El 2 de septiembre de 2021, la tranquilidad de una familia trabajadora en Yopal, Casanare, se quebró para siempre. Ese día, Sonia Rocío Díaz Barrera, una joven comerciante de 30 años y madre cabeza de hogar, fue hallada sin vida dentro de su vivienda. El crimen ocurrió frente a su pequeña hija de tres años, quien presenció el brutal ataque. Séptimo Día investigó.“Yo abrí el portón y, desde ahí hasta la pieza, todo estaba lleno de sangre... Eso parecía una casa del terror. Yo hubiera dado mi vida por ella, eso es muy duro”, recordó Luzmila Barrera, madre de la víctima, quien con voz entrecortada narró el desgarrador momento en que encontró a su hija muerta en la habitación.Una vida de lucha y trabajoSonia era reconocida por sus vecinos como una mujer alegre, trabajadora y entregada por completo a su pequeña hija, Lucía. Creció en una familia humilde junto a tres hermanos, en medio de las dificultades económicas que enfrentaban a diario.A pesar de los tropiezos, su madre Luzmila logró sacar adelante a sus hijos con esfuerzo y sacrificio, manteniéndolos siempre unidos. Sonia, fiel a ese ejemplo, empezó a trabajar en el terminal de transporte de Yopal, donde vendía artesanías para sostener su hogar y garantizarle lo necesario a su hija. “Mi hermana era del trabajo a la casa y de la casa al trabajo. Todo el mundo sabe que siempre estaba con su niña para arriba y para abajo”, contó su hermano Jhon Díaz.Uno de sus mayores anhelos era ver crecer a su hija y llegar a celebrar con ella sus 15 años, un sueño que quedó truncado para siempre.Macabro hallazgoLas autoridades fueron alertadas sobre un atroz crimen dentro de una vivienda en Yopal. Sonia fue hallada sin vida sobre la cama, con múltiples heridas producidas con un arma cortopunzante.“Se observaba bastantes heridas sobre su cuerpo. Tenía aproximadamente entre 15 y 20 heridas en diferentes partes de del cuerpo... No se pudo hallar el elemento con el que le causaron las heridas”, explicó el perito Edwin Fernando Suárez.Lo primero que descartaron las autoridades fue que se tratara de un robo, pues todas las pertenencias de Sonia estaban intactas. Lo único que no se halló fue su celular. Esto llevó a la Policía a mirar otras líneas de investigación.Primeras pistas en la investigaciónTras la inspección en la vivienda, los investigadores hallaron una pequeña pista que marcaría el inicio de la investigación: unas huellas de zapatos. Otro detalle que generó inquietud fue el testimonio de algunos vecinos, quienes aseguraron que no escucharon gritos de auxilio o señales de alarma.Sin embargo, las pruebas eran escasas. En la zona no había cámaras de seguridad que permitieran establecer quién había entrado a la vivienda ni reconstruir con precisión lo ocurrido.Al parecer, Sonia no tenía enemigos, por lo que los investigadores centraron sus primeras indagaciones en su círculo más cercano. Entre las personas clave estaba su pareja, Diego Andrés Suárez Daza, con quien había sostenido una relación de cinco años y con quien tuvo a su pequeña hija, Lucía.Al inicio, todo parecía una historia de amor estable, pero con el tiempo la relación comenzó a deteriorarse, según comentó su familia.“Él empezó con infidelidades, malos tratos y la relación se volvió tóxica. Hasta que llegaron al punto de separarse y no pudieron vivir más”, afirmó Diana Niño, amiga y vecina de Sonia.Al parecer, la relación había terminado en muy malos términos. Hubo denuncias ante la Fiscalía y, finalmente, ambas partes llegaron a un acuerdo que prohibía a Diego acercarse a Sonia. Por eso, cuando se conoció el crimen, la familia de la joven no dudó en señalarlo de inmediato como principal sospechoso, más aún porque días antes él le había enviado mensajes ofensivos.Hallazgo de un celular y otro presunto señaladoEl mismo día de los hechos, Diego Andrés Suárez se presentó en la estación de Policía de Tauramena, asegurando que era inocente frente al homicidio de su expareja. De inmediato, las autoridades se desplazaron hasta su vivienda, ubicada a unos 100 kilómetros de Yopal, donde había ocurrido el crimen de Sonia.