Una serie de crímenes ocurridos entre 2022 y 2023 en Bogotá y Medellín, alertaron a las autoridades sobre un presunto asesino serial en el país, cuyas víctimas eran hombres jóvenes de la comunidad LGBTIQ+. Cinco hombres fueron hallados muertos en circunstancias similares: dentro de sus viviendas, con signos de violencia y con varios objetos personales desaparecidos. Tras meses de investigación, una pista fue clave para identificar un patrón inquietante e identificar a un mismo sospechoso.Los primeros asesinatos reportadosEsta tragedia comenzó el 27 de octubre de 2022, cuando el cuerpo del médico panameño José Luis Santamaría, de 34 años, fue hallado incinerado dentro de su bañera en un apartamento en Chapinero. Las heridas halladas en el cadáver daban cuenta de un asesinato violento, sus celulares y otros objetos personales habían desaparecido. Lo único que dejó el asesino fueron dos preservativos con fluidos que permitieron iniciar una línea investigativa.La pista clave llegó al buscar los teléfonos del médico. El día de su muerte, se detectó un cambio en sus ubicaciones habituales y, además, se cambió la SIM por una asociada al nombre de José Leonardo Quevedo Turizo, un joven colombo-venezolano, estudiante de administración de empresas, sin antecedentes judiciales. Los uniformados decidieron buscar a este sujeto en redes sociales, donde curiosamente había publicado fotos luciendo las pertenencias perdidas del médico asesinado. A partir de ahí, se convirtió en el principal sospechoso.Aunque el teléfono fue interceptado, en enero de 2023 se apagó por completo y dejó a los investigadores sin más detalles. Meses después, el 11 de mayo de 2023, un nuevo crimen encendió las alarmas. Ahora la víctima era José Ariel Jiménez, de 21 años, fue hallado en su vivienda en la localidad de Barrios Unidos, semidesnudo, asfixiado con la funda de una almohada. Cámaras de seguridad captaron a un hombre alto, vestido de oscuro, que ingresó a la vivienda y salió con varios objetos, incluida una chaqueta similar a la robada al médico panameño meses atrás.No pasaron muchas horas después del asesinato de José Ariel Jiménez cuando en redes sociales apareció una foto del computador robado en su casa, publicada por José Leonardo Quevedo. El 15 de mayo, un juez emitió una orden de captura contra Quevedo por el homicidio del médico panameño, y fue capturado al día siguiente en Chapinero. En su poder tenía los objetos robados en la casa de José Ariel, chaquetas del médico panameño, llaves, celulares y papeles de un vehículo que también sería clave más adelante.Las otras víctimasLas autoridades descubrieron que las víctimas compartían varios factores: eran jóvenes, hombres, ubicados en Bogotá, y con objetos personales robados que luego eran ofrecidos en redes sociales. Aunque Quevedo nunca aceptó cargos, las pruebas en su contra comenzaron a apilarse cuando los investigadores descubrieron que había otros casos similares en Bogotá y Medellín.El 3 de mayo de 2023, David Steven Mosquera, de 27 años, estudiante de actuación, fue encontrado muerto en su apartamento en Chapinero. Cámaras de seguridad lo mostraron ingresando a su casa con un hombre que luego salió con su ropa y maletas. Más escalofriante aún: su perfil en redes sociales cambió de foto, ahora aparecía la cara de José Leonardo Quevedo, pues el sospechoso siguió usando su celular para enviar mensajes a sus contactos.Un cuarto caso se sumó a la investigación cuando las autoridades encontraron que a Quevedo le habían impuesto un comparendo días antes, cuando se movilizaba en un vehículo que había sido reportado como robado. Su dueño era Néstor Alberto Gómez León, médico esteticista de 37 años, que curiosamente fue asesinado entre el 10 y 11 de marzo de 2023 en su casa en Chapinero. También le robaron varios objetos, incluyendo el vehículo.Los investigadores quedaron sorprendidos al descubrir que José Leonardo Quevedo Turizo se había movilizado en ese carro hasta Medellín después de la muerte de Néstor Alberto. Las fechas coinciden, precisamente, con el asesinato de un hombre reportado en la capital de Antioquia. Ocurrió el 11 de abril de 2023 en el barrio Manrique Oriental, Medellín, donde Jason Molina Triana, estudiante universitario de 23 años, fue hallado muerto y envuelto en una cobija. Las cámaras del sector captaron el carro de Néstor conducido por Quevedo, confirmando su presencia en el lugar del crimen.