En julio de 2025, una familia bogotana que soñaba con conocer el mar de los siete colores fue hallada sin vida en la habitación 404 del hotel Portobelo, en San Andrés. La pareja conformada por Viviana Canro y Nelson Martínez, junto a su hijo de cuatro años, Matías, murió en circunstancias que desconcertaron a sus seres queridos y al país entero. No había señales de violencia, ni heridas, ni armas. Solo silencio, dolor y una incógnita que tardó semanas en resolverse.Un equipo de Séptimo Día viajó a la isla para investigar el caso, acompañados por Orlando Canro, padre de Viviana y abuelo del menor. Lo que encontraron fue una historia marcada por la ilusión y una muerte que pudo haberse evitado.La historia detrás de la familia Martínez CanroViviana Canro era una estilista de 42 años, mientras su esposo Nelson Martínez, de 52, trabajaba como conductor de rutas escolares. Ambos vivían en Bosa, al sur de Bogotá, y habían formado una familia con hijos de matrimonios anteriores. “Yo tenía 8 años y mi hermano tenía 9 años cuando apareció Nelson en nuestras vidas”, recordó Mayerly Hurtado, hija de Viviana.Nelson y Viviana se casaron en 2018. “Con ella tuvo una muy buena relación, ella era una excelente mujer. Yo le dije como esta esta sí es”, dijo Carolina Martínez, hija de Nelson. En 2021 nació Matías, el hijo de ambos. “Era la adoración de esta casa. Él llegó a darles mucha felicidad”, dijo una de las hijas.El sueño de conocer el mar de San AndrésEn mayo de 2025, Viviana y Nelson decidieron cumplir un sueño: llevar a los padres de Viviana a conocer el mar. “Ella me dijo, ‘yo quiero que mi mamita y mi papito vayan y conozcan el mar’”, recordó Cecilia Zuluaga, madre de Viviana.Durante un año, la pareja trabajó horas extras y pagó el viaje por cuotas. “Ese viaje lo estuvo pagando por cuotas durante 1 año”, relató Orlando. El pequeño Matías también estaba emocionado. El 9 de julio de 2025, la familia llegó feliz a San Andrés.La primera noche en el hotel PortobeloDesde la primera noche, Viviana expresó incomodidad con la habitación asignada. “¿Qué le molestó a su hija de esta habitación? El olor. Yo le dije, ‘mamita, el de arriba está peor, sin aseo, sin toalla, sin papel higiénico, sin jabones’. Entonces, mi hija se disgustó también”, relató Orlando.Viviana le habló a su hija Mayerly en Bogotá para contarle lo que ocurría. En audios de WhatsApp, expresó su molestia y solicitó el cambio de habitación, pero le dijeron que sería posible al día siguiente.El último día de la familia muerta en hotelA pesar del malestar, la familia decidió disfrutar su primer día de playa. En la noche, hicieron planes para recorrer la isla al día siguiente. “Quedamos de que nos levantamos temprano, salíamos, alquilamos un carrito para recorrer la isla”, dijo Orlando.La mañana del 11 de julio, Orlando bajó a la cafetería, tomó café y lo llevó a la habitación de su hija. Golpeó la puerta, llamó al celular, insistió. Nadie respondió. “Insistí casi 30 veces”, dijo. Preocupado, subió a contarle a su esposa. Cecilia sintió una punzada en el pecho y pidió en recepción que abrieran la puerta.El hallazgo en la habitación 404“Cuando la puerta se abrió, veo a mi hija, ahí en el pasillito tiradita en el piso, yo la vi, Dios mío, se me vino el mundo encima”, relató Orlando. “Miré a la cama y veo a mi yerno y a mi niño ahí juntos”.Viviana, Nelson y Matías estaban muertos. “Empiezo a gritar que por qué, que me dieran explicación”, afirmó la madre de Viviana. “Yo decía, ‘¿Qué pasó, Dios mío?’ Pero yo no veía nada, yo no vi sangre, yo no vi riña, no vi nada”, dijo Orlando.Primeras hipótesis: sin señales de violenciaCerca de las 8 a.m., el mayor Miguel Ángel Martínez, comandante de la Policía de San Andrés, llegó al lugar. “La primera hipótesis era si alguien había entrado, los elementos personales se encontraban, pudimos establecer que no se trató de un hurto”, explicó.Sin heridas visibles, la sospecha se centró en una posible intoxicación. Había rastros de vómito en la habitación. Seis días después, una revisión técnica descartó una fuga de gas.La fumigación en la habitación contiguaEl 14 de julio, el hotel Portobelo reveló un dato clave: el día 10 de julio se había realizado una fumigación en la habitación 405, contigua a la 404 donde se hospedaba la familia. El procedimiento se hizo por la posible presencia de chinches. El hotel aseguró haber contratado a una empresa especializada para el control de plagas.La empresa Livco E.U. fue la encargada de la fumigación. El técnico Michael Garzón reportó haber utilizado un producto llamado Demand Duo. Sin embargo, este no contiene fosfuro de aluminio, el químico que, según la autopsia, causó la muerte.Lo que dice la autopsiaEl 26 de agosto de 2025, Orlando Canro recibió el documento que esperaba con dolor: el informe de la autopsia. “Intoxicación exógena por fosfina, que hicieron una fumigación en el 405 y que se pasó a la otra habitación, esa fue la causa de la muerte”, dijo.La fosfina es un gas mortal. Este químico es altamente tóxico y se utiliza para principalmente fumigaciones en lugares abiertos, no en espacios cerrados.