“Verificado el calzado de Diego, no correspondía a la huella encontrada allí en la escena donde fue hallada Sonia, donde tampoco encontramos ropa que tuviera algunos fluidos o manchas correspondiente a sangre”, reveló Freddy Niño, el subintendente e investigador criminal del caso.Lo único que encontraron las autoridades en la vivienda fueron dos teléfonos celulares, que fueron analizados minuciosamente. Los registros de telefonía ubicaron el celular de Diego en Tauramena el día del crimen. A primera vista, todo parecía indicar que no podía ser el responsable.Diego aseguró a las autoridades que, para ese momento, Sonia mantenía una relación sentimental con Pablo Abella, un conductor de la empresa de transporte. Él habría sido la última persona en verla con vida y, según versiones, también la pretendía. Sin embargo, tras avanzar la investigación, los peritos descartaron que estuviera vinculado al crimen.En enero de 2022 se produjo un hallazgo clave. El teléfono de Sonia, desaparecido desde la madrugada del asesinato, terminó por convertirse en la pieza central de la investigación. Meses después, las autoridades lograron rastrearlo y lo ubicaron en un almacén de celulares, donde los propietarios señalaron al joven que lo había dejado allí: un muchacho de aproximadamente 19 años. Se trataba de Miguel Ángel, residente en el barrio Bicentenario de Yopal, donde vivía Sonia.Según sus vecinos, Miguel Ángel se desempeñaba como cerrajero y ayudante de construcción. El joven afirmó que ya no tenía en su poder el celular de Sonia porque, según él, se le había caído en la obra y dañado.Testimonio claveAl mismo tiempo, las autoridades recibieron el testimonio de un allegado a la familia, quien aseguró haber visto y saludado a Diego la noche previa al crimen, cuando ingresaba a Yopal en una moto. Una versión que no coincidía con lo declarado por él ante las autoridades.Posteriormente, Miguel Ángel confesó que la madrugada del crimen se encontró con Diego, quien le pidió ayuda para abrir la chapa de una vivienda. Según su relato, después de unos 15 minutos, Diego salió con un celular en la mano y le ordenó que se deshiciera de él. Además, le realizó un pago de 500.000 mil pesos.“Él me dijo que necesitaba recuperar algo que le habían robado. Yo no sabía quién vivía ahí... A los minutos de que entró escuché un grito que decía: ‘Ayuda, un ladrón’. Después, silencio. Pasados unos minutos escuché otra vez: ‘Ayúdame’... Me llevó con mentiras, yo solo iba a ir a abrir una puerta”, relató al equipo de Séptimo Día.Captura y condenaEl 19 de marzo de 2024, las autoridades capturaron a Diego Andrés Suárez en Chía, Cundinamarca, y lo trasladaron a Yopal para responder por el crimen. Durante las audiencias, el acusado no aceptó los cargos.Meses después, el 10 de julio de 2025, el Juzgado Segundo Penal del Circuito de Yopal lo condenó a 45 años y 8 meses de prisión por el feminicidio de Sonia Díaz Barrera. Por otro lado, Miguel Ángel continúa enfrentando un proceso judicial, aunque ha pedido perdón por lo ocurrido.El caso de Sonia, según su familia, refleja la dura realidad de muchos feminicidios en Colombia: hechos que pudieron haberse evitado si las medidas de protección hubieran sido más rigurosas y efectivas frente a las conductas violentas de su expareja.En lo que va de 2025, el Observatorio Colombiano de Feminicidios reporta cerca de 500 mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas sentimentales.