¿Qué dice la justicia?Tras más de un año y medio de investigación, los fiscales identificaron el modus operandi de José Leonardo Quevedo Turizo. El sujeto usaba redes sociales para contactar a hombres, seducirlos y obtener información clave sobre su entorno. Luego, los visitaba en sus viviendas, los asesinaba, robaba sus pertenencias y las vendía o usaba. Su motivación parecía ser principalmente económica, aunque nunca aceptó ser responsable de los homicidios.Durante una audiencia, llegó a decir: “De manera extracurricular, yo me dedicaba al comercio independiente, miraba las ofertas de precio razonable y las revendía”. Pero esa explicación fue insuficiente ante las contundentes pruebas. El 7 de abril de 2025, una juez lo condenó a 472 meses de prisión (39 años y 3 meses) por el asesinato del médico panameño. Sin embargo, en el caso de José Ariel Jiménez solo fue condenado por hurto, no por homicidio, una decisión apelada por su familia. Los otros tres casos aún están bajo investigación, a la espera de justicia.
Los Informantes le presentan a los televidentes, cada domingo, tres grandes historias. En esta ocasión se inmortaliza la historia de Samuel Gutman, el primer sobreviviente del Holocausto que llegó a Colombia y el último que queda vivo. También la historia de resiliencia de tres artistas femeninas que enfrentan la guerra del Catatumbo con rimas y pinturas. Finalmente, la hazaña de Máximo Tedesco, un aviador colombiano que aterrizó una aeronave hecha por él mismo en la vía Panamericana.El último sobrevivienteSamuel Gutman cumplió 100 años el pasado 13 de abril, un siglo de vida con una historia marcada por una de las tragedias más grandes de la humanidad. Llegó a Colombia al final de la Segunda Guerra Mundial para reencontrarse con su padre, luego de varios años de haber perdido a su mamá y hermanos en los campos de exterminio y valerse de su inteligencia para escapar de los nazis.Trabajó en granjas, se hizo pasar por polaco y hasta por un acólito católico, y fue soldado de los Aliados, todo esto para evitar tener el mismo destino fatal que millones de judíos. “Es por pura chiripa que estoy vivo”, dijo a sus 100 años a Los Informantes, programa en el que contó detalles de su vida, que espera no sea olvidada y sirva para que este suceso, increíble para muchos, no se vuelva a repetir.El arte en la guerraTres mujeres del Catatumbo le hacen el frente a la guerra desde la música y la pintura, demostrando que el arte transforma y salva vidas en los peores escenarios. Desafortunadamente, su trabajo es más reconocido y aplaudido en Europa que en Colombia, donde han sido cuestionadas y criticadas por utilizar su talento para mostrar al mundo lo que se vive en su territorio.Nohemí Pérez ya tiene un gran recorrido y reconocimiento con las pinturas contemporáneas en las que, además de reflejar la belleza de la flora y fauna del Catatumbo, también representa las catástrofes del conflicto armado. Por su parte, las integrantes de Motilonas Rap pertenecen a otra generación y a través de sus fuertes rimas están llenando escenarios en Europa, cantando sobre lo que han vivido por años los habitantes del Catatumbo.El aviadorSu historia parece sacada de una película y muchos no la creerían de no ser porque existe el video. Máximo Tedesco voló en una aeronave fabricada por él mismo en 1988 y aterrizó en plena vía Panamericana para tanquear el artefacto en una gasolinera. Luego e casi 40 años de su histórica hazaña, sigue creando sus propios aviones desde su taller en Cali. Tiene más de 700 volando por el mundo y un récord de cero fallas que lo llena de orgullo.Ahora tiene 83 años y ya no puede desafiar las leyes de la gravedad y de movilidad de Cali piloteando sus aeronaves, por temas de salud, pero quiere que su legado se mantenga vivo. “No quiero que esto se entierre conmigo. Quiero que la gente entienda que la vida no es seguir parámetros establecidos. La vida es romper los parámetros, pero con mucho conocimiento”.
