La Universidad de Texas, en Austin, adquirió el archivo personal del fallecido Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, que contiene manuscritos, notas, fotos y correspondencia, adelantaron hoy el diario estadounidense The New York Times fuentes de esa institución.
La Universidad tiene previsto hacer el anuncio oficial hoy.
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El archivo de Márquez, fallecido el pasado 17 de abril en Ciudad de México, pasará a formar parte de la colección del Centro Harry Ransom de UT, junto a objetos de Jorge Luis Borges, James Joyce, Ernest Hemingway o William Faulkner entre muchos otros escritores.
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"Es como si James Joyce se reuniera con Gabriel García Márquez" dijo a The New York Times el director del Centro Harry Ransom, Steve Enniss.
"Es muy apropiado que se una a nuestras colecciones. Es difícil pensar en un novelista que haya tenido tan amplio impacto", dijo.
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Enniss remarcó además que esta institución es la única de sus características en "la frontera con América Latina".
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El archivo, comprado a la familia del escritor por una cantidad no revelada, contiene "material relacionado a todas sus obras importantes", incluyendo el manuscrito final de su más célebre, "Cien años de soledad" (1967) y una copia de "En agosto nos vemos", su novela inconclusa y publicada parcialmente en The New Yorker (EE.UU.) y La Vanguardia (España).
Así mismo, incluye cerca de 2.000 cartas que el autor colombiano intercambió con los escritores Graham Greene, Milan Kundera, Julio Cortázar, Günter Grass y Carlos Fuentes, cerca de 40 álbumes de fotos y material relacionado con sus actividades políticas y su estrecha amistad con el líder cubano Fidel Castro.
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El anuncio de la venta del archivo a la institución estadounidense ya ha despertado las primeras reacciones en Colombia, cuya ministra de Cultura, Mariana Garcés, ha dicho que para el país "es una lástima no tenerlo".
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Gonzalo García Barcha, uno de los hijos del escritor, ha explicado a la emisora colombiana Blu Radio que "el Gobierno colombiano nunca se hizo presente ni hizo ninguna oferta", por lo que la familia "tomó la decisión de enviar los archivos a la Universidad de Texas".
"Nosotros queríamos que estuviera bien acompañado", añadió García Barcha al argumentar que en UT hay "colecciones similares".
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