Como todos los domingos, en este capítulo de Los Informantes, tres grandes historias: la vida detrás de las carcajadas de José Ordóñez, marcada por el abuso y el abandono; el clamor de los padres de Ivonne Latorre, convencidos de que la muerte de su hija no fue un accidente; y Canticuentos, la increíble historia del disco infantil más vendido en Colombia.'Ordoñese de la risa'En los años noventa, millones de colombianos se reunían frente al televisor para reír con Ordoñese de la Risa, el programa en el que José Ordóñez desplegaba un repertorio inagotable de chistes. El humorista oriundo de Bucaramanga alcanzó diez récords mundiales contando miles de chistes sin descanso y llegó a llenar estadios, coliseos y teatros con sus presentaciones. Sin embargo, detrás de esas carcajadas se escondía un hombre marcado por una infancia atravesada por el abuso, el maltrato y el abandono.José Ordóñez convirtió la risa en su mejor medicina, el dolor en aprendizaje y las lágrimas en esperanza. Un creyente con una historia de vida dura, pero llena de humor.Misterio en EgiptoIvonne Daniela Latorre viajó a El Cairo, Egipto, para asistir a un festival de música electrónica de renombre internacional, con las pirámides como telón de fondo. Horas después de salir, envió mensajes a sus amigos pidiendo ayuda y poco después apareció en un hospital, donde lamentablemente falleció. Los Informantes habló con sus padres y reconstruyó sus últimas horas de vida, ambos se niegan a aceptar la versión oficial de que su hija murió por un accidente.“A mi hija le quitaron la vida, ya sea directamente que alguien la empujó o alguien le hizo daño, o porque ella se vio acorralada y decidió quitarse la vida. Y si mandó mensajes de alerta es porque quería vivir. Ella no se lanzó por angustia o por drogas”, expresó Tito Latorre, padre de Ivonne, quien está convencido de que la cadena de sucesos que culminó con la muerte de su hija fue un homicidio.Había una vez un CanticuentosEs una gran sorpresa descubrir que uno de los discos más vendidos en la historia de Colombia, cuyas canciones infantiles han marcado a casi cuatro generaciones, fue compuesto por Marlore Anwandter, una mujer de 91 años que nació lejos de aquí y creó todo desde la imaginación. La magia detrás de Canticuentos, el sueño de Gustavo Gordillo de volver a grabarlo y la alegría de escuchar otra vez a ‘La bruja loca’ y, por qué no, al ‘Pájaro carpintero’.Su vida en Colombia pasó volando y allí compuso más de 30 canciones. Creó melodías para una serpiente de tierra caliente que come plátanos con agua ardiente y para una iguana que tomaba café. Con sus composiciones en la maleta, regresó a Missouri y, desde la cocina de su casa, grabó las canciones que había compuesto en Colombia. Envió la cinta a un contacto en Medellín, como quien lanza un mensaje en una botella al mar, y sin darse cuenta, su disco se convirtió en un éxito.
Ivonne Daniela Latorre viajó a El Cairo, Egipto, para asistir a un festival de música electrónica de renombre internacional, con las pirámides como telón de fondo. Horas después de salir, envió mensajes a sus amigos pidiendo ayuda y poco después apareció en un hospital, donde lamentablemente falleció. Los Informantes habló con sus padres y reconstruyó sus últimas horas de vida, ambos se niegan a aceptar la versión oficial de que su hija murió por un accidente.