Cada cierto tiempo se conocen historias de colombianos que se convierten en leyenda y muchas veces son difíciles de creer. Pero por increíble que parezca, esta es real. En agosto de 1988, el tráfico de la vía Panamericana, a la altura de Cali, se detuvo por completo, pero no por algún accidente o manifestación, sino porque pocos podían creer lo que estaban viendo: un pequeño avión descendió del cielo, entró a una gasolinera como cualquier carro y llenó el tanque de gasolina corriente y volvió a despegar.El piloto y artífice de esta hazaña fue Máximo Tedesco, un colombiano de origen europeo que, a sus 83 años, sigue llevando en sus venas la pasión por las aeronaves. “Yo dije: ‘tengo que mostrarle a la gente que volar es una estupidez, es muy fácil, es como manejar un carro, incluso más fácil’. Entonces se me ocurrió aterrizar en la Panamericana”, contó a Los Informantes con la seguridad de quien desafió las normas para probar un punto.La vida en el cieloMáximo nació en Cali, pero creció en Florencia, Italia, y desde niño se sintió fascinado por los aviones. Vivía con su papá italiano y su mamá luxemburguesa cerca de una pista privada, donde solía gastar los ahorros de su mesada para pagar vuelos de 10 minutos. “Después dejaron de cobrarme”, recordó. Regresó a Colombia en su juventud y en 1971 diseñó su primera aeronave: un autogiro, híbrido entre helicóptero y avión, pensado para fumigar cultivos o dar paseos familiares.Su idea no tuvo gran acogida entre las personas, pero no se rindió y modificó su negocio para dedicarse a la fábrica de aviones ultralivianos. “Esto va a tener un auge mundial si hacemos las cosas bien”, pensó en ese entonces y lo demostró. En su taller ya ha construido más de 700 aeronaves. “No hay un solo accidente registrado, que no sea por estupideces de un tipo, pero nunca el avión ha tenido fallas”, afirmó con orgullo.El narcotráfico afectó su negocioEn los años 80, los aviones ultralivianos empezaron a atraer la atención de los clientes equivocados: los narcotraficantes. Estas aeronaves pequeñas, maniobrables y capaces de aterrizar en terrenos improvisados, se volvieron codiciadas. “Nos buscaron para comprarlas, pero les decíamos que estábamos muy ocupados”, reveló.Aunque se negó a venderle sus productos a estos delincuentes, la asociación con la criminalidad afectó su negocio. En ese entonces halló una solución: “Yo trataba de introducir una aeronáutica nueva que venía de un país de locos. No podíamos decir que eran hechas en Colombia” y así, durante años, vendió sus aviones en el exterior sin revelar que estaban hechos en la misma tierra del temido y buscado Pablo Escobar. Sin embargo, las medidas de las autoridades nacionales e internacionales, así como los prejuicios, afectaron sus ventas y lo llevaron a la quiebra.Volvió a alzar el vueloActualmente, Máximo sigue viviendo en Cali y lidera una fábrica de aviones junto a su hijo Philippe y un equipo de 14 personas. Allí, con paciencia de artesano, se ensamblan prototipos que esperan clientes en distintas partes del mundo. Aunque ya no puede volar por restricciones médicas y normativas, su mente no deja de crear y ahora produce aviones, seguros y livianos, principalmente para labores agrícolas.“Mi cerebro no para nunca, por eso tomo pepas para dormir desde que tenía 18 años”, aseguró. A sus 83 años, siente la urgencia de transmitir su conocimiento: “No quiero que esto se entierre conmigo. Quiero que la gente entienda que la vida no es seguir parámetros establecidos. La vida es romper los parámetros, pero con mucho conocimiento”. Han pasado casi 40 años desde la histórica hazaña de Máximo Tedesco, la cual parece sacada de una película. Hizo historia y la sigue haciendo cada día en su taller, donde se resiste al olvido construyendo alas que, como él, no se rinden ante la gravedad.