¿Qué producto se usó realmente?El hotel aseguró que el técnico no reportó el uso de fosfuro de aluminio. “Al parecer, esta empresa utilizó un producto de fumigación que no está permitido y un producto que no reportó al hotel haber utilizado”, dijo un vocero del hotel.El equipo de Séptimo Día buscó al dueño de Livco E.U. para obtener respuestas. “No tengo nada que decir”, fue su declaración.El dolor de los que quedaron“Nosotros vinimos cinco y eso es lo triste que solo volvimos sino dos con vida”, dijo Orlando. La familia Martínez Canro soñó con unas vacaciones en el mar. Lo que encontraron fue una tragedia que dejó huellas imborrables.“Lo más triste nuestra vida”, concluyó el padre de Viviana.La Fiscalía continúa con la investigación por presunto homicidio culposo. La familia de las víctimas espera que pronto se haga una imputación de cargos a los presuntos responsables. Mientras tanto, el país sigue preguntándose cómo una fumigación pudo terminar con la vida de tres personas en durante unas vacaciones familiares.
Como todos los domingos, tres grandes historias en Los Informantes: Andrea Montañez, exagente del DAS y miembro del Bloque de Búsqueda, persiguió a Pablo Escobar mientras ocultaba su identidad de género; Benjamín Méndez, reclutado por las FARC a los 13 años, terminó en el Ejército Nacional y aún busca a su madre. Y Luis Manuel Díaz, padre del futbolista Lucho Díaz, sobrevivió a un secuestro y hoy canta vallenatos, lidera una fundación y entrena a jóvenes en su escuela de fútbol.Un agente que lo cambió todoAndrea Montañez fue agente del DAS y miembro del Bloque de Búsqueda, el grupo élite que persiguió a Pablo Escobar durante los años más violentos del narcoterrorismo en Colombia. Durante siete años, vivió entre operativos de inteligencia, persecuciones y secretos, mientras ocultaba una verdad aún más profunda: su identidad de género. Aunque enfrentó al capo más temido del país, el miedo más grande era vestirse de mujer en público. Su vida estuvo marcada por una doble existencia, entre el deber policial y el deseo de ser quien realmente era.Hoy, Andrea vive en Estados Unidos, donde se convirtió en una activista trans visible y comprometida. A los 60 años, dejó atrás el uniforme y el silencio para alzar la voz por los derechos de las minorías. Su historia es un testimonio de transformación, valentía y memoria: honra a la primera mujer trans que conoció, su amiga e informante asesinada, llevando su nombre como símbolo de lucha. “Antes tenía una pistola que me defendía, ahora tengo una voz más brava que la pistola”, dice Andrea, decidida a contar su historia una y otra vez, sin miedo y sin disfraces.Cambio de bandoA los 13 años, Benjamín Méndez se entregó a las FARC para evitar que reclutaran a su hermana. Nunca volvió a saber de su familia. El fusil que le dieron era más grande que él, y su infancia quedó marcada por abusos, violencia y escenas atroces como el canibalismo. Tras desertar, terminó en el Ejército Nacional, donde usó lo aprendido en la guerrilla para combatirla. Hoy, después de más de 30 años de servicio, sigue buscando a su madre.Su historia refleja los horrores del conflicto armado en Colombia: el reclutamiento infantil, el desarraigo y la guerra como destino. Pero también muestra cómo una decisión puede cambiar el rumbo. Benjamín comparte su testimonio con la esperanza de reconstruir lo que perdió: su familia.El papá de Lucho DíazLuis Manuel Díaz, conocido como El Mane y padre del futbolista Lucho Díaz, reveló detalles desconocidos sobre su secuestro ocurrido en octubre de 2023, como el impacto emocional que vivió durante los 12 días en manos del ELN y cómo fue traicionado por un amigo cercano. Aunque no le gusta hablar mucho del tema, contó que perdonó a sus secuestradores y que la experiencia le cambió la forma de ver la vida. Tras el episodio, se mudó con su esposa de Barrancas a Barranquilla, en parte por seguridad.El Mane Díaz aprovechó la fama que le llegó por el éxito de su hijo para fortalecer la Fundación Luis Díaz, apoyar a jóvenes futbolistas de escasos recursos y lanzar oficialmente su carrera musical. También dejó el alcohol tras un problema de salud y sigue siendo el mayor fan de Lucho, a quien llama después de cada partido.