“A mi hija le quitaron la vida, ya sea directamente que alguien la empujó o alguien le hizo daño, o porque ella se vio acorralada y decidió quitarse la vida. Y si mandó mensajes de alerta es porque quería vivir. Ella no se lanzó por angustia o por drogas”, expresó Tito Latorre, padre de Ivonne, quien está convencido de que la cadena de sucesos que culminó con la muerte de su hija fue un asesinato.Un viaje terminó en tragediaLo que parecía ser un viaje para disfrutar de un festival de música electrónica en Egipto terminó en tragedia, dejando más preguntas que respuestas sobre las circunstancias de su fallecimiento. Ivonne se fue en compañía de una amiga y mantenía comunicación constante con su familia.“La veía feliz en fiesta, alcancé a ver cuando subió fotos de Egipto, cuando estaba por allá conociendo... Yo sí sentía una sensación como de guárdamela, protégemela. Hasta le mandé un versículo de la Biblia en ese momento”, recordó su madre, Mary Sánchez.Todo transcurría con normalidad hasta que el 28 de abril de 2025, Ivonne desapareció, y desde entonces la vida se transformó para sus padres en un mal sueño del que, meses después, aún no han podido despertar.“Ese día se comunican con mi esposa y nos dicen que mi hija está desaparecida. A partir de allí empieza una pesadilla para nosotros y todos los eventos que empiezan a transcurrir han sido muy trágicos para nosotros”, dijo el padre de Ivonne.La joven había estudiado Economía en la Universidad de Antioquia y, en 2021, mientras cursaba cuarto semestre, conoció a un extranjero de quien se enamoró y decidió irse a vivir a Barcelona. Tras la separación de la pareja, Ivonne permaneció en Europa con el objetivo de seguir adelante y construir su vida.Luego de un período difícil y de luchar por mantenerse a flote, según sus padres, Ivonne logró estabilizarse económicamente y decidió comenzar a estudiar modelaje. También empezó a viajar por países cercanos a España.Soñaba con comprarle una casa a sus padres, tener una finca y, algún día, regresar a vivir a Colombia. Los Latorre son una familia de clase media, trabajadora y hecha a pulso, que vive de una microempresa de confecciones, motivo por el cual se trasladaron desde Ibagué a Medellín hace 17 años.A finales de 2024, regresó a Colombia para pasar las fiestas de fin de año con su familia; después volvió a Europa, y esa fue la última vez que sus padres pudieron compartir con su hija.Un mensaje alarmanteIvonne Latorre llegó a El Cairo el 24 de abril junto a su amiga Estefanía Bedoya, una modelo de 30 años que fue Miss Antioquia en 2023. Ambas se hospedaron en un hotel y, al día siguiente, salieron a recorrer las pirámides, un momento que quedó registrado en varias publicaciones en redes sociales. Durante la primera noche del festival, conocieron a Jessi Escobar, una colombiana transgénero que se les acercó en medio de la fiesta.Al día siguiente, Jessi las invitó a una fiesta luego del cierre del festival. Durante las horas siguientes, Ivonne desapareció sin dejar rastro. La angustia de sus padres aumentaba tras intentar comunicarse con su hija durante horas y sin lograr contactar a su amiga Estefanía, pero finalmente recibieron un mensaje alarmante.“Busque a una amiga de ella y ya me había enviado un mensaje que decía: “Mor, si me pasa algo fue esta persona, Jessi Escobar. Nosotros nos pusimos a buscar y sus fotos no eran nada agradables”, aseguró Mary. Según los padres de Ivonne, Jessy publicaba en sus redes sociales imágenes con armas y, al parecer, era dama de compañía.Un caso lleno de dudas e incertidumbreDesde ese día, sus padres han luchado por entender qué ocurrió realmente con su hija en Egipto, enfrentando las enormes dificultades de no hablar inglés ni árabe, sin tener recursos y que están a más de 11 mil km de distancia.Un segundo mensaje alarmó aún más a su familia: Ivonne escribió a una amiga mexicana