Samuel Gutman tiene tanta historia por contar como años de vida. Vive en Colombia desde el final de la Segunda Guerra Mundial, fue el primer judío sobreviviente al Holocausto que llegó a este país y estableció su vida. En Los Informantes narró todos los sucesos que, por milagro, casualidad o pura suerte, lo llevaron a sobrevivir a una de las grandes tragedias de la humanidad.¿Quién es Samuel Gutman?Nació el 13 de abril de 1925 en Varsovia, Polonia, en el seno de una familia de origen judía. Su padre tenía una pequeña fábrica de telas para cortinas y vivía junto a su madre, su hermano mayor y sus dos hermanas mellizas más pequeñas. Era apenas un niño cuando empezó a vivir los abruptos que anticiparían los horrores de la Segunda Guerra Mundial, la hostilidad contra los judíos empezaba a crecer en varias partes de Europa y su familia no fue la excepción.En medio de una situación desesperada, su padre tomó una decisión radical y se embarcó con sus máquinas rumbo a Colombia. Su plan era establecerse primero y luego traer a su esposa e hijos, pero el destino no le permitió cumplir ese objetivo. Poco tiempo después, el 1 de septiembre de 1939, Hitler invadió Polonia y su familia quedó atrapada en Varsovia. Samuel tenía 14 años cuando vio su ciudad convertirse en un infierno para los judíos, rápidamente los nazis empezaron a limitar sus actividades y se instauró el gueto de Varsovia.Escapando de los nazisA su corta edad, Samuel se sentía responsable de su familia y se las ingenió para escabullirse del gueto a través de un tubo por el que entraba y salía llevando comida a su mamá y hermanas. “Me agarraba y bajaba, para subir había que esperar que fuera de noche”, recordó, pero una noche no pudo regresar y, desde ese momento, empezó a sobrevivir por su cuenta. Gracias a su cabello rubio, ojos azules y su dominio del idioma polaco sin acento extranjero, pudo confundir más de una vez a los nazis y no ser identificado.En su desesperada búsqueda de seguridad, se hizo pasar por un acólito católico. Tiempo después intentó regresar al gueto y lo encontró destruido. Un vecino le contó que su hermano José había muerto en una “cámara de gas móvil” y que su madre y hermanas habían sido asesinadas en el campo de exterminio de Treblinka. No tenía más de 17 años y estaba completamente solo en el mundo.Una falsa identidadSamuel empezó a trabajar en una finca campesina, donde fue castigado brutalmente por comerse un huevo crudo y lo llevaron ante un juez. En ese momento tuvo una oportunidad única que supo aprovechar: se hizo pasar por Franz Darkovsky, el nombre de un vecino de Varsovia. El juez, sin medios para verificar su identidad, le otorgó papeles nuevos con ese nombre y él comenzó una nueva vida con una identidad falsa.Consiguió un nuevo trabajo con campesinos, pero nunca estuvo realmente a salvo. Cuando los nazis ordenaron que cada familia campesina enviara un hijo a apoyar la causa alemana, la familia con la que vivía lo envió a él en lugar de su propio hijo. Si de algo estaba seguro es que nunca aceptaría luchar con los alemanes y evitó ser reclutado consiguiendo trabajo en una lechería. Allí también estuvo a punto de ser descubierto durante un examen médico obligatorio, ya que su circuncisión lo delataría como judío. “Me salvé. Había que cuidarse con cada palabra”, narró.A sus 18 años, decidió huir a pie hacia Suiza, donde fue reclutado, esta vez por el bando de los Aliados y luchó bajo el nombre de Franz Darkovsky en la batalla de Montecassino. Samuel fue herido en medio de la batalla y, cuando la guerra terminó, fue trasladado a París como parte de una misión de recuperación de materiales de guerra. Estando en Francia y con la guerra terminada, decidió recuperar su verdadera identidad: Samuel Gutman.Llegada a ColombiaAunque