
Israel asesinó a tres personas el pasado jueves en el ataque a la Iglesia Sagrada Familia de Gaza, la única parroquia católica del enclave, que alberga a centenares de desplazados, y que no había sufrido bombardeos directos del Ejército israelí. El Ejército israelí aseguró este miércoles que el ataque se debió a un "desvío involuntario" de municiones durante una operación militar en la zona. La noticia del ataque, en todo caso, le dio la vuelta al mundo, entre otras cosas, porque en ese hecho también resultó hirió el párroco de esa iglesia, el argentino Gabriel Romanelli, quien se había hecho popular en Italia por las llamadas diarias de su compatriota, el ya fallecido papa Francisco, que desde el inicio de la ofensiva israelí le telefoneaba para preguntarle sobre la situación de Gaza y sobre los centenares de desplazados que se refugiaban en esa iglesia.
Precisamente, el párroco Romanelli habló con Noticias Caracol En vivo y entregó detalles de lo que ocurrió el jueves. "Gracias a Dios no había niños afuera. Nos tomó por sorpresa, pero me alcanzaron dos esquirlas, incluso en el despacho parroquial donde trabajo entró otra", le contó a este noticiero, en una de las primeras entrevistas que ofrece posterior al ataque. En la conversación también hizo un duro llamado y señaló: "Nos hemos acostumbrado a la muerte", en relación a la ofensiva israelí en el enclave, donde la cifra de muertos roza ya los 60.000, de los cuales, según el párroco, "el número de cristianos muertos va en 58".
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El párroco también se refirió a la emergencia que enfrenta Gaza por cuenta del hambre. Este miércoles se reportó que otros 10 gazatíes murieron en las últimas 24 horas por desnutrición, según informó el Ministerio de Sanidad del enclave, mientras la entrada de alimentos sigue siendo escasa tras más de 21 meses de bombardeos. Con estas últimas cifras, el total de personas muertas por malnutrición desde el inicio de los ataques de Israel asciende ya a 111, la mayoría niños. Al respecto, Romanelli comentó: "Hay gente muriendo de hambre, la desnutrición es real, pero la ayuda no está ingresando y somos más de un millón de personas". Y también agregó: "Gaza está triturada, aquí hay gente de fe, pero la impotencia de no poder hacer más y que esto no frene es el dolor más grande".
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Solo en julio 46 gazatíes han muerto por inanición y malnutrición, entre ellos 16 menores de edad, indicó este miércoles Zaher al Waheidi, director de la de información en el Ministerio de Sanidad. Pero como advierte Waheidi, esos son solo los casos registrados en hospitales, por lo que la cifra real puede ser mucho más alta.
Gaza afronta uno de los momentos más críticos a nivel humanitario debido al longevo bloqueo israelí a la entrada de alimentos, agua, medicamentos y combustibles, lo que ha disparado este tipo de muertes en las últimas semanas. Desde el pasado 2 de marzo, Israel apenas permite la entrada de suministros a Gaza -alimento, agua, medicamentos y combustible -, pese a que la ONU asegura tener comida suficiente para alimentar a toda Gaza durante los próximos meses.
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Los directores de diferentes hospitales en Gaza llevan días alertando de que gran parte de la población está exhausta, y que cada vez llegan más casos de desmayos y de pacientes con síntomas de inanición. Algunas familias, dicen, intentan acallar el hambre y el llanto de sus hijos dándoles agua con sal. Además, más de mil palestinos han sido asesinados cerca de los complejos militarizados (uno en el centro y tres en el sur) gestionados por la polémica Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), o en ataques cerca de los puestos militares donde llegan algunos camiones de la ONU.
WILLIAM MORENO HERNÁNDEZ
NOTICIAS CARACOL