Saben que tienen una gran responsabilidad en este momento y por eso trabajan de sol a sombra. Así sean otros, y no ellos, los que se lleven las ganancias.
Hombres y mujeres campesinos de Boyacá y otros departamentos siguen saliendo a cultivar, pese al miedo al coronavirus. Dicen que también temen por su salud pero que deben proveer los alimentos que los colombianos y sus propias familias necesitan.
Confían en que la madre tierra, que tantas bendiciones les da, les provea de las defensas contra el COVID-19.
Es época de vacas flacas y solo esperan que las autoridades no permitan la especulación en los precios porque ellos siguen cosechando a bajos costos.
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"Nosotros aquí estamos sacando la leche normal y los que están haciendo el negocio son las que se los llevan y la venden por más precio", dice Vitalvina Gutiérrez, una campesina boyacense.
Mientras en Colombia algunos no respetan la cuarentena, estos campesinos quisieran estar en sus hogares, pero saben que la papa, cebolla, tomate, leche entre otros productos, no pueden faltar en las mesas del país.
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