se sentía solo en el mundo desde que sus hermanos y su mamá murieron a manos de los nazis, persistió en él una pequeña esperanza de volver a saber de su padre. En todos esos años nunca olvidó el número remitente de las cartas que su padre había enviado desde Colombia antes de la guerra. Le escribió y su padre, al saber que estaba vivo, le envió el dinero para que viajara en barco hacia Colombia. Finalmente se reencontraron, ambos profundamente marcados por la guerra.Samuel fue el primer sobreviviente del Holocausto que llegó a Colombia, y hoy, es el último que queda con vida en el país. Se adaptó a su nueva vida, aprendió el idioma, trabajó y formó una familia. El mismo general Rojas Pinilla, entonces presidente, le otorgó la nacionalidad colombiana. Su historia fue la de muchos judíos que dan cuenta de los horrores que se vivieron en Europa a causa del nazismo; sin embargo, se ha encontrado con personas que todavía no lo creen. “La gente no cree porque dicen que es imposible que esto haya pasado, pero pasó. Ante todo, los judíos tenían que esconderse. Yo mismo no creo las cosas que pasaron”, aseguró.Aunque no profesa una fe religiosa tradicional, respeta las tradiciones judías. Su esposa y su familia lo rodean con amor. Su hijo Abraham afirmó que “toda la vida ha pensado en la guerra, no ha pasado un día en el que no lo recuerde por alguna situación”. Samuel reconoció que vive con la carga de la culpa del sobreviviente, preguntándose por qué él vivió y su familia no.El 13 de abril de 2025, Samuel cumplió 100 años. Aunque en los últimos meses ha tenido problemas de equilibrio y se siente frágil, mantiene la lucidez y la capacidad de contar su increíble historia. “Es por pura chiripa que estoy vivo”, dijo y aunque su relación con Dios ha cambiado ha dicho que el día que vaya a verlo, antes de que Él lo juzgue, lo va a juzgar a Él, porque después de todo lo vivido, “en la vida pasan tantas cosas que uno no se puede imaginar”.
El León del mundialista colombiano James Rodríguez perdió este domingo 0-2 con el Monterrey del español Sergio Ramos, a pesar de lo cual se clasificó a los cuartos de final del torneo Clausura 2025 de la Liga MX.En su estadio, el León fue superado y perdió por expulsión al cucuteño; sin embargo, entró de forma directa a la fase de los ocho mejores, en la que enfrentará a Cruz Azul.Por Monterrey, Ramos sufrió una molestia y fue sustituido, lo cual pone en duda su presencia el próximo fin de semana en el duelo de repesca frente a Pachuca por mantenerse vivo en el torneo.De esa manera, los clasificados a la liguilla de los ocho son Toluca, América, Cruz Azul, Tigres UANL, Necaxa y León, en tanto los ocupantes de los lugares del séptimo al décimo se disputarán los dos boletos disponibles: Monterrey, Pachuca, Juárez FC y Pumas UNAM.Este domingo, Iker Fimbres y el colombiano Nelson Deossa convirtieron por los 'Rayados', que fueron superiores ante un rival apagado.La nota folclórica la protagonizó un gato negro que entró a la cancha en el minuto 50, después de lo cual los dos principales jugadores de la liga, ex jugadores del Real Madrid que se abrazaron al inicio del duelo, salieron de la cancha por distintas razones.En el 69', James Rodríguez recibió una tarjeta amarilla, reclamó de manera indebida y le sacaron una roja y seis minutos más tarde Sergio Ramos fue sustituido al sufrir una molestia.Recordemos que en el fútbol mexicano, los seis primeros de la tabla pasan directo a cuartos y los ocupantes de los lugares del séptimo al décimo pujan por los otros dos lugares.Monterrey, séptimo de la clasificación recibirá a Pachuca; el ganador accederá a la fase de los ocho y el perdedor disputará la última plaza disponible ante el mejor entre el Juárez FC, noveno lugar, y los Pumas UNAM, décimos.