desde El Cairo, compartiendo su ubicación exacta y solicitándole que contactara de inmediato a la policía.Unas horas después, el cónsul de Colombia en Egipto se comunicó con ellos para informar que Ivonne había sido encontrada en un hospital, en estado muy delicado. Con el corazón en la mano, comenzaron a recaudar fondos a través de redes sociales. Mary, quien nunca había salido del país, viajó a Egipto y allí se reunió con dos familiares que residían en Barcelona.No obstante, un par de días después, la noticia de su fallecimiento destrozó a su familia. “Me puse demasiado mal. Era llorando preguntándole a Dios por qué, por qué se me había ido, por qué si yo veía como otra oportunidad”, relató la madre de Ivonne.A Mary Sánchez le entregaron la historia clínica escrita en una hoja de papel, en la que se especificaba que Ivonne había caído desde un sexto piso.¿Qué pasó realmente?Los padres de Ivonne afirmaron que Estefanía Bedoya, la última persona con quien estuvo su hija, nunca respondió a sus mensajes. Aunque el equipo de Los Informantes intentó contactarla para conocer su versión, ella no aceptó conceder una entrevista.“Jamás se comunicó con nosotros. Ella dice que había perdido su celular y que también habían intentado secuestrarla, cosas que dudamos mucho, porque siempre estuvo comunicada con su familia”, afirmó Tito, padre de Ivonne.Según la investigación que Tito y Mary han realizado, durante el festival Ivonne y Estefanía conocieron a tres hombres de los que solo conocen los alias: uno llamado ‘El doctor’, otro apodado ‘El dealer’ y un tercero conocido como ‘El servio’. Todos eran amigos de Jessi, la mujer trans colombiana que se acercó a ellas la primera noche.Al parecer, Ivonne se dirigía a otra fiesta cuando, mientras iba en un auto, escuchó una conversación que, según sus padres, le generó desconfianza. Decidieron bajarse del vehículo y caminar hasta una gasolinera. “Nos dice el Consulado y la Fiscalía que hay unos videos de las cámaras de la gasolinera donde se ve que mi hija tiene como una discusión con esta persona trans”, agregó Tito.En esa estación de servicio, Ivonne aún estaba con Estefanía, cargó su celular y, presuntamente, desde allí envió los mensajes de alerta a sus amigas. “Según el relato de Estefanía, le insisten a Ivonne que se vaya con todos en un auto, pero ella no quiere subirse con ellos. El relato es que mi sale caminando sola y que ahí desaparece”, añadió.Según la investigación, Ivonne subió hasta el sexto piso de un conjunto residencial, desde donde cayó. La joven de 24 años fue encontrada en ropa interior y con graves lesiones. Su diagnóstico inicial fue neumotórax. Más tarde sufrió dos paros respiratorios, tuvo que ser intubada y, finalmente, falleció a causa de un paro cardiorrespiratorio.Busca de justiciaSin embargo, a los padres de Ivonne les resulta difícil creer que todo haya sido un accidente. “Si mi hija dejó un aviso de peligro, ella tenía miedo, porque su vida corría peligro y efectivamente perdió su vida”, concluyó Tito Latorre.El cuerpo de Ivonne fue repatriado y sepultado en Medellín. La justicia egipcia cerró el caso concluyendo que su muerte fue un accidente. Sin embargo, la familia Latorre interpuso una denuncia y solicitó el apoyo de la Fiscalía en Colombia para esclarecer las dudas que no les permiten encontrar paz.El pasado 14 de junio de 2025, Tito y Mary radicaron una denuncia por el presunto homicidio de su hija ante la Fiscalía General de la Nación. La investigación en Colombia apenas comienza y ellos esperan obtener respuestas que les permitan hacer su duelo y honrar la memoria de Ivonne Latorre.