Luis Manuel Díaz, más conocido como el Mane Díaz, no es solo el padre del crack de la selección Colombia Luis Díaz. Es un personaje que ha sabido transformar su vida tras un episodio que estremeció al país: su secuestro. Hoy, el Mane es cantante vallenato, influencer, profesor de fútbol y figura pública que brilla con luz propia más allá de la fama de su hijo. Su historia es la de un hombre que se hizo a pulso.“Le voy a cantar, lo digo de corazón, hombre, yo quiero hablar paz a nombre de un acordeón”, cantó el Mane Díaz durante la entrevista con Los Informantes.Este hombre inspirado que improvisa versos con sentimiento no es un juglar vallenato cualquiera. Es el papá de Lucho Díaz, el delantero estrella del Bayern Múnich, pero el Mane ha dejado de ser solo “el papá de” para convertirse en un fenómeno nacional por sí mismo.Su carisma, su talento musical y su historia de superación lo han convertido en una figura mediática que aparece en portales, noticieros y redes sociales. Y él lo sabe."¿Y le gusta esa fama? ¿Le gusta esa atención? Yo pienso que debo de aprovecharla. A mí me ha ido bien con eso. Para mí ha sido una satisfacción, una alegría. que la gente me conozca”, dijo.Más que un padre: un maestro de fútbolEl Mane no solo canta. También enseña. En Barrancas, su natal pueblo en La Guajira, fundó hace 33 años una escuela de fútbol que ha formado a más de mil niños. Muchos lo ven como un segundo padre.“Yo soy un profesor muy exigente. ¿Era diferente con Lucho que con el resto de los niños? A él le exigía más que a los otros niños”, contó.Fue él quien impulsó la carrera de su hijo desde que era un niño. Lo llevó a probarse en el Barranquilla Fútbol Club, luego al Junior, y lo recomendó para la selección Colombia indígena. Hoy, no se pierde ni un partido de su hijo y lo llama apenas termina cada encuentro.Mane Díaz y su faceta como cantante vallenatoAunque siempre fue músico, ahora el Mane Díaz canta en serio. Tiene su conjunto vallenato y se ha presentado en escenarios importantes como el Festival Francisco el Hombre en Riohacha y las fiestas patronales de Salamina, Magdalena."Llegamos con la idea de grabar unos dos, tres temas, pero las cosas pues se tornaron diferentes y queremos, pues ahorita estamos grabando un CD de música completa”, relató.Su música, como su vida, está llena de sentimiento. Canta por la paz, por el amor, por la esperanza. Y lo hace con el corazón de quien ha sobrevivido a lo peor.El secuestro que lo cambió todoEl 28 de octubre de 2023, el Mane y su esposa, Cilenis Marulanda, fueron sorprendidos por hombres armados. Ella fue liberada minutos después. Él, en cambio, vivió 12 días de terror.“¿Cómo le cambió la forma de ver la vida a esa experiencia? Cambia, cómo va a andar uno, qué lugar tiene que andar, con qué personas tiene que estar acompañada. No entendía nada, llegué a imaginar que podía ser un atraco”, dijo.El país entero se unió para pedir su liberación. Marchas, mensajes, campañas. Colombia se volcó en apoyo. Y él lo recuerda con gratitud."