"Amarilla para James Rodríguez y está muy caliente y molesto. ¿Qué nos puedes decir, Israel, desde planta baja?", con esas palabras dieron inicio al desarrollo de la noticia, durante la transmisión de 'TUDN México, de la expulsión del '10' de León, en la derrota 0-2 contra Monterrey. Al percatarse de cómo actuaba el colombiano, en campo de juego reseñaron todo."No fue solo amonestación. Les cuento que fueron dos amarillas y luego la tarjeta roja. Se va expulsado James Rodríguez porque no le marcaron una falta que considera fue de Sergio Ramos sobre él. En ese instante, se pone de pie, corre y va y le reclama al árbitro, quien lo recibe solo con la amarilla. Y hasta ahí, parecía que no pasaría nada más", afirmaron.Pero los detalles no pararon ahí y siguieron contando qué había pasado. "Sin embargo, el juez central, Adonaí Escobedo, lo sigue retando, le escucha unas palabras y le saca la segunda amarilla; de esa manera, se va a las duchas, expulsado. Y sigue buscando al árbitro. León, con uno menos, perdiendo el partido, se complica más las cosas", añadió el periodista."Es increíble porque un jugador con la experiencia de James Rodríguez se va a perder el primer partido de Liguilla y hasta pueden ser dos, no solo uno. Es una falta de agresión verbal, dependiendo de cómo lo reporte el juez central y lo que diga el reporte", puntualizó otro de los comentaristas que participan, justo antes de analizar la escena 'con lupa en mano'.La transmisión de 'TUDN México' tenía una toma cercana y de primer plano de lo ocurrido y acotaron que "un jugador de este nivel no puede perder la cabeza. Pedía falta de Sergio Ramos y ni siquiera fue infracción. Ahora, en la imagen que nos regala la producción se ve que le dice insultos y se va expulsado por ello, dejando con diez a su equipo", sentenciaron.De igual manera, en la página web de 'TUDN' publicaron el video y un pequeño artículo titulado: "James Rodríguez sale expulsado por 'insultos' al árbitro". Por último, la bajada o lead complementa que "el colombiano perdió la cabeza y ojo a lo que dijo para que viera la tarjeta roja por parte del árbitro Adonaí Escobedo, adjuntando la escena del hecho.
Cinco semanas después de una neurocirugía realizada a Frany Laurie Machuca Camacho mientras estaba despierta, con el fin de retirarle un tumor cerebral, Noticias Caracol la acompañó al control médico en el Hospital Militar de Bogotá, donde la sometieron al procedimiento.Esta mujer de 27 años y madre de dos niños pasó la mitad de su vida sufriendo ataques epilépticos y hace poco supo que esa masa era la causa de su crisis. Esta madre permitió a Noticias Caracol entrar con ella al quirófano y ver cómo le hicieron una neurocirugía en la que ella se mantuvo despierta por casi 10 horas.La paciente sufría hasta ocho crisis al día antes de la neurocirugíaMédico: ¿Dolor de cabeza has tenido?Frany: No señor.Médico: ¿Ganas de vomitar?Frany: No.Médico: ¿Fiebre?Frany: No, tampoco.Médico: ¿Crisis de las que tenías antes?Frany: No, ninguna crisis.Como si nada hubiera pasado y recuperada casi en un ciento por ciento, así estaba la paciente a la que el pasado 21 de febrero le extrajeron gran parte de un tumor cerebral y lograron un resultado posterior exitoso y sin secuelas. Fue gracias a que sus médicos la mantuvieron despierta buena parte de la cirugía para monitorear, en tiempo real, que cada zona cerebral que tocaban y lo que sacaron del tumor no alterara funciones motoras, sensitivas, cognitivas y de personalidad. Un gran riesgo para un gran resultado.El doctor Luis Orlando Rojas, neurocirujano del Hospital Militar, aseguró que Frany “va muy bien, primero porque se cumplió el objetivo: resecar lo que más pudiéramos sin dejar déficit definitivo y los déficits transitorios, que se fueron a recuperar rápidamente. Lo mejor que vemos es que la paciente que tenía, como ella lo dijo, hasta ocho crisis al día, en este momento no está presentando ninguna crisis después de la cirugía, está libre de crisis, o sea, logramos el objetivo para mejorarle su epilepsia”.“Me siento más libre”La sonrisa de esta madre de familia lo dice todo. Ni ella misma cree lo que vivió tras ver el primer informe de Noticias Caracol.