En los años noventa, millones de colombianos se reunían frente al televisor para reír con 'Ordoñese de la risa', el programa en el que José Ordóñez desplegaba un repertorio inagotable de chistes. El humorista oriundo de Bucaramanga alcanzó diez récords mundiales contando miles de chistes sin descanso y llegó a llenar estadios, coliseos y teatros con sus presentaciones. Sin embargo, detrás de esas carcajadas se escondía un hombre marcado por una infancia atravesada por el abuso, el maltrato y el abandono.Ordóñez se convirtió en un referente del humor en Colombia, pero detrás de su figura pública se esconde una historia poco conocida que demuestra cómo el dolor puede transformarse en esperanza y sanación. En entrevista con Los Informantes, el comediante abrió su corazón para hablar de su niñez, del difícil camino que recorrió en medio de las fracturas familiares y de la fe que le permitió levantarse del sufrimiento.Infancia marcada por el abuso y abandonoEl humorista bumangués creció en un ambiente de pobreza y soledad. Mientras sus hermanos jugaban en la calle y disfrutaban de la compañía de amigos, él se refugiaba en su propio mundo. “Siempre fui un niño debajo de una mesa jugando con palos y piedritas. Le ponía un nombre, le ponía un personaje y creaba mis historias debajo de esa mesa, pero no tenía amigos”, recordó.Aunque le cuesta quitarse la piel de humorista, incluso cuando habla de aquella infancia marcada por la tristeza, José Ordóñez reconoce que entre chiste y chanza descubrió el poder transformador del humor. Lo aprendió observando a su padre, que se convertía en el rey de la fiesta cada vez que empezaba a contar chistes.Su padre era latonero y apenas lograba sostener a la familia, pero había en él algo que José admiraba profundamente: su capacidad para hacer reír. “Mi padre no llamaba la atención, no era importante ni para su familia ni para nadie. Era un latonero. Pero cuando se hacían fiestas en la casa, le decían: ‘Ordóñez, eche chistes’... La gente empezaba a entrar a la casa, el barrio entero se metía a escucharlo. Yo decía: ‘Ah, yo quiero ser como él’”, contó.A los nueve años, José Ordóñez descubrió que cada vez que veía a su padre, su sueño de parecerse a él crecía con más fuerza, pero pronto la realidad lo golpeó con dureza, pues fue víctima de abuso sexual por parte de los hijos de una familia vecina.Durante décadas guardó silencio, atrapado entre el miedo y la vergüenza. Durante años utilizó ese dolor como excusa para justificar sus fracasos. Resulta casi imposible imaginar que este hombre, capaz de hacer reír a millones de personas, cargara con tanto dolor.“Cuando contaba todas mis tristezas, me iba a mi archivo de dolores para justificar la mediocridad. Hasta que un día, al acercarme a Dios, me di cuenta que él siempre estuvo en cada espacio y que cada cosa que yo viví se me volvió una causa”, afirmó.Además del abuso, tuvo que soportar el abandono de su padre a los 16 años y el maltrato de su madre. Cada noche, José soñaba con su regreso y sabía que, solo, no podía protegerse de tanta violencia. Pero ese anhelado reencuentro con su padre nunca ocurrió.El duro precio de la famaA pesar de las heridas, Ordóñez encontró en el humor un refugio y, al mismo tiempo, un arma para reinventarse. El 28 de diciembre de 1993 sorprendió al país cuando, frente a un micrófono en una emisora, contó chistes durante 24 horas sin parar.La hazaña le dio fama, reconocimiento y, con el tiempo, le abrió las puertas a presentaciones y contratos millonarios. Ese día su vida cambió para siempre, aunque no exactamente como él lo había imaginado. “Yo no sabía cómo se ganaba la vida y cuando gané cometí un error: me convertí en una persona orgullosa y quería cobrarle la venganza a mi madre, a mi padre y a todos los que me humillaron... Y segundo, lo que mi padre me hizo cuando yo tenía 16 años, yo se lo hice a mi hija cuando tenía siete”, reveló.En medio de la risa, la fama, el dinero y el orgullo, según él, José terminó destruyendo todo lo que había construido con esfuerzo, repitiendo la misma historia de su abuelo y de su padre. “Volví trizas mi hogar, la vida de mis hijos, fue todo... Me olvidé de ser esposo y de ser papá”, confesó conmovido hasta las lágrimas.No obstante, tras varios años, luchó por su esposa y por recuperar el tiempo perdido con sus hijos. Aunque no fue un camino fácil, reconoció sus errores y siempre estuvo dispuesto a sanar todas las heridas que causó.El encuentro con la fe y la sanaciónEn medio de la crisis, José Ordóñez encontró en la fe una segunda oportunidad. “Fue tan grande mi amor por Dios que me subí a los buses a predicar. Ya no me llamaban a hacer presentaciones, se cierra el programa y tuve que empezar de cero”, reveló.Esa transformación lo llevó a cambiar de rumbo y a comprometerse plenamente con su familia. Tras vivir dos décadas en Estados Unidos, decidió regresar a su país. Hoy, a sus 57 años, vive en una finca en Piedecuesta, Santander, junto a su esposa, sus cuatro hijos, seis nietos, tres perros y cinco pájaros. Allí, entre montañas, ha encontrado la paz, ha sanado sus heridas y, junto a su esposa, dedica su vida a ayudar a otros a sanar las suyas.Se convirtió en pastor cristiano y decidió reescribir el libreto de su vida con humor. A lo largo de su carrera ha obtenido 10 récords mundiales, el más reciente en diciembre de 2014, cuando contó más de 9.600 chistes durante 86 horas seguidas. Sin embargo, su mayor triunfo no está en las marcas ni en los escenarios, sino en haber roto la cadena de abandono y dolor que había marcado a su familia por generaciones.“Yo soy alguien que quiso cambiar el destino de sus generaciones. Soy un pivote, un eje. Quiero ser un antes y un después. Quiero que a partir de mí mis generaciones cuenten una historia distinta”, expresó el humorista.José Ordóñez convirtió la risa en su mejor medicina, el dolor en aprendizaje y las lágrimas en esperanza. Un creyente con una historia de vida dura, pero llena de humor. Actualmente, presenta su show en vivo Emparejados, donde, entre chistes y ocurrencias, invita a las parejas a reflexionar sobre cómo fortalecer sus matrimonios.