¿Usted perdona a las personas que lo secuestraron? Cada vez que sea necesario, lo hago porque uno no sabe hasta dónde va a llegar. Y también tiene derecho a ser perdonado. Al regreso de esa experiencia me quedó otra experiencia, una experiencia muy o más bonita. La gente también demostró el cariño”, dijo.Hace unos meses, el Mane y su esposa dejaron Barrancas, el pueblo donde habían vivido toda la vida. Oficialmente, se mudaron a Barranquilla porque desde allí es más fácil viajar a Múnich, donde vive su hijo. Pero hay otra razón.Después del secuestro y de algunas amenazas posteriores, la familia no se siente tan tranquila en el pueblo. Aunque él prefiere no decirlo en voz alta, el miedo sigue.Un amigo lo traicionó. Un compadre, de cuyo nombre no quiere acordarse, lo vendió a quienes lo secuestraron y lo entregaron a la guerrilla del ELN.“Inmediatamente pensé por qué a mí, por qué a nosotros, nosotros no le hacemos daño a nadie, no le hacemos mal a nadie. Después entendí, el boom de que Luis se fue, cambió su vida, la situación económica de él, entonces ya la gente comienza que tiene plata, que esas cosas, pero bueno, le digo sinceramente, es algo que para mí pasó a la historia”.Antes de ser profesor de fútbol, el Mane trabajó como auxiliar de cocina y se certificó como cocinero profesional. Vendía empanadas con su mamá en las calles de Barrancas. Pero se cansó del fogón y decidió perseguir su sueño: enseñar fútbol.Hoy, además de profesor y cantante, es influencer. Su carisma lo ha convertido en figura publicitaria. Y él lo aprovecha.El hombre que formó a LuchoEl Mane es estricto, disciplinado, riguroso. Así formó a sus tres hijos hombres. A Lucho, el más famoso, le exigía más que a los demás.“Pues yo creo que lo que él tiene o lo que él muestra en estos momentos lo sacó de estas piernas”, dijo.Desde niño, el Mane jugaba fútbol y cantaba vallenato. Fundó un grupo llamado ‘La juventud vallenata’ que tocó en festivales de La Guajira y departamentos vecinos. Compartió tarima con ídolos como los hermanos Zuleta y Rafael Orozco.Quienes lo conocen lo describen como amable, divertido, enérgico. No le gusta que lo llamen por su nombre de pila ni le digan 'señor” porque lo hace sentir viejo.“La actitud es lo que hace uno joven. Yo soy un man muy activo en todo. Me gusta la recoche, el baile, el trabajo”, dijo.Vivió una infancia campesina. Sus padres sembraban café, plátano, guineo y yuca. Él y sus siete hermanos aprendieron a manejar la pala, el azadón y el machete desde niños. Y también a cantar.Hace menos de un año, el Mane dejó de tomar licor. Un dolor intenso en el pecho lo llevó al hospital. Desde entonces, decidió cuidarse más.Hoy, canta, enseña, viaja, graba música, apoya a niños futbolistas a través de la Fundación Luis Díaz y sigue siendo el mayor fan de su hijo.Luis Manuel Díaz, el Mane, es mucho más que el papá de Lucho. Es un símbolo de resiliencia, de alegría, de talento. Un hombre que convirtió el dolor en música, el miedo en enseñanza y la fama en oportunidad.