“Al salir la noticia me sentí muy emocionada al verla. El ver todo ese proceso y todo lo que sentía en ese momento de llegar a empezar a las ocho de la mañana para que me ingresaran a la sala de cirugía y terminar casi a las seis de la tarde esa cirugía, algo que soporté y aguanté mucho durante esa cirugía, estando a la vez despierta hasta llegando a querer como que me dejaran hasta ahí y que no quería más, pero cuando yo entro algo me decía y me daba la fuerza suficiente de seguir en lo que estaba haciendo”, relató.Valió la pena arriesgarse. Sus palabras antes de entrar al quirófano resumían el cansancio y esfuerzo de casi toda su vida: "Quiero salir ya de esto".Y es que fueron años esperando una solución a una enfermedad que ni los medicamentos lograban aliviar.Su valentía y la de su equipo tratante incluyó una modificación quirúrgica, gracias a la visita del neurocirujano español Jesús Martín-Fernández, quien explicó que se implementó “una técnica que se llama el mapeo cognitivo multimodal, donde intentamos preservar al máximo o maximizando la posibilidad de preservar funciones que van más allá del lenguaje y el movimiento. Es ubicar en el cerebro los puntos críticos para funciones más complejas, como reconocer las emociones en las caras de los demás o tomar decisiones adecuadas en contextos sociales, que es muy necesario para el día a día o para volver al trabajo”.El doctor Luis Orlando Rojas, neurocirujano del Hospital Militar Central, recalcaba que fue una operación delicada "porque el tumor empieza en una zona donde tenemos el área sensitiva, muy cercana al área motora".Ahora, en medio de su recuperación tras la neurocirugía, Frany dice sentirse “confiada de todo lo que no podía realizar antes. Quiero conseguir un trabajo, quiero lo que siempre he querido, que es aprender a manejar porque siempre como que me lo negaban, no me lo permitían, ya ahorita como que me siento hasta más libre, que puedo hacer varias cosas”.Hoy, con un examen neurológico sin déficit y ya sin crisis, Frany puede llevar una vida normal. Solo debe continuar con la toma diaria de sus medicamentos y sus controles rutinarios.“En este momento no tiene ningún tipo de restricciones. Su vida tal cual como la venía llevando antes de la cirugía y periódicamente tenemos que seguirle haciéndole controles con imágenes cada año, probablemente, y como se le viene haciendo. Y la medicación, de acuerdo con la evolución, se le pueden ir disminuyendo los medicamentos. No sabemos todavía si se le puede llegar a suspender, mínimo tienen que ser unos 3 a 5 años libre de crisis”, indicó el doctor Rojas.Solo el tiempo irá dando las respuestas definitivas a la condición de Frany, que por lo pronto espera a que crezca su pelo para que tape la cicatriz que cuenta una historia del poder de la ciencia.
James Rodríguez no aguantó más. Un cúmulo de cosas, donde resaltan los malos resultados de los últimos partidos, el no poder aportar como quiere con goles o asistencias, y el bajo nivel del Club León, lo llevaron al desespero. Fue así como vio la tarjeta roja, este domingo 20 de abril, en la derrota 0-2 contra Monterrey, tras un airado reclamo al juez central.La ilusión de conseguir la victoria estaba intacta en la 'fiera'. Prueba de ello es que miles de hinchas dijeron presente en las gradas del estadio Nou Camp. Y es que el 'jugador número 12' quería aportar su granito de arena para salir del bache en el que venía el equipo. Sin embargo, nada salió como esperaban y, por poco, terminan afuera de la clasificación directa.Cuando tan solo iban nueve minutos de juego, Iker Fimbres se hizo con el balón, encontró espacios, se perfiló y sacó un buen remate de media distancia imposible de atajar para el guardameta, Alfonso Blanco Antúnez. El balón fue al ángulo y significó el 0-1 a favor de los 'rayados', que dieron un golpe de autoridad de arranque y dejó claro su propuesta.Se esperaba que León, de la mano de James Rodríguez, diera vuelta a la situación, pero nunca encontró los caminos ni las maneras. De hecho, el arquero, Esteban Andrada, fue un espectador de lujo, ya que no tuvo tantas intervenciones y en las que actuó, no representaban un mayor peligro. Y es que el dominio de los de Martín Demichelis fue de principio a fin.Como si fuera poco, al minuto 52, apareció el colombiano Nelson Deossa para inventarse una 'obra de arte'. Recibió por el costado derecho, encaró a pura velocidad, enganchó hacia adentro y, tan pronto encontró un espacio, sacó un zurdazo fiel a su estilo. Nada que hacer para Alfonso Blanco Antúnez y significó el 0-2 definitivo. 'Baldado de agua fría para el local.Pero faltaba algo peor. James Rodríguez pidió una infracción de Sergio Ramos que no fue sancionada, pero lo hizo de una manera airada, con fuertes reclamos al árbitro. Razón por la que el juez central le mostró una tarjeta amarilla, el cucuteño no se calmó y le dijo algo más, por lo que, nuevamente, fue amonestado y, de inmediato, recibió la expulsión.Lo único positivo en medio de una noche para el olvido fue que, pese a la derrota, Pachuca también perdió con Atlético San Luis y eso le permitió a León avanzar a cuartos de final de manera directa. Recordemos que solo los seis primeros de la tabla avanzan a esta instancia, mientras que del séptimo al décimo jugarán un 'play in' para seguir en carrera.
