiente generado en la ciudad con respecto a las recientes actuaciones del jugador, y a manifestarle que sería mejor para él, en este contexto, considerar la posibilidad de buscar un cambio de lugar en el que desempeñar su actividad. “El jugador en mención continúa perteneciendo a nuestro registro".

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    No es que deba hacerlo, pero la vida de René Higuita ha estado siempre en polos opuestos. Su grandeza es indiscutible, al igual que sus escándalos. Es duro ver a un ídolo que se transforma de momento por las gracias del marketing. Lo es porque de alguna manera desportilla el estereotipo que el niño recoge en su infancia. Es el caso de Higuita: el arquero que pudo sobrevivir a todo como deportista y que quiso cambiar por un instante su apariencia como si se tratara de barro mojado. El ídolo se recuerda en la cancha con una pantaloneta apretada, sacos de colores chillones, guantes Reusch marcados con su nombre, melena ensortijada y un lunar negro grande estampado en su mejilla izquierda. Pero han pasado los años. Cuando Higuita llegó a Millonarios, en 1985, la revista del equipo bogotano costaba 180 pesos. Hoy en día ese dinero no alcanza para pagar más de dos hojas blancas. Quizá por eso, por el tictac inclemente del reloj, las nuevas generaciones pueden recordar al arquero más por haber querido cambiar su físico en un reality que por haber sido un revolucionario del fútbol mundial. Están los videos, las fotos, los recuerdos y, aun así, esto sería insuficiente para asimilar su dimensión. Triste realidad, sí, aunque factible. A pesar de todo, “Higuita siempre será Higuita”, sentencia Francisco Maturana. Y es cierto. El adiós del portero sólo cierra un nuevo capítulo de la leyenda viviente. Las despedidas son para los muertos. “El Loco” se ganó de antemano su pedazo de cielo por ir contra la corriente, por sacar la grandeza de un tuerto en un mundo de ciegos. Hizo todo por Colombia en el Mundial de Italia, desde las atajadas y salidas más increíbles hasta uno de los peores errores en la historia del fútbol contra Camerún. Alzó la Libertadores; fue capaz de interceder por un secuestrado; pagó cárcel; visitó en La Catedral a Pablo Escobar; dio positivo por doping; le pegó un puño al periodista César Augusto Londoño; hizo el famoso escorpión en Wembley; marcó golazos de tiro libre y fue protagonista de otros hechos que dimensionaron, para bien o para mal, su figura. ¿Por qué tenía entonces Higuita que cambiar su físico? ¡Para qué! -reclamo injusta y atrevidamente-. Lo pienso más ahora, cuando él acaba de salir de una enfermedad llamada toxoplasmosis, la cual, según dijo, le cambió la perspectiva de vida. ¿Para qué hacerse una liposucción, aumentarse el mentón, quitarse el lunar, cambiar de peinado y otros menesteres? No lo entiendo todavía, así de eso haya pasado un lustro. Si existe el error, no es de él. Ni más faltaba. El yerro es creer que uno puede apoderarse, aunque sea un poco, de sus ídolos. Decidir por ellos o ver cierta especie de derecho adquirido por la adulación. Eso nunca afectó a René, que hizo y deshizo, o viceversa, tantas veces como gustó. En eso radicó parte de su éxito. Higuita, que comenzó su carrera como delantero y la sella como gran arquero, vuelve al plató. Y la escena no deja de ser emocionante: dice adiós uno de los mejores jugadores de fútbol de la historia. Él, por fortuna, cada vez se parece más a sí mismo. Vean su rostro. No hay ninguna operación que pueda cambiar lo que es. Tres frases de y para René "Todos tenemos problemas económicos. Pero yo, la verdad, nunca me he preocupado por la parte económica. La base que tengo es que nacimos desnudos y así nos vamos”: Higuita. Tiene problemas para descolgar centros. Ésos son sus únicos puntos débiles. "Si no, sería Dios": Maturana. “Algún día, en mitad de un partido, llamarán por teléfono a la portería de Higuita y alguien, quién sabe quién, contestará que ha salido”: Jorge Valdano.