No cualquiera podía formar parte del Bloque de Búsqueda, ese grupo élite de la Policía Nacional creado en 1986 para atrapar a Pablo Escobar y desmantelar los carteles de la droga. Andrea, antes de su transición de género, fue uno de sus agentes más comprometidos. Durante siete años persiguió al capo más temido de Colombia, mientras libraba una batalla interna aún más compleja: la de su identidad. Hoy, a sus 60 años, vive en Estados Unidos como activista trans, decidida a contar su historia para honrar su verdad y la memoria de quienes no pudieron hacerlo.Andrea Montañez nació en Manizales el 21 de octubre de 1965, en un hogar católico y estricto. Su madre era profesora y su padre oficial de la Policía. Creció rodeada de revólveres de juguete y soldaditos, pero también sentía una atracción profunda por las Barbies de su hermana."Yo tenía miles de revólveres de juguete y soldaditos, pero me mataban las Barbies de mi hermana al mismo tiempo y a veces me imaginaba esas mismas Barbies con las pistolas”, recordó en Los Informantes.Desde muy joven, Andrea supo que algo en ella no encajaba con lo que se esperaba. Se vistió de mujer por primera vez en público durante un reinado escolar, pero la vergüenza y el miedo la acompañaron desde entonces porque para sus compañeros era un juego, pero para ella no."¿Cómo le iba a contar a mis amigos? No, es que quiero vestirme de mujer. ¿Cómo le decía a mi mamá, a mi papá? Sentía vergüenza”, dijo.Así fue su llega al Das y al Bloque de BúsquedaPor sugerencia de su padre, estudió Derecho en el Externado, pero pronto abandonó la carrera influenciada por Miguel Maza Márquez, entonces director del DAS y su profesor de arma criminalística. Así comenzó su vida como agente investigadora.“Siempre soñé con hacerme el personaje de mujer en el DAS, nunca me tocó, lo soñé, pero me tocó disfrazarme de hombre toda mi vida. Hasta que por fin ya me retiré del servicio y no estoy disfrazada en nada. Ahora soy quien soy”, señaló.Durante su tiempo en el DAS, conoció a una trabajadora sexual trans que se convirtió en su informante y amiga. Esa relación fue un punto de quiebre.“Esta muchacha me puso una peluca y le dije, ‘no, esto no puede ser’”, recordó.La mujer fue brutalmente asesinada. “Fue encontrada picadita en pedacitos y la torturaron, la descubrieron. Para mí eso fue cerrar el caso. Yo no puedo hacer esto, olvidémonos de esto, pero cuando decidí salir y empezar a ser quien soy yo, el nombre que tengo es de ella”, dijo.Tras los pasos del capo Pablo EscobarCuando Pablo Escobar se fugó de La Catedral, Montañez fue enviada a Medellín con el Bloque de Búsqueda. Durante siete años trabajó en el grupo élite que lo persiguió sin descanso.“Eran bloques de la Policía y el DAS, digamos que había un grupo máximo de 30 personas. ¿Y qué tan cerca estuvieron? Varias veces cerquitica, pero siempre había corrupción porque el dinero y el miedo era muy grande en Medellín”, relató.La muerte del capo la marcó profundamente. Aún conserva las fotos del cuerpo de Escobar en el tejado y en la morgue.“En ese momento llega la patrulla de levantamiento de cadáveres que era el DAS y yo conocí al fiscal y me subí a las escaleras con él a ver a Pablo. Veo los disparos que recibió y el de la cabeza, no fue ningún suicidio”, recordó.La doble vida y el despertar de AndreaDespués de Medellín, fue enviada a Cali. Ya se había casado, tenía una hija y estaba divorciada. Por fuera era el rudo investigador, pero por dentro, la confusión persistía. “Seguía en esas confusiones”, recordó.Andrea comenzó a llevar una maleta secreta en sus viajes. “Cuando yo viajaba a hoteles casi siempre llevaba la maleta de Andrea. ¿Y qué había en esa maletica? Faldas o ropa, calzones, brasieres”, dijo.Se volvió a casar, tuvo otro hijo y se mudó a Estados Unidos. Allí, en el anonimato, su verdadera identidad empezó a surgir con más fuerza."Compraba ropa y me la ponía cuando viajaba, la tiraba obviamente, eso botaba plata con ropa y porque no podía no podía traérmelo para la casa. Pero un día traje unos calzones en mi maleta, tremenda pelea me armaron y dije, mejor que piense que es una amante que son mías”, recordó.El inicio de su transición de géneroTras recibir el asilo, consiguió sus papeles y comenzó a trabajar en el aeropuerto de Orlando. El 11 de septiembre de 2001 también estremeció su vida. De día trabajaba en seguridad, de noche empezaba a vivir como Andrea.“Ahí ya me afeito las piernas completamente. Entonces ya mi ex empieza a mirar y mi hijo también empieza a ver eso y me empieza a preguntar. Entonces le dije que iba a hacer ciclismo. Y empecé a ir al médico y las hormonas las empecé a tomar, todavía seguía con la doble vida”, dijo.Pero esa doble vida no podía sostenerse más. Salir del clóset se volvió una urgencia.“Andrea se retiró de estar disfrazada y salió quien era. Los dos nacimos al tiempo”.Activismo y voz propiaHoy, Andrea Montañez es una de las activistas LGBTI más visibles en el estado de Florida. Su historia, marcada por el dolor, la valentía y la transformación, es también un llamado a la empatía y al respeto.“El día que tú te empieces a querer tú misma, ese es el día que tienes que seguir luchando por ti”, dijo.A sus 60 años, vive con orgullo su identidad. “Es que yo soy la misma persona siempre”.Y aunque dejó atrás la pistola, su voz se ha convertido en su arma más poderosa.“Yo a veces digo que antes tenía una pistola que me defendía, ahorita tengo una voz más brava que la pistola”, dijo.Con su voz exigiendo respeto por las minorías, ella está dispuesta a contar su testimonio de transformación una y otra vez porque ya no hay nada que esconder.