Las tres víctimas fatales que dejó un accidente de tránsito que se registró en Tunja en la tarde de este Domingo Santo eran de una misma familia. Se trata de tres mujeres, oriundas de Paz de Ariporo (Casanare), que estaban visitando Boyacá en Semana Santa y, al parecer, se movilizaban hacia Bogotá. El incidente se presentó cerca del Parque Industrial de Oriente, en la vía que conduce de Paipa a Bogotá, pasando por Tunja. Policía de Tránsito, Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Tunja y un laboratorio móvil de criminalística hicieron presencia en el lugar de la emergencia para hacer la respectiva atención del incidente y apoyar el flujo vehicular, que se vio afectado en gran medida por el siniestro vial. De acuerdo con el reporte del Cuerpo de Bomberos de Tunja, en el vehículo se movilizaban cinco personas, dos hombres en la parte delantera y tres mujeres atrás. Los organismos de socorro sacaron del automotor con vida a los dos sujetos, quienes fueron trasladados de emergencia a un centro médico cercano. Pero, las otras tres personas quedaron atrapadas dentro del carro y fallecieron en el lugar de los hechos por el impacto. Según el comandante del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Tunja, capitán Darío Alberto Pedreros, el vehículo transitaba en aparente exceso de velocidad, por lo que el conductor perdió el control del carro y terminó volcándose hasta salir de la vía.Así lo dijo el capitán a medios locales: "Aparentemente el exceso de velocidad es lo que genera la pérdida de control de un vehículo que da varios botes. En este vehículo se encontraban cinco personas de las cuales, lamentablemente, tres fallecen y otras dos personas son remitidas a centros asistenciales por parte de la ambulancia de bomberos y la E.S.E Santiago de Tunja". Tres víctimas mortales del accidente en TunjaLas tres mujeres que fallecieron en el accidente de tránsito fueron identificadas como Derly Nayibe Cristiano, Daniela Margarita Cristiano y Danna Alexandra Osorio Cristiano. El alcalde de Paz de Ariporo, —de donde son oriundas las tres víctimas—, Jorge Abril, lamentó lo sucedido y se solidarizó con amigos y familiares de las fallecidas. "Lamento profundamente esta terrible noticia que enluta a nuestro municipio. Un trágico accidente ocurrido en las últimas horas en vías del departamento de Boyacá, le arrebata la vida a tres personas queridas de la familia Cristiano Aldana. Como alcalde y como persona, quiero que sepan que cuentan con todo mi apoyo y el de la administración municipal. Estamos a su disposición para brindarles la ayuda y el acompañamiento que requieran en estos difíciles momentos. No están solos", escribió el mandatario local en sus redes sociales. El capitán Pedreros le recomendó a los conductores que están transitando por las vías del país en este retorno de Semana Santa evitar exceder los límites de velocidad, conducir con precaución, respetar las señales de tránsito y, de ser necesario, parar si el chofer está cansado o con fatiga para evitar accidentes como este.MA. FERNANDA LÓPEZPERIODISTA DE NOTICIAS CARACOLIG: Mafe_loc