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Aunque para algunos es una combinación extraña, comer sopa con banano es una costumbre común en varias regiones de Colombia, especialmente la de verduras o ajiaco. Esta práctica puede generar curiosidad, rechazo o fascinación, según el contexto cultural y las costumbres de quien la observe. Sin embargo, con el auge de herramientas de modelos de inteligencia artificial, se ha vuelto común consultar a estas plataformas sobre el análisis de diferentes hábitos que hay en la cultura colombiana.
Para entenderlo, se le pidió a los modelos de lenguaje de ChatGPT, Gemini y Copilot sobre su versión de esta costumbre arraigada en Colombia y tal vez otros países latinoamericanos. Si bien estos sistemas no tienen gustos propios ni emociones, su entrenamiento con millones de textos les permite identificar patrones culturales, opiniones públicas y percepciones sociales. Una de las primeras aclaraciones que hacen estas herramientas es que no pueden emitir juicios morales o de gusto personal. Lo que sí pueden hacer es ofrecer una visión basada en información disponible en la web, publicaciones académicas y redes sociales.
De acuerdo con los resultados recopilados, el consumo de sopa con banano es visto por la IA como una práctica culturalmente válida, aunque poco común a nivel global. En Colombia, especialmente en regiones como Santander, Antioquia y partes del Eje Cafetero, el banano se utiliza como acompañamiento de sopas por su sabor dulce que contrasta con lo salado del caldo, situación que se ha transmitido por generaciones y no siempre tiene una explicación racional. Estas personas suelen tener algunas cualidades en común que, si bien no aplican a todos, se distinguen especialmente por:
Un análisis más profundo de la IA sobre este comportamiento sugiere que quienes combinan dulce y salado en un mismo plato suelen tener una mayor apertura a experimentar en la cocina. En otras palabras, no le temen a lo inusual y tienden a incorporar ingredientes menos convencionales a sus platos. Esta información no implica necesariamente una evaluación psicológica, pero sí muestra cómo el lenguaje alimentario puede reflejar ciertas actitudes frente a la innovación culinaria.
Desde una perspectiva nutricional, la combinación no presenta ningún problema. De hecho, la IA, al consultar fuentes médicas y nutricionales, indica que tanto la sopa como el banano aportan nutrientes clave: potasio, fibra, vitaminas del complejo B y líquidos esenciales para la hidratación. El banano, al ser una fruta rica en carbohidratos, puede complementar una comida ligera como una sopa, aumentando la sensación de saciedad. Sin embargo, el exceso de carbohidratos en una sola comida podría no ser ideal para personas con problemas de azúcar en sangre.
Una de las prácticas más comunes para mantener los bananos en buen estado, consiste en almacenarlos correctamente en casa para luego ser consumidos con sopa u otros alimentos como diferentes tipos de frutas. Expertos del portal Simply Recipes recomiendan:
Cuando estas frutas ya desarrollan una cáscara muy oscura o incluso negra, es normal pensar que ya no sirven. Sin embargo, es solo la cáscara la que cambia de color; por dentro, la pulpa puede estar completamente comestible y mucho más dulce que antes. Son ideales para preparaciones dulces como panes, galletas, tortas, cremas o batidos. También pueden congelarse en trozos y luego añadirlos a un yogur, licuar con leche o preparar un helado saludable solo con esta fruta.
VALENTINA GÓMEZ GÓMEZ
NOTICIAS CARACOL
vgomezgo@caracoltv.com.co