Egan Bernal llegó a la Vuelta a España como uno de los favoritos a hacerse con el título. De hecho, desde antes de que empezara la última grande del ciclismo de la temporada, la cuenta oficial de la ronda ibérica lo incluyó en ese listado junto a Joao Almeida y Juan Ayuso, del UAE Team Emirates XRG, Jonas Vingegaard (Visma Lease a Bike) y Ben O'Connor (Jayco AlUla).Sin embargo, no es el único guiño que le ha hecho la organización de la carrera. En medio de la presentación de equipos, le dedicaron unos cuantos minutos, enfocándolo mientras que lo ovacionaban. De igual manera, en cada una de las etapas lo han grabado y publicado el video en el Twitter oficial de la competencia. Por eso, este lunes 25 de agosto no fue la excepción.En el marco de la etapa 3, que contó con 134,6 kilómetros de recorrido en total, entre San Maurizio Canavese y Ceres, subieron un posteo con Egan Bernal como protagonista. Allí, se le ve con su indumentaria de campeón nacional, sonriendo y la buena energía de siempre. Recordemos que brilló en la primera jornada de montaña, siendo cuarto en la segunda fracción.Egan Bernal, la sensación en la Vuelta a España 2025
Vinícius Jr. nuevamente dio de qué hablar en el partido entre Real Madrid y Real Oviedo. En la victoria 0-3 de su equipo en el estadio Carlos Tartiere, el brasileño fue protagonista al dar la asistencia para el segundo gol de Kylian Mbappé y anotar el tercero para cerrar el encuentro. Sin embargo, sus contribuciones en el campo fueron empañadas por su comportamiento con los aficionados rivales. Después del juego causó debate.'Vini' celebró su gol con un gesto de que no escuchaba a la gente que lo insultaba, y además, hizo otro de que el Oviedo se fuera de nuevo 'a Segunda', en alusión a que no merecían estar en la máxima categoría del fútbol español. El técnico Xabi Alonso sorprendió dejando al delantero 'carioca' en el banco de suplentes al inicio del partido, pero en el minuto 63 le dio ingreso, y ese fue el comienzo del 'show' de Vinícius. Primero, simuló una falta en el área que pudo ser penal, pero el árbitro no le creyó y lo amonestó por quererlo engañar. Tiempo después, asistió a Mbappé para que pusiera el segundo gol del Real Madrid, pero en su celebración comenzó a gritarle cosas a alguien, por lo que el delantero francés tuvo que taparle la bocapara que no recibiera la segunda amarilla y se fuera expulsado del cotejo. Ya con su anotación del tercer gol, terminó por desatar su rabia con el público del Oviedo. El brasileño fue directamente a festejar frente a la afición del local, hecho que los molestó y por eso siguieron insultándolo. En relación a la actuación de Vinícius Jr., los periodistas españoles debatieron después del partido. Uno de los que se refirió al tema fue el exarquero del Real Oviedo, Esteban Suárez, quien en el programa 'Radioestadio Noche' de Onda Cero, afirmó: "Vinícius tiene un problema social. Juega por primera vez en el Tartiere y consigue que le piten 30.000 personas. No ha jugado nunca aquí y le dice a la gente que 'a Segunda'". Incluso fue más allá y dijo que "en otra época hubiera tenido problemas serios en el terreno de juego, y tiene que cambiar"Y es que 'Vini' no había jugado nunca contra el Real Oviedo en la liga española, por lo que se hizo inexplicable su comportamiento, frente a una hinchada con la que no había tenido piques en su carrera como 'merengue', pero que ahora se suma a la lista de aficiones que lo silban e insultan cada vez que lo ven en un estadio de fútbol.
El expresidente Álvaro Uribe renunció a la prescripción del proceso en su contra, que se daría el 16 de octubre de 2025, asegurando que “aún con el peso de la injusta condena y estando mi libertad en juego, no puedo declinar el camino de la verdad”.El caso contra el también exsenador está a punto de cumplir seis años, por lo que la ley determina que el proceso se vencería si no hay un fallo condenatorio antes de la fecha establecida.La sentencia en primera instancia fue apelada y el Tribunal Superior de Bogotá debe resolver si ratifica la condena a 12 años de prisión domiciliaria dada por la juez Sandra Heredia. De hacerlo así, sería la Corte Suprema de Justicia quien resolvería finalmente si el expresidente es absuelto o no por los delitos de fraude procesal y soborno en actuación penal.Noticia en desarrollo.
