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A 113 años del Titanic, revelan detalles sobre la muerte del capitán que dirigía el trágico viaje

Una nueva investigación revive el debate sobre los últimos momentos del capitán Edward John Smith durante el hundimiento del Titanic. A través de testimonios, un libro busca reivindicar su legado.

Capitán del Titanic
Sigue siendo motivo de debate más de un siglo después -
Getty Images

La trágica historia del Titanic ha sido, durante más de un siglo, uno de los relatos más conocidos de la historia, su hundimiento, el 15 de abril de 1912, dejó un saldo de aproximadamente 1.500 personas muertas y más de 700 sobrevivientes. Ahora, 113 años después, un nuevo libro ha sacado a la luz detalles escalofriantes sobre los momentos finales del capitán Edward John Smith, uno de los personajes más reconocidos que fallecieron durante el naufragio.

En su nuevo libro, titulado 'Titanic Legacy: The Captain, the Daughter and the Spy', el autor Dan E. Parkes recopila una serie de relatos de testigos presenciales que sobrevivieron al hundimiento y que, según él, ofrecen una versión más "fiel y menos sensacionalista" de los hechos. Entre sus principales afirmaciones, Parkes asegura que los rumores sobre un supuesto suicidio del capitán fueron una construcción mediática sin fundamento real.

Aunque la icónica película de 1997, protagonizada por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, inmortalizó una versión de la historia del la tragedia del Titanic, incluyendo la imagen del capitán Edward John Smith aferrado al timón mientras la orquesta interpretaba su última melodía, la realidad sobre sus últimos momentos sigue siendo motivo de debate más de un siglo después.

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Publicaciones Amberley

Apenas tres días después del naufragio, algunos periódicos comenzaron a publicar versiones que apuntaban a que Smith se había disparado en la cabeza. Uno de los titulares más impactantes fue el de Los Ángeles Express, que afirmó: “El capitán E.J. Smith se pegó un tiro”.

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Mismo titular fue replicado por diferentes diarios de la época. Desde entonces, estas afirmaciones, sin pruebas, fueron centro de debate de la opinión pública y una mancha en el recuerdo de su legado. El autor sostiene que estos relatos no solo carecían de fundamento, sino que además fueron dolorosos para la familia del capitán, especialmente para su esposa Eleanor y su hija Mel, quien apenas tenía siete años cuando ocurrió la tragedia.

Testigos que vieron al capitán hasta el final

Entre los relatos que cita el libro, figura el del banquero Robert Williams Daniel, quien aseguró haber visto al capitán Smith en el puente de mando justo antes de que el mar lo hundiera por completo. Según declaró al New York Herald, el capitán “murió como un héroe”. Otro testimonio clave es el de un cocinero, Isaac Maynard, quien afirmó haberlo visto en el agua, completamente vestido, con su gorro de marinero aún en la cabeza.

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Maynard relató que un hombre intentó salvar al capitán desde una balsa, pero que Smith se negó y les dijo: “Cuídense, muchachos”. Esa habría sido una de sus últimas frases antes de desaparecer en el Atlántico. Para Parkes, este acto refleja la verdadera personalidad del capitán, conocido como “el Capitán del Millonario” por su popularidad entre los pasajeros de primera clase y además de ser uno de los mejores pagados de la época.

Otro dato relevante que respalda la versión del autor es que el cuerpo de Smith nunca fue recuperado, por lo que no se pudo confirmar ninguna causa de muerte. De los más de 1.500 fallecidos, solo 337 cuerpos fueron recuperados en los días posteriores. Esto ayudó a que formaran todo tipo de especulaciones, algunas incluso tan extravagantes como afirmar que el capitán había fingido su muerte y vivía escondido en Maryland, Estados Unidos.

Capitán del Titanic
Getty Images

Parkes también rebate las acusaciones que pintaban al capitán como un hombre imprudente o negligente. Según su investigación, Smith no ignoró advertencias sobre el iceberg ni estaba conduciendo el Titanic a una velocidad irresponsable. Para él, estas teorías fueron intentos de encontrar un culpable cante una tragedia de tan grandes proporciones.

Además, el autor menciona que hubo quienes aseguraron que Smith llegó a rescatar a un bebé del agua y lo entregó a salvo a un bote salvavidas, negándose a subirse él mismo. Un testigo citado por el Brooklyn Daily Eagle describió cómo el capitán nadó con un niño en brazos y lo llevó hasta una embarcación de rescate antes de regresar al barco.

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“Agarró al niño y con el brazo derecho se dirigió hacia un bote salvavidas. El pequeño fue subido a bordo sano y salvo y el capitán reanudó su lucha por el Titanic que se hundía”.

El libro también resalta cómo la percepción del suicidio en 1912 era extremadamente negativa. Morir de esa manera era considerado una deshonra, especialmente para un capitán de barco, cuya responsabilidad era permanecer al mando hasta el final. En ese contexto, las acusaciones de cobardía no solo afectaban la memoria del capitán, sino que también implicaban una humillación para su familia.

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A pesar de que científicamente es poco probable saber que sucedió con el Capitán de barba blanca, con esta obra, Parkes espera no solo corregir lo que considera un error histórico, sino también rendir homenaje a una figura que, según su análisis, actuó con honor y valentía.