La angustia de una familia bogotana se prolonga con el paso de los días. Desde el 9 de agosto, Ayelén Sofía Páez Oliveros, una joven de 16 años, desapareció tras salir de su casa en Chapinero.La adolescente debía presentar el Icfes al día siguiente, pero nunca regresó a casa. Sus padres reportaron la desaparición de inmediato ante el CAI más cercano. “Llegar en la noche sin tener noticias de ella es insoportable. Cerrar la puerta es como cerrársela en la cara a mi hija porque no la encontré”, relató entre lágrimas, su madre Claudia Oliveros.Las últimas imágenes de SofíaLas cámaras de seguridad se han convertido en la única pista sobre lo ocurrido. En un video grabado a las 3:11 de la madrugada del 10 de agosto, Sofía aparece caminando sola con la misma ropa con la que salió de su casa. Minutos después, otro registro en el barrio Rubí, en Kennedy, muestra su paso a las 3:42 a. m. Incluso un taxista se percató de su presencia. Desde ese momento no se sabe nada más de ella.La familia, acompañada por investigadores y voluntarios, ha extendido la búsqueda en varias localidades del suroccidente de Bogotá. Han recorrido zonas de tolerancia como Patio Bonito, El Amparo y El Socorro, pegando carteles con su fotografía y pidiendo información a quien pueda haberla visto. “Cada pista es una dosis de esperanza”, dice su padre.La Interpol emitió una circular amarilla, lo que significa que Sofía es buscada en más de 195 países. En paralelo, la Policía de Bogotá y el Ejército han desplegado operativos en el sur de la ciudad y en las orillas del río Tunjuelito.El abogado que acompaña el caso reconoce la dimensión humana detrás de esta desaparición: “Detrás de Sofía hay una familia con mucho dolor, con la vida en pausa, que solo quiere respuestas”. La madre, devastada, asegura que es aterrador estar sin su única hija.La familia pide a las autoridades considerar la posibilidad de ofrecer una recompensa que ayude a obtener información. Mientras tanto, la Unidad de Desaparecidos de la Policía continúa trabajando en el caso.“Que sepas que te extrañamos demasiado”, es el mensaje que sus seres queridos repiten con la esperanza de que Sofía, en algún lugar, pueda escucharlos.LAURA CAMILA RAMOS CONDENOTICIAS CARACOL
El pico y placa en Bogotá continúa siendo una de las principales herramientas de gestión de movilidad en la capital. La medida, implementada por la Secretaría Distrital de Movilidad, busca reducir la congestión vehicular en los corredores más transitados y mitigar los impactos ambientales asociados al creciente parque automotor.En septiembre de 2025, la restricción se mantiene en su esquema habitual: de lunes a viernes, entre las 6:00 a. m. y las 9:00 p. m., sin cambios en fines de semana ni festivos.Pico y placa en Bogotá del 15 al 19 de septiembreLa restricción sigue funcionando bajo el esquema de paridad del día calendario:Lunes 15 de septiembre: circulan placas terminadas en 6, 7, 8, 9 y 0.Martes 16 de septiembre: circulan placas terminadas en 1, 2, 3, 4 y 5.Miércoles 17 de septiembre: circulan placas terminadas en 6, 7, 8, 9 y 0.Jueves 18 de septiembre: circulan placas terminadas en 1, 2, 3, 4 y 5.Viernes 19 de septiembre: circulan placas terminadas en 6, 7, 8, 9 y 0.El fin de semana, la restricción no aplica para vehículos particulares; sin embargo, el pico y placa regional puede operar en los corredores de entrada y salida de la ciudad, especialmente en puentes festivos, con el fin de controlar el flujo de automóviles hacia Bogotá.Multas y sancionesConducir en un día restringido constituye una infracción de tránsito contemplada en el artículo 131 del Código Nacional de Tránsito. La sanción vigente para 2025 es de $711.750, además de la inmovilización del vehículo, que implica costos adicionales de grúa y parqueadero en patios oficiales. La detección puede hacerse tanto por agentes en vía como por las cámaras de control electrónico distribuidas en puntos estratégicos.Excepciones vigentesLa normativa contempla ciertos vehículos exentos de la restricción, siempre y cuando estén debidamente registrados ante la Secretaría de Movilidad. Entre ellos se incluyen:Vehículos eléctricos e híbridos.Transporte escolar con autorización.Automotores conducidos por personas con discapacidad.Vehículos oficiales, diplomáticos o de emergencia.Vehículos destinados al transporte de medicamentos o insumos médicos.El registro de estas excepciones debe hacerse de manera previa a través del portal oficial de la Secretaría de Movilidad.Con estas medidas, el Distrito busca equilibrar el uso de las vías, mejorar la movilidad y contribuir a la reducción de emisiones contaminantes en la capital.LAURA CAMILA RAMOS CONDE NOTICIAS CARACOL