El cine español está de luto tras la muerte de Verónica Echegui, actriz madrileña nacida en 1983, quien falleció este domingo a los 42 años en Madrid. La noticia fue confirmada por la Unión de Actores y Actrices a través de sus redes sociales.Echegui llevaba hospitalizada desde finales de julio en el Hospital 12 de Octubre, donde recibía tratamiento contra un cáncer. La capilla ardiente ha sido instalada en el Tanatorio de la Paz, en Alcobendas, y mañana se realizará una ceremonia íntima de incineración.Una carrera marcada por el talento y la autenticidadAunque su verdadero apellido era Fernández de Echegaray, decidió adoptar "Echegui” como nombre artístico para hacerlo más cercano y distintivo. Su vocación por la interpretación surgió desde niña y la llevó a presentarse a las pruebas de la Real Escuela Superior de Arte Dramático.Su gran salto llegó en 2006, cuando Bigas Luna la eligió como protagonista de Yo soy la Juani. Ese papel no solo la lanzó a la fama, sino que también le abrió las puertas a una carrera que la consolidó como una de las actrices más versátiles de su generación, con papeles en títulos como El patio de mi cárcel y No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas.A lo largo de su trayectoria fue nominada en cuatro ocasiones a los Premios Goya, convirtiéndose en un referente dentro de la industria cinematográfica española.Quienes la conocieron destacan su cercanía y amabilidad, sobre todo con la prensa, pero también su decisión de mantener su vida personal bajo reserva. En redes sociales, Echegui prefería usar su perfil únicamente para promover sus proyectos, evitando compartir aspectos íntimos de su día a día.Durante más de una década mantuvo una relación con el actor Álex García, a quien conoció en el rodaje de Seis puntos sobre Emma. Aunque la pareja atravesó altibajos, ella siempre habló de él con cariño y respeto.Además de su parentesco con el Nobel de Literatura José Echegaray, la actriz deja una huella imborrable en la cinematografía española. Su talento, autenticidad y capacidad para dar vida a personajes complejos la convirtieron en una figura querida tanto por colegas como por el público.Hoy, su última publicación en Instagram se ha llenado de mensajes de despedida de seguidores y compañeros que recuerdan no solo a la artista, sino a la persona amable y luminosa que fue.NOTICIAS CARACOL
Un hombre de 44 años que salía del funeral de su madre fue asesinado en las última horas en el barrio Carvajal, localidad de Kennedy. Esta persona era hijo de una de las víctimas de la masacre ocurrida en Mesitas del Colegio, ocurrida el pasado 19 de agosto.El coronel Andrés Darío Obando Prada, comandante operativo de Seguridad A N.3 de la Policía Metropolitana de Bogotá, informó que “en la localidad de Kennedy, más exactamente en el barrio Carvajal, se presentó un homicidio con un arma de fuego y una persona de 44 años. Esta se encontraba en un funeral y al salir del mismo llegó una persona y sin mediar palabra le realizó un impacto en la cabeza, en lo cual pierde la vida en el lugar de los hechos”.Por su parte, el brigadier general Giovanni Cristancho, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, confirmó que “el día viernes en la noche se presentó un homicidio en la localidad de Kennedy, en el cual se encontraba esta persona en un centro de velación y, al momento de salir, fue asesinado. Si bien es cierto, él es familiar de una de las personas que estaban velando, que fue una de las personas que murió en la masacre de Mesitas del Colegio, aún no encontramos ninguna relación que tenga que ver con este homicidio y la masacre”.El comandante agregó que el caso se está investigando: “Estamos avanzando. Este homicidio fue en Bogotá y la masare en Mesitas. No podemos ser irresponsables nosotros de decir que tienen relación los dos hechos sicariales”.Este hombre de 44 años fue identificado como Nelson Alberto Rodríguez Morales, hijo de Sol Margarita Morales Lara, de 67 años, quien fue asesinada en la masacre que se registró en el municipio de El Colegio, específicamente en la vereda San Ramón.De acuerdo con la emisora *Blu Radio*, la masacre de las tres personas en Mesitas y el homicidio de Rodríguez podrían estar relacionados con enfrentamientos ente organizaciones delictivas por un ajuste de cuentas. Incluso, el hombre asesinado tenía antecedentes por tráfico de drogas y violencia intrafamiliar.Víctimas de masacre en Mesitas del ColegioLas víctimas de la masacre fueron identificadas como Ángel Natalia Vaca Santamaría, de apenas 24 años, quien recibió un disparo en la cabeza; Sol Margarita Morales Lara, de 67, que fue impactada en el pómulo derecho y el cuello; y Jobany Javier Chivata Daza, de 44 años, quien murió tras recibir un disparo en el pómulo izquierdo.En el marco de las investigaciones que adelantan las autoridades sobre la masacre, se conoció que los atacantes habrían llegado a la finca preguntando por una suma de dinero que, presuntamente, se encontraba en el lugar. Ante la negativa de las víctimas, los agresores abrieron fuego de manera indiscriminada.Además de los fallecidos, tres personas resultaron heridas, al parecer por los mismos atacantes. Jhon Jairo Vélez Rodríguez, de 36 años, sufrió una lesión en el antebrazo izquierdo; Luis Alberto Rodríguez, de 68, recibió impactos de bala en el cuello y la espalda; mientras que Claudia Tereza Rodríguez fue alcanzada por un proyectil en el abdomen.CAMILO ROJAS, PERIODISTA NOTICIAS CARACOLX: RojasCamoCorreo: wcrojasb@caracoltv.com.coInstagram: Milografias