
Lo que comenzó como un simple momento de cuidado personal terminó siendo una tragedia médica con consecuencias de por vida. Olubiyi Jibowu, un padre de 57 años residente en Londres, perdió una pierna tras hacerse una pedicura casera que derivó en una quemadura severa, infección y finalmente una sepsis. Lo más sorprendente es que él no sabía que tenía diabetes tipo 2, una condición que silenciosamente lo dejó sin sensibilidad en los pies, impidiéndole percibir la gravedad del daño.
Todo comenzó cuando Olubiyi decidió tomarse un tiempo para cuidar sus pies en su casa. Llenó un recipiente con agua caliente, le añadió sal del Himalaya y sumergió sus pies. Sin embargo, la temperatura del agua era demasiado elevada, algo que él no notó hasta que sacó los pies y vio ampollas enrojecidas por todas partes.
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En vez de acudir al médico, intentó tratarse él mismo las quemaduras aplicando Dettol, un desinfectante de uso tópico, convencido de que eso ayudaría. Pero la piel comenzó a desprenderse y el dolor se volvió cada vez más insoportable. Aun así, Olubiyi seguía caminando diariamente al trabajo —más de cinco kilómetros al día— sin saber que las heridas se estaban convirtiendo en una infección mortal.
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“Soy un hombre grande, pero era un dolor indescriptible. La piel se marchitó, se volvió completamente negra. En un punto, podía ver incluso los fragmentos de mi estructura ósea”, relató a The Mirror.
¿Por qué no sintió que se quemó los pies?
Olubiyi no sabía que tenía diabetes tipo 2, una condición que puede provocar neuropatía diabética, es decir, un daño en los nervios que reduce la sensibilidad al dolor, especialmente en pies y manos. Por eso no sintió la quemadura al momento, ni el avance de la infección que poco a poco invadía su cuerpo.
El verdadero punto de inflexión llegó cuando mostró el pie a su jefa, quien, alarmada, lo envió a casa de inmediato. Fue entonces cuando su hermana notó por teléfono que algo iba mal. “Tenía la voz quebrada. Estaba en un estado de dolor total. La piel se me caía”, recordó Olubiyi.
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Al llegar al King's Hospital de Londres, los médicos confirmaron lo que él no quería aceptar: no solo tenía una infección severa, sino que estaba en riesgo de sepsis y su vida corría peligro.
No había otra opción que amputar
Durante semanas, los médicos intentaron detener el avance de la infección con vendajes y antibióticos. Pero no hubo progreso. Finalmente, le informaron que la única manera de salvarle la vida era amputar la pierna por encima de la rodilla. “Fue un shock total. No podía creer que no hubiera un plan B. No quería ni ver al especialista que me lo dijo”, relató.
La operación se realizó el 8 de agosto de 2023, aproximadamente un mes después del accidente doméstico. Aunque la intervención alivió el dolor físico, trajo consigo el impacto emocional de tener que reaprender a caminar y convivir con la idea de una vida modificada para siempre.
Durante dos meses de hospitalización y posteriormente en un centro de prótesis, Olubiyi enfrentó intensas terapias físicas y emocionales. Ahora utiliza una prótesis, aunque todavía siente el “miembro fantasma”, una extraña percepción neurológica común en personas amputadas. “Puedo sentir el talón como si todavía estuviera ahí. A veces, mi cerebro se niega a aceptar que no tengo parte de mi pierna”, explicó.
A pesar del trauma, Olubiyi ha logrado darle un giro positivo a su vida y actualmente está recaudando fondos para adquirir una prótesis de titanio más ligera y avanzada, que le permita caminar con mayor comodidad, mantenerse activo y recuperar su independencia. “Fue duro aceptarlo, pero decidí enfocarme en lo positivo. Pensé: ‘¿Voy a quedarme en silla de ruedas para siempre?’. Luego entendí que tengo una nueva oportunidad, y la voy a aprovechar”.
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Olubiyi ahora dedica parte de su tiempo a concientizar sobre el cuidado de los pies, especialmente entre personas que viven con diabetes. “Si ves una herida, aunque parezca pequeña, no la ignores. Una infección puede avanzar muy rápido. Hay antibióticos específicos, especialistas entrenados. Yo pensé que podía arreglarlo solo y me equivoqué”, afirmó.
MARÍA PAULA GONZÁLEZ
PERIODISTA DIGITAL DE NOTICIAS CARACOL