La capital del Tolima continúa con la rotación del pico y placa para vehículos particulares, medida que busca mejorar la movilidad y disminuir la contaminación. La restricción, que comenzó a regir el pasado 1 de julio y se extenderá hasta el 31 de diciembre, cumple esta semana su tercer mes de aplicación.El horario se mantiene de lunes a viernes, entre las 6:00 a.m. y las 9:00 p.m., y aplica sin excepción para todos los vehículos matriculados en la ciudad.Rotación de placas del 15 al 19 de septiembreLunes 15 de septiembre: 0 y 1Martes 16 de septiembre: 2 y 3Miércoles 17 de septiembre: 4 y 5Jueves 18 de septiembre: 6 y 7Viernes 19 de septiembre: 8 y 9El secretario de Movilidad, Ricardo Fabián Rodríguez, recordó que no hay permisos especiales para circular en los días de restricción. Sin embargo, siguen vigentes las llamadas horas valle, que permiten desplazamientos en dos franjas: de 9:00 a 11:00 a.m. y de 3:00 a 5:00 p.m.Estas excepciones están pensadas para facilitar actividades esenciales como llevar a los niños al colegio, asistir a citas médicas o cumplir compromisos laborales.Multas y controlLas autoridades reiteraron que quienes circulen en horarios no permitidos serán sancionados con las multas establecidas en la normativa. El objetivo, insisten, es garantizar un tránsito más fluido y equilibrar el uso de las vías en Ibagué, especialmente en las horas de mayor congestión.LAURA CAMILA RAMOS CONDENOTICIAS CARACOL
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, respondió este domingo con un "veremos qué pasa" al ser preguntado sobre la posibilidad de que su país lleve a cabo ataques dentro del territorio venezolano. "Veremos qué pasa. Mira, Venezuela nos está enviando pandilleros, narcotraficantes y drogas. Es inaceptable", declaró Trump ante la prensa en Nueva Jersey, antes de partir hacia Washington. "No nos gusta lo que Venezuela nos está mandando: ni sus drogas ni sus pandilleros. No nos gusta, no nos gusta nada", agregó el mandatario.Sus declaraciones se producen en medio del creciente enfrentamiento entre ambos países, tras el despliegue de ocho buques militares estadounidenses y un submarino en el mar Caribe, bajo el argumento de combatir el narcotráfico. Recientemente, Estados Unidos derribó una lancha que, según sus autoridades, transportaba drogas y a once presuntos miembros del grupo criminal venezolano Tren de Aragua, algo que el Gobierno de Nicolás Maduro ha negado rotundamente, además de condenar el ataque. "Lo que es ilegal es que 300 millones de personas murieran el año pasado por drogas", respondió Trump al ser cuestionado sobre la legalidad de esa operación militar.Por su parte, el ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, denunció este domingo que Estados Unidos realiza vuelos de inteligencia sobre el país y acusó a Washington de intentar justificar un "plan de amenaza militar e intervención" para "desplazar" a Maduro del poder. El Ejecutivo venezolano aseguró el sábado que un destructor estadounidense "desplegó a dieciocho efectivos con armas largas" y ocupó una embarcación el viernes, donde viajaban "nueve humildes pescadores" que se encontraban en la Zona Económica Exclusiva de Venezuela. En este contexto, el gobierno de Caracas ordenó la movilización de buques, el alistamiento de millones de milicianos y un "refuerzo especial" de la presencia militar en cinco regiones costeras del país.Aviones de Estados Unidos llegan a Puerto RicoEntretanto, al menos cinco aviones de combate F-35 de la Marina de Estados Unidos arribaron a la pista del aeropuerto regional José Aponte de la Torre, la antigua base Roosevelt Roads, en el municipio de Ceiba, en el noreste de Puerto Rico, alimentando la tensión en el Caribe. De igual