
"Mi salud estaba muy mal y no tenía idea por qué", señaló Frank Jamieson, de 58 años, al SWNS Media Group al revelar que se enteró que tenía hepatitis C, una grave enfermedad en el hígado, 20 años más tarde de que fuera diagnosticado. El hombre oriundo de Escocia ha denunciado que su médico de cabecera tenía los resultados y nunca se los comunicó.
El diagnóstico llegó en octubre del año pasado, luego de consultar a otros médicos por sus graves síntomas de salud y para los que no tenía ninguna explicación. La hepatitis C es un virus que se transmite por la sangre y que, por lo general, presenta síntomas cuando el virus ya daña el hígado causando enfermedades hepáticas, fatiga y dificultad para concentrarse.
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¿Cómo se contagió?
Se pudo determinar que, probablemente, Jamieson contrajo la enfermedad en 1984, hace 40 años, luego de una operación que le realizaron en la pierna al sufrir un accidente de tránsito. En ese entonces, la enfermedad no lo afectó, pero para el año 2002, ya presentaba algunos síntomas. Se cree que Frank es una de las víctima de miles de personas en Escocia y el Reino Unido que se infectaron con hepatitis C y VIH a partir de productos sanguíneos del NHS en las décadas de 1970 y 1980.

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Frank se casó y tuvo varios intentos fallidos para quedar embarazado con su esposa, incluso acudieron a tratamientos de fecundación in vitro, pero tampoco dieron resultado. En 2002, la pareja acudió al médico de cabecera de Frank a realizarse unos exámenes de sangre para ver si era posible someterse a otro FIV o determinar por qué no podían concebir; sin embargo, los esposos quedaron sin trabajo y la crisis económica que los afectó los hizo desistir de la intención de tener hijos.
En enero de 2003 se conocieron los resultados de los exámenes de sangre de Frank y su esposa, en los que claramente se indicaba que el hombre padecía hepatitis C; sin embargo, esto nunca se le comunicó. "El laboratorio tenía mis resultados, pero nunca me los comunicaron", señaló el hombre que tras unos exámenes en otro centro médico el año pasado, se enteró de esta situación.
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Al informar en el laboratorio de su médico de cabecera sobre este diagnóstico, la respuesta lo indignó, pues efectivamente ellos tenían hace 20 años los resultados. Ante el reclamo de Frank por no haberle informado sobre la enfermedad que padecía, el consultorio le indicó que el protocolo indica que los pacientes debían llamar siete días después de los exámenes para obtener los resultados, pero no hay registro de que él haya llamado en ese entonces. "Después de todos estos años yendo al médico, y con esa información en mi expediente, me están culpando", reclamó.

La hepatitis C causó en el cuerpo de Frank dolores en los nervios y articulaciones, además del fenómeno de Raynaud, que reduce el flujo sanguíneo a los dedos de las manos y pies, pero eso no es lo peor. Tras una investigación, el hombre conoció que "la hepatitis C puede causar infertilidad", lo que podría haber evitado el dolor que vivió por muchos años con su esposa buscando un hijo.
Frank resaltó que en estos años, sin conocer lo que pasaba en su cuerpo, desarrolló una grave depresión. "He tenido pensamientos suicidas. Ahora mismo, no quiero estar aquí", reconoció el hombre que tuvo que dejar de trabajar ante los problemas de salud y que actualmente está bajo el cuidado de la organización benéfica SAMH (Acción Escocesa para la Salud Mental).
Afortunadamente, el hombre de 58 años se sometió en estos meses a un tratamiento antiviral que lo dejó libre de hepatitis C, pero sigue enfrentando a la depresión. Sin embargo, está reclamando y demandando al laboratorio que ocultó por 20 años su diagnóstico. Según Frank, "es posible que haya otras personas que no hayan recibido resultados de análisis de sangre, que tengan hepatitis C o alguna otra cosa y que no lo sepan. Quiero justicia. Quiero que me escuchen y quiero que el laboratorio asuma la responsabilidad de lo ocurrido".
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MARÍA PAULA GONZÁLEZ
PERIODISTA DIGITAL DE NOTICIAS CARACOL