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    Hechos increíbles sucedieron este año. Recuérdelos de una manera particular en este abecedario y sea testigo de las curiosidades y realidades únicas de nuestro balompié. ¡Adelante! A. Ausencia. Otra vez, por tercera ocasión consecutiva, Colombia se quedó sin Mundial. B. Bestias. Los hinchas que se siguen dando en la jeta dentro y fuera de los estadios. C. Copa Colombia. Consuelo Capitalino. D. Discrepo. De los que creen que el fútbol colombiano es atractivo. E. Estupidez. ¿Prohibir que los hinchas usen camisetas de sus equipos para evitar la violencia? Muy poco duró la norma instaurada por la Dimayor en agosto. F. Florez, Javier. Escandalizó al mundo al matar un hincha que le criticó su actuación con Junior en la final del torneo Apertura. Otra bestia. G. Giovanny Moreno. Crack 'Nacional'. Su zurda vale millones. El mejor de su equipo. H. Herman Córdoba. Que en paz descanse. El delantero del Huila falleció (junto con Mario Beltrán) en un accidente automovilístico. I. Increíble. A sus 45 años, Anthony de Ávila volvió a jugar, con el América. Le hizo un gol a Santa Fe y otro al Cali. J. Jackson Martínez. Figurón absoluto del torneo Finalización. Goleador y baluarte del título del DIM. K. Kilos de jerarquía. Los que le faltan a veces a los equipos colombianos. Medellín, América y Chicó no superaron la primera ronda en la Libertadores. Nada distinto pasó con Cali y La Equidad en la Sudamericana. L. Leonel Álvarez. El técnico de mayor proyección en Colombia. Tiene ángel y le cae muy bien a la gente (quizá los realities en los que participó le sirvieron para eso). M. Millonarios pobres. Un año más de malas noticias para los azules. No tienen plata y tampoco resultados deportivos favorables. Lo mismo pasa con América. N. Novelón. El de Pasto para no perder los tres puntos en el escritorio ante Cartagena. Al final se fue a segunda división con justicia (las reglas están para cumplirlas). Ñ. Ñeros. Muchos de los que se hacen en las afueras de los estadios pidiendo limosnas para comprar boletas (o vicio). O. Odio. La animadversión de algunos periodistas hacia equipos o personajes sigue siendo descarada y triste a la vez. No vale la pena mencionarlos. P. Postobón. Así se llama el nuevo patrocinador que monopolizará el fútbol colombiano. Q. Quid. La discusión sobre el futuro de la Selección Colombia no debe centrarse en la nacionalidad del técnico. Se trata de unir ingredientes y hacer con ellos la mejor torta posible. R. Ramiro Viáfara. Algunos quisieron atacar al entrenador desde los micrófonos, pero el cuarto puesto en el Mundial Sub 17 de Nigeria calló las injusticias. S. Suerte. La de Eduardo Lara. El ex D.T. de Colombia no salió quemado del puesto en un país visceral a la hora de castigar fracasos. T. Teófilo Gutiérrez. Otro que se destacó en el campeonato y que puede ser protagonista del fútbol internacional. Julio Comesaña lo descubrió y se la jugó con él. Ambos se merecen un aplauso. U. URL. Las web de la Federación Colombiana (www.colfutbol.org) y de la Dimayor (www.dimayor.com.co) carecen de estilo. Deberían hacer algo mejor por la representación de nuestro fútbol en Internet. V. Valor y voluntad. Lo que se debe tener para meter a la cárcel a los que cometan actos violentos dentro y fuera de los estadios. Medidas inservibles ya hemos visto muchas. W. “Willie”. La mascota de Junior pisoteó la camiseta del Cúcuta en el estadio Metropolitano durante el primer torneo. El tiburón fue sancionado y luego se arrepintió de sus actos. X. Xenofobia. Hay hinchas que se creen muy blancos y son capaces de decirles “micos” a los jugadores (se lo escuché a un aficionado en El Campín contra Carmelo Valencia. Seguramente pasa con otros). Y. Yeyo. Se reunieron en Cartagena, hace poco, directivos del fútbol nacional para planificar el camino de la clasificación a Brasil 2014. ¡Plop! Se gastaron la plata y no sacaron ni una sola conclusión real. Z. Zorros. Jugadores que falsifican documentos, directivos-empresarios y árbitros malintencionados. ¡Cuántos tramposos hay en el fútbol colombiano!

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    La desgracia la podrá ver cada hincha con sus propios ojos, pero es imposible pasar por alto que en la primera fase quedaron eliminados equipos como Millonarios, Cali y el último campeón, Once Caldas. Después, se puede hablar de Nacional y Santa Fe como un caso especial. Huila, con una nómina inferior y recordando el duro golpe de la muerte de Herman Córdoba y Mario Beltrán a mitad de torneo, los superó claramente en los cuadrangulares. Junior tiene dolidos a sus aficionados, aunque al menos clasificó a la Libertadores. Tolima irá a la Sudamericana, algo que no parece bastarle a Santa Fe. Once Caldas, campeón del Apertura, sí falló en todo sentido: no pudo ni siquiera llegar a los cuadrangulares, dejó ir a sus principales figuras y echó muy mal al técnico Javier Álvarez. Un renglón aparte merecen América y Millonarios, último y antepenúltimo en la puntuación de todo el año (37 y 43 unidades, respectivamente). Una vergüenza recurrente. De todo esto, ¿se podrá escoger un solo mayor fracaso? La invitación a opinar está abierta.

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    Un jugador en Inglaterra se tira un gas en la cara de un árbitro; Hugo Gatti, ex arquero argentino, manda a lavar platos a las periodistas que hablan de fútbol; en España lloran por un láser contra el metrosexual de Cristiano Ronaldo y en Colombia se habla más de la cuenta del posible título de Santa Fe después de 34 años... Los anteriores casos son literalmente extraordinarios. Y para el que nos atañe, lo que más le conviene a Santa Fe es que no se crea favorito para ganar el torneo. Que no escuche a los aduladores y que si la Copa Colombia le trajo mucha felicidad, que recuerde que no lleva consigo tanto reconocimiento. Creer ahora que el equipo bogotano es el más facultado para dar la vuelta olímpica en la Copa Mustang es facilista y peligroso. Si consigue el título será un meritorio milagro que no sucede desde 1975. Una más de tantas excepciones. El tema llega a la vez que se escuchan otras contingencias en el mundo. Hace un par de semanas, por ejemplo, un tal Levi Foster fue amonestado en la liga ‘Portsmouth Sunday’ por tirarse un pedo frente al árbitro y sólo se salvó de la expulsión, según contó el propio juez, porque el futbolista se disculpó de inmediato diciendo que había comido “pollo al curry". En este momento podrá preguntarse –y con razón- qué tiene que ver lo anterior con el hipotético título de Santa Fe. Pues no tiene nada que ver con respuestas escatológicas. Es simple: ambas cosas nacen de lo inusual. Aceptando las analogías, es tan exótico un título santafereño como ver que un arquero es amonestado por sacar un gato de la cancha; polemizar por los láser en la cara de Cristiano Ronaldo en el pasado derbi español; escuchar que los jugadores del Pereira apuestan a veces yogures (!) en los entrenamientos y hasta encontrar a Hugo Gatti, histórico arquero argentino, sentenciando en televisión que las mujeres no saben hablar de fútbol (muchas sí pecan en ese objetivo) y que es mejor que se vayan a “lavar los platos" (tampoco es para tanto). Todos estos espejos al margen del resultado matizan el fútbol. Y la séptima estrella de Santa Fe, en especial, sería una apabullante rareza, aun cuando en 2005 fue finalista. Queda claro que todavía falta mucho para que los santafereños gocen de una nueva y verdadera conquista. Lo demás es banal. Y cuidado. Está bien parado Nacional, que ya esparció algo de los humos del favoritismo cardenal con la reciente goleada 3-0. Ya recordarán ustedes cuando se empezó a hablar de “ferraris” y otras tantas decepciones en un ‘expreso rojo’ que con histórico esfuerzo exhala vapor. Sobre los extraños casos citados... Arquero es amonestado por sacar un gato de la cancha Gatti manda a las mujeres a lavar platos Láser contra Cristiano Ronaldo Un pedo explosivo en la cancha

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