forma, una aeronave Boeing C-5 de las Fuerzas Armadas estadounidenses se divisó en esa misma base, según reportaron medios locales. Estos aviones se suman al despliegue estadounidense de ocho barcos militares con misiles y un submarino de propulsión nuclear, cerca de las costas venezolanas, bajo el argumento de combatir el narcotráfico.Al recibir esta semana al secretario de Guerra estadounidense, Pete Hegseth, la gobernadora de Puerto Rico, Jenniffer González, afirmó que su Gobierno "está comprometido en esta lucha contra el narcotráfico" y calificó al presidente venezolano, Nicolás Maduro, como "líder del cartel en Venezuela". Por su parte, Maduro exhortó a González a liderar personalmente una posible "invasión" contra su país, luego de que la mandataria confirmara que Estados Unidos seguirá enviado aviones a la isla como parte del despliegue militar que Washington mantiene en el Caribe.WILLIAM MORENO HERNÁNDEZNOTICIAS CARACOL*Con información de EFE
Se cumple un año de la detención por parte del régimen de Nicolás Maduro de Manuel Alejandro Tique, un ciudadano colombiano que trabajaba para una organización humanitaria en Venezuela. Su familia, en Bogotá, exige su inmediata liberación. Lo que comenzó el 14 de septiembre de 2024 como una visita con fines humanitarios al país vecino se convirtió en la peor pesadilla para Manuel Alejandro Tique y su familia. El ingeniero civil de 33 años, quien trabaja desde 2022 para el Consejo Danés para Refugiados, fue detenido mientras realizaba una misión en el estado Apure, en Venezuela. Según Yann Cornic, director en América Latina del Consejo Danés para Refugiados, Tique fue aprehendido en un puesto migratorio, y desde ese día se perdió todo contacto con él.Su hermana, Diana Tique, relató en Noticias Caracol que a Manuel Alejandro le dijeron que le harían una "entrevista de rutina", tras lo cual fue llevado a una oficina de la Dirección de Contrainteligencia Militar de Venezuela. Posteriormente, se les informó a sus compañeros de trabajo que debían entregar las pertenencias de Tique, pues él quedaría detenido. Un mes después, el régimen venezolano lo presentó públicamente como un "mercenario colombiano". Diosdado Cabello, ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz de Venezuela, declaró, sin pruebas, que Manuel Alejandro Tique Chávez "se esconde detrás de vínculos de ONG, pero este caballero es un reclutador de paracos. No está ayudando a nadie, está ayudando a los mercenarios y a los terroristas". Desde entonces, su familia ha perdido completamente su rastro. La única información que han podido obtener, a través de entidades humanitarias, es que Manuel Alejandro se encuentra recluido en una prisión en el país vecino. Diana Tique lamenta la falta de respuestas positivas: "No tenemos información de mi hermano, el gobierno de Venezuela no ha confirmado dónde está, bajo qué motivos lo tienen detenido. No hemos podido contactarnos con él ni darle una asesoría jurídica privada".Este año de detención ha sido una tragedia para su familia. Víctor Manuel Tique, padre de Manuel Alejandro, describió en entrevista con este noticiero el sufrimiento como "una tragedia", pues dice que "la ausencia de cualquier familiar es terrible". Y agregó que la situación se agrava, pues su esposa, madre de Manuel Alejandro, falleció de cáncer unos meses antes de la detención de su hijo. "Es un sufrimiento cada noche, cada día, cada mañana, una oración esperando que en la noche, igual con una oración, podamos tener alguna respuesta del gobierno venezolano y las gestiones que haga el Gobierno colombiano", expresó el padre.Manuel Alejandro no es el único en esta situación. Otros 37 colombianos se encuentran detenidos en Venezuela, acusados de ser mercenarios y pertenecer a organizaciones ilegales. Hoy, un año después, sus familiares ruegan por su pronta liberación.Víctor Manuel Tique, con voz de esperanza y lucha, envió un mensaje a su hijo: "Decirle que aquí lo estoy esperando, esperando que salga bien de allá y que el gobierno pueda hacer algo. Aquí estamos luchando por eso". La familia continúa acudiendo a las entidades de Colombia, ya que las comunicaciones con Venezuela no han obtenido respuesta.